jueves, 4 de abril de 2024

LUTO EN EL ROCK CLERICAL


En la madrugada de hoy 4 de Abril, el presbítero Javier Sanchez Fernández, de 60 años, murió tras cinco días de hospitalización en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza por un fallo multiorgánico producto de las quemaduras sufridas en el 50% de su cuerpo. Sánchez estaba presidiendo la Vigilia Pascual en el convento de las Concepcionistas Franciscanas de Santa Isabel cuando este derramó accidentalmente parafina del cirio y el fuego se le prendió por los ornamentos. Sánchez Fernández nació en Madrid, y a los 15 años se trasladó a Zaragoza. Como presbítero, ejerció en Andalucía y en la propia Zaragoza, atrayendo la atención por sus iniciativas sociales y su estilo de predicación. Con todo, en 2015, fue suspendido del ministerio por el entonces arzobispón cesaraugustano Vicente Jiménez Zamora tras publicar un vídeo musical donde aparecía desnudo, y dos días después se disculpó y pidió ser rehabilitado. Durante la covidhisteria, presidía la eucaristía mediante zoom y pegaba las fotos de los feligreses en los bancos.
   
Antier 2 de Abril, por su parte, falleció en la archiabadía de Santa Odilia en Emming (Alta Baviera, Alemania) después de regresar de Italia el presbítero Notker (en el siglo Werner Johann) Wolf OSB, ex abad primado de la Confederación de San Benito. Nacido el 21 de Junio de 1942 en Bad Grönenbach, ingresó a la congregación benedictina misionera de Santa Odilia en 1961 donde profesó el 17 de Junio del año siguiente con el nombre de Noktero, siendo “instalado” presbítero el 1 de Septiembre de 1968. En 1974 se doctoró de Filosofía en el Pontificio Ateneo de San Anselmo con la tesis “El modelo mundial cíclico de la Stoa: Un aporte a la historia del eterno retorno de lo mismo”, y en 1977 fue elegido archiabad del monasterio de Santa Odilia, y del 2000 a 2016 abad primado de San Anselmo en Roma, por ende, presidente de la Confederación benedictina.
   
Aunque separados geográficamente, por 24 horas entre sus muertes, y por sus lealtades (Nokter Wolf era monje, Javier Sánchez Fernández era diocesano), ambos tenían en común que eran parte de la Iglesia Conciliar, no eran sacerdotes válidos, y que eran fanáticos de la música rock, llegando a componer canciones (Notker grabó discos, Sánchez tocaba en conciertos de beneficencia).

7 comentarios:

  1. ¿No sabe Miles Christi si Wolf fue ordenado válidamente?

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    1. En las fuentes alemanas que habíamos consultado, no mencionan la fecha, pero recién encontramos que fue el 1 de Septiembre de 1968, por tanto, Notker Wolf NO ERA SACERDOTE VÁLIDO.

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  2. Sí, es cierto; yo también vi la fecha de ordenación en el artículo del panfleto germano domradio.

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  3. Sí puede haber sido Sacerdote válido, porque aunque el rito adulterado se aprobó en 1968, hubo una vacatio legis hasta principios de 1969. No recuerdo de memoria las fechas exactas pero las tengo. Ese no es un tema que pueda ser tratado tan a la ligera, estimado Jorge, y menos de modo tan categórico.

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  4. Lo encontré. La reforma del Pontifical Romano se aprobó el 18 de julio de 1968 y entró en vigor el 3 de abril de 1969 (caramba, mismo día que se aprobó el Novus Ordo). En ese intervalo de tiempo (18.VII.1968-03.IV.1969) conocido como vacatio legis, se siguió empleando el mismo rito (o es presumible), por lo tanto no tenemos certeza de que antes del 3 de abril de 1969 todas las ordenaciones y consagraciones sean inválidas. Después de ello, sí, y con más razón mientras más pasé el tiempo desde la susodicha entrada en vigor

