lunes, 21 de abril de 2025

MURIÓ BERGOGLIO (AL FIN)


A las 7:35h (hora local) de hoy 21 de Abril del año 2025, falleció por secuelas de una infección respiratoria Jorge Mario Bergoglio Sívori, el hombre que había dicho ser “Papa” Francisco I desde el 13 de Marzo de 2013.
  
Jorge Mario nació en Buenos Aires (Argentina) el 17 de Diciembre de 1936, el mayor de los seis hijos de Mario José Bergoglio Vassallo y Regina María Sívori Gogna. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1960, siendo “instalado” presbítero el 17 de Diciembre de 1969 con el inválido rito montini-bugniniano. Fue “instalado” obispón el 16 de Diciembre de 1997, creado cardenal el 18 de Febrero de 2001, y el 13 de Marzo de 2013, fue elegido como sexto dirigente de la secta deuterovaticana (en el cónclave de 2005 él era opcionado por los miembros de la Mafia de San Galo, pero al final Ratzinger fue el elegido).
   
Como se ha dicho, Bergoglio a diferencia de sus antecesores, NUNCA FUE OBISPO (mucho menos Sacerdote, a diferencia de Ratzinger), ya que en la fecha de su “instalación”, el 16 de Diciembre de 1969, ya era vigente el nuevo Ordinal protestantizado introducido por la Constitución “Pontificális Románi recognítio”, que no produce sacerdotes sacrificantes, sino presbíteros laicos que presiden cenas comunales, ni más ni menos que los ministros protestantes. Y para más inri, ni siquiera había recibido el diaconado, sino que fue promovido per saltum del subdiaconado al presbiterado.
 
Sin cuento son todas sus herejías y blasfemias, de las que nunca mostró signos públicos de arrepentimiento, así que es legítimo decir que murió en obstinación en el pecado e impenitencia final, pecados que al ser contra el Espíritu Santo, no tienen absolución posibleģ (Dios nos libre de ese mal).
 
QUE SU ALMA ARDA EN EL INFIERNO POR TODA LA ETERNIDAD.

EL NUEVO TRIUNFO DEL PAGANISMO

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO.
    
El pseudopapa apóstata Francisco Bergoglio rindió culto a la diosa pagana de la fertilidad Pachamama (abajo) y la instaló frente al altar de San Pedro.
WTambién aprobó un rito pagano dedicado a la Pachamama (arriba), que ahora se practica en Méjico y se está extendiendo desde allí a Latinoamérica.
  
Un nuevo estudio del Centro de Investigación Pew publicado el 26 de Marzo de 2025 muestra que los cristianos están perdiendo la batalla contra los paganos. En primer lugar, uno de cada cinco adultos en todo el mundo ha abandonado la fe de su infancia, sobre todo los cristianos. Las mayores pérdidas se registran en Corea del Sur (50%), Países Bajos (36%), Estados Unidos (28%) y Brasil (21%). La mayoría de estos se han convertido en “ningunos”, es decir, personas sin religión alguna.

El cristianismo en Europa Occidental registra la mayor pérdida neta de creyentes, siendo las pérdidas más altas en Italia, Alemania, Francia, Polonia y España, países tradicionalmente católicos acérrimos antes del Anticoncilio Vaticano II (1962-1965). En Italia, en el patio trasero del apóstata pseudopapa Francisco Bergoglio, más de uno de cada cuatro (28%) ha abandonado la Iglesia Sinodal de la Nueva Era (Novus Ordo), que, sin duda, NO es la Iglesia Católica.
   
Católicos tradicionales, mientras que quienes antes eran católicos desertan de la Iglesia Sinodal, que ha apostatado de la verdadera Iglesia Católica, y los “cristianos” de izquierda, como los luteranos, metodistas, anglicanos/episcopalianos y congregacionalistas, desertan de las denominaciones protestantes, los infieles (judíos e islamistas) y los paganos (hindúes) registraron las tasas de retención más altas. El estudio de Pew confirma lo que es obvio para todos: el mundo se está volviendo más pagano, más inmoral y más violento, y la verdadera fe católica tradicional ha sido relegada a las catacumbas una vez más, tal como predijo el Papa Pío XII. No es de extrañar: Francisco Bergoglio y sus predecesores, los pseudopapas, tras el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965), se vendieron hace mucho tiempo a los paganos.

