Finalizada la improvisada eucaristía de “beatificación” de Sor Ana de Jesús OCD en el Estadio Rey Balduino de Bruselas (Bélgica), Francisco Bergoglio dijo que iniciaría el proceso de “beatificación” del rey Balduino I “El triste” de los Belgas (cuya visita el día anterior a la tumba en el Panteón real de Santa María de Laeken, donde lo elogió por su coraje «por abandonar su puesto de rey para no firmar una ley asesina» fue calificada de provocación e injerencia política).
«Tan pronto como regrese a Roma, abriré el proceso de beatificación del rey Balduino: que su ejemplo de hombre de fe ilumine a los gobernantes. Pido a los obispos belgas que se comprometan a llevar adelante esta causa»,
dijo Bergoglio en el estadio, que desde su remodelación en 1995 lleva el nombre del monarca (hasta entonces, llevaba 51 años de llamarse “Estadio de Heysel” –originalmente “Estadio del Centenario”, por su construcción en 1930 conmemorando los cien años de la independencia belga–, tristemente célebre por la estampida que ocurrió antes de la final de la Copa de Europa entre la Juventus y el Liverpool diez años atrás), fallecido el 31 de Julio de 1993 en su retiro de Villa Astrida en Motril (España) de un infarto cardíaco mientras rezaba en la azotea, dos años después de ser operado en París por un prolapso de la válvula mitral.
Posteriormente, ya en la Rueda de prensa del avión, cuando la periodista Valerie Dupont de la Televisión Pública Belga francófona le cuestionó cómo conciliar la defensa del derecho a la vida con los derechos de la mujer, Bergoglio (antes de insistir machaconamente en que el aborto es un asesinato y los médicos que lo practican son sicarios, y establecer una diferencia innecesaria e irreal entre el aborto y los métodos anticonceptivos), dijo:
«El rey [Balduino] fue valiente porque ante una ley de muerte no firmó y dimitió. Eso requiere valor, ¿no? Hace falta un político 'con pantalones' para hacer eso. Hace falta valor. Él también dio un mensaje con esto y también lo hizo porque era un santo. Todavía no es un santo, pero el proceso de beatificación seguirá adelante, porque hemos tenido pruebas de ello».
Segundo hijo (y primer varón) del rey Leopoldo III y su primera esposa la princesa Astrid de Suecia, y hermano mayor de Alberto II (quien lo sucedió en 1993 al morir sin descendencia), Balduino Alberto Carlos Leopoldo Axel María Gustavo de Sajonia-Coburgo-Gotha y Suecia (foto), no obstante estar inclinado al sacerdocio, asumió el trono en 1951 tras la abdicación de su padre (a quien los Aliados no le perdonaron su rendición tras la invasión alemana) el año anterior. Además de presenciar el proceso independentista del Congo (durante el cual se dio el asesinato del líder independentista y primer ministro Patricio Lumumba –guardar este dato para más adelante–), Ruanda y Burundi (a la sazón Reino de Ruanda-Urundi) en los años 1960 y la federalización de Bélgica en los años 80, Balduino es recordado sobre todo por la “Mini cuestión real”: en 1990, cuando el Parlamento Belga aprobó el proyecto presentado por los senadores Roger Lallemand (Partido Socialista) y Lucienne Herman-Michielsens (Partido por la Libertad y el Progreso) que legalizaba el aborto (Bélgica es uno de los países más liberales para el aborto), se negó a firmar la ley (ya en 1971 se había opuesto a un proyecto similar, que fracasó en el Parlamento) y renunció temporalmente al trono, por lo que el Consejo de Ministros encabezado por el primer ministro “católico” Wilfried Achiel Martens Vanlaecken (del Partido Cristiano Demócrata y Flamenco; dos veces divorciado y que moriría en 2013 por la eutanasia) asumió la regencia firmando la ley el 4 de Abril, y al día siguiente Balduino reasumió como Jefe de Estado tras una votación plenaria del Parlamento.
Al morir Balduino (quien fue el último miembro de la Orden Militar de Cristo –la mayor orden de caballería pontificia–, habiendo sido nombrado en ella el 3 de Junio de 1961), el mismo cardenal Godfried Danneels –miembro que fue de la Mafia de San Galo y “hacedor de reyes” de Bergoglio–que en vida lo presionó para firmar la ley del aborto, lo elogió en su funeral el día 7 de Agosto de 1993 diciendo:
«Dios nos ha dado un mediador y un protector para Bélgica (…). El pueblo debería considerarse afortunado de tener un Rey que los haya gobernado de esta manera durante su vida y que los velará como un ángel después de su muerte… Gracias, señor y amado rey Balduino. Te damos las gracias y te hacemos una última petición que no nos negarás: ¡ruega por nosotros!».
Bueno, a nosotros nos toca hacer de abogado del diablo presentando tres objeciones:
- Balduino, aunque nació en la Iglesia Católica, él voluntariamente adhirió a la apostasía generalizada en ocasión y consecuencia del Vaticano II. Prueba de ello fue su adhesión al Movimiento Carismático, donde entró por influencia del cardenal ultramodernista Leo Josef Suenens y la monja irlandesa Verónica –en el siglo Luisa María– O’Brien Leahy (por medio de los cuales Balduino conoció a su esposa doña Fabiola de Mora y Aragón), y cuyas reuniones organizadas en el Castillo Real de Laeken (residencia privada del Rey de los belgas) contaron con la presencia del presidente de Ruanda Juvenal Habyarimana (quien moriría asesinado en 1994, desencadenando así la guerra civil y genocidio).
- A cambio de conseguir petróleo para su país, Balduino otorgó en contrato de enfiteusis por 99 años al rey Faisal de Arabia Saudita el Pabellón Oriental del Parque del Cincuentenario en Bruselas, donde se construyó en 1978 la Gran Mezquita y Centro Cultural Islámico de Bélgica, uno de los centros de enseñanza y propagación del wahabismo salafí (la tendencia islámica suní oficial de Arabia Saudita y principal fundamento de grupos terroristas como Al Qaeda o el Dáesh) en Europa.
- Cuando Balduino se opuso a la ley del aborto (en parte por el recuerdo de los embarazos fallidos de la reina Fabiola), algunos en Bélgica le reclamaron que en 1961 no hizo nada para impedir el asesinato por tropas congoleñas (con apoyo del Servicio General de Inteligencia y Seguridad belga y órdenes de la CIA) del primer ministro Patricio Lumumba, con quien “El rey triste” tuvo un encontronazo durante la ceremonia de independencia en Léopoldville-Kinshasa en 1960 porque en su discurso, Balduino elogió el legado de su bisabuelo el rey Leopoldo II como un civilizador, a lo cual Lumumba respondió con otro discurso mencionándole los crímenes que se cometieron durante la época colonial. Resulta que en el 2001, un informe del Parlamento Belga concluyó que Balduino (que secretamente apoyó la secesión de la rica provincia de Katanga) pudo tener algún conocimiento de la conspiración del presidente Joseph Kasa-Vubu y el coronel (y luego dictador cleptócrata) Joseph Désiré Mobutu Sese Seko (quien escogió a Balduino como padrino de uno de sus hijos) para eliminar a Lumumba y no impedirlo. Por mucho menos que eso, Bergoglio mantiene el freno de mano wojtyla-lustigeriano a la causa de “beatificación” de Isabel la Católica.
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