En el servicio de clausura de la Semana de las Escuelas Católicas en la parroquia de la Divina Misericordia en Kenner (Luisiana) presidido por el arzobispón de Nueva Orléans Gregory Aymond el 3 de Febrero, el presbítero estadounidense Robert T. Cooper, de 44 años, tuvo la gran ocurrencia de improvisarle de chef durante la homilía y, en un momento posterior, poner sobre su casulla una dona gigante.
Las fotografías, publicadas en la página de Facebook del diario archidiocesano Clarion Herald, fueron compartidas por el presbítero en su cuenta personal con el siguiente texto:
«¡Qué bella Misa [sic] con más de 800 alumnos de nuestras Escuelas Católicas en la Archidiócesis de Nueva Orléans! ¡Recordemos los tres ingredientes que San Pablo habló sobre la formación de los discípulos del Señor: alegria, oración y agradecimiento!… “Cuando vayas por la vida, haz de esto tu objetivo: piensa en la rosquilla y no en el agujero”».
Robert T. Cooper nació en Febrero de 1979, y fue “instalado” presbítero el 2 de Junio de 2007 por el entonces arzobispón de Nueva Orléans Alfred Hughes, con el inválido rito montini-bugniniano (por tanto, no es sacerdote católico). Desde 2019, es párroco de la Divina Misericordia en Kenner, Luisiana.
Tales recursos, lejos de atraer a los niños, son más que todo dignos de “Baby boomers” (la generación nacida después de la Guerra Mundial). Inclusive, dejan ante el incrédulo el mensaje, inter ália, que la Iglesia del Vaticano II es un conglomerado de inmaduros y retrasados mentales.
Claro, Cooper no recibirá monición canónica de Aymond, como quiera que se dio en un servicio del Novus Ordo, «la única expresión de la “lex orándi” del Rito Romano» (Francisco Bergoglio, motu próprio “Traditiónis Custódes”) donde cada presbítero puede lucirse dándole su toque personal y que será hecho mandatorio para los “Ecclésia Dei” el próximo 3 de Abril.
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