miércoles, 9 de octubre de 2024

MES DE LOS SANTOS ÁNGELES – DÍA NOVENO

Dispuesto por el padre Alejo Romero, y publicado en Morelia en 1893, con licencia eclesiástica.
  
MES DE OCTUBRE, CONSAGRADO A LOS SANTOS ÁNGELES, EN QUE SE EXPONEN SUS EXCELENCIAS, PRERROGATIVAS Y OFICIOS, SEGÚN LAS ENSEÑANZAS DE LA SAGRADA ESCRITURA, LOS SANTOS PADRES Y DOCTORES DE LA IGLESIA.
 
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Soberano Señor del mundo, ante quien doblan reverentes la rodilla todas las criaturas del cielo, de la tierra y del infierno; miradnos aquí postrados en vuestra divina presencia para rendiros los homenajes de amor, adoración y respeto que son debidos a vuestra excelsa majestad y elevada grandeza. Venimos a contemplar durante este mes las excelencias, prerrogativas y oficios con que habéis enriquecido en beneficio nuestro a esos espíritus sublimes que, como lámparas ardientes, están eternamente alrededor de vuestro trono, haciendo brillar vuestras divinas perfecciones. Oh Sol hermoso de las inteligencias, que llenáis de inmensos resplandores todo el empíreo, arrojad sobre nuestras almas un destello de esos fulgores, a fin de que, conociendo la malicia profunda del pecado, lo aborrezcamos con todas nuestras fuerzas, y se encienda en nuestros corazones la viva llama del amor divino, para que podamos camina por los senderos de la virtud, hasta llegar a la celestial Jerusalén, donde unamos nuestras alabanzas a las de los angélicos espíritus y bienaventurados, para glorificarlos por toda la eternidad. Amén.
   
DÍA NOVENO – LENGUAJE DE LOS ÁNGELES
   
MEDITACIÓN
PUNTO 1º. Considera, alma mía, que los Ángeles en el cielo no viven aislados o como encerrados y concentrados en sí mismos, sino que por el contrario, tienen entre sí las relaciones más íntimas y más estrechas que concebirse puedan, porque si en el mundo visible todos los seres están relacionados entre sí, con mayor razón en el mundo invisible deben reinar también relaciones y comunicaciones íntimas y estrechas, y como el bien es comunitario de si mismo, tendiendo siempre a participar de su perfección a otros seres y aun a reproducirse en naturalezas semejantes; por esto los Ángeles están en una comunicación constante los unos con los otros. En virtud de esta ley general que constituye la armonía de la naturaleza, los espíritus angélicos superiores, fortaleciendo la virtud intelectiva de los inferiores, hacen patentes a sus inteligencias las verdades más altas y universales a que no pueden alcanzar por solas sus fuerzas naturales: esto no es otra cosa que iluminarlos, y esta iluminación es locución o lenguaje de los Ángeles.
 
PUNTO 2º. Considera que lo que se verifica en la naturaleza corpórea, no es sino un símbolo o semejanza de lo que pasa en la naturaleza angélica: en los cuerpos que nos rodean, vemos, por ejemplo, que los planetas y la luna iluminados por el sol nos comunican sus luces, y que os cuerpos iluminados por ellos a su vez iluminan a otros de nuestra tierra. ¿Por qué pues los Ángeles superiores de un modo semejante no han de iluminar a sus inmediatos inferiores y esto a otros, así sucesivamente hasta llegar a los últimos? Si bien es verdad que todas iluminaciones es locución; por el contrario, no toda locución es iluminación, porque los Ángeles inferiores hablan a los superiores, pero no para iluminarlos sino para consultarles y manifestarles sus particulares voluntades, lo que no es iluminación sino locución simplemente; del mismo modo hablan con Dios par a conocer su voluntad y obedecerla. Hablar, pues, en los Ángeles no es otra cosa que manifestarse o dar a conocer a otro sus propios pensamientos; y este lenguaje les permite expresarse sin sonidos, sin movimientos ni ruidos. Pueden hablarse a largas distancias y oírse o, más bien dicho, entenderse sin la interposición de medios algunos, porque su locución es puramente intelectual; si el rico avariento desde lo profundo del infierno ha hablado a Abrahán que está en el cielo sin que lo impida la distancia local, mucho menos esta distancia local puede impedir la locución de un Ángel a otro Isaías refiere que los Serafines no sólo hablaban unos con otros, sino que clamaban: «Clamábant alter ad álterum». David, profetizando en un salmo la entrada triunfante de Jesús resucitado en el cielo, nos representa a los Ángeles inferiores preguntando a los superiores «¿quién es este Rey de la gloria?: ¿Quis est iste Rex Glóriæ?» y ellos respondieron: «el mismo Señor de las virtudes, el rey de la gloria». Y San Pablo dice así: «Si hablare el lenguaje de los hombres y de los Ángeles: Si línguis hóminum lóquar et angelórum». No dudemos, pues, que los Ángeles tienen un lenguaje especial por el cual no sólo hablan entre sí y con Dios, sino que también nos hablan a nosotros, escuchemos con docilidad sus voces misteriosas, que son las inspiraciones que sentimos muchas veces en el fondo de nuestras conciencias, reprendiéndonos el mal que hemos hecho o inclinándonos a la virtud que rehusamos practicar.
 
JACULATORIA
¡Oh espíritus bienaventurados, prestadme vuestro lenguaje para que pueda alabar dignamente a mi Criador y Redentor!
   
