lunes, 18 de abril de 2022

PADRE HERVÉ LE LAY

Tomado de ENTÉRESE, ampliado en algunos puntos.
   
   
Nació el 25 de octubre de 1913 en Concarneau, un pequeño pueblo de Bretaña (Francia).
 
La ciudad de Quimper es la de sus recuerdos religiosos. Está por encima de Concarneau. Ubicada en un gracioso vallecito en la confluencia de dos ríos, el Steir y el Odet. La Catedral gótica, construida entre los S.XIII y XV. Se trasladan desde su ciudad natal para los Oficios religiosos.
   
Con emoción recordaba esos días de su niñez:
"Era un niño como los otros, no entendía el latín, y sin embargo me gustaba sobremanera el canto gregoriano en latín y el canto solemne de los Salmos. ¿Cuántas lágrimas de indecible suavidad he vertido en esa hermosa Catedral de Quimper al escuchar las celestiales melodías gregorianas! ¡Y quisieran quitar este tesoro y dejarnos vacíos!
  
El señor cura rezaba y cantaba en latín, y sin embargo la iglesia estaba repleta hasta no poder uno moverse, y la gente rezaba y cantaba. En esta Catedral teniamos un coro de pueri-cantores que cantaban todos los domingos y fiestas el Ordinario y el Propio de la misa".
Hizo sus estudios secundarios y eclesiásticos en las Casas de formación de la Congregación del Espíritu Santo. Tuvo que suspenderlos durante 5 años porque estuvo prisionero en la guerra, en un campo alemán desde el 10 de Junio de 1940 hasta el 5 de Mayo de1945, durante esos años se ocupaba de hacer apostolado entre los cautivos y aprendió el idioma alemán. Se ordenó de sacerdote el 7 de Julio de 1946, en el Seminario Mayor de la Congregación de Chevilly, cerca de París y ungido por Mons. Louis Le Hunsec, Superior General de la misma. Ya en 1947 advirtió la influencia modernista en su congregación, lo que le llevó a pedir su secularización a Roma. Salió de la Congregación en mayo de 1953.
  
Se traslada a la ARGENTINA.
  
ARGENTINA - SALTA
EL TALA
Fue incardinado en la Arquidiócesis de Salta, protegido por el Obispo de Salta, Monseñor Roberto José Tavella, salesiano (quien ayudó también en parecidas circunstancias al Padre Leonardo Castellani).
   
Mons. Tavella le confió la Parroquia de El Tala, donde ejerció el Ministerio desde el 3 de Marzo de 1957 hasta el 4 de Julio 1974 .Fue removido y expulsado de la Parroquia, sin ninguna consideración, por el Arzobispo Mons. Carlos Mariano Perez, nuevo jerarca modernista. Ya en la Fiesta de Cristo Rey de 1968, el P. Le Lay, suscribió el "Vademécum del Católico Fiel", junto a 200 sacerdotes de distintas partes del mundo, 3 obispos y un cardenal (Antonio Bacci), propiciando una guía de conducta para permanecer fieles a la Tradición frente a la revolución litúrgica.
   
Fue el primer sacerdote fijo que tuvo El Tala; abarcando una Diócesis bien extensa, a la cual recorría asiduamente. Se trasladaba en bicicleta o en un viejo Citroën anaranjado que le fuera prestado (este auto lo guarda el dueño como una reliquia) Erigió una Capilla en Potrerillos, departamento de Candelaria.
   
Recuerdan los feligreses su firmeza para cumplir y hacer cumplir los preceptos y la presencia respetuosa en la Iglesia; en la misma exigía la máxima reverencia: "vaya a vestirse", nadie sin mantilla; a la hora de comenzar la misa cerraba la puerta y los repetitivos retrasados quedaban fuera. El 13 de Junio de 1966, día del Patrono San Antonio de Padua, al ver que en programa figuraba Baile al finalizar a procesión, pidió se lo suspendiera; al no aceptar el pueblo, se ausentó todo el día hasta el siguiente a la noche; los fieles procesionaron rezando el rosario. No permitía los pantalones: "son para los hombres", y si encontraba una fiel que iba a misa con pollera pero circulaba en la calle con pantalones, la recriminaba igualmente.
  
Hacia el 2012 todavía el ministro pide por él en el banquete; los fieles también las piden, seguramente en agradecimiento a alguna gracia recibida del tan querido Padre Hervé.
    
