miércoles, 6 de enero de 2021

FALLECIÓ EL PIONERO DE LA TRADICIÓN EN CANADÁ

   
A las 4:50h (hora local) del 30 de Diciembre de 2020, en casa de los señores Louis y Jeannine Forget en Shawinigan, Quebec (Canadá), falleció el padre Yves Normandin a los 95 años de edad, después de recibir los auxilios de la Iglesia mediante la Extremaunción y el Viático. 
   
Normandin fue sacerdote válidamente ordenado con el Rito Romano Tradicional el 31 de Mayo de 1953, y tras ser expulsado de su parroquia por el arzobispo apóstata de Montreal en 1975, dedicó su vida a ofrecer el Santo Sacrificio de la Misa en el Rito romano tradicional a lo largo y ancho de Canadá, abriendo el camino a la presencia de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X en este país.
  
El Arzobispo Marcel Lefebvre y el Padre Yves Normandin (foto de época)

Sobre su vida y apostolado en defensa de la Misa Tradicional, reproducimos este artículo de ACTUALITÉS FSSPX.
Con gran pesar compartimos con ustedes la noticia del fallecimiento del Padre Yves Normandin, quien murió piadosamente en Shawinigan, Quebec, el 30 de diciembre de 2020.
     
Cualquiera que haya conocido al Padre Normandin puede dar fe de que fue un verdadero pastor de almas durante toda su vida sacerdotal, hasta el último momento.
     
El autor de estas líneas tuvo el privilegio de conocer al Padre Normandin por primera vez en 2006, mientras estaba en el priorato de Shawinigan, pero el nombre del Padre Yves Normandin ya le era muy familiar desde hace mucho tiempo.
     
¡Cuántas veces he recibido testimonios de fieles de todo Canadá, que afirman haber descubierto o redescubierto la Tradición bimilenaria de la Iglesia católica romana gracias al apostolado del Padre Normandin, el famoso “párroco en la calle”, realizado a lo largo y ancho de Canadá –a mari usque ad mare–, de 1976 a 1984!
    
A principios de la década de 1970, el Padre Normandin era un párroco ordinario de una parroquia ordinaria en la diócesis de Montreal, la parroquia de Ste. Yvette. ¿Cuál fue el catalizador que convirtió a este párroco ordinario en un “párroco en la calle”, volviéndose, casi en contra de su voluntad, en el apóstol de la Tradición en Canadá? Este acontecimiento catalizador fue una peregrinación que el Padre Normandin realizó a Europa y Tierra Santa, con motivo del Año Santo 1975. Entre otras cosas, esta peregrinación lo llevó a visitar el seminario de San Pío X, en Écône, donde residía Monseñor Marcel Lefebvre, fundador de la Fraternidad San Pío X.
   
A su regreso a Montreal, el 14 de mayo de 1975, el Padre Normandin tomó la firme resolución de no celebrar más la Misa según el Novus Ordo, sino celebrarla únicamente según el Ordo Tradicional, llamado de San Pío V. Según sus propias palabras, este camino hacia la Misa tradicional había comenzado en 1973, cuando se opuso al espíritu innovador que se extendía como pólvora en las parroquias y que afectaba principalmente la pastoral de los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía. En general, los feligreses de Ste. Yvette estaban encantados con este regreso de la tradición en su parroquia; el cual, sin embargo, provocó la ira de Monseñor Paul Grégoire, arzobispo de Montreal.
    
Este último lanzó un ultimátum al Padre Normandin, el 30 de junio de 1975, para que obedeciera la directiva de los obispos canadienses, que hacía obligatoria la celebración de la misa según el ordo de Pablo VI en todas las parroquias del país: “Debo exigir su renuncia porque usted insiste, en contra de la orden de los obispos canadienses, en celebrar la Misa de San Pío V”. Monseñor Grégoire hizo oídos sordos a los argumentos del Padre Normandin, quien citó la bula Quo Primum del Papa San Pío V, para justificar el derecho otorgado a todos los sacerdotes de rito latino a celebrar la misa según el ordo de la Misa Tridentina.
    