MES EUCARÍSTICO - DÍA VIGESIMOPRIMERO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA VIGESIMOPRIMERO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, fuego abrasador, que hace a sus Ángeles espíritus, y a sus Ministros llama de fuego: que vino a poner fuego en la tierra, y no quiere sino que arda (Deuth. 4, 24 - Hebr. 1, 7 - Luc. 12, 49).

II. ¿A quién viene? A tu alma, ni fría ni caliente; por lo cual dice el Señor, que comenzará a despedirte de su boca (Apoc. 3, v. 15 y 16).

III. ¿A qué viene? A ocupar toda tu alma, a encenderla, ablandarla y disponerla para recibir sus inspiraciones; adornarla con el lustre de buenas obras, y comunicarla virtud de abrasar a otros en su amor.

Aspiración: ¡Ojalá, Señor, rasgaras esos Cielos y bajaras! A tu vista los montes se liquidarían como cera: se derretirían como la materia aplicada al fuego: las mismas aguas arderían con el incendio (Isa. 64, 1). No tardes en venir a mi corazón, dilecto mío; ven desde los ardores del medio día de ese Sacramento, en el que como en un Cielo habitas, y esparces el sagrado fuego de tu amor sobre las aguas frías de mi corazón. Con vivas ansias deseo ver ya de una vez incendiados por Ti los tibios deseos de mi alma. ¡Oh, si viera yo, dulcísimo Jesús mío, abrasadas mis entrañas en el fuego de tu dilección, y consumido lo que más amo, para ofrecerte un holocausto limpio! Pero yo sé que aunque no gustas de otros holocaustos, que con gusto Te ofreciera, en caso de querer, tienes sin embargo cierta complacencia en el que te se hace del corazón contrito y humillado. Semejante sacrificio nunca fue despreciado de vos (Ps. 50, 16). Aquí pues tenéis, Dios y Salvador mío, aquí tenéis aquel mismo corazón que Vos pedís (Prov. 23, 26), el mismo que deseáis. Dispuesto y preparado está para recibiros, si Vos os dignáis venir a él. Entero os lo ofrezco, porque ya no quiero que tenga en él la mínima parte el mundo. Levántate, ya, Gloria mía; levántate, Salterio y Cítara (Ps. 56, 9), desciende de ese trono, y abrasa mis entrañas y mi corazón (Ps. 25, 2). Tu misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Contempla, alma mía, con viva fe a Cristo en medio de tu corazón como horno de amor respirando fuego por todas partes; y a ti como hierro mohoso y vil sumergido en un fuego inmenso.

II. Ámalo con amor ferviente, como lo aman los Querubines y Serafines, de manera que parezcas todo de puro fuego por su grande amor; te deshagas, te enciendas, y abrases todas las cosas.

III. Pide te conceda perfecta paz, para que descansando en este Señor como en tu propia esfera, seas contado entre los verdaderos pacíficos, que son llamados hijos de Dios (Matth. 5, 9).

Aspiración: ¿Por ventura puede esconder el hombre fuego en su seno, de manera que no ardan sus vestidos? (Prov. 6, 27). ¿Pues qué frialdad, Dios mío, es la de mi corazón, que habiendo entrado en él el fuego de vuestra caridad, no acaba de consumir las superfluidades de mi cuerpo, que tanto os desagradan? ¡Cuántas palabras os he dado de imitaros en vuestra humildad! ¡Cuántas veces he dicho en presencia de los Ángeles: mortificaré mis locas vanidades, volveré de una vez las espaldas al mundo, no atenderé a sus murmuraciones, que me procuran apartar de mi eterno bien, buscaré a mi Dios en el retiro de la oración, en solo Él fijaré todos mis cuidados, y en nada más pensaré que en servirle! ¡Cuántas veces he repetido estas promesas! Pero no bien os acabé de recibir cuando luego me olvidaba de cuanto os acababa de ofrecer; como muerto Vos en mi corazón os entregaba al olvido (Ps. 30, 10). De este modo se multiplicaban por instantes las aguas de mi tibieza, hasta extinguir casi de todo punto el fuego que Vos veníais a prender en mi alma. ¡Oh, cuánto pesar tengo de no haberos correspondido! Pero ya, Dios mío, salen afuera las aguas de mi corazón desleídas en lágrimas por los ojos. Acabe vuestro divino fuego de consumir cuantas humedades queden en mi interior. He aquí que ensancho cuanto puedo la boca de mi alma, para que la llenes con el pasto suavísimo de tu amor (Ps. 80, 11): Te descubro todos los retiros de mi corazón, para que abrases cuanto gustes con tus sempiternas llamas, y sea yo holocausto que incesantemente arda en tu soberana presencia. ¡Oh sabios Querubines!, dadme alguna parte de vuestro conocimiento de Dios! ¡Oh abrasados Serafines!, comunicadme algún incendio de vuestro amor a Dios: y juntos todos ayudadme a dar gracias a mi benignísimo bienhechor. Gracias amor mío, gracias.