PRÁCTICA
Rezad todos los domingos el Trisagio a la Santísima Trinidad en unión de los Angélicos Coros. . Se rezan tres Padre Nuestros y tres Ave Marías con Gloria Patri, y se ofrecen con la siguiente:
   
ORACIÓN
Espíritus soberanos, que con vuestra elocuencia encantadora publicáis en 3 cielo y en la tierra las glorias del Altísimo; haced que los dulces ecos vuestras suavísimas voces, resonando en nuestros corazones, nos enseñen el modo más digno de alabar, bendecir y glorificar a nuestro amable Redentor por toda la eternidad. Amen.
 
EJEMPLO
En el año 304 vivía en Roma una mujer llamada Áglae, noble y rica. que tenía sesenta y un intendentes para gobernar sus inmensos bienes, cuyo jefe era un hombre perverso llamado Bonifacio con quien mantenía un comercio criminal. Áglae movida a compunción llama un día a Bonifacio y le dice: «Ya ves en que pecados hemos caído, olvidando que hemos de comparecer un día en el tribunal de Dios. Oí decir a los cristianos que sirviendo uno a los santos que pelean por Jesucristo tendrá un día parte en su reino. Acabo también de saber que varios siervos de Jesucristo sufren por Él grandes tormentos en Oriente, ve pues y traerme reliquias de santos mártires, a fin de que honrándolos y edificándoles oratorios, seamos salvos por su intercesión». Parte Bonifacio con gran cantidad de oro para procurarse las reliquias y al marchar dice por chanza: «Áglae, ¿si hallo reliquias de santos las traeré; más si vienen mis reliquias bajo el nombre de mártir, recíbelas». «Déjate de locuras», contesto Aglae, «y piensa que vas a buscar reliquias de santos, que yo pobre pecadora, te aguardo rogando a Dios todopoderoso que envíe su santo Ángel delante de ti, guíe tus pasos y cumpla mis designios sin acordarse de mis pecados». Marcha Bonifacio, llega a la ciudad de Tarso donde martirizaban a varios cristianos, los ve en los más horribles tormentos en número de veinte. Acércase Bonifacio a ellos, y besándolos con respeto exclama: «Grande es el Dios de los mártires, os suplico encarecidamente, oh siervos de Jesucristo, que roguéis por mí, a fin de que entre con vosotros en el combate que sostenéis contra el demonio». Advirtiólo el gobernador y dijo enfadado: «¿Quién es ese que se burla de los dioses y de mí? Que le prendan y presenten a mi tribunal», lo cual hecho «¿Quién eres tú, dice, que así desprecias el resplandor de mi dignidad?». Bonifacio responde: «Soy cristiano y desprecio tus falsos dioses. El juez de nuevo le pregunta: ¿Cómo te llaman?». Bonifacio contestó: «Ya te lo he dicho, soy cristiano y si quieres saber mi nombre, me llaman Bonifacio». Enfurecido entonces el juez, hizo que le aplicaran varios tormentos, entre ellos hacerle beber plomo derretido y arrojarle en una caldera de pez hirviendo, no habiéndole sucedido ningún mal, por lo cual espantado el gobernador mandó que le cortaran la cabeza, procurándole así la corona del martirio. Entre tanto los compañeros buscaban a Bonifacio, y sabiendo que lo han martirizado rescatan su cuerpo, el cual después de embalsamado y envuelto en lienzos preciosos lo ponen en una litera y emprenden su viaje, alabando a Dios por tan feliz suceso. En esos momentos apareció un Ángel a Áglae y le dijo: «El que era tu esclavo es ahora nuestro hermano; recíbele como a tu Señor y colócale dignamente: los pecados te serán perdonados por su intercesión». Levántase ella prontamente, reúne eclesiásticos piadosos y llevando todos cirios y perfumes, salen al encuentro de las santas reliquias. Hizo luego edificar un oratorio digno del santo mártir, donde se obraron muchos milagros; y renunciando Áglae para siempre al mundo, se consagró enteramente al servicio de Jesucristo hasta su muerte.
     
ORACIÓN A LA REINA DE LOS ÁNGELES PARA TODOS LOS DÍAS
Oh, María, la más pura de las vírgenes, que por vuestra grande humildad y heroicas virtudes, merecisteis ser la Madre del Redentor del mundo, y por esto mismo ser constituida Reina del universo y colocada en un majestuoso trono, desde donde tierna y compasiva miráis las desgracias de la humanidad, para remediarlas con solicitud maternal; compadeceos, augusta Madre, de nuestras grandes desventuras. El mundo no ha dejado en nosotros más que tristes decepciones y amargos desengaños; en vano hemos corrido en pos de la felicidad mentida que promete a sus adoradores, pues no hemos probado otra cosa que la hiel amarga del remordimiento, y nuestros ojos han derramado abundantes lágrimas que no han podido enjugar nuestros hermanos. Por todas partes nos persiguen legiones infernales incitándonos al mal, y no tenemos otro abrigo que refugiarnos bajo los pliegues de vuestro manto virginal, como los polluelos perseguidos por el milano no tienen otro asilo que agruparse bajo las alas del ave que les dio el ser. Por esto, desde el fondo de nuestras amarguras clamamos a Vos para que enviéis hasta nosotros y para nuestra defensa a los espíritus angélicos, de quienes sois la Reina y Soberana, a fin de que nos libren de sus astutas asechanzas y nos guíen por el recto camino de la felicidad. Amén.

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