El Obispo Auxiliar de Salta, Mons. Casado, en conformidad con el Arzobispo le escribió una carta el 13 de octubre con los reproches que se le hacen. Se le prohibe, por lo tanto, predicar, administrar los Sacramentos y celebrar Misa. ¿Porqué? Por su oposición al papa Paulo VI; a su Concilio Vaticano II y a su nueva misa. Llamado a Salta, ratificó todos sus dichos en presencia del Arzobispo, del Obispo Auxiliar y de tres testigos. Expulsado de la Parroquia sin ningún miramiento: sin indemnización, sin preguntarle a dónde iría a refugiarse, lo dejaron en la calle, sin techo alguno. Un estanciero vecino le dio alojamiento; allí permanece durante un año.
   
Hay que señalar que para esos tan aciagos días, el P. Hervé estaba muy enfermo, y ese año que permaneció en esa estancia, por caridad del dueño, pudo recuperar su salud perdida. ¡Así enfermo lo dejaron en la calle! Él aclaró que nunca celebró la misa nueva, y que declaró al Arzobispo de Salta que "¡prefería morir antes que aceptarla!"
            
CÓRDOBA- ALTA GRACIA
Algunos cordobeses católicos, no conformes con la nueva religión, inaugurada por Paulo VI y su Concilio, le solicitan venir a Córdoba para celebrar la Misa Tradicional. 
  
En la capital cordobesa, en la calle Belgrano al 500, en un local alquilado, celebró Misa rezada, misa cantada gregoriana; Bautismos; Primeras comuniones.
  
Suspendido nuevamente "a divinis" por el Arzobispo de Córdoba Cardenal Raúl Primatesta en 1978. La sanción fue fijada en el Portón principal de la Parroquia de Alta Gracia. 
  
Desde el 17 de abril de 1978 se instaló en una casa en Alta Gracia, que le fue cedida por un fiel. 
  
El 1.º de marzo de 1981 dirige una Carta Abierta al pueblo de Alta Gracia, dándose a conocer. 
  
Se pone en contacto con la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, de Buenos Aires. Colabora con la misma en la instalación de una Capilla, calle Guido 227, Bª San Martín, Córdoba. Fue el primero en celebrar misa en esa Capilla. Conocía ya a Mons. Lefevbre en Europa, con quien se vio varias veces. 
  
Fue el primer responsable de la feligresìa Católica Tradicionalista de Córdoba, antes de la constitución del Priorato. Después de su muerte le sucede en calidad de Prior el Padre Basilio Méramo.
   
Falleció el 19 de abril de 1982. A su pedido fue enterrado en el cementerio de El Tala, donde sus restos queridos reposan en una bóveda. No quiso volver a Francia, a donde la familia lo podía trasladar; quiso quedar entre sus amados feligreses.
   
SU REGRESO A "EL TALA"
Después de una larga enfermedad y sufrimientos, operado en el Hospital Córdoba, fallece en esta ciudad. Cumpliendo con sus deseos se lo traslada inmediatamente a Salta. En una Sala de la Municipalidad de El Tala es velado por sus queridos fieles. La feligresía quería enterrarlo en la Iglesia misma; no fue posible a causa de las excomuniones (¡Qué de injusticias se han cometido desde este Concilio Vaticano II!- Acotación mía). Todo el pueblo lo acompañó hasta su provisoria morada cedida por la familia de don Santiago de la Cruz, hasta que se construyó su Bóveda con el material donado por la gente del pueblo. 
   
Y como despedida repetiré:
"Querido Padre Le Lay, gozas de Paz en tu última morada, en el suelo que elegiste y en el lugar que tan acertadamente te ubicaron, tal como un púlpito; al frente mismo de tus feligreses amados; cuántos de ellos habrán entrado ya  para su reposo eterno, y tú los has recibido, y les has dicho las palabras que limpian el alma e impuesto las bendiciones que les faltan hoy día a tantos moribundos. Esta Cruz, en la que se abre la puerta de tu eterno dormir, nos recuerda que sólo por ella entraremos al Reino de Dios."
  
REVISTA LA TRADICIÓN
Fundó la revista "LA TRADICIÓN". Fue su periodista, corrector, impresor; editor, de aparición bimensual, de Cultura Católica. Fue una de las primeras publicaciones en América Latina en denunciar la revolución modernista de modo anticipado al Concilio Vaticano II. Desde el lejano El Tala, editó su primer número ya en 1957, hasta sus último, publicados a principios de los años 80 desde la ciudad de Alta Gracia.
   
Algunos artículos extraídos para dar una idea de la misma. Cada número trae numerosa información. 
   
