Novena compuesta por el Rev. P. Don José de Sierra, y publicada en Madrid a expensas de D. Nicolás Enez y Doña Brígida Alcolea, devotos de esta Soberana Señora y Congregantes de su Hermandad de Socorro, por la imprenta de Don Francisco Javier García en 1762.
MOTIVO Y MISTERIO DE ESTA SANTA NOVENA
Los muchos y grandes milagros que nuestro Dios Omnipotente obra por la intercesión de nuestra Madre y Señora María Santísima, con el título de la Leche y Buen Parto, nos obligan a que se publique esta Novena devotísima, satisfaciendo de este modo a la devoción de muchas personas piadosas que la deseaban.
Entre los trofeos ilustrísimos que la diestra del Altísimo levantó para crédito de su Poder y demostración de su Piedad, resplandece gloriosa la Imagen
de María Santísima de da ;Leche y Buen Parto, obsequiada del santificado Infante Bautista, que con atención misteriosa está mirando al Divino Niño
Jesús en las virginales manos de su Madre purísima; porque como en el vientre de su madre Isabel le causo tan admirable gozo el Misterio de la Encarnación del Verbo Divino, no pudo menos de mirarle, como en un cristalino
espejo, en la Humanidad Sacrosanta de
nuestro Salvador, luego que nació al
mundo el santificado Precursor de Jesucristo.
Para entrar en el Portal de Belén con sencilla limpieza de corazón y eficaz deseo de mística perfección, no es fácil ir sin llevar la luciente Antorcha del mundo San Juan Bautista, que ardió y resplandeció con la Gracia del Divino Verbo Encarnado; porque como Precursor de nuestro Redentor Jesucristo, brilla misterioso en todos los Sagrados Misterios de nuestra redención desde que se anunció a María Santísima la Encarnación del Verbo Divino, hasta que vino el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. Columna Mística de los fieles veneramos todos la Emperatriz de los Cielos, quien templa los rigores de la Divina Justicia, y nos alumbra para que no nos precipitemos en la oscuridad del pecado. A Jesucristo, Autor de la Gracia, pedimos, suplicando por medio dе María Santísima, Madre de la Divina Gracia, para lo cual es admirable conducta ser dirigidos por el Lucero de la Gracia San Juan Bautista,
quien para nuestra mística dirección fue del Eterno Padre escogido Ángel por
Gracia.
Lo misterioso de esta Novena devotísima, que es el Parto purísimo de
la Virgen Madre, se manifiesta con la santificación de San Juan Bautista, porque el Supremo Señor quiso, purificándole de la mancha del pecado original en las entrañas de su madre, tomar posesión del oficio de Salvador luego que
se hizo Hombre en el Tálamo Virginal de la Virgen María, para que el santificado Infante resplandeciese Lucero del
Sol de Justicia, mediante la Luna llena de Gracia.
Los principales Devotos de Nuestra Señora de la Leche y Buen Parto están congregados para cantar con solemnidad su Santísimo Rosario, y tienen con la Reina de los Ángeles al santificado Niño San Juan Bautista por Celador de su debido cumplimiento, porque desde el claustro materno prosiguió por boca de
su madre la Salutación Angélica y, podemos inferir piadosamente, que en la
cárcel rezaría el Santo Rosario el que siempre a lo piadoso inclinaba su pensamiento. Estando en prisión rigurosa el glorioso Precursor, hizo nuestro Divino
Maestro la oración del Padre nuestro, de la cual, como de los milagros y sermones, dieron cuenta al Bautista sus
discípulos; y todo era cumplido gozo
para el fiel Amigo del Señor: ¿con que
en la cárcel San Juan rezaría la oración
del Padre nuestro? Ello es conforme a
razón. Y el Gloria Patri, ¿cuándo lo
rezó el Grande Bautista? ¿Y cuándo (preguntemos todos) faltó en la boca del
Grande Bautista el himno de Glorificación? Responda la solemnidad misteriosa del Jordán, que el Apóstol del Eterno Padre, Precursor del Unigénito Hijo y Discípulo del Espíritu Santo, siempre,
glorificó a la Beatísima Trinidad: con
que habiendo el Grande Bautista proseguido la Salutación Angélica desde el vientre de su madre Santa Isabel, rezado la oración del Padre nuestro en la
cárcel, y traído siempre en sus labios el
himno de Glorificación, podemos decir piadosamente que en la cárcel rezaría el Santísimo Rosario el santificado Varón. Por esto parece que los Congregantes de nuestra Señora de la Leche y Buen Parto escogieron y veneran por Celador del Santo Rosario al santificado Niño Juan, Glorioso Precursor de Jesucristo, para feliz aumento de su gran devoción.