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  5. Estimado Jorge, anteriormente nos habían planteado ese punto, y he aquí lo que respondimos al respecto:
    La vacátio legis fue introducida con el decreto De ordinatióne Epíscopi, Presbyterórum et Diaconórum (Prot. N. R. 19/967, 15 de Agosto de 1968) de la Sagrada Congregación de Ritos –actual Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos– (lo que evidencia la falta de técnica jurídica por parte de Montini y su séquito cercano, tan afanados en la demolición litúrgica), pues se añadirían otros siete nombres a la lista. Pero con la propia letra de la constitución Pontificális Románi recognítio, la aprobación del nuevo rito fue entendida como de uso inmediato, y marcó el fin de las Órdenes Sagradas dentro de los novusorditas:
    «Así pues, Nos mismo, con nuestra autoridad apostólica, aprobamos este rito para la administración de las sagradas Órdenes del Diaconado, Presbiterado y Episcopado, revisado por el Consílium ad exsequéndam Constitutiónem de Sacra Litúrgia, “con la ayuda de los expertos y después de consultar a los Obispos de diversas partes del mundo” [Concilio Vaticano II, Constitución sobre la sagrada Liturgia, Sacrosánctum Concílium, núm. 25.], de forma que de ahora en adelante se emplee para conferir estas Órdenes, en lugar del rito existente todavía en el Pontificále románum.

    Queremos que estos nuestros decretos y prescripciones sean firmes y eficaces ahora y en el futuro, sin que obsten, si se da el caso, las Constituciones y Ordenaciones Apostólicas promulgadas por nuestros antecesores, ni las demás prescripciones, ni que sean dignas de peculiar mención y derogación». (Negrillas fuera del texto).

    De más está decir que la constitución cumple los tres requisitos de infalibilidad (que el papa se pronuncie en el pleno uso de su “autoridad apostólica”, que el pronunciamiento sea en materia de fe y costumbres –en este caso, el rito de ordenación–, y que el pronunciamiento sea de obligatoria aceptación para toda la Iglesia), por ende siendo vinculante para todo el que reconozca a Pablo VI Montini como papa de la Iglesia Católica (porque no falta quien diga «Esa constitución no obliga a nadie»). Pero como es imposible, absurdo y contrario a su infalibilidad e indefectibilidad que la verdadera Iglesia Católica pueda dar doctrina, disciplina o ritos malos o dañinos, y dado que Montini lo hizo, por consecuencia la del Vaticano II no es la Iglesia Católica, y Montini no es un Papa válido ni legítimo sino un impostor y usurpador herético (al igual que su antecesor Roncalli y sus sucesores Luciani, Wojtyła, Ratzinger, Bergoglio y los que vengan).

    Así pues, si bien el decreto de la SCR del 15 de Agosto de 1968 marca el punto en el cual efectivamente la secta conciliar dejó de ordenar sacerdotes y obispos sacrificantes, y solo pasó a “instalar” presidentes de cena comunal y supervisores de circuito (que eso son finalmente los presbíteros y obispones conciliares), por el principio de teología dogmática que todo sacramento dudoso es inválido, las fechas se retrasan hasta el propio 18 de Junio de 1968 en que se publicó la constitución (y para el caso de los ritos orientales, desde el día en que se publicaron los respectivos nuevos ritos de ordenación). Por eso es que Ratzinger es simplemente un sacerdote, y Bergoglio un laico disfrazado.

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    1. Ahora, el canon 9.º pío-benedictino de la época (o el 8.º wojtyliano) establece que, a menos que se especificase una entrada en vigencia inmediata a su promulgación o una vacátio legis más o menos prolongada por la naturaleza de la norma, esta es de tres meses después de su publicación en las Acta Apostólicæ Sedis.

      En el caso, atendiendo solo la Constitución, esta fue publicada en el AAS el 29 de Junio de 1968, pero el mismo texto constitucional dice del nuevo rito que «de ahora en adelante se emplee para conferir estas Órdenes, en lugar del rito existente todavía en el Pontificále románum» [ut posthac, pro ritu in Pontificáli Románo adhuc exstánte, adhibeátur in his Ordínibus conferéndis]. Esto es, desde su promulgación, el nuevo rito remplazó al antiguo, por lo que este entró en vigencia el mismo día de su promulgación, a saber, 18 de Junio de 1968 (o, aplicando el canon, el 29 de Septiembre –validando así al cardenal Friedrich Wetter Böttinger, quien fuera consagrado ese día para la diócesis de Espira y en 1982 sucedería a Ratzinger en Múnich–), y las consecuencias son las expuestas: de ese día en más, inválidos todos ellos.

      De otra arista, y finalizando, si Notker Wolf fuera válido, ¿no sería mayor la afrenta que hizo al sacramento recibido?

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