martes, 11 de enero de 2022

PAGLIARANI CONFUNDE EL DERECHO CON EL DELITO

Noticia tomada de GLORIA NEWS.
   
  
Una razón [falsa] por la que la Fraternidad Sacerdotal San Pío X no está en contra de las «vacunas» Covid es la heterogénea alianza antivacunas, explicó el Superior General, el padre Davide Pagliarani, en una charla el 11 de diciembre (FSSPX.news, 5 de enero).
    
Esta alianza incluye a católicos y a personas de todos los espectros políticos, incluidos anarquistas o ecologistas. Según Pagliarani, estas personas están en contra de la vacuna «en nombre de la libertad individual, la dignidad humana, los derechos humanos».
     
Lo reduce al eslogan «Con mi cuerpo hago lo que me da la gana» y lo equipara con el grito abortista «Mi vientre me pertenece», comparando así indiscriminadamente un derecho humano con un crimen, como si los niños fueran parte del «vientre» de sus madres.
    
Los críticos de las vacunas siguen los mismos principios que los luchadores por los derechos humanos o la libertad, cree Pagliarani. «Volvemos a encontrar los mismos principios del Nuevo Orden iniciados hace 300 años en nombre de los derechos humanos, de la dignidad humana».
    
Estas conclusiones son absurdas. Las críticas a las vacunas Covid no se refieren a eslóganes, sino a dudar de la moralidad, seguridad y eficacia de las «vacunas» Covid. Además, el Código de Núremberg (un conjunto de principios éticos de investigación para la experimentación en humanos) establece la obviedad de que el consentimiento personal es absolutamente esencial para los experimentos médicos.
   
Gloria.tv conoce a muchos sacerdotes de la FSSPX que son o quieren ser parte de la crítica a las vacunas.

4 comentarios:

  1. Hay argumentos y argumentos como el que deba en su momento el Vaticano. Hace unos meses se propagó un rumor en Estados Unidos y Canadá que decía que la vacuna de AstraZeneca estaba fabricada con células de fetos. Pese a lo extenso del rumor, no es cierto que los medicamentos se hayan fabricado con tejidos de fetos humanos extraídos de un aborto. En lugar de eso, se usan líneas celulares creadas por medio de cultivos, copias y desarrollos de las células extraídas de tejidos humanos mucho tiempo después de su oobtención.
    Un mensaje equivocado. Aunque la institución eclesiástica sigue relacionando equívocamente la fabricación de vacunas con el aprovechamiento de células de fetos abortados, no se detienen en su decisión de someterse a la vacunación: "El deber moral de evitar esa cooperación material pasiva —con el mal— no es vinculante si existe un peligro grave, como la propagación, por lo demás incontenible, de un agente patógeno grave como el SARS-CoV-2", escribía el prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Luis F. Ladaria.

    Esta valoración de "moralmente aceptable" se aplica, según la nota de la congregación, "cuando no estén disponibles vacunas Covid-19 éticamente irreprochables" y "cuando se distribuyen varios tipos de vacunas en el mismo país pero, por parte de las autoridades sanitarias, no se permite a los ciudadanos elegir la vacuna que se va a inocular". Además, han hecho un llamamiento a la industria farmacéutica a que distribuyan vacunas "éticamente aceptables, que no creen problemas de conciencia, ni al personal sanitario ni a los propios vacunados".

    La desinformación y los bulos ya corrían a sus anchas durante la pandemia. La vacuna sólo lo ha acrecentado.En España el rumor ya se había propagado lo suficiente como para que algunos miembros de la Conferencia Episcopal, como el cardenal Antonio Cañizares, hiciera en junio una afirmación tan polémica como esta: "El demonio existe en plena pandemia, intentando llevar a cabo investigaciones para vacunas y para curaciones. Nos encontramos con la dolorosísima noticia de que una de las vacunas se fabrica a base de células de fetos abortados".

    La realidad. La respuesta de Sanidad a la polémica es rotunda: están equivocados. Para la fabricación de las vacunas del Covid ni se han utilizado células de fetos abortados ni se ha investigado con fetos originales. En el caso concreto de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid se ha utilizado adenovirus de chimpancé, que se ha probado en líneas celulares humanas, y que no forman parte de los ingredientes.

    De hecho, los científicos que elaboran las vacunas no trabajan con material genético original, sino que utilizan líneas celulares creadas por medio de cultivos, copias y desarrollos de las células extraídas. El Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha negado también rotundamente el uso de células de abortos para los preparados de antígenos.

    Fabricación. Para la elaboración de otras vacunas virales, en cambio, sí se usan cultivos de células de origen humano, fibroblastos, obtenidos en el laboratorio. Son las llamadas WI-38 y MRC-5, y cuyo origen remoto fueron tejidos pulmonares de dos únicos fetos producto de abortos (uno en 1962 en Suecia y el otro en 1966 en el Reino Unido) efectuados de acuerdo con la legislación vigente entonces. Gracias a su uso, se han podido elaborar varias vacunas virales como las de la rubeola, varicela, herpes zóster, rabia y hepatitis A.

    Por lo tanto, lo que realmente se ha utilizado para la fabricación de vacunas son nuevas células creadas en laboratorio, y no "células de fetos abortados". Por mucho que las instituciones eclesiásticas y otras asociaciones antivacunas sigan empeñadas en hacer estrambóticas afirmaciones. Es una buena noticia, sin embargo, que un país tan envejecido y en máximo riesgo por la pandemia como es el Vaticano haya decidido, no obstante, alentar a la vacunación, aunque para ello haya que aliarse (temporalmente) con "el mal".

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  2. Son los cismaticos logan de foro "catolico" que "pertenece " a Trento de M.Davila pero No se le somete , hace siempre lo que se le hinchen. Reconoce y resiste.

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