En noviembre de 1975, Monseñor Marcel Lefebvre visitó Quebec. ¡Dos veces celebró la misa dominical en la parroquia del Padre Normandin, para gran disgusto de la arquidiócesis de Montreal!
   
Mientras tanto, se había ordenado al Padre Normandin desocupar la parroquia para dar paso al nuevo párroco designado por Monseñor Grégoire. Convencido de que estaba en lo correcto, el Padre Normandin recurrió al Tribunal de la Signatura Apostólica de Roma. Durante ese tiempo, el Padre Normandin se refugió en su casa parroquial, misma que se negó a abandonar. Durante dos semanas, ofició su misa en la sala de estar de la casa parroquial, a la que los fieles asistían desde el exterior, arrodillados en la acera en medio de las temperaturas heladas. Finalmente, Monseñor Grégoire recurrió a una orden judicial de la Corte Superior de Justicia para desalojar al pastor recalcitrante. El Caifás de los tiempos modernos había apelado a su alter ego Poncio Pilato para expulsar al molesto sacerdote cuyo único crimen era celebrar la Misa de San Pío V: “Tolle, tolle, crucifíge eum!”. 
   
El 15 de diciembre de 1975, el Padre Normandin se convirtió en el famoso “párroco en la calle”. Este evento tuvo un gran impacto en periódicos, radio y televisión. El Padre Normandin empezó a recibir testimonios de apoyo de todas partes, acompañados de peticiones urgentes para que celebrara la misa tradicional para distintos grupos de fieles. Estos llamados provenían tanto de Canadá como de Estados Unidos, pero el Padre Normandin decidió responder únicamente a los llamados de Canadá. El Padre Normandin se encontraba en los albores de un apostolado itinerante, que lo llevó de un extremo al otro de Canadá. Luego de haber sido expulsado de su parroquia en Montreal por un crimen de fidelidad a la Tradición, el “párroco en la calle” se encontró investido de una nueva parroquia, ¡que se extendería desde Nueva Escocia hasta Columbia Británica!
    
Esta epopeya duró nueve años, de 1976 a 1984. Cada fin de semana, el Padre Normandin abordaba un avión para visitar tantos lugares de culto como fuera posible. Su domingo en realidad comenzaba el sábado por la tarde en Stratford, Ontario, seguido de una misa de medianoche en Londres (Ontario) y luego una misa matutina en Toronto. Posteriormente, volaba a Winnipeg, Manitoba, donde lo esperaban para una misa a primera hora de la tarde. Inmediatamente después regresaba al aeropuerto para tomar un vuelo a Calgary o Edmonton, Alberta, donde otro grupo de fieles ya lo esperaba. A última hora de la tarde, otro vuelo lo llevaba a Vancouver, Columbia Británica. Finalmente, su última misa dominical la celebraba en Victoria, Columbia Británica. Después de tal actividad dominical, ¿creen ustedes que el Padre Normandin descansaba durante la semana? En lo absoluto: ¡aprovechaba la semana para visitar los pequeños centros de Misa, distribuidos a lo largo de la autopista transcanadiense! Durante la semana, su dormitorio eran los autobuses de la empresa Greyhound. También era bien conocido por las azafatas de Air Canada. Cuenta la leyenda que un día una de ellas le dijo: “¡Padre, usted vuela con más frecuencia que nosotras!”.
    
Una vez al mes, el Padre Normandin realizaba una breve visita al priorato de Shawinigan, antes de ir a la ciudad de Quebec, para visitar al Padre D’Anjou, un jesuita, que era su confesor. Desde allí, tomaba la carretera a New Brunswick y Nueva Escocia. A veces, también visitaba el seminario de Écône, en Suiza, y el seminario de Ridgefield, para asistir a las ordenaciones sacerdotales y reunirse con Monseñor Lefebvre.
   