domingo, 20 de abril de 2025

IGLESIA ARMENIA CONDENA PARTICIPACIÓN VATICANA EN CONFERENCIA AZERÍ

Representantes de la Iglesia Ortodoxa Apostólica Armenia criticaron duramente que la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma acogiese una conferencia sobre la Cristiandad en Azerbaiyán organizada por varias entidades vinculadas al gobierno el pasado 10 de Abril.
  

La conferencia, titulada “Cristiandad en Azerbaiyán: Historia y Modernidad” fue organizada por el Centro Internacional de Bakú para el Multiculturalismo, el Instituto de Historia y Etnología de la Academia Nacional de Ciencias de Azerbaiyán, la Embajada de Azerbaiyán ante la Santa Sede, y la Comunidad cristiana albano-udí de Azerbaiyán, entidades dependientes en todo o en gran parte del régimen azerí. El Vaticano estuvo representado por los cardenales George Jacob Koovakad y Claudio Gugerotti, prefectos de los Dicasterios para el Diálogo Interreligioso y las Iglesias Orientales respectivamente, y el prefecto apostólico de Azerbaiyán Vladimír Fekete SDB.
  
El catolicós de la Gran Casa de Cilicia Aram I Keshishian, el Patriarcado Armenio de Jerusalén y la Sede Madre de la Santa Echmiadzin calificaron el evento de antiarmenio y lamentaron que «se permitiese tener lugar tal evento antiacadémico bajo el techo de una eminente institución educativa católica».

Incluso, el comunicado del Patriarcado Armenio de Jerusalén cargó más las tintas al escribir en mayúsculas
«DECLARAMOS QUE ESTA MUY EVIDENTE EXCLUSIÓN SIN FUNDAMENTO DE LOS ACADÉMICOS ARMENIOS DE LA CONFERENCIA LA CONVIERTE EN UN ACTO DE REVISIONISMO Y PSEUDOHISTORIOGRAFÍA CON PATROCINIO ESTATAL QUE DESDICE TAN HUMILLANTEMENTE DE LOS ESTÁNDARES DEL VATICANO, QUE NO HAY EXPLICACIÓN PLAUSIBLE SINO EL INCENTIVO FINANCIERO».
  

Es de conocimiento público que Armenia y Azerbaiyán son enemigos y han estado en guerra, con episodios como el Genocidio Armenio en 1915 y la limpieza étnica con apoyo turco y armamento e inteligencia israelí contra la población armenia de Artsaj en 2023 tras la guerra del año anterior. Pero hay otros dos elementos poco conocidos: la “diplomacia caviar”, esto es, el cabildeo diplomático del régimen del belicista dictador azerbaiyano Ilham Aliyev; y la promoción de los mucho, muy minoritarios “albano-udíes” (entre 4.000 y 5.000 personas) como la población cristiana original de Azerbaiyán (si bien se remontan a la Iglesia Albana del Cáucaso del siglo V, desde 1836 no tienen jerarquía eclesiástica y apenas en 2023 fueron reconocidos como comunidad religiosa), en tanto que los armenios son presentados como traídos por los vecinos Rusia e Irán. Estrategia esta última reminiscente a la “Iglesia Ortodoxa Turca” patrocinada por Mustafá Kemal Atatürk, la “Iglesia Católica Apostólica Mejicana” o “Iglesia del Señor Presidente” durante Juárez primero y luego bajo Francisco Plutarco Elías-Calles Campuzano, los “Cristianos alemanes” en el Tercer Réich, o las “Tres Autonomías” y la “Asociación Patriótica Católica” en la China comunista.