Suponemos que la segunda parte
de la Salutación Angelica es disposición de nuestra Madre la Iglesia; y que la formalidad con que se solemniza el Santo
Rosario, se debe a su celo religioso; pero aunque bajo muchos y misteriosos
títulos veneramos con la devoción del
Santísimo Rosario a la Reina de los Ángeles: bajo el titulo elevado de la Leche y Buen Parto todos estamos obligados, por muchas circunstancias, a la Emperatriz de los Cielos, porque como
es de Madre no solo engendrar, sino
también sustentar, y esta Soberana Señora, dando un pecho a su proprio y Divino Hijo, daba el otro al género humano, su hijo adoptivo: alimentándonos espiritualmente con la mística ambrosia de sus virginales pechos, es evidente que todos estamos obligados a María Santísima de la LECHE Y BUEN PARTO Esta Reina Soberana y Madre nuestra mereció mas en la Concepción de su Hijo precioso que todos los Santos en sus acciones y méritos; dándole el néctar suavísimo de su purísima Leche, mereció más que todos los Santos Mártires derramando su sangre: por lo cual, según expresó el Dulcísimo Padre San Bernardo, ninguna merced nos viene del Cielo sin que pase por las manos de María Santísima («Nihil nos Deus habére vóluit, quod per Maríæ manus non transíret». Sermón 3.º de la Vigilia de la Natividad del Señor, in fine), a quien todos amamos, y especialmente reverenciamos todos sus Devotos, bajo el título de la LECHE Y BUEN PARTO, dirigidos por la atención y vigilancia del santificado Infante
Bautista, místico celador del Santísimo Rosario.
TIEMPO Y MODO DE HACER ESTA SANTA NOVENA
Entendido el motivo y considerado el misterio de esta Novena según se ha explicado, y suponiendo que en todo tiempo y lugar podemos alabar a Dios y a su Santísima Madre, pidiendo el remedio de todas nuestras necesidades espirituales y temporales, decimos hay tres tiempos a propósito para
hacer esta Santa Novena: El primero es en la Fiesta de la Expectación de Nuestra Señora, día 18 de Diciembre: El segundo en la Fiesta de la Purificación de la Virgen María, día 2 de Febrero: El tercero es en la Fiesta de la Visitación de la
Madre de Dios a Santa Isabel, día 2 de Julio, comenzando el santo ejercicio
ocho días antes, para finalizarla en el día
festivo de la Reina Soberana. Los que viviendo en santo Matrimonio desean
sucesión, y las señoras mujeres que sin duda quieren felicidad en sus partos,
siempre y cuando quisieren la pueden
hacer: y les aconsejo no se descuiden, porque los hijos de oraciones han sido
muchos, celebérrimos en el Testamento Viejo y Nuevo.
El modo de hacer esta Novena devotísima es, disponiéndose para confesar y comulgar uno o más días en este
término, según parecer de Confesor
prudente: se ha de poner el devoto ante la Imagen de María Santísima con
compostura interior y exterior, de rodillas o sentado, según pudiere: ha
de pedir a la Divina Majestad gracia
para conseguir todas las virtudes, y en particular contra el vicio o tentación que más le precipita o molesta;
y para suplicar, por medio de María
Santísima, el especial favor que pretende, comenzará persignándose con la
señal de la Cruz, y diciendo el Acto de
Contrición, proseguirá las Oraciones
con el orden que están puestas; y dirá
en todos los nueve días la Oración: «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», finalizando siempre la Novena
como en el día primero está puesto.
LA MARGARITA PRECIOSA: NOVENA DEVOTÍSIMA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE LA LECHE Y BUEN PARTO
ACTO DE CONTRICIÓN
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador de todas las cosas visibles e invisibles, Dueño de mi vida y Redentor de mi alma: pésame Señor, de todo corazón, de haberos ofendido, solo por ser Vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas; propongo firmemente, ¡oh Dios mío!, la perfecta enmienda de mi vida, pésame, Señor, de lo poco que he sentido la repetición de mis maldades, prometo, Padre de Misericordias, hacer una verdadera y entera confesión de todas mis culpas y pecados, con verdadero dolor y constante propósito de no volver a ofenderos, apartándome de toda ocasión perniciosa. Espero, Señor, en vuestra Divina Misericordia me habéis de perdonar, dándome vuestra gracia, para que, recuperando, en lo que me resta de vida, lo mucho que he perdido, pueda enmendar mis yerros, perseverar en vuestro servicio, y gozaros por eternidad de Gloria. Amén.
