Antier 23 de Diciembre, ocho individuos armados pegaron fuego a un “árbol de Navidad” en la ciudad de Suqaylabiya (Seleucópolis o Seleucia ad Belum), en la provincia de Hama al noroeste de Siria, dos días después que este fuera inaugurado.
De acuerdo a fuentes locales, los sujetos pertenecientes a “Partidarios del Monoteísmo” (en árabe Ansar al-Tawhid, una escisión de la extinta organización fundamentalista “Soldados de al-Aqsa”) incendiaron parte del elemento decorativo y con sus armas intimidaban a la población para que no se les acercaran. Solo después de su cometido, huyeron del lugar y entonces los bomberos apagaron las llamas.
Sin embargo, no fue un hecho aislado en la provincia de Hama. El 10 de Diciembre,los jueces alauíes (la rama islámica a la que pertenece la familia Ásad) Mundhir Hassan y Mahmoud Hammoud de Masyaf y Youssef Ghanoum de la ciudad de Al-Qadmus fueron asesinados en la carretera Hama-Masyaf y sus cuerpos fueron arrojados en el cruce de la aldea de Rabiah, y el día 18 irrumpieron la sede arzobispal de Suqaylabiya, buscando derribar la cruz y vandalizaron el cementerio.
Como reacción, hubo varias manifestaciones de cristianos esa noche en Suqaylabiya, y al día siguiente en la capital siria, Damasco, empuñando cruces y la “bandera de la Independencia” (usada por los terroristas anti-Ásad y actual bandera de facto de Siria). En la primera, las protestas se dirigieron hacia el cuartel general del comando de las milicias que controlan la ciudad coreando consignas como «Cruz y arma» y «Somos soldados de Cristo».
En la capital, los manifestantes, provenientes de los barrios Kashkoul, al-Kabbas, al-Duwaileh, at-Tabbaleh, Puerta de Santo Tomás (el barrio cristiano de la Ciudad Vieja de Damasco), al-Qassaa (un barrio de la municipalidad de Saruja, extramuros de la Ciudad Vieja), Nueva Alepo (un barrio de Alepo), y las ciudades de Sahnaya, Saydnaya, Valle de los Cristianos, Jaramana, Sahnaya Ashrafí (fundada por Al-Ashraf ibn al-Adil, un sobrino-nieto de Saladino) y Nueva Artúz corearon «Queremos los derechos de los cristianos», «Siria es libre, los no sirios deben irse», y «Sacrificamos nuestras almas y nuestra sangre por Cristo» mientras caminaban por las calles de Damasco hasta la sede del Patriarcado melquita greco-ortodoxo en la Calle Recta, cerca a la Puerta Oriental de Damasco.
El párroco greco-ortodoxo de Suqaylabiya Maher Hadad, dijo a una emisora local que los responsables eran de Uzbekistán, pero que fueron detenidos poco después por la Seguridad general. Por su parte, un clérigo islámico perteneciente a las milicias que controlan la ciudad declaró que el árbol sería restaurado y que los responsables del ataque serán duramente castigados.
Por su parte Ahmed Huseín al-Charaa, alias “Abu Mohamed al-Golani”, líder de la Organización para la Liberación del Levante, dijo que el nuevo gobierno protegerá a las minorías religiosas y étnicas, y declaró festivos los días 25 y 26 de Diciembre. Con todo, se han reducido las celebraciones por seguridad, y los cristianos en Siria permanecen en incertidumbre, tanto que uno de los manifestantes en Damasco fue tajante en sus declaraciones a la AFP:
«Hemos salido porque hay mucho sectarismo e injusticia contra los cristianos en nombre de acciones individuales. O vivimos en un país que respeta nuestro cristianismo y estamos seguros en este país como antes, o nos abren la puerta del asilo eclesiástico para que podamos irnos al extranjero».
Suqaylabiya es una ciudad de mayoría cristiana melquita greco-ortodoxa, que cuentra con 17.300 habitantes. Además de las iglesias de San Pedro y San Pablo, y el monasterio de la Dormición, allí se encuentra una “mini Santa Sofía”, construida en 2022 con apoyo ruso después que la original fuera convertida nuevamente en mezquita por el presidente turco Erdoğan (el día de su inauguración, un mortero lanzado por los terroristas contra la iglesia causó dos muertos y doce heridos).
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Un incidente similar se presentó en la ciudad libanesa de Trípoli. Un hombre en motocicleta vertió gasolina y pegó fuego al árbol de Navidad inaugurado el 20 de Diciembre en la céntrica rotonda El-Nini por Johnny Nahas, presidente de la Asociación de Desarrollo del Líbano, en compañía del ministro de información Ziad Makary, el arzobispo maronita de Trípoli José Souief (quien se refirió al árbol como el árbol de Ramadán o el árbol del Aíd al Fitr –lo que conlleva a preguntar varias cosas–), el metropólita melquita greco-ortodoxo de Trípoli, Cora y sus dependencias Efrén Kyriakos, el administrador patriarcal grecocatólico de Baalbek y Hermel Edward Daher, y otras personalidades.
Un vídeo que se viralizó en Siria muestra al patriarca siro-ortodoxo Mar Ignacio Efrén II Karim diciendo a los que iban a salir a protestar desde la Puerta de Santo Tomás:
ResponderEliminar«Cristo el Señor es el único que nos redimió y el único que nos salva. Somos discípulos de Cristo, oímos Su palabra, somos discípulos de Cristo y eso es lo más importante. Rechazamos ser ciudadanos de segunda clase o tratados como algo remplazable, no queremos eso, para nada. Estamos aquí en este país antes que cualquier otro, pero estamos listos para vivir con todos los hijos e hijas de Siria en amor y paz».
Ya quisieran los modernistas que ese asqueroso del Parolín o el lambón del nuncio Zenari tuviesen semejante discurso.