domingo, 13 de junio de 2021

BERGOGLIO NO APRENDIÓ LA LECCIÓN DE URBANO VIII

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO. Imagen cortesía del departamento artístico.
 
Aunque el Papa Urbano VIII Barberini tenía razón sobre Galileo Galilei, la manera en que él ahondó en un tema científico acabó volviéndose un vergonzoso fiasco que aún resuena siglos después.
Al contrario de Urbano VIII, Francisco Bergoglio ni siquiera terminó la universidad, y ha presumido profetizar ante las Naciones Unidas que el mundo se acabará en diez años.
La última vez que un líder religioso dijo algo así, murió de un derrame cerebral, y el mundo siguió sin él.
  
La última vez que un Papa (y este era Urbano VIII Barberini Barbadoro, un Papa de verdad, no un apóstata antipapa como Francisco Bergoglio) ahondó en materia científica, las desafortunadas repercusiones resonaron por siglos, hasta el presente. Contrario sensu, Francisco Bergoglio, ni siquiera se graduó de la universidad después de tomar unos pocos cursos de química. Pero el 4 de Junio de 2021, presumió ponerse el manto de profecía y dijo al mundo, en un “Mensaje para el lanzamiento del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas”, que se acabaría en diez años (la misma perorata de unos 2000 científicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ¡en 2007!).
    
El marxista-modernista Bergoglio presumió apoyar la pseudociencia y pregonó la teoría del “Calentamiento global” que está siendo ridiculizado crecientemente en muchos lugares no como ciencia, sino como una trama política marxista. Sin embargo, ni siquiera un Papa legítmo (lo que no es Bergoglio, porque nunca fue ordenado sacerdote o consagrado obispo, sino que fue meramente “instalado” como presbítero-ministro y obispón bajo el inválido (falso) Nuevo Ordinal protestantizado de 1968) puede levantarse como profeta. No está en la descripción del trabajo papal, como infaliblemente proclamó el Concilio Vaticano I.
  
En 2011, un prominente predicador protestante, Harold Egbert Camping Hettema, trató de impulsar el mismo sinsentido. Sus seguidores vendieron sus casas, pusieron sus perros en perreras, cerraron sus cuentas bancarias y se prepararon para el “Arrebatamiento” inventado por los protestantes en el fin del mundo. Nunca llegó. Luego admitió que había dado una fecha equivocada (no fue la primera vez, ya lo había hecho en 1992, diciendo que iba a ser el 6 de Septiembre de 1994) y revisó su previsión para el 2012. Esa fecha también pasó, y poco después Camping sufrió un derrame cerebral (a consecuencia del cual murió meses más tarde), mientras su ministerio se evaporó. Él, que afirmaba ser un estudiante devoto de la Biblia, aparentemente pasó por alto la advertencia de Nuestro Señor a sus Apóstoles: «No os corresponde a vosotros el saber los tiempos y momentos que tiene el Padre reservados a su poder soberano» (Hechos de los Apóstoles 1, 7/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
  
Católicos tradicionales, el apóstata Francisco Bergoglio se ha hecho el hazmerreír en muchos lugares por pretender ser un antipapa, pero él toma la mayoría de sus puntos de vista no de la Biblia, sino de Kissel Ysidor Mordechai Levi Pressburg (Karl Heinrich Marx). Pero ciertamente Nuestro Señor fue más astuto que él con 2000 años de ventaja cuando advirtió al mundo, quizá previendo falsos papas como Bergoglio:
«Porque aparecerán falsos cristos y falsos profetas, y harán alarde de grandes maravillas y prodigios; por manera que aun los escogidos (si posible fuera) caerian en error. Ya veis que yo os lo he predicho» (San Mateo 24, 24-25/Versión de Mons. Félix Torres Amat).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.