℣. Señor, escucha mi oración.
℟. Y mi clamor llegue hasta Ti.
℣. El Señor esté con vosotros.
℟. Y con tu espíritu.
℟. Y con tu espíritu.
ORACIÓN
Ábranse, Señor, los oídos de tu misericordia a las súplicas de los que te imploran; y, para que les concedas lo que desean, haz que pidan lo que te es grato conceder. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
DÍA PRIMERO
CONTEMPLACIÓN
Puesta María Santísima de rodillas,
y suspensa en éxtasis de contemplación llena
dulzura Divina, parió en el Portal de Belén a nuestro amantísimo Redentor Jesucristo. Elevemos nuestro entendimiento ilustrado con las tres Virtudes Teologales, al Misterio de la Encarnación del Verbo Divino, y consideremos lo misterioso de la Anunciación de San Juan Bautista.
ORACIÓN
Soberana Reina de los Cielos, Señora de los Ángeles, Estrella brillante de Jacob, que floreciendo con perfección admirable, y resplandeciendo ilustrada con la virtud del Altísimo, constituida Templo del Señor Supremo para sosegar los suspiros de los Santísimos Patriarcas, que deseaban la venida de nuestro Salvador, fuisteis visitada, saludada y loada del Arcángel San Gabriel en vuestro ejemplar Oratorio después que al Justo Zacarías en el Templo anunció el Embajador del Cielo el feliz Nacimiento de San Juan Bautista, para que fortificada con Fe, Esperanza y Caridad, y ensalzado Sagrario del Espíritu Santo, fuese concebido en vuestro Tálamo virginal, con inefable gozo de vuestra Alma Santísima, el Hijo de Dios Eterno, quien, sin apartarse de su Eterno Padre, humillándose a tomar nuestra naturaleza bajó del Cielo para nacer en el pobre Portal de Belén, Divino Sol de Justicia, y resplandecer humilde en un Pesebre, Perla preciosa de eterna redención, suplicámoste Señora, Carroza animada del Divino Verbo Encarnado, por tan especiales prerrogativas, por el duplicado gozo que en la Embajada del Arcángel San Gabriel recibió vuestro Corazón, publicada la concepción del precioso Infante Bautista, signo misterioso de universal Redención; y por la espiritual alegría, que tuvisteis en vuestro Parto purísimo, adorando a nuestro Dios vestido de carne mortal, que, ilustrados con las tres Virtudes Teologales, y dirigidos por la grande santidad del Señor San Juan Bautista, nos admitáis en esta Novena devotísima esclavos humildes y del profundo abismo de mi nada os pido, Madre clementísima de pecadores, que para sacar de mi corazón el tributo de amor, que a Vos es muy debido, abráis con llave de luz las puertas de mi corazón, y me habilitéis para alcanzar de vuestro muy amado Hijo el favor particular que deseo, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
A honor y gloria de la Trinidad Beatísima, se reza tres veces la oración del Ave María, y al fin se dice un Gloria Patri, lo cual se hace en toda la Novena.
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios te salve María, Criatura excelentísima, en la realidad humana, en perfecciones cuasi Divina, dotada por el Altísimo con grandes honras, triunfáis enriquecida con especiales privilegios. A Vos, Madre, Reina y Señora nuestra, recurrimos todos vuestros devotos en esta Novena, porque brilláis Milagro de la Gracia, y de la Omnipotencia Virgen Madre, resplandeciendo admirable Misterio de Cielo y Tierra, habiendo engendrado en tiempo un Hijo, a quien el Eterno Padre engendra en la Eternidad, para hacernos visible a nuestro Dios hecho Hombre, pariéndole sin dolores en Belén, por tan gloriosas prerrogativas, y por el grande gozo que tuvisteis, acompañada de vuestro castísimo Esposo José, viendo, Aurora de la Gracia, en un Pesebre, Oriente del Divino Sol de Justicia, al Divino Verbo Encarnado Preciosa Perla, Margarita de vuestras purísimas Entrañas; os suplicamos humildes, Reyna Soberana, nos alcancéis de vuestro Hijo poderoso, pureza de corazón, para qué, regalándole nuestro espíritu, como el del Dulcísimo Padre San Bernardo, con la celestial ambrosía de vuestros virginales pechos, logremos todos el favor que pretendemos, y si no nos conviene, abrasad, Señor, nuestros corazones en los amorosos incendios de vuestro Hijo Santísimo, para que clamando con interior recogimiento, solo pidamos lo que es del agrado de la Majestad Divina. Amén.
