EL CATÓLICO TIENE PROHIBIDO SER MIEMBRO NO SOLO DE LA MASONERÍA, SINO DE TODA SOCIEDAD AFÍN O VINCULADA A ESTA

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.

   

Como otras sociedades secretas, incluyendo los Oddfellows y los Caballeros de Fintias, la Logia de los Alces está asociada con los francmasones, un cuerpo sectario y anticatólico que llama a «derribar todo orden religioso, político y social basado en las instituciones cristianas».

Desde 1738, los Católicos tienen estrictamente prohibido so pena de excomunión entrar a sociedades masónicas o promoverlas de manera alguna.

  

«Queridos Padres de TRADITIO: ¿Está permitido a los Católicos unirse a la Orden Benévola y Protectora de los Ciervos, y cualquier otra sociedad secreta asociada con la masonería?» (Richard).

  

RESPUESTA DE LOS PADRES DE TRADITIO.

Tanto como desde 1884, el Papa León XIII publicó la Carta Encíclica Humánum Genus [Sobre la Francmasonería], en la cual el papa recordaba específicamente a los fieles evitar organizaciones asociadas con la Masonería «ocultan su verdadero carácter bajo la máscara de la tolerancia universal, del respeto para todas las religiones, de la manía de reconciliar las máximas del Evangelio con las de la revolución» (párrafo 9).

    

Ese mismo año, el Papa condenó otras tres sociedades secretas: los Caballeros de Fintias (Knights of Pythias), los Ciervos (The Elks), y la Orden Internacional de Compañeros Singulares (Odd Fellows). Un decreto del 18 de Enero de 1896 permite una membresía nominal en los Compañeros Singulares, Caballeros de Fintias, y los Hijos de la Templanza (Sons of Temperance), si se cumplen todas las siguientes condiciones: (1) se ingrese en buena fe, (2) no haya escándalo, (3) resulte grave daño temporal de retirarse, y (4) no haya peligro de perversión de la Fe Católica. Aunque la Logia de los Ciervos no es mencionada específicamente, uno puede aplicar razonablemente los mismos principios a esa y otras sociedades secretas similares.

    

En cuanto a la Francmasonería, la Francmasonería no solo es a los ojos de la Iglesia una sociedad ilícita como una sociedad secreta para detrimento de la religión, sino también es un cuerpo sectario que tiene sus propias fórmulas de creencia sobre Dios, el alma, la conciencia, etc., y sus propios rituales secretos y públicos y promover el sincretismo (una religión mundial).

     

Un Católico no puede ser francmasón tanto como ser miembro de cualquier otra iglesia que no sea la Iglesia Católica. La francmasonería promueve el Naturalismo y esto se opone al Sobrenaturalismo. Está opuesta no solamente al Catolicismo y la Cristiandad, sino también a todo sistema de verdad sobrenatural. Ella promueve sistematicámente el indiferentismo religiosl («todas las religiones son iguales»). Según su Manual Universal de la Francmasonería, su propósito máximo es «derribar todo orden religioso, político y social basado en las instituciones cristianas, y establecer un nuevo estado de cosas acorde a sus propias ideas y basado en sus principios y leyes sobre el Naturalismo puro».

Aunque afirma que la tolerancia religiosa como uno de sus principios, la francmasonería ataca abiertamente al Catolicismo. Desde 1738, los Católicos tienen estrictamente prohibido so pena de excomunión ipso facto y reservada al Papa entrar a sociedades masónicas o promoverlas de manera alguna.