miércoles, 13 de abril de 2022

EL MARTIRIO PÓSTUMO DE SAN FRANCISCO DE PAULA

Quema del cuerpo de San Francisco de Paula por los hugonotes (Lucas Gregorio de Valdés Carrasquilla c. 1700. Museo de Bellas Artes de Sevilla).
   
A este celestial varón, a este Apostólico Patriarca, a este verdadero imitador de la vida de Cristo Señor nuestro, a este castísimo José, a este profundo centro de la humildad, cuyo cuerpo milagroso estaba reposando en toda paz y quietud en el feliz tálamo de su muerte y dichoso túmulo de su descanso, los pérfidos herejes, cuyo odio sacrílego de la santa Fe Católica pasó de la otra parte de la vida, para satisfacer su insania, impía y cruelmente hicieron cenizas, quemándolo con indómita ira y rabioso furor.
   
Fue esta inaudita ejecución en tiempo que los herejes en parte de la Francia, animados con la pérfida y sacrílega predicación de Teodoro Beza y de otros ministros y discípulos de Juan Calvino se rebelaron conspirados contra su legítimo Rey Carlos IX violando las leyes divinas y humanas, profanaron las iglesias y muchas ciudades de aquel Reino, robando todas las que estaban en las riberas del Loira, haciendo cruelísimos estragos no solo en los vivos, quitándoles las vidas y haciendas, sino en los muertos, arrojando sus cenizas al aire y quemando sus huesos y cadáveres, desenterrándolos de sus sepulcros, en odio de haber muerto confesando la Fe santa y Católica.
   
[…] 
  
Después ejecutaron su rabioso furor e inhumana crueldad en el cuerpo sagrado de San Francisco de Paula con tal odio que los pueblos más bárbaros no hicieron cosa semejante con los cuerpos de sus mayores enemigos; entre otros fue ejecutor aquel impío monstruo Jacobo Salvert, que puso por obra el pequeño mandato que tuvo para ello, y así en 13 de Abril de 1562, esta maldita fiera se fue al sepulcro, y hallando el cuerpo fresco y entero, lo sacó fuera de donde estaba venerado, y arrastrándolo de los pies, al salir por una puerta con la violencia que lo llevaba se dislocó un hueso del hombro derecho: notable circunstancia en que se manifestó bien que aquel santo cuerpo estaba entero y fresco, habiendo cincuenta y cinco años que había pasado de esta presente vida su santísima alma y él fue colocado; lleváronlo a la hospedería del monasterio, donde trataron de quemarlo; habiendo antes gastado la leña que allí había, que era gran cantidad, en otros cuerpos; faltando ahora para quemar el del Santo, hicieron materia para su combustión de un Crucifijo grande y otras cruces de los Altares de la iglesia, con que ejecutaron su depravado y sacrílego intento. 
  
Habiendo abrasado el cuerpo del Santo, y saqueado la iglesia del dicho monasterio, y la de Nuestra Señora de la Richa, entraron en la ciudad, donde quemaron el cuerpo de San Martín su obispo, el cuerpo de Alcuino, digno maestro de Carlomagno Emperador y Rey de Francia, el de Marino Pibeleau, señor de Bedoire y el de su mujer, y otros sacrilegios que obraron en el monasterio del Plesis. Estos insultos y quemazón del cuerpo del Santo no pasó mucho tiempo que no se pagasen, porque Lus de Borbón, Duque de Montpensier, juntó la gente de Anjou, de la de Turena y de Maurie, y salió a hacer rostro a los rebeldes, entrando en la ciudad de Tursis, infundió tal miedo su valor en los herejes que luego al punto dejaron la ciudad, por no caer en manos de príncipe tan católico y celoso de la verdadera religión.
    
Las historias de Francia refieren, particularmente las que hablan de la ciudad de Tours, que Jacobo Salvert el año de 1565 fue ahorcado en la plaza del gran Mercado de dicha ciudad; todos los demás estuvieron ausentes tres años, y después por un edicto que se publicó de perdón general, no fueron más buscados. Por orden del duque de Montpensier se restituyeron muchos de los bienes que habían robado en este saco.
   
FRAY ISIDORO TOSCANO DE PAULA OM. Prodigiosa vida y admirable muerte de San Francisco de Paula, traducida por Fray Juan de Prado y Ugarte. Málaga, 1669, folios 255v-256r.

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