Aquí, con recogimiento interior, se pide a Dios, y a su Santísima Madre, lo que más le conviene a cada uno, y después de breve tiempo se prosigue con la oración, diciendo en voz alta:
Bendito sea el día en que nacisteis,
Precursora del Sol Divino: precioso y
misterioso fue el día de vuestro feliz Nacimiento, Rayo de luz Divina; porque en tan dichoso día decretó la Iglesia
Católica que en todo el Orbe se festejase la Solemnidad del Santísimo Sacramento del Altar, reconociendo nacisteis Causa de nuestra alegría para
darnos el Pan de Ángeles en el Portal de Belén, donde el Verbo Encarnado
quiso nacer entre pastores, bajando del
Cielo Pan verdadero, porque vino a
enseñarnos Pastor humilde, y redimirnos manso Cordero. ¡Oh Reina de los
Cielos! Hija, Esposa y Madre de
Dios, festejada de los Ángeles, servida de los pastores, obsequiada de los
Reyes, y alabada de todas las criaturas: vuestro Parto muy glorioso abrió
las puertas del Paraíso, llenó el Cielo de regocijo, y a la Trinidad Beatísima
dio accidentales glorias: por lo que todos pedimos nos defendáis de toda
aflicción espiritual y temporal, fortificándonos con vuestro Real Patrocinio en la Fe, Esperanza y Caridad. Con la viveza y eficacia que el santificado
Niño Juan, Serafín Bautista, miraba y contemplaba, Señora, en vuestras manos virginales al Divino Infante Jesús, Perla preciosa de nuestra Redención,
debemos exclamar diciendo: Bendito
sea el claustro virginal que os trajo
nueve meses, ¡oh dulcísimo Jesús!, y,
benditos los Pechos que os alimentaron, ¡oh amado Redentor! A Vos, ¡oh Emperatriz de los Cielos!, escogida de la Beatísima Trinidad, para que nos
trajerais la vida que nos quitó Eva,
pedimos y suplicamos, honrados con
la mística dirección del santificado Bautista, alcancéis de vuestro muy amado Hijo conceda perfecta paz a la Iglesia Católica; a nuestro Católico Monarca salud y multiplicadas felicidades en su gobierno; a los pecadores perdón; a los que viven en matrimonio,
paz; a las mujeres estériles fecundidad y en sus partos felicidad, para que en todo y por todo sea loada su
Divina Majestad; y si el favor especial que pido no me conviene, cúmplase
la voluntad del Altísimo y sirvan de místicos rayos a mi corazón las humildes pajas del Pesebre donde estuvo
este Divino Sol; y gobernadme Vos en
todo con vuestra Divina luz, ¡oh Aurora de mi alma!, para que os ame como
a Madre, os obedezca como a Reina y como a Señora os sirva en todas mis
obras, palabras y pensamientos. Amén.
Una salve a María Santísima.
GOZOS
Pues sois estrella segura,
Divina Sagrada Aurora:
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
De la suprema sagrada
Heroicamente divina
Sois Vos sola peregrina,
Ab ætérno preservada,
La casa más agraciada,
De su bella arquitectura
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Sois el arca soberana
En donde el Noé segundo,
Para redimir al mundo,
Gloriosamente se humana,
De quién todo el bien dimana
En el puerto que asegura.
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Sois el jardín prodigioso
De cuyo seno divino,
Al mundo, nació el más fino
Sagrado lirio oloroso
De cuyo candor glorioso
Dimana toda ventura.
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Sois el mar en donde advierto,
Que, en vuestro golfo constante,
El mismo sol naufragante,
Halló cielo en vez de puerto,
En cuyo piélago cierto
Dio a la primer llaga cura.
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Sois la planta en quien la mano,
Se eterniza del amor,
De cuyo fruto el sabor,
Diviniza al que es humano
Del que mana soberana,
Jeroglífico y figura.
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Sois Belona tan valiente,
Que vuestro sagrado pie
Quien pisó la cerviz fue
Del león fiero y rugiente,
Después de que cayó demente
De aquella divina altura.
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Al que os clama con fervor
En el trance riguroso
Del parto más horroroso
Acude fiel a vuestro amor,
Perenne es vuestro favor,
En toda humana criatura.
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
Pues que siempre se asegura
El favor que os implora:
Sed nuestro amparo, Señora
Del Buen Parto, Virgen Pura.
℣. Después del Parto, ¡oh Virgen!, permaneciste Inmaculada.