CARTAS DE NUESTROS LECTORES:
Del Rvdo. Padre Leonardo Castellani
Buenos Aires, 26/VI/1963

Sr. Pbro. Hervé Le Ley
Amado en Xto. P. Le Ley:

Recibí La Tradición n-º59. Muy buena revista. Creo que necesaria.  Le adjunto el importe de mi suscripción:
 
Me pesa no poder enviarle mayor suma. Vivo muy estrictamente. El fisco grava muy fuerte a los habitantes de esta ciudad. Me limpia casi del todo cada mes de mi magra mensualidad. No importa la Providencia nunca me ha faltado.
 
Necesario era lo que hace en este número: prevenir a los fieles del peligro Teihlard de Chardin. Creo  haber sido el primero en la Argentina en dar la voz de alerta, en una nota de mi libro “Cristo, ¿Vuelve o no vuelve?”, Salta, 1951 Un sacerdote salteño recién llegado  de España, me dio a leer 7 de los opúsculos clandestinos del “paleontólogo”. Me dejaron enfermo, pues topé en ellos manifiestos y graves errores, los cuales denuncié como digo en una nota de mi libro que estaba en prensa. Fui  reprendido por ello de un religioso de aquí. Sin razón, pues ahora la autoridad  religiosa dice lo mismo que allí dije: “ambigüitátibus, immo étiam grávibus erróribus!”.
 
Fue vecino mío de aposento en la Rue de Grenelle, 42, VIIè. Es curioso notar que en 1947 me hallé con él en Roma, llamados ambos por el General S. J. al dar ”cuenta de sí”; y resultó que yo, que era ortodoxo, fui sometido a una tempestad de castigos y humillaciones; y Teihlard, que no lo era, fue devuelto a París con honores por su General –no por la Curia Romana ciertamente-
 
En fin, loado sea Dios, ahora ambas cosas son manifiestas: de mí ha dicho Monseñor Rau “un defensor de la fe ortodoxa” y Dios lo haga y me conserve; de Teihlard, ha juzgado la autoridad competente.

                 In Dno. Jesu

                                               Leonardo Castellani
                                                   -------------------

Reverendo y querido P. Castellani, muchísimas gracias. Dios se lo pague, conservándonos a ambos en la profesión y defensa de la fe católica romana, en su fuerza e integridad.   (P. H. Le Lay) -  Revista “La Tradición”, nº61- julio-agosto  1963 

2º- Del doctor Rubén Oscar Castriota, Odontólogo. Irala 1375-Capital Federal.
…Aquí le envío una pequeña colaboración que espero sea de su agrado y utilidad. Pequeñísima, por cierto, ya que la disponibilidad de dinero que Ud. debería tener es infinitamente superior a la de los diarios de la “prensa seria”. Pensar que Ud. pasa necesidades económicas con su revista, es algo que debería avergonzar a todo católico “duro”. Quisiera saber cuántos católicos perderíamos el cine del sábado, algún atado de cigarrillos o el vermut de fin de semana, a cambio de una colaboración como su magnífica publicación.
   
¡Somos muy cómodos, Padre!
   
Claro que, indudablemente, si hay algo que Nuestro Señor  no va a permitir, es la muerte por inanición económica de “LA TRADICIÓN”. Y aprovecho la coyuntura para manifestarle toda la alegría y renovadora savia que viene con sus páginas y que nos hace despreciar el miedo o la angustia por los momentos que vivimos.
  
Desearía que comprendiera nuestra consideración con su lucha. Entendemos que hay que ser verdaderamente valiente para defender hoy día lo que Ud. defiende en su revista. Hablar de Franco, de Argelia Francesa, de Meinvielle (si lo oyese algún jesuita), etc. En su  modalidad, es hacer lo que no realizan ni siquiera los que están obligados por su rango y la eficacia de su posible acción.   Hablar como Ud., es imitar al Señor que no tuvo empacho en menospreciar al mundo y espetarle el término de hipócritas a los poderosos de Israel. En fin, su acción es la de hacer vislumbrar la aurora del Reinado de Jesús en la tierra, en circunstancias de aspecto tan lúgubre y tenebroso como los actuales. ¡Cuántas veces hemos sentido aquello de lo “del loco del P. Le Lay” Y otras tantas les hemos dicho que diez “locos” así, salvarían al país.
   
Bueno, estimado Padre, Ud. me perdonará este mi pequeño desahogo. ¡Es que son tantas las cosas que nos apabullan! ¡Es tan falso todo lo oficial que actualmente mandonea, que sólo podemos volcar  todo nuestro deseo de verdad en lo restringido, en lo olvidado o en lo  perseguido. 
   
