CARDENAL ESPAÑOL DE MARRUECOS HABLA DE UNA «IGLESIA PROSTITUTA» (¿Será que pensaba en su madre?)

De antemano, ofrecemos disculpas por el título, pero por el contenido que viene a continuación, NO QUEDABA OTRA OPCIÓN.

   

En una entrevista al diario catalán Ara, el cardenal español nacionalizado paraguayo Cristóbal López Romero SDB, arzobispón de Rabat y administrador de la archidiócesis de Tanger (Marruecos), no solo rebasó el calificativo «santa y pecadora», calificativo que desde Karol Wojtyła en su primer discurso en Fátima el 12 de Mayo de 1982 cuando dijo llegar allá como «un peregrino entre los peregrinos, en esta asamblea de la Iglesia peregrina, de la Iglesia viva, santa y pecadora» usan algunos de sus correligionarios conciliares para referirse a la Iglesia), sino que la llamó «santa y prostituta».

   

En dicha entrevista, López Romero (instalado presbítero el 19 de Mayo de 1979 por Narciso Jubany Arnau, y obispón el 10 de Marzo de 2018 por Juan José Omella y Omella, ambas con el inválido rito montini-bugniniano) dijo:

«Jesús no vino a fundar una Iglesia, vino a anunciar el reino de Dios y a ponerlo en marcha, y creó la Iglesia, con los apóstoles, al servicio de este reino. La Iglesia tiene que dar ejemplo, por decirlo así. Claro, somos los que somos y la Iglesia es santa y es pecadora, es santa y es prostituta, yo mismo lo soy y tengo que recordarme que yo no trabajo para la Iglesia, yo trabajo en la Iglesia al servicio del reino de Dios, que significa paz, justicia, libertad, vida, verdad y amor»,

contradiciendo al Credo, que enseña claramente que la Iglesia es «Una, Santa, Católica y Apostólica», y que Nuestro Señor Jesucristo la fundó y la santificó con su Sangre derramada en la Cruz para que esta fuera su Esposa «llena de gloria, sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante, sino siendo santa e inmaculada» (Efesios V, 27). Además, el que la Iglesia es Santa, aun a pesar que sus miembros no lo sean, es una de las cuatro notas (características visibles) que la identifican como la Iglesia verdadera.

  

Pero, si la Iglesia Católica es Santa e Inmaculada, ¿por qué este infumable habla de una iglesia prostituta? Porque está hablando de SU iglesia a la que él pertenece y representa: la Iglesia Conciliar, que es prostituta del mundo al unirse a las religiones falsas y fornicar con los poderes seglares que la odian y un día la dejarán desnuda y ardiendo en llamas inextinguibles, como está escrito en el Apocalipsis.

   

Aterrizando en su país natal, dice que «la Iglesia en España funcionará mejor cuando haya diez mil sacerdotes menos, sí, porque mientras haya tantos sacerdotes los cristianos laicos no tomarán la responsabilidad que les corresponde», cuando en realidad solo hay 16.000 presbíteros que no dan abasto y tienen que pedir refuerzos del otro lado del Mare Tenebrósum. De la iglesia en Cataluña, diagnostica que «le falta alegría a la hora de vivir el Evangelio», y afirma que la culpa de ello lo tiene el «nacionalcatolicismo vivido aquí y la ola de secularización».

  

Y como no podía faltar, calificó de “escandalosa” la valla que separa a Ceuta y Melilla del territorio marroquí (y de los subsaharianos que intentan escalarla para acceder al sueño europeo: solo el año pasado entraron más de 150.000 por ese punto, y fueron deportados menos de 5.000, dando un –verdaderamente escandaloso– porcentaje de 97% de permanencia): «Yo estoy para construir puentes y no rejas. Tiene que haber una regulación, pero no puede ser el candado que hay ahora. La actitud de Europa de cerrarse en sí misma y protegerse no es ni humana ni cristiana», dijo.

    

Entonces, señor Cristóbal López Romero, ¿A que no hay huevos de cambiar la birreta y la sotana con la que se disfraza por el tarbish y una chilaba, e ir a protestar por la “Línea Hassán” del Sáhara occidental (antes Sahara Español) que mas de 30.000 soldados marroquíes custodian para que no la traspase ningún sahaurí? Y así empezamos a solucionar el problema que Vd. expone, porque realmente, “clérigos” como Vd., prostitutos del ecumenismo y ninfómanos del Nuevo Orden Mundial, SALEN SOBRANDO.