En el apartado de Renuncias y Nombramientos del Boletín de prensa de la Santa Sede hoy 6 de Abril, se informó de dos nombramientos inútiles:
- El cardenal Ángelo De Donatis fue removido como Vicario de la Diócesis de Roma, y designado Penitenciario Mayor (remplazando a Mauro Piacenza, quien había sido destituido de la Congregación para el Clero en 2013).
- Daniele Libanori SJ fue removido como obispón auxiliar de Roma Centro, y nombrado como consejero
pontificiopara la Vida Consagrada.
La salida de Piacenza (cinco meses y nueve días antes de cumplir los 80 años) ya era algo cantado por lo menos dos meses atrás. Piacenza, que había sido prefecto de la Congregación para el Clero por seis años y sonaba como candidato para la Secretaría de Estado, fue removido el 1 de Septiembre de 2013 y remplazado por el cardenal Beniamino Stella Pederiva. Su caída de la silla en la misa de Domingo de Ramos el 24 de Marzo de ese año fue una premonición de que él caería en desgracia ante Bergoglio.
Según anticipara Messa in Latino, De Donatis (quien ya había sido despojado de su autoridad con la Constitución “In Ecclesiárum communióne” del 6 de Enero de 2023, que concentraba todas las funciones locales en Francisco Bergoglio –que de todos modos no ejerce–) estaría pagando las pésimas gestiones del Vicariato, y las malas relaciones con el director de la Oficina Jurídica del Gobernadorato. Aparte, Bergoglio estaba tan enojado con él que no le permitía acompañarlo cuando visitaba las parroquias romanas (que, valgan verdades, mandó cerrar por orden de Bergoglio durante la covidhisteria). Libanori, a su vez, estaría pagando con este “promoveátur ut ammoveátur” ponerse del lado de las víctimas en el caso Rupnik, enfrentándose al propio Bergoglio cuyo protector es (y quien absolvió al mosaísta esloveno por el propio De Donatis).
Como nota marginal, el cardenal curial portugués José Tolentino Calaça de Mendonça TOSD, prefecto del Dicasterio para la Cultura y la Educación, fue nombrado Delegado pontificio para el Congreso Eucarístico en Portugal.
Aparente y alegadamente, las meditaciones del Vía Crucis sentimentalista y egomaníaco de Bergoglio, eran muy del estilo de Mendonça.
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