jueves, 19 de octubre de 2023

MES DE SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS – DÍA DECIMONOVENO

Compuesto por el Rev. P. Aniceto de la Sagrada Familia OCD en el año 1925.
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, con el corazón partido por el dolor que me causan los pecados cometidos contra Ti, vengo a pedirte perdón de ellos. Ten piedad de mí, oh Dios; según la grandeza de tu misericordia y según la muchedumbre de tus piedades, borra mi iniquidad. Mira mi humillación y mi trabajo, y perdona todos mis pecados. Espero de tus bondades que no entrarás en juicio con tu siervo. porque no hay entre los vivientes ninguno limpio, en tu presencia, y que me perdonarás todas mis culpas, y me darás la gracia para perseverar en tu santo servicio hasta el fin de mi vida. Amén.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Jesús! Maestro sapientísimo en la ciencia del amor, que aleccionaste en la escuela de tu corazón adorable a tu pequeñita esposa Santa Teresita del Niño Jesús, haciéndole correr por la senda del amor confiado hasta llegar a la cumbre de la perfección, yo te ruego te dignes enseñar a mi alma el secreto del Caminito de infancia espiritual como a ella se lo enseñaste; para esto vengo en este día a tu soberana presencia a meditar los ejemplos admirables que nos dejó tu regalada Santita. Escucha benigno las súplicas que ella por nosotros confiadamente te dirige. ¡Oh Jesús, si pudiera yo publicar tu inefable condescendencia con todas las almas pequeñitas! Creo que si, por un imposible, encontraras una más débil que la mía, te complacerías de colmarla de mayores gracias aún, con tal confiara por entero en tu infinita misericordia, Mas ¿por qué, Bien mío, deseo tanto comunicar los secretos de tu amor? ¿No fuiste tú solo quien me los enseñaste? ¿Y no puedes revelarlos a los demás? Ciertamente que sí, y puesto que lo sé, te conjuro que lo hagas: te suplico que fijes tus divinos ojos en todas las almas pequeñitas, y te escojas en este mundo una legión de Víctimas pequeñas dignas de tu amor… Dígnate escoger a la pobrecita de mi alma para el número de esa legión y haz, por tu piedad que, atraída por la fragancia de las virtudes de tu esposa, corra por la senda del bien hasta llegar a la perfección del amor. Amén.
   
DÍA DECIMONOVENO – 19 DE OCTUBRE
MEDITACIÓN: LAS AMISTADES
Ánima Jónathæ conglutináta est ánimæ David, et diléxit eum Jónathas quási animam suam (I Reg. XVIll, ). El alma de Jonatán se ligó estrechamente con el alma de David, y amóle Jonatán con toda su alma.

«Entre los conceptos teológicos que más atractiva hacen a mi sensibilidad la grandeza de Dios, es saber que la Divinidad tiene un horror al vacío y a la soledad». Dios lo llena todo, está presente en todo lugar, y no vive solo, es Trinidad y Trinidad creadora. El hombre participe las perfecciones divinas, es un ser que profesa un horror al vacío y odia la soledad.

Dios entre las grandiosas obras de sus manos aparece soberanamente providente, dando al hombre una compañera y a ésta un compañero, que vivirán el uno para el otro hasta la fusión del amor. El matrimonio es el summum de la amistad, lo mismo en el orden de la naturaleza que en el sublime de la gracia. El hombre, pues, por su naturaleza necesita la amistad.

El gran pensador Lacordaire escribió que la amistad es el consorcio de dos almas que se unen para realizar la labor de la vida.

Pensemos un momento y veremos que la labor de la vida, no es otra cosa que el desenvolvimiento total de las energías espirituales en orden a la verdad, la belleza y la bondad. Trilogía admirable que hace al hombre feliz en este mundo y glorioso en el otro. Porque, en verdad Dios sólo es verdad y belleza y bondad para el entendimiento humano y angélico.

La amistad no une las almas para el sentido sino para Dios. Que bien lo entendían los santos, pero de manera especialísima las dos Teresas, la madre y la hija, la maestra y la discípula: Santa Teresa de Jesús y Santa Teresita del Niño Jesús.

«Este amor se parece y va imitando al que nos tuvo el buen Jesús, que es la pasión de hacer que el alma a quien tiene amistad, ame a Dios para ser amada de Él… Es amor muy a su costa; no deja de poner todo lo que puede porque se aproveche; perdería mil vidas por un pequeño bien suyo. ¡Oh, precioso amor que va imitando al capitán del amor Jesús, nuestro bien!… Así ganan muy mucho los que tienen su amistad: y crean que, o los dejarán de tratar con particular amistad, o acabarán con nuestro Señor que vayan por su camino, pues van a una tierra como hizo Santa Mónica con San Agustín. No les sufre el corazón tratar en ellos doblez, porque si les ven torcer el camino, luego se lo dicen, o algunas faltas, no pueden consigo acabar otra cosa» (Camino de Perfección, VII).

