APRETANDO LAS RIENDAS A LOS NEOCONES

Mientras llega la Constitución que reforzará Traditiónis custódes, el Vaticano quiso dar un adelanto de esta mediante el siguiente Rescripto de Audiencia publicado en el Boletín de la Santa Sede de ayer 21 de Febrero (Traducción no oficial):

RESCRÍPTUM EX AUDIÉNTIA SANCTÍSSIMI, 21.02.2023

   

[B0150]

   

El Santo Padre, en la audiencia concedida el 20 de Febrero próximo pasado al suscrito Cardenal Prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, confirmó lo siguiente con respecto a la implementación de su Motu Proprio Traditiónis custódes del 16 de Julio de 2021.

   

Son dispensas reservadas en modo especial a la Sede Apostólica (cf. C.J.C., can. 87 §1):

• el uso de una iglesia parroquial o la erección de una parroquia personal para la celebración eucarística usando el Missále Románum de 1962 (cf. Traditiónis custódes, art. 3 §2);
• la concesión de la licencia a los presbíteros ordenados después de la publicación del Motu proprio Traditiónis custódes de celebrar con el Missále Románum de 1962 (cf. Traditiónis custódes,  art. 4).

Como está establecido por el art. 7 del Motu proprio Traditiónis custódes, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ejerce sobre los casos arriba mencionados la autoridad de la Santa Sede, vigilando sobre la observancia de cuanto se ha dispuesto.

    

Si un obispo diocesano ha concedido dispensas en los dos casos puntuales arriba mencionados, está obligado a informar al Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que evaluará los casos individuales.

    

Además, el Santo Padre confirma —habiendo ya expresado su asentimiento en la audiencia del 18 de Noviembre de 2021— cuanto está establecido en las Respónsa ad dúbia con las anexas Notas Explicativas del 4 de Diciembre de 2021.

   

El Santo Padre también ha ordenado que el presente Rescripto sea publicado en L’Osservatore Romano y, posteriormente, en el comentario oficial de las Acta Apostólicæ Sedis.

En el Vaticano, 20 de Febrero de 2023

   

Arturo Card. Roche

Prefecto

   

[00323-IT.01] [Texto original: Italiano]

   

Usualmente, las contadas dispensas que otorga Roche son para un número limitado de templos, por dos años y debe haber un plan para reconducir a los feligreses al “buen camino” del Novus Ordo.

   

Ahora, sobre la constitución (que afectaría en particular a los ex Ecclésia Dei), según le contaron fuentes vaticanas a The Remnant, hay dos posibilidades:

1. El documento en el que trabajan Roche, Vittorio Francesco Viola OFM y al menos «un consultor de las celebraciones litúrgicas papales» (¿el presbítero Pietro Angelo Muroni, de la archidiócesis de Sassari y egresado del Pontificio Instituto San Anselmo, paladín del Novus Ordo?). Este prevé lo que tanto se ha hablado, además de incluir la obligatoriedad de la concelebración y la prohibición de celebrar el Usus antíquor en los domingos (tal vez diciendo que con él no se cumple el precepto dominical).
2. La propuesta de un cardenal italiano creado en el consistorio del año pasado (¿el arzobispón emérito de Cagliari Arrigo Miglio, u Óscar Cantoni obispón de Como?) celebrando el 54.º aniversario de la promulgación de la constitución apostólica “Missále Románum” (3 de Abril de 1969), y saldría el Lunes Santo. Las fuentes dicen que relataría las “bendiciones” de la reforma litúrgica montini-bugniniana y el “abundante fruto” que ha dado, y su mira de “coronarla y completarla” declarando DE UNA VEZ POR TODAS que el único rito oficial de los conciliares latinos es el Novus Ordo Missæ.

Ambos casos, según esas fuentes, presentan resistencia en la Curia, porque por un lado estará mandando a católicos y no católicos un mensaje de división por el mismo Bergoglio, y por el otro se confirmará que Traditiónis custódes no es más que la dámnatio memóriæ de su recién fallecido antecesor.

   

Por supuesto, los verdaderos católicos solo hemos de ver esto como el final del engaño que durante años los presbíteros neocones han estado ejerciendo simulando en latín con el inválido rito roncalliano de 1962 y presentándolo como la “Misa Latina Tradicional”, sea que nacieran de la traición propiciada por “Ecclésia Dei adflícta” o se ampararon en el “Summórum Pontíficum” que Bergoglio derogó.