LA ÚLTIMA HOMILÍA PASCUAL DE MONS. LEFEBVRE

Traducción del artículo publicado en LA PORTE LATINE (Fraternidad Sacerdotal San Pío X - Distrito de Francia).
   
https://www.radiospada.org/2021/04/lultima-pasqua-di-monsignor-lefebvre/

MES EUCARÍSTICO - DÍA VIGÉSIMO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA VIGÉSIMO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, expectación de las gentes, deseo de los collados eternos, que deseó con gran deseo comer esta Pascua contigo, sin otro designio que mostrar cuánto es lo que te ama (Gén. 49, v. 10 y 26 - Luc. 22, 15).

II. ¿A quién viene? A tu alma perezosa, a quien privan de su vida verdadera los deseos estériles; tan inconstante, que ya quiere, ya no quiere, y se ha hecho por tanto como paloma, sin corazón (Prov. 22, 25, y 13, 4 - Oseas 7, 10).

III. ¿A qué viene? A arrojar desde lo alto fuego de deseos eficaces en tus huesos, y enseñarte eruditamente: porque el principio de la sabiduría es el más verdadero deseo de la doctrina (Trenos 1, 13 - Sap. 6, 18).

Aspiración: Mi alma te deseó en la oscura noche de su ignorancia; mas con espíritu madrugaré muy de mañana para llegar a Ti en alas de mis íntimos afectos de corazón (Isa. 26, 9). Cuando las tinieblas de la ignorancia tenían ofuscada mi razón, te buscaba yo en el descanso de mi lecho; te buscaba, Bien mío, pero no Te hallaba, porque Tú no estás entre las delicias y regalos de la carne. Me levantaré, dije, daré una vuelta por la ciudad de mi alma, saldré con espíritu en busca de mi Amado, y como Vos mismo decís, que los que despiertan de madrugada, os encuentran (Prov. 8, 19), apenas la luz de vuestro conocimiento amaneció en mi interior, cuando penetrado del más vivo dolor de mi pereza en serviros, salí de las prisiones de la carne, y os hallé en el medio día de la Eucaristía, donde apacientas las almas. Haced, mi Dios, que yo salga de mí, para que en mí entréis Vos. Ya no quiero mandar yo en mí, solo Vos habéis de vivir y mandar en mí. Potencias, sentidos y facultades mías, no me obedezcáis a mí, obedeced a este Señor, que es el absoluto Dueño de mi corazón. Y Vos, luz del alma, pan de vida y de entendimiento, dirigid siempre en vuestra presencia mis caminos (Ps. 5, 9), para encaminar rectamente hacia Vos todos mis pasos. Vuestra misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Cristo en medio de tu corazón, que atraído de tus deseos, está como asentado a las puertas de tu alma; y a ti como entorpecido todavía con el sueño, que no te resuelves a levantarte para abrir a tu Amado (Sap. 6, 15).

II. Ámalo con amor encendido y suspirado, como le amaron los Santos Patriarcas; de manera que por calles y plazas por donde tengas precisión de andar, busques al que ama tu alma; y no hallándolo, preguntes a las centinelas místicas de la ciudad, que son los Confesores: ¿por ventura habéis visto al que ama mi alma (Cant. 3, v. 2 y 3)?

III. Pide te conceda sed y hambre de justicia, para que aspirando siempre a lo más perfecto, merezcas conseguir la hartura celestial (Matth. 5, 6).

