Noticia tomada de INFOCATÓLICA.
Desde hace varios años los arqueólogos buscan el lugar exacto de Betsaida, el hogar de Pedro, Andrés y Felipe; y donde siglos después se construyó la Iglesia de los Apóstoles, como se menciona en las crónicas del obispo San Willibaldo, quien visitó el área en una peregrinación en el año 724.
Según señala el diario Haaretz, durante las excavaciones realizadas por el equipo de arqueólogos a cargo de Steven Notley del Nyack College y Mordechai Aviam del Kinneret Academic College of the Galilee se encontraron pisos de mosaicos e inscripciones que datan de finales del siglo V o principios del VI.
Estas construcciones pertenecen a un edificio del período bizantino que era usado como casa de culto, la cual fue destruida por un terremoto en el año 749 d.c. y luego se construyó un nuevo edificio sobre la estructura original.
«Todos los lugares pequeños sagrados para el cristianismo y no superconocidos, como llegaron a ser Jerusalén o Nazaret, se perdieron después de la conquista musulmana», señaló Aviam.
Junto a Notley, el arqueólogo trabaja entre Beit Habek y Galilea desde el 2016 y entre sus primeros hallazgos están teselas doradas y mosaicos, principales distintivos del ornamento bizantino en la arquitectura de las iglesias.
Posteriormente, luego de cuatro años de trabajo, anunciaron en 2019 el descubrimiento de una gran basílica de unos 27 metros que estaba rodeada por un muro de aproximadamente un metro de altura.
Luego de una ardua investigación, recientemente hallaron nuevos restos, entre ellos mosaicos y dos inscripciones incompletas en un gran ábside, la parte de la iglesia que acoge el altar.
«Mientras que la inscripción más pequeña menciona el nombre de un diácono y el plan de construcción, la inscripción más grande es un medio medallón y habla del obispo y de la reconstrucción del edificio», señaló Aviam.
Los arqueólogos todavía no han definido la fecha exacta de la construcción de las ruinas halladas, pero esperan que las próximas excavaciones ayuden a encontrar más información sobre esta construcción.
Estas no son las únicas ruinas que se han asociado a Betsaida. En 2020, el arqueólogo Rami Arav, profesor del Departamento de Filosofía y Religión y del Departamento de Historia de la Universidad de Nebraska (Estados Unidos) aseguró haber encontrado la localización exacta de esta ciudad.
Según señala el diario ABC, las investigaciones de Arav apuntan a que Betsaida estaría situada a un kilómetro y medio del Mar de Galilea, en Cisjordania, concretamente el yacimiento de Et-Tell.
Este yacimiento ha sido estudiado durante 32 años. En este el equipo del profesor Arav descubrió varias fortificaciones monumentales, almacenamiento de alimentos y una puerta de la ciudad en el sitio arqueológico que se remontan, según precisan, a la Edad de Hierro y que pertenecen a la capital de Geshur, que posteriormente se convertiría en Betsaida.
Aunque actualmente Et-Tell no está cerca del Mar de Galilea, y en la Biblia se describe Betsaida como un lugar accesible en barco. Para Arav esto podría deberse a los movimientos tectónicos y al cambio en los niveles de agua que han provocado un alejamiento, ya que «el mar de Galilea está en medio de la grieta siroafricana y es propenso a los cambios tectónicos».
Además, el equipo de Arav descubrió en el yacimiento utensilios de pesca.
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