El día que supe que el primer deber de la caridad es decir la verdad, me di cuenta en qué lugar estaba la Luz. Ciertamente no iluminaba la mente de los caritativos soñolientos o atontados, que con ese nombre permitan la mistificación del engaño, a cambio de una acción no violenta ni polémica. Trituran la verdad, por ende la caridad, con tal de hacer apostolado. Un mentiroso apostolado que cede la esencia de nuestra fe.
   
Por eso me alegro de leer “LA TRADICIÓN”. Porque en momentos en que todos parecerían querer acomodarse al “espíritu del siglo”, hay alguien que no ceja en negar a ese diabólico engendro, y no sólo eso, sino que nombra a los que a su lado postulan la necesidad de una lucha apoyada en la oración y la penitencia, único modo de lograr la “Pax cristiana”
   
¡Grande y esclarecedora acción la suya, Padre!
    
En fin,  no deseo distraerlo más y espero que esa voluntad, humilde y polémica como la del Aquinatense, intransigente con lo anticatólico de cualquier tono, siga su camino  para luz y guía de los que, aunque conscientes de la verdad, le falta fuerzas par “automoverse”
   
“LA TRADICIÓN” es uno de nuestros mejores motores… De la Revista LA TRADICIÓN, Nº 59, fundada, dirigida, escrita, publicada por el P. Hervé Le Lay,-Marzo-Abril de 1969
  
1º- De un Arzobispo modelo: Francisco Vicentín, Arzobispo de Corrientes.
“Francisco Vicentín saluda con particular estima al Rvdo. Padre Hervé Le Lay y le envía un giro, contra el Banco de la Nación por quinientos pesos. Siempre leo con interés “LA TRADICIÓN” Que el Señor conserve su vida al servicio de la Iglesia y de la verdad”
   
 Afmo. Servidor en Cristo.                                  Corrientes 11 de marzo de 1963

De un Protestante:
“LA TRADICIÓN” Nº 98  Revista del P. Hervé Le Lay-Artículo en Leído para uds.. p.11:
4º) “Lo que piensa un protestante, R. Barjavel, de la Misa frente al pueblo”.: “La Iglesia se mueve, 1969 ha sido el año en el que el oficiante que, durante dos mil años, había hecho frente al altar, es decir a Dios, le ha dado la espalda para hacer frente al pueblo. Esto me hace pensar en un barco cuyo piloto, de pie en la proa, dejando de mirar los caminos del mar y de las estrellas, se volvería hacia los pasajeros para que se sientan menos solos. ¿A dónde iría el navío? Yo, protestante, siento oscuramente en esta protestantización de la Iglesia católica el anuncio de no sé qué desastres!.”
   
 Lecturas recomendadas    LA TRADICIÓN

“Lettres aux catholiques fidèles.”  Carta a los fieles católicos. (Misa ¿Sacrificio o Sacrilegio ?)

Por el Sr. Paul Scortesco. El Sr. Scortesco es un rumano católico que vive en la misión católica rumana en París, calle Ribera 35, París 16è. Tuve el honor y el gran placer de conocerle en mi último viaje a Francia, en 1965. Escribe mucho, en un estilo fulgurante, como León Bloy, menos la grosería de éste. Antes tenía acceso en la editorial del gran luchador Pierre Lemaire (53-Saint-Ceneré); pero desde que P. Lemaire defiende la nueva misa (no por gusto, cierto, sino por “obediencia” al Papa) el Sr. Scortesco que no puede tragar la nueva misa (*como yo), ha encontrado refugio en “Lumière”, periódico tradicionalista muy corajudo. Dirección: Mr. Duchochois, Boite Postale 508 H.V.  62- Boulogne-sur-Mer). Negrita en el original.                * Palabras del P. Hervé
ESTE FOLLETO ES FORMIDABLE. P. Hervé Le Lay.

Ruego a mis lectores que disponen de imprenta, pidan un ejemplar al autor, lo traduzcan y lo propaguen en América latina: Se lo pido por amor a Dios y a la Iglesia. (Negrita es mía).
      

1 comentario:

  1. http://capillavedia.blogspot.com/2016/04/homenaje-la-memoria-del-padre-herve-le.html

    ResponderEliminar

Preferiblemente, los comentarios (y sus respuestas) deben guardar relación al contenido del artículo. De otro modo, su publicación dependerá de la pertinencia del contenido. La blasfemia está estrictamente prohibida. La administración del blog se reserva el derecho de publicación (sin que necesariamente signifique adhesión a su contenido), y renuncia expresa e irrevocablemente a TODA responsabilidad (civil, penal, administrativa, canónica, etc.) por comentarios que no sean de su autoría.