Aspiración: Dijo a Ti mi corazón: mis ojos te buscaron: Tu semblante, Señor, buscaré. Tu nombre y tu memorial serán el deseo continuo de mi alma (Ps. 26, 8 - Isa. 26, 8). Porque Tú eres mi luz, Tú mi salud, y el protector de mi vida. Teniendo juntas todas las cosas en Ti solo, no Te debí apartar de mí (Tobías 10, 5). Pero ¿cómo agradeciera vuestra misericordia si no hubierais permitido mi caída? Vos me disteis luz con qué poder mirar la fealdad de mi culpa: conocí su gravedad, y para mostrar Vos que no os alegráis en la perdición de los vivientes (Sap. 1, 13), me preservasteis de la muerte, porque no muriera en desgracia vuestra. ¡Oh noble conocimiento de la propia iniquidad! Yo te abrazo tal cual eres, pues me restituyes a mi Dios todo bueno, todo benigno, todo desiderable. Tu nombre será el empleo de mis labios; en todo tiempo Te bendeciré sin apartar un instante tu alabanza de mi boca (Ps. 33, 2); porque sé muy bien, Señor, que los que os bendicen recibirán en herencia la tierra de promisión de la Gloria (Ps. 36, 2). Tampoco se apartará de mi recuerdo el memorial de vuestra dolorosísima Pasión, que en este Sacramento me presentáis; porque sé que esta es vuestra voluntad, para mejor conquistar la rebeldía de mi corazón. ¡Oh, quién nunca hubiera olvidado lo infinito que por mí habéis padecido! Este olvido me perdió; pero gracias infinitas os doy porque habéis venido a mí; pues de lo contrario, ¿cómo pudiera acordarme de Vos? Alábente, Señor, por tanta bondad los Cielos y la Tierra, los Ángeles, los hombres, las criaturas todas, y todas sean contra mí, para avisarme volver a Vos, en caso que tu Nombre y tu memorial no sean el deseo continuo de mi alma.

MENSAJE DE PASCUA

  
«Unus Dóminus, una fides, unum baptísma» (Efesios IV, 5).
  
En esta Pascua, uno de los frutos que como católicos debemos tener de la meditación de los sagrados misterios de nuestra Redención y por lo que debemos trabajar es precisamente la unidad. Unidad por la que Nuestro Señor había orado (San Juan XVII).

Mas esa unidad (primera de las Notas, Características visibles de la Iglesia verdadera) no puede obtenerse si no lo es en la Verdad. Unidad que, en el Cenáculo, los primeros creyentes mantuvieron bajo la dirección de San Pedro y con la oración de la Santísima Virgen, y que alentados de celestial gozo y paz al aparecerse Nuestro Señor el día de su Resurrección (cf. San Lucas XXIV, 36-47. Evangelio del Martes infraoctava de Pascua), fue perseverante en oración, doctrina y práctica: «Un solo Señor, una fe, un bautismo» (Efesios IV, 5). No puede ser menos, ni otra cosa. Toda unidad que no se base en Cristo y su Iglesia, es necesariamente falsa y debe rechazarse.

Pidamos a la Santísima Virgen María, Madre de Dios y Reina de la Iglesia, la gracia de alcanzar la Unidad como Remanente Católico. Unidad en la Verdad, para conseguir prontamente la victoria de Nuestro Señor y la Restauración de la Iglesia.

¡SANTAS PASCUAS PARA TODOS NUESTROS LEALES HERMANOS EN LA VERDADERA RESISTENCIA!
VIVAT JESU, AMOR NOSTER, ET MARÍA, SPES NOSTRA!
  
JORGE RONDÓN SANTOS
20 de Abril de 2025 (Año Santo del Sagrado Corazón de Jesús).
Domingo de Pascua. Fiesta de Santa Inés de Montepulciano, Virgen dominica; y del Beato Simón Rinalducci de Todi, Sacerdote agustino Nacimiento y traslacióm de reliquias de Santa Rosa de Santa María Limana, Copatrona del Perú y de las Indias Españolas. Firma del Tratado de Tordehumos; retirada inglesa de Cartagena de Indias; publicación de la Encíclica “Humánum genus”. Milagro de Nuestra Señora de los Dolores del Colegio San Gabriel (Quito, Ecuador).

sábado, 19 de abril de 2025

EL CONSUELO DE MARÍA EN LA PASIÓN DE SU HIJO ERA VER LA REDENCIÓN DEL MUNDO


«“¡Oh Señora!”, dice San Buenaventura dirigiéndose a esta Virgen bendