lunes, 18 de abril de 2022

EL SIGLO DE HIERRO DEL PAPADO

El sínodo cadavérico

«Con la muerte de Formoso comienza una era de profunda depresión para la Sede romana, cual nunca antes ni después se había visto. El furor de las facciones se imponía, amenazando arrastrarla consigo, a guisa de los otros tronos, en la barbarie de los tiempos. En el término de ocho años (896-904), se suceden nueve pontífices. Bonifacio VI, electo tumultuariamente, no reinó sino quince días. Derrotado el partido espoletano, y regresa potente después de la partida de Arnulfo, elevó a uno de los suyos, Esteban VI (propiamente VII). En los primeros días pensó incluso reconocer al rey de Alemania; pero poco después declaró a Lamberto único emperador legítimo y ultrajó la memoria de Formoso con ciego furor. Hizo desenterrar su cadáver y presentarlo ante un juicio sinodal; que lo pronunció Papa ilegítimo y nula su elección; e hizo arrojar su cadáver mutilado al Tíber: pero salvado de las aguas, fue sepultado nuevamente. Esta conducta vituperable de Esteban, que no provenía de un error, mas de un odio fanático, excitó universal indignación: en una revuelta el fanático celota fue preso y estrangulado en prisión (verano de 897).

[…] Era este un “siglo de hierro”, en el cual la instrucción como la virtud era extinta, salvo en pocos monasterios; los sínodos, aunque todavía numerosos, se ocupaban más en negocios insignificantes y temporales; el clero se iba volviendo cada día más seglar y mundano. Con todo esto, incluso entonces las cosas no estaban tan mal reducidas en todos lugares como para no dejar esperanza de poderse restablecer y revigorizar la vida religiosa. También entonces había todavía almas fuertes, que buscaban imprimir un nuevo impulso: y también de la Sede de Pedro debía venir el socorro, aunque solo a poco a poco, por vías extraordinarias y en modo transitorio. Roma, entonces envilecida a capital de un pequeño principado, debía retomar poco a poco su antigua dignidad de capital del mundo y su sublime misión».

Card. JOSÉ HERGENRÖTHER HORSCH, Historia universal de la Iglesia, vol. 4: “La Iglesia educadora en la sociedad medieval y el Imperio carolingio”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.