miércoles, 5 de enero de 2022

CUANDO EL MAL EJEMPLO VIENE DE LAS SERIES DE TELEVISIÓN

Reflexión tomada de GLORIA NEWS.
   
Actualmente hemos de reconocer las series de ficción en la televisión son un gran éxito entre el público.
    
Hay muchas razones para esto, y no es menor el hecho que estos productos están disponibles a través de servicios de suscripción por streaming, como Netflix o Amazon Prime. Este es un cambio cultural importante que no debería ser subestimado.
   
Estos productos envuelven a millones de personas y no es posible pretender que no está pasando nada, solo piensa en el hecho del loco éxito del Juego del Calamar. Por tanto, debemos reflexionar sobre los peligros que ellos pueden representar, especialmente si son vistos por los ojos de un cristiano.
    

El tipo de influencia que representan, especialmente entre los jóvenes, puede ser incalculable. Por supuesto, son las familias las que deberían actuar como punto de control, pero teniendo en cuenta el estado de la familia hoy en día, hay poco que alegrarse. Veamos algunos ejemplos.
   
Me refiero aquí a las series de televisión en la cual se ha implementado una serie de “normalización” de conductas dudosas que, por el contrario, deberían merecer una cuidadosa reflexión Por ejemplo, sobre el tema de la homosexualidad, no infrecuentemente estas conductas son presentadas como normales y simpáticas.
   
   
Como católicos, es justo salvaguardar la dignidad de cada uno como persona, pero no toda conducta es moralmente aceptable. Sin embargo, estos productos televisivos nos muestran que ciertamente vivimos en una era post-cristiana.
    
Otro ejemplo es cuando una mujer, usualmente fuera del matrimonio (pero no solamente) descubre que está embarazada y se lo cuenta a la parte masculina correspondiente. Usualmente la pregunta que sigue es: “¿Qué vas a hacer?”, haciéndola entender que la opción de no tener su hijo y abortar tiene el mismo derecho que la de seguir adelante con el embarazo.
   
Dios se mantiene completamente fuera de la ecuación, y la idea de que se puede decidir con una especie de equivalencia entre mantener o no mantener a un niño, despejado por las costumbres de esta manera y convertido en la corriente principal, no hace más que erosionar lo poco que queda de respeto por la ley divina.
   
El gran éxito de estos productos no debe hacernos bajar la guardia. Yo también sigo y he seguido a varios de ellos, pero me doy cuenta de que ahora hablan a un mundo más allá del mensaje evangélico. Pero, ¿a quién nos dirigimos los católicos? Deberíamos cuestionarnos seriamente sobre esto.

1 comentario:

  1. Como dijo el padre José Payá Sanchis SJ: «Tire el aparato de televisión a la calle… si no lo hace… entonces… el aparato de televisión lo va a tirar a Vd. al Infierno».

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