viernes, 7 de julio de 2023

MES EN HONOR A SANTA ANA (DÍA 7)

Recopilado por el P. Dr. Vicente Alberto Rigoni, Cura Párroco de Santa Ana en Villa del Parque (Buenos Aires), el 12 de Mayo de 1944. Tomado de RADIO CRISTIANDAD.

DÍA SÉPTIMO
   
Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
  
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dios os salve, ¡oh gloriosa Santa Ana, cuyo nombre significa la gracia de la que fuiste por Dios llena, gracia que distribuís a vuestros devotos. Nosotros, postrados a vuestros pies, os rogamos que aceptéis estos humildes obsequios con los cuales pretendemos honraros, como a madre de nuestra amantísima Madre y Reina y como abuela de nuestro dulcísimo Redentor Jesús. Y Vos, en señal de que os agradan nuestros homenajes, libradnos del maldito pecado alcanzándonos la gracia de modelar nuestra vida conforme a vuestros ejemplos, y obtenednos luz, fervor y constancia para que con la meditación que vamos a hacer, crezcamos en virtud y seamos más y más gratos al Señor. Amén.

MEDITACIÓN: Desposorios de Santa Ana y San Joaquín.
El motivo principal que inducía a las mujeres hebreas a unirse en matrimonio, era el deseo de ver la propia descendencia glorificada con el nacimiento del Mesías. Esta misma razón determinó a los padres de Santa Ana a privarse de su querida hija y darla por esposa a Joaquín.
     
Varios escritores afirman que tal unión se hizo por una revelación especial que tuvo Santa Ana, la cual sin titubear puso prontamente en práctica uniéndose con el elegido del Señor.
    
Los Santos Padre cantan alabanzas a las especiales virtudes que nuestra Santa debía revelar a su esposo Joaquín. Este a su vez atraído por las incomparables dotes de Ana, no podía dejar de corresponder con otras tantas celestiales prerrogativas. Así estas dos almas privilegiadas fueron las únicas aptas para preparar del modo más digno la venida de Aquella que debía robar el Corazón de Dios.
    
A la escuela de tales virtudes aprendamos aquella pronta obediencia a la voluntad de Dios en todo aquello que mira a nuestro provecho espiritual.
    
Admirad el bello ejemplo de unión y de paz que Santa Ana ofrece a los casados cristianos y a todos los miembros de la familia. ¡Portento celestial! Dios es caridad; y el que vive en caridad, vive en Dios y Dios en él. La caridad es la paz y la señal segura de que Dios habita en el alma del que la posee; ¿y qué tesoro más rico puede juntar el insaciable corazón del hombre? ¿qué podrá dar en cambio, o qué sacrificio podrá serle pesado para adquirirlo y guardarlo? El que tiene a Dios, lo tiene todo, y nada tiene quien de Él está privado. Las familias donde imperan estos principios representan la felicidad del paraíso; mientras que en aquellas donde faltan se descubre el desorden y confusión propia del infierno. Haz, pues, cristiano, cuanto puedas por vivir en caridad y ruega a Santa Ana que es la abogada de la paz doméstica.
   
EJEMPLO: Un noble español pedía fervorosamente a María Santísima le alcanzara la gracia de poderse decidir a la elección de estado, a cuya realización se oponían infinidad de obstáculos.
    
La Reina de los cielos apareciéndosele, le invitó a dirigir sus súplicas a su poderosísima Madre Santa Ana, lo que hizo con singular fe y devoción.
   
Nuestra querida Santa Ana no desoyó las fervientes súplicas de aquel su devoto y le obtuvo sin tardanza una suave calma de espíritu, que le indujo a seguir el camino a que era divinamente llamado.
   
Agradecido, conservó constante devoción a su Protectora, a la cual tuvo siempre propicia en vida y en muerte.
   
OBSEQUIO: Si debemos elegir estado, invoquemos a Santa Ana para que nos obtenga la luz; si lo hemos elegido bien, supliquémosle nos ayude a perseverar en él.
   
JACULATORIA: Piadosísima Santa Ana, iluminadnos a fin de que conozcamos la divina Voluntad.
   
ORACIÓN
¡Oh bendita Santa Ana!, por amor de aquel Dios que habitó constantemente en vuestro corazón, haced que la santa caridad, alma y vida del cristiano reine siempre entre nosotros. Vos disteis a luz a la madre de Aquel que vino a traerla del cielo a la tierra; una palabra vuestra dirigida a Él es un mandato; ¡Ah! hablad, rogad por los casados cristianos, por las cristianas familias, por todos nosotros, a fin de que formando un solo corazón y una sola alma, se vea reinar en todos la paz de Jesucristo. Así sea. Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
    
℣. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Ana.
℞. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.
        
ORACIÓN
Oh Dios, que te dignaste conceder a Santa Ana la gracia de dar al mundo a la Madre de Vuestro Unigénito Hijo, haz, por tu misericordia, que nos ayude junto a Ti la intercesión de aquélla cuya fiesta celebramos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
    
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

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