Un memorando enviado a los presbíteros del Brabante Valón (uno de los tres vicariatos de la Archidiócesis de Malinas-Bruselas, creado en 1962 por el cardenal Leo Josef Suenens) el 6 de Noviembre, les recomienda incluir al delegado episcopal [= coordinador territorial en una región de la diócesis, cuando no hay vicario] en el Meménto de las Plegarias Eucarísticas.
De por sí, ya es un abuso porque en el Meménto (al menos en el Canon de los ritos occidentales) solo se debe nombrar al Papa y al obispo diocesano del lugar (y en el caso de iglesias exentas como las abadías, al obispo al que recurren para las ordenaciones), porque el meménto en el Te ígitur es una declaración de jurisdicción. No se puede nombrar a más ninguno, sea rey, obispo emérito, coadjutor, auxiliar, administrador diocesano, vicario, prefecto, o superior provincial. NIN-GU-NO.
Pero ahora viene lo más grave: el delegado episcopal para el Vicariato del Brabante Valón es una mujer: Rebecca Charlier-Alsberge, de 42 años de edad, esposa de Yannick Alsberge, madre de cuatro hijos y psicóloga de profesión. Nombrada en Noviembre de 2023, asumió el cargó el 1 de Enero próximo pasado en remplazo del obispón auxiliar Jean-Luc Hudsyn, que pasó a retiro. Y (poner los ojos en blanco), ella misma es la que firma el memorando.
La señora Alsberge dice en su recomendación (que fue consultada con el arzobispón Luc Terlinden que los presbíteros incluyan su nombre en las plegarias eucarísticas (las traducciones son tomadas de la 3.ª edición del Misal Romano, publicada por la Conferencia Episcopal Española):
- PLEGARIA EUCARÍSTICA I: «con tu servidor el Papa N., con nuestro obispo N., nuestra delegada episcopal N. y todos los que, fieles a la verdad, promueven la fe católica y apostólica».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA II: (la cual sirvió de referencia): «Acuérdate, Señor, de tu Iglesia extendida por toda la tierra; y con el Papa N., con nuestro Obispo N., con nuestra delegada episcopal N., y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, llévala a su perfección por la caridad».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA III: «Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en la tierra: a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N., al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos, a nuestra delegada episcopal N., y a todo el pueblo redimido por ti».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA IV: «Y ahora, Señor, acuérdate de todos aquellos por quienes se ofrece este sacrificio: de tu servidor el Papa N., de nuestro Obispo N., del orden episcopal y de los presbíteros y diáconos, de nuestra delegada episcopal N., de los oferentes y de los aquí reunidos, de todo tu pueblo santo y de aquellos que te buscan con sincero corazón».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA DE LA RECONCILIACIÓN I: «Guárdanos siempre en comunión de fe y amor, con nuestro Papa N., y con nuestro Obispo N., y nuestra delegada episcopal N. Ayúdanos a esperar la venida de tu reino hasta la hora en que nos presentemos a ti, santos entre los santos del cielo, con santa María, la Virgen Madre de Dios…».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA DE LA RECONCILIACIÓN II: «Acéptanos también a nosotros, Padre santo, juntamente con la ofrenda de tu Hijo, y en la participación de este banquete concédenos tu Espíritu, para que desaparezca todo obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia resplandezca en medio de los hombres como signo de unidad e instrumento de tu paz. Que este Espíritu, vínculo de amor, nos guarde en comunión con el Papa N. y nuestro Obispo N., con los demás Obispos, nuestra delegada episcopal N., y todo tu pueblo santo. Recibe en tu reino a nuestros hermanos que se durmieron en el Señor…».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS I “La Iglesia en camino hacia la unidad”: «[…] concédenos, por la fuerza del Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por siempre entre el número de los miembros de tu Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos. Renueva, Señor, a tu Iglesia [que está en N.], con la luz del Evangelio. Consolida el vínculo de unidad entre los fieles y los pastores de tu pueblo, con nuestro Papa N., nuestro Obispo N., todo el orden episcopal, y nuestra delegada episcopal N., para que tu pueblo brille, en este mundo dividido por las discordias, como signo profético de unidad y de paz».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS II “Dios guía a su Iglesia por el camino de la Salvación”: «Fortalécenos en la unidad, Señor, a los que hemos sido invitados a tu mesa: para que con nuestro Papa N., nuestro Obispo N., con todos los obispos, presbíteros y diáconos, nuestra delegada episcopal N., y todo tu pueblo, caminemos por tus sendas en la fe y la esperanza, y manifestemos al mundo la alegría y la confianza».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS III “Jesús, Camino hacia el Padre”: «Vivifícanos con tu Espíritu, Padre omnipotente, por la participación en estos misterios, y haz que nos configuremos a imagen de tu Hijo; consolídanos en el vínculo de la comunión con nuestro Papa N., nuestro Obispo N., con todos los obispos, presbíteros y diáconos, nuestra delegada episcopal N., y todo tu pueblo. Haz que todos los fieles de la Iglesia sepan discernir los signos de los tiempos a la luz de la fe y se consagren plenamente al servicio del Evangelio. Concédenos estar atentos a las necesidades de todos los hombres para que, participando en sus penas y angustias, en sus alegrías y esperanzas, les mostremos fielmente el camino de la salvación y con ellos avancemos en el camino de tu reino».
- PLEGARIA EUCARÍSTICA PARA DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS IV “Jesús, que pasó haciendo el bien”: «[…] concédenos, por la fuerza del Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por siempre entre el número de los miembros de tu Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos. Lleva a tu Iglesia, Señor, a la perfección en la fe y en la caridad, con nuestro Papa N., nuestro Obispo N., con todos los obispos, presbíteros y diáconos, nuestra delegada episcopal N., y todo el pueblo redimido por ti. Abre nuestros ojos para que conozcamos las necesidades de los hermanos; inspíranos las palabras y las obras para confortar a los que están cansados y agobiados…».
ítem lo anterior, sugiere que cuando se requiera su presencia en alguna celebración y en las visitas a las “unidades pastorales” (aglomeración de parroquias), ella:
- Puede ir al lado del presbítero celebrante en la procesión de entrada, ocupando luego un lugar preferencial en la primera fila (cosa que ya hizo el pasado 1 de Diciembre cuando acompañó al arzobispón Terlinden en la parroquia brabanzona de Nuestra Señora de Tangissart en la “unidad pastoral” de Dyle y Thyle).
- Puede dirigirse a los presentes, sea al comienzo de la celebración, después del Evangelio a efectos de “resonancia” (en Mayo, dio una homilía a dos voces con el presbítero Charles Delhez SJ en la parroquia de los Santos María y José de Blocry, como se ve al comienzo de este artículo), o antes de la bendición final.
- Recibirá el signo de paz del presbítero celebrante.
- Finalizado el servicio, puede saludar junto al presbítero celebrante a la congregación en el atrio de la iglesia.
Constantemente Bergoglio y sus representantes de franquicia andan de arriba para abajo hablando (con un látigo en la mano) contra el “clericalismo”. Pero, consecuencia también de la herejía del “sacerdocio común de los fieles” entronizada en Lumen Géntium, se ha presentado y potenciado la “clericalización” de los laicos, y ante eso, se hacen los ignorantes.
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