En el viaje que Francisco Bergoglio realizó a Chile en 2018, él presidió tres “misas” en el Parque O’Higgins de Santiago (16 de Enero), en el aeródromo Maquehue de Temuco (17 de Enero) y en la Universidad Arturo Prat - Campus Playa Lobito de Iquique (18 de Enero).
En todas tres ocasiones, las casullas empleadas tenían los mismos bordados en el galón, a saber: la constelación “Cruz del Sur”, la “Cruz de Maipú”, la representación del Gigante de Atacama en el cerro Unita (región de Tarapacá), y un racimo de uvas y una “chacana” (también conocida como “cruz andina” o “cruz mapuche”).
Presentación de los ornamentos para las “misas papales” en Chile.
En la presentación de los ornamentos, el 8 de Enero de ese año, el presbítero Héctor Luis Gallardo Villalobos decía que el Gigante de Atacama, el racimo de uvas y la chacana representaban respectivamente el norte, centro y sur de Chile. ¡Ojalá fuera solo eso!
La figura del Gigante de Atacama en el cerro Unita fue creada en el período Intermedio Tardío (900 a 1.450 después de Cristo) representa a un chamán o yatiri (curandero aimará), aunque viene a estar relacionada con el personaje con bastones de la Puerta del Sol del templo de Tiahuanaco, que en alguna mitología es identificado como Tunupa-Tarapacá, un (¿dios? ¿héroe cultural?) presentado como predicador itinerante y legislador que recorrió varias regiones del Perú, Bolivia y el norte de Chile, pero que daba muerte a los que se le oponían a él.
Tunupa-Tarapacá es una variante del ídolo de la naturaleza inca, Viracocha, y por tanto de la existencia infernal a la que los indios sacrificaban, como la Pachamama, a sus propios hijos. Esto es obviamente aterrador y es la antítesis de Cristo que, en lugar de exigir sacrificios de cualquier índole, dio su vida por nosotros en la Cruz del Calvario.
La chacana o cruz andina, que es un símbolo transandino y de origen preincaico (se registró por primera vez en la cultura Caral, entre el 3.000 y 1.800 antes de Cristo), representa la cosmovisión de estos pueblos en tres planos (vertical, horizontal y virtual -paralelo-). Aún hoy, algunos habitantes andinos usan chacanas para proteger sus cultivos y es considerada símbolo del incarrí, un líder mesiánico creado a partir del apresamiento de Atahualpa, el desmembramiento de Túpac Amaru II y la esperanza del regreso de Juan Santos Atahualpa (líder de una rebelión indígena en el Virreinato del Perú, que desapareció en 1756).
En síntesis, las casullas de Francisco Bergoglio en Chile están plagadas de simbología pagana indigenista camuflajeadas en elementos culturales, y su presencia en los templos y/o funciones litúrgicas es una ofensa a Dios y un escándalo que debería conmocionar y preocupar a los que se precian de ser católicos. También hay que repetirlo: los cristianos ortodoxos, los hijos de la Iglesia y los conquistadores españoles estaban haciendo bien en suprimir el culto a estas inmundas criaturas.
Oremos para se puedan abrir los ojos de los miembros de la apóstata secta del Vaticano II y se conviertan a la Fe Católica. Y recordar el primer mandamiento de la Ley de Dios: «No tendrás otros dioses delante de Mí» (Éxodo XX, 3).
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