℟. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
ORACIÓN
Oh Dios, que por la fecunda virginidad de
la bienaventurada Virgen María, procuraste al género humano la gracia de la
salvación eterna: haznos sentir la eficacia
de su intervención, por la cual nos fue
dado recibir a Nuestro Señor Jesucristo, tu
Hijo, Autor de la vida, quien contigo vive
y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Si no se ha precedido con el Santo Rosario, se rezará.
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Adorando con inmenso gozo y alegría al Divino Niño recién nacido, San José
y la Virgen María, solemnizan el maravilloso Nacimiento con música del Cielo los Espíritus Soberanos, por lo que prevenidos con la memoria de los Novísimos y Postrimerías del hombre, debemos considerar la presteza, con que María Santísima caminó a visitar a su prima Santa
Isabel para que fuese santificado el Niño
Juan.
ORACIÓN
¡Oh Madre castísima, gloriosa con Virginidad fecunda, y resplandeciente con pureza de Ángeles!, antes que en el Portal de Belén manifestasteis al mundo el Ramo de paz y de misericordia, para enjugar las lágrimas de los Santísimos Patriarcas y Profetas, adornada con excelencia de Arcángeles, ilustrada con ciencia de Querubines y brillante con amor de Serafines, determinasteis, Señora, caminar con admirable presteza a las Montañas de Judá, volando cándida Paloma con místico ramo de oliva en vuestra sagrada boca y para en misteriosa visita mostrar a vuestra Prima Isabel el fin del diluvio del pecado, celebrando muy alegre lo que el Arcángel Embajador os había dicho en la Anunciación y con suavísima voz significar la felicidad del precioso Niño Juan, decretado Precursor de nuestra mística reparación, para que predicando la penitencia y nos entregásemos al Cordero de Dios: suplicámoste, Madre nuestra, por tan excelsas prerrogativas, por la prontitud y vigilancia con que dispusisteis con vuestro viaje quedarte libre del pecado original en el vientre de fu Madre el Infante Bautista; y por el gozo superior que tuvisteis, viendo adorado de los Espíritus Soberanos a vuestro Divino Hijo, cantando todos la Gloria al Rey Pacifico en Belén, nos alcancéis paz interior, y que fortificados, con la ciencia de bien vivir, considerando siempre en la Muerte, Juicio, Infierno, y Gloria, se purifique nuestro espíritu, solemnizando los Divinos misterios con la perfección, que San Juan Bautista los veneró, para que suavizados nuestros corazones con la mística dulzura del sagrado néctar de vuestros virginales Pechos, contemplemos las muchas felicidades, que por Vos logran en vuestro Parto maravilloso el Cielo y la Tierra y a mí me conceda el favor particular que pido, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Anuncia el Ángel a los pastores de
Belén el Nacimiento del Hijo de Dios; y nosotros, armados contra los enemigos del
alma, consideramos la santificación del
dichoso Infante Bautista, Precursor de
nuestro amado Redentor.
ORACIÓN
¡Oh Amable Madre de Gracia y de Misericordia!, que, floreciendo vuestro Tálamo virginal, misteriosa habitación de la Trinidad Beatísima, tenéis del Padre Eterno el Poder, del Hijo la Sabiduría, y del Espíritu Santo la Bondad. Vuestro Parto purísimo fue salvación del Género humano, después que, en la muy religiosa Casa del Justo Sacerdote Zacarias, brillasteis mística Aurora, por quien el mundo comenzó a clarear en el Infante Bautista, con el resplandor del Divino Sol de Justicia. Vos, o Reyna Soberana, excelsa sobre los hombres y elevada sobre los Ángeles, siendo misteriosa Nave de Pan del Cielo en el Mar dé la Divina Gracia resplandecisteis celestial instrumento, introducida vuestra dulcísima voz por los oídos de la Venerable Matrona Isabel, para que el prodigioso Niño Juan se alegrare en las entrañas de fu Madre, santificado con la gracia y misericordia del Divino Verbo Encarnado; y que armado contra los enemigos del alma, Mundo, Demonio y Carne, nuestro santificado Precursor, como Ángel del Eterno Padre diese a los hombres felices nuevas de la venida del Hijo de Dios: por tan especiales prerrogativas, por el favor grande con que honrasteis al gracioso Niño Juan; y por el singular regocijo que tuvisteis, cuando el Ángel anunció a los Pastores el salutífero Nacimiento de vuestro querido Hijo, suplicamos, Madre y Abogada nuestra, nos alcancéis gracia para triunfar del Mundo, del Demonio y de la Carne, reconociendo todos, goza el Generó humano salud espiritual; por vuestro Parto glorioso; y que dulcificado nuestro espíritu con la ambrosía de vuestros benditos Pechos, imitemos al Glorioso Bautista en seguir con fidelidad a nuestro Señor Jesucristo; y yo merezca conseguir de su Majestad el especial favor que suplico, si es para honra del Supremo Señor, y bien de mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Adoran los pastores en el Portal di
Belén al Niño Dios, y sirviendo todos con
las potencias del alma a tan Soberano Señor, consideramos, que saltando de gozo en el vientre de su madre el gracioso Niño
Juan, adoró al Divino Verbo Encarnado
el santificado Precursor.
ORACIÓN
¡Oh Purísima Virgen María, más querida de la Beatísima Trinidad, que lo fue de Asuero Ester, de David la Sunamita y de Jacob Raquel!, vuestro Parto dichoso descubrió al mundo en Belén su justificación, y vuestra voz sonora es tan dulce, y afable que atrae con admiración a los hombres, tan poderosa, que resucita los muertos; y tan eficaz, que ahuyenta los demonios; porque oyendo Santa Isabel la voz de vuestra salutación, atrajisteis el Infante Bautista resucitado de la culpa original, quedando despreciado el demonio, publicó el Santificado Hiño por la boca de su Madre la grande gloria que tenéis en ser Madre de Dios; adoró en el Claustro materno al Divino Verbo Encarnado; y solemnizó regocijado los Desposorios del Hijo de Dios con la Naturaleza humana en vuestro Tálamo virginal. Oh Sabiduría del Altísimo! ¡Oh eficacia de vuestra voz poderosa Emperatriz de los Cielos! por vuestra salutación misteriosa se manifestó el Niño Juan agradecido a Dios, sirviéndole siempre con las potencias de su alma, fidelísimo Precursor: suplicámoste, Reyna y Señora nuestra, por tan elevadas prerrogativas con que se llenan de gozo espiritual nuestros corazones, por la flor, que del Jardín de la Gloria llevasteis a la religiosa casa de Zacarías, para que en ella fuese adorada la margarita preciosa de nuestra Redención; y por el grande gozo, que recibisteis adorando los Pastores en el Portal de Belén a vuestro Hijo Soberano recién nacido puesto en un Pesebre y envuelto con pobres, aunque, muy limpios pañales, nos alcancéis un rayo de la divina gracia, para que pobres, humildes y devotos, imitando siempre al Grande Bautista, nos mostremos agradecidos a nuestro Señor Jesucristo, empleados en su servicio con las tres potencias de nuestra alma, Memoria, Entendimiento y Voluntad; y que yo merezca me concedáis el especial favor que deseo, si es para gloria de Dios y bien dé mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Alimenta con sagrada ambrosía de sus benditos pechos María Santísima a su precioso Hijo en el Portal de Belén, y adorándole todos con nuestros cinco sentidos, consideramos que la purísima Virgen alimentó también espiritualmente con místicas instrucciones por espacio de casi tres meses en casa del justo Zacarías al santificado Infante Bautista.
ORACIÓN
¡Oh Esclarecida Virgen de Vírgenes!, que resplandeciendo Sagrario del Pan vivo que bajó del Cielo, para que vuestro Parto admirable pasase en apacible sosiego los deseos de Patriarcas; justísimos, quisisteis permanecer casi tres meses en la Casa ilustrísima del Venerable Sacerdote Zacarias, brillando admirable, y misteriosa Maestra del santificado Niño Juan, a quien, dio sus rayos el Divino Sol de Justicia, constituyéndole Lucero de la Gracia y adelantándole el uso de la razón, por tomar así posesión del oficio de Salvador, para que dulcificado su espíritu con la ambrosia de vuestra sagrada Doctrina, saliese á luz tan santo, sabio, y valeroso Capitán de la Ley de Gracia, que, con todos, sus cinco sentidos mostraste al mundo su Redentor: Por tan excelsas prerrogativas, que nos dirigen a que gustemos espiritualmente el sabroso maná de vuestra celestial instrucción; y por el gozo grande que tuvisteis, alimentándose vuestro hermosísimo Hijo con el dulce néctar de vuestra purísima Leche, os suplicamos, Madre amantísima, nos alcancéis gracia, para que iluminados con la luz de vuestra sagrada Doctrina, podamos, imitando al santificado Niño Bautista, servir y adorar con todos nuestros sentidos a esta Perla preciosa, que tenéis en vuestras manos y que nos redimió; logrando yo el singular favor que suplico, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Es alabado y ensalzado de los pastores
de Belén el Poderoso Hijo de la Virgen; y
fortificados con las cuatro Virtudes Cardinales, consideramos aplaudido y celebrado de los montañeses de Judea el Santificado Niño Juan en su gracioso Nacimiento.
ORACIÓN
¡Oh Amantísima Virgen Madre!, en quien la integridad Virginal resplandece perpetua con la Divina Luz que Moisés vio en misteriosa Zarza, que sin quemarse ardía: en vos, Reyna Soberana, brilla la Castidad de las Vírgenes, luce la Constancia de los Confesores, se ensalza la Fortaleza de los Mártires, y arde, la Caridad de los Apóstoles; porque volando Águila gloriosa al Líbano del Paraíso, del más elevado Cedro recibisteis Corona de Reyna, Virgen y Madre de Dios, para que vuestro Parto castísimo diese en el Portal de Belén salud al mundo enfermo, después que, con vuestra Real, presencia honrasteis la Santa Casa del Justo Zacarias, asistiendo a vuestra Prima venerable, que dio a luz un Niño Santo Lucero de la Gracia, y confirmado con las cuatro Virtudes Cardinales, Precursor del Altísimo: suplicámoste, Señora, por la magnificencia misteriosa con que ensalzasteis en su Nacimiento al Santificado Niño Juan, festejándole con expresiones de amor Seráfico, cuando se regocijaban en Dios los montañeses, que confesaban, y publicaban manifiesta la misericordia Divina en tan graciosa Natividad; y por la superior alegría que recibisteis viendo alabado, y ensalzado de los Pastores de Belén a vuestro Hijo Santísimo, nos comuniquéis luz del Cielo, para que, adornados con Prudencia, Justicia, Fortaleza, y Templanza, adoremos esta Perla preciosa, que se engendró por virtud del Espíritu Santo en el gracioso centro de Vuestra Pureza Virginal; reconociendo, que sois peregrino Cristal, por donde vino al mundo abreviada la Luz Divina y que regalado mi espíritu con la mística dulzura de vuestros benditos Pechos, reciba el especial favor que pretendo, si es para gloria de Dios, y bien de mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Fue circuncidado y llamado Jesús el precioso Hijo de la Virgen María en el Portal de Belén; y nosotros, peleando siempre contra los siete vicios capitales, consideramos lo misterioso de la Circuncisión, y del nombre Juan, que significa Gracia del Señor.
ORACIÓN
¡Oh Admirable Madre de Dios! Delineada Imagen del Supremo Artífice, celestial Compendio de toda hermosura criada, y digna idea de la Divinidad, por lo que en toda vuestra vida siempre agradasteis a la Beatísima Trinidad: vuestro Parto felicísimo, Virgen Purísima, fue admirable reparación de las ruinas que ocasionaron los malos Ángeles y así el Dulcísimo Nombre de Jesús, puerto a Vuestro Hijo Santísimo, fue terror de los demonios en el Portal de Belén, porque en él hallo el Género humano luz, alimento, y medicina. Prendas de esta felicidad tuvimos todos después que, en la Circuncisión del Niño Bautista, se le impuso el nombre de Juan al Infante santificado, para que triunfase de los siete vicios capitales con la gracia del Señor, el que en las entrañas de su Madre nadó a la vida de la Gracia. Por tan maravillosas prerrogativas, y por la grande alegría, que recibió, Vuestro Corazón con el dulcísimo Nombre de Jesús, puesto a vuestro Hijo Santísimo en su Circuncisión os suplicamos, Madre y Señora nuestra, nos alcancéis del Altísimo gracia, para que fortificados con las siete Virtudes que destruyen las siete cabezas del Dragón infernal, triunfemos siempre del común enemigo, como en el Nombre de Jesús se coronó de triunfos San Juan, Llénese de espiritual fragancia mi espíritu con la suavidad de vuestro Santísimo Nombre, ¡oh piadosísima Reyna! como vuestra Alma Santísima le regaló en Belén con místicas delicias en el poderoso Nombre de Jesús, para que nunca me falte la dignificación del Nombre de Juan, que es Gracia del Señor, porque habiendo sido anunciados por el Arcángel San Gabriel los tres resplandecientes Nombres Jesús, María y Juan, brillantes luces son, para que dé Vos alcance el favor, particular, que suplico si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Es adorado de tres Reyes el Rey de los
Reyes Jesús en el Portal de Belén; y aprovechados con los doce Frutos del Espíritu
Santo, debemos considerar las tres finas
expresiones con que el santificado Niño
Bautista adoró en las entrañas de su madre al Divino Verbo Encarnado.
ORACIÓN
¡Oh Piadosísima Reina y Señora nuestra, Gloria de los Ángeles, Alegría de los hombres y Honra del Género humano!; toda sois admirable, llena de gracia: por vuestra Virginidad sois singular; por vuestra Fecundidad sois amable y por vuestra Santidad sois venerable, resplandeciendo hermosa Escala de Jacob, por donde la Luz Divina baja al mundo y los hombres suben a su Criador. Brillando Vos, ¡oh Virgen Purísima, Templo y Sagrario de la Trinidad Beatísima!, en la santa Casa del Justo Zacarías, quiso el Divino Verbo Encarnado descubrir Lucero de la Gracia al santificado Niño Bautista, para que después en el Portal de Belén una Estrella prodigiosa mostrase, que nuestro Dios humanado resplandecía Divino Sol de Justicia. Adornada del Sol y coronada de Estrellas, os despedisteis, Señora, de vuestra muy amada Prima Isabel, abrazando también al gracioso Niño Juan, quien con tres finas expresiones de Cortesano, Piadoso y Santo Varón, adoro desde el claustro materno al Divino Verbo Encamado, despreciando varonil la vanidad del mundo, consagrándose fervoroso al Omnipotente, y disponiéndose constante para dar su Cabeza por nuestro Redentor; quedándose enriquecido con los doce Frutos del Espíritu Santo, para después festejar alegre la solemnidad de ser adorado de los Reyes en Belén el Hijo de Dios: Por tan excelentes prerrogativas que publican vuestra Sagrada Soberanía; y por el gozo grande, que recibió vuestra Alma Santísima, viendo adorado de tres Reyes al Rey de los Reyes, vuestro Hijo, ofreciéndole tres misteriosos dones, Oro, Incienso y Mirra, todos suplicamos humildes, Madre de Misericordia, nos enriquezcáis con el Oro de Caridad perfectísima, con el Incienso de Oración fervorosa y con la Mirra de mortificación ejemplar, para que, perfeccionado nuestro espíritu con los Frutos del Espíritu Santo, nos alegremos agradecidos, como San Juan Bautista, en que de todo el Orbe sea adorado nuestro Señor Jesucristo y yo alcance de vuestra Misericordia el particular favor que pido, si es para gloria de Dios, y bien de mí alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición, Responso y Oración.
CONTEMPLACIÓN
Ofrece María Santísima en el Templo al Padre Eterno su amado Hijo Jesús,
siguiéndose al gozo el dolor; y adornados
nosotros con los siete Dones del Espíritu Santo, podemos considerar, que faltando
de gozo en el vientre de su madre el santificado Niño Precursor, junto lo amargó
de su prisión y muerte con lo dulce y
suave de su santificación.
ORACIÓN
¡Oh Madre clementísima, bendita entre todas las mujeres, y por todas las Generaciones alabada!; porque para triunfar milagro de los milagros en Belén por vuestro Parto maravilloso, solemnizasteis en Casa del Santo Profeta Zacarias el misterio de la Encarnación del Divino Verbo con música muy agradable a la Trinidad Beatísima cuando gozoso el santificado Niño Juan, y ensalzado con los siete Dones del Espíritu Santo, se ofreció, en las entrañas de su Madre, al Señor, que después en el Templo, ¡oh Virgen Purísima!, habíais de ofrecer al Padre Eterno, obediente a la Ley, no por necesidad, Ofrecisteis a Dios su Cordero, ofreciendo al Padre Eterno vuestro amado Hijo Jesús; y redimido por cinco siclos el que nos redimió con cinco llagas; oísteis del místico Cisne y Justo Sacerdote Simeón: A vuestra alma traspasará una espada de dolor: Suplicámoste, Madre amantísima, por el celo y eficacia, con que espiritualmente el gracioso Niño Juan saltó desde el vientre de su Madre a la cárcel, para ofrecerse desde la cuna al cuchillo y morir por nuestro Redentor; y por la piedad suma, con que ofrecisteis al Padre Eterno vuestro muy amado Hijo, que con su Sangre preciosa nos redimió, nos alcancéis de su Divina Majestad, gracia para que así como el Infante Bautista juntó lo amargo de su prisión y muerte con la dulzura de su santificación, y como vuestros gozos; que lograsteis en nuestro Salvador, fueron pensionados con dolores, fortificados con los siete Dones del Espíritu Santo, saquemos de las adversidades, triunfos; y en los trabajos, llevados con paciencia, se conserven las prosperidades de nuestro espíritu; y vuestra piedad me conceda el favor especial que pido, si es para gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
Rézanse tres veces el Ave María con un Gloria Patri, a honra y gloria de la Trinidad Beatísima; se dice la oración «Dios te salve María, Criatura excelentísima…», y se finaliza con el orden establecido.
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