En junio de 1984, el Padre Normandin tuvo la gran alegría de asistir a la ordenación sacerdotal de tres de sus acólitos, los Padres Jean Violette, Daniel Couture y André Lemieux.
     
Sin embargo, el cansancio se había apoderado de nuestro buen párroco, que entregó las armas después de la visita de Juan Pablo II a Canadá en septiembre de 1984. El Padre Normandin regresó a Montreal, donde el mismo Monseñor Grégoire, que lo había expulsado de su parroquia nueve años antes, le confió una parroquia para celebrar allí la Misa del Indulto. Como se ha dicho varias veces ante testigos, nuestro querido sacerdote tuvo entonces un momento de debilidad, que lo hizo caer en la trampa del Indulto. Podría celebrar la Misa de San Pío V, pero se le pidió que guardara silencio sobre la crisis de la Iglesia y que se distanciara de Monseñor Lefebvre, “el obispo rebelde” y de la Fraternidad San Pío X.
     
La travesía por el desierto del Padre Normandin duró de 1984 a 2006, época en la que se reanudaron las relaciones con la Fraternidad San Pío X. En compañía del Padre Roger Guéguen, tuve el honor y el privilegio de iniciar estas relaciones, a través de las visitas regulares al Padre Normandin, que entonces residía en el presbiterio parroquial Notre-Dame de la Garde, y luego en el de St-Irénée. Tras estos primeros contactos, que permitieron romper el hielo, se invitó al Padre Normandin a impartir el sacramento de la confesión durante la Misa Mayor dominical en la iglesia San José, iglesia de la FSSPX en Montreal, en la calle Dante. Inicialmente, acordamos visitas mensuales, pero pronto la frecuencia aumentó a cada dos semanas y finalmente se convirtió en una visita semanal. Estoy convencido de que estas visitas, que eran seguidas de una agradable comida en el sótano de la iglesia, ayudaron en gran medida a acercar al Padre Normandin a la FSSPX. Durante las comidas, ¡cuántas veces el Padre Normandin nos confió que sus verdaderos amigos estaban allí, en la Fraternidad!
    
En el otoño de 2009, el Padre Normandin tuvo que trasladarse del presbiterio de St-Irénée al de St-Zotique. Para acceder a su apartamento, había una escalera larga y empinada, cuyo ascenso suponía un verdadero suplicio para el Padre Normandin. ¡Era demasiado para nuestro sacerdote, que caminaba con ayuda de un bastón! Por lo tanto, tomó la decisión de retirarse oficialmente de la diócesis de Montreal, y ofrecer sus servicios a la Fraternidad San Pío X, en la medida de sus fuerzas. Pensó entonces en retirarse al priorato de Shawinigan, pero el Padre Jurgen Wegner, entonces Superior del Distrito, le sugirió que podría ser muy útil si se retiraba a las Residencias de la Preciosa Sangre, en Lévis, para fungir como capellán. La sencillez del Padre Normandin, quien respondió al Padre Wegner “sus deseos son órdenes”, causó una gran impresión en este último.
   
Durante casi cinco años, el Padre Normandin sirvió en la capellanía de las Residencias de la Preciosa Sangre, siempre que sus fuerzas se lo permitían. Luego pasó un tiempo en la Residencia San José, para personas con pérdida de autonomía. Posteriormente, a finales del verano de 2020, fue atendido por una familia de la Tradición, en Shawinigan, donde terminó sus días.
    
En el mes de octubre tuve el privilegio de visitar a nuestro querido sacerdote, para despedirme de él. Su estado de salud era muy débil, pero estaba tranquilo.
   
¡Que el ejemplo del Padre Normandin despierte en otros sacerdotes el valor de levantarse para defender la Misa de todos los tiempos y la Tradición bimilenaria de la Santa Iglesia Católica y Romana!
    
Padre Dominique Boulet,
Toronto, ON, 1 de enero de 2021
   
Sus exequias tuvieron lugar en el centro de Misa San José en Saint Césaire, Quebec, el 4 de Enero.
   
   
REQUIÉSCAT IN PACE

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