Elementos tomados de GLORIA NEWS y KATHOLISCHES (Suiza).
El sacerdote-presbítero Jakob Mathias Vieli, nacido el 22 de Octubre de 1942 en Vals de los Grisones y ordenado el 18 de Marzo de 1967 para la diócesis de Coira, falleció el 28 de Mayo de 2021 a los 78 años en su casa de Wuhrstrasse 8 en Widnau, cantón y diócesis de San Galo.
Hasta ahí, todo “normal”. Pero no: Vieli (que se había retirado de la actividad parroquial en 2007), estaba “casado” civilmente con Silvia Zillig, que era tenida en el pueblo como su “ama de llaves”. Georg Changeth, comisionado parroquial de San Santiago en Widnau (que irónicamente su tesis doctoral en Teología Moral de la Gregoriana era precisamente sobre la obligatoriedad del celibato), presidió las exequias (aunque por derecho canónico no debía, porque Vieli fue cremado) y ofreció sus condolencias a la viuda, añadiendo: «Lloramos con ella y no tenemos derecho a juzgar a los demás».
Entre los deudos mencionados en la nota fúnebre publicada en kath.ch, la página informativa de la Iglesia Conciliar de Suiza, están dos hermanas, Luise y Lucina, que son religiosas dominicas en Ilanz.
Los obispones Joseph Maria Bonnemain (Coira) y Markus Büchel (San Galo) solo conocieron por la nota fúnebre que Vieli (que en 2017 había celebrado sus bodas de oro presbiterales) se había “casado” civilmente, lo que no les impidió agradecerle los servicios prestados por él y expresarle sus condolencias a la “viuda”.
Con este ya son dos los casos de presbíteros conciliares que contrajeron “matrimonio civil” antes de su muerte. Antes de él fue el presbítero Jean-François “Jeff” Cherpit (31 de Mayo de 1958-25 de Abril de 2021), de la diócesis de Friburgo-Lausana-Ginebra. A diferencia, Charles Morerod Pilloud OP solo le agradeció los servicios presbiterales, pero no expresó sus condolencias a la viuda; además de recordarles a los presbíteros que aún viven en su diócesis:
«Mantengamos el vigor de nuestra devoción personal, con la ayuda de Dios y nuestro apoyo mutuo, renovemos nuestro entusiasmo incluso en las circunstancias imprevistas de nuestra vida. Si alguno se da cuenta que no puede perseverar, debe expresarlo con la honestidad que debe caracterizar toda nuestra predicación del Evangelio».
La pregunta obligada es: Si no hay sacerdocio válido ni espiritualidad auténtica, y el celibato lo tienen en entredicho, ¿en qué manera perseverarán los presbíteros conciliares?
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