Esta manera de amar es la que produce la amistad que se funda en Dios, y a ella van ordenados todos los deseos de los buenos amigos. La verdadera caridad consiste en soportar todos los defectos del prójimo, en no extrañarse de sus debilidades; pero he aprendido especialmente que la caridad no debe permanecer encerrada en el fondo del corazón; pues nadie enciende una antorcha para ponerla debajo de un celemín… sino que se la pone sobre un candelero, a fin de que alumbre a todos los que están en la casa (Luc. XI, 33). Me parece, Madre mía que esta antorcha representa la caridad que debe iluminar y alegrar, no sólo a aquellos que más quiero, sino a todos los que están en la casa.

¡Qué fin tan admirable el de la amistad, levar las almas amigas a Dios y escalar juntas las cimas del más sublime de los ideales!
   
Amar a una persona es amar su alma, y quererla más bella y más grande y más santa. La amistad no alcanza verdaderamente su objeto sino en cuanto contribuya al mejoramiento de nosotros mismos por el ejercicio de todas las virtudes. Dos amigos deben poder decirse lo que Jonatán a David: «Haré por ti cuánto tu alma me dijere», porque el alma de Jonatán se ligó estrechamente con el alma de David, y amáronse con toda el alma.
   
Medítese un momento y pídase la gracia que se desea recibir.
   
EJEMPLO: CONVERSIÓN DE UNA JOVENCITA LIBREPENSADORA
X. (Argelia), 6-8-1918.
Después de mi primera Comunión, caí en tal impiedad, llegando a adoptar la odiosa teoría de Renán, en su Vida de Jesús. Hasta la edad de trece años he vivido esta vida de pecado, de la cual me siento avergonzada aún estarla sumida en ella a no ser por la intervención de Sor Teresita.

En 1916 fui al campo a pasar el verano en compañía de una primita muy piadosa y más joven que yo. Conociendo mi pasión por la lectura, me ofreció un día el librito Llamamiento a las almas pequeñillas. En un principio leí sólo algunas páginas por darle gusto; cerré el libro, pero una voz interior me reprendió: «No sabrás nunca leer una cosa seria»; parecía repetirme y me vi forzada a abrir de nuevo el librito. Al llegar al pasaje que relata la profesión religiosa de la Santita, reproduciendo la oración que formuló ese día, caí de rodillas Vencida por la gracia y deshecha en lágrimas, conjuré a Sor Teresita a tener piedad mí, retirándome del abismo. Desde este momento he encontrado de nuevo la fe y la piedad, he comprendido la vanidad de las cosas de la tierra y no sueño más que en unirme a Dios para siempre, lejos del mundo. Quisiera dar a todos los pecadores este librito tan sencillo, pero tan precioso. Creo que nadie resistiría a su saludable influencia. En derredor mío ha obrado otra conversión.
X.

JACULATORIA: ¡Oh celestial Santita! Haz que sepamos conocer la Verdadera amistad que conduce al cielo.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA
¡Oh bienaventurada virgen Santa Teresita! que inflamada en el amor de Dios supiste conservar las amistades que las criaturas te prestaron «amándolas constantemente y encomendándolas en tus fervorosas oraciones», haz, piadosa intercesora que sepa amar y conservar el amor de mis amigos sintiendo verdadera alegría por el aprovechamiento de sus almas y padeciendo toda suerte de sacrificios  para procurárselos según tus enseñanzas; y para más obligarte te recordamos tus inefables promesas en favor de tus devotos con las siguientes:
  
DEPRECACIONES
  • ¡FIorecilla de Jesús, que con tus perfumes virginales atrajiste hacia ti las miradas del Esposo divino, haz que nuestras plegarias merezcan la bendición del cielo! Padrenuestro y Avemaría.
  • ¡Virgen graciosa!, que supiste iniciarte en el corazón del Rey celestial, oyendo de sus labios divinos «Todo lo mío es tuyo», haz que se derrame sobre mi corazón la gracia de tu protección poderosa. Padrenuestro y Avemaría.
  • ¡Oh celestial criatura!, que nos prometiste que tus oraciones serían en cl cielo bien recibidas, ruega por nosotros y arroja la abundancia de gracias sobre nuestras almas, como la lluvia de rosas que prometiste hacer caer sobre la tierra. Padrenuestro, Avemaría y Gloria Patri.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
¡Oh Jesús! Atraído suavemente por el imán poderoso de tu amor a la escuela donde tus manos graciosas señalan a las almas el camino de la virtud infantil, tomo la resolución de poner en práctica tus enseñanzas a imitación de tu pequeñita esposa Santa Teresita. ¡Oh Jesús divino! Tú, misericordiosamente, te dignaste mirarla, y con solo la mirada de tus ojos claros, serenos, vestida la dejaste de tu hermosura. Dígnate, pues, te lo pido con fe, recompensar este devoto ejercicio, con la dulce y misericordiosa mirada de tus ojos divinos. «Mas qué digo, ¡Jesús mío! Tú sabes muy bien que no es la recompensa la que me induce a servirte, sino únicamente tu amor y la salvación de mi alma». Te lo pido por la intercesión de tu florecilla regalada. ¡Oh querida Teresita! Es preciso que ruegues por mí, para que el rocío de la gracia se derrame sobre el cáliz de la flor de mi corazón, para fortalecerlo y dotarlo de todo cuanto le falta. ¡Adiós, florecilla de Jesús! Pide que cuantas oraciones se hagan por mí, sirvan para aumentar el fuego que debe consumirme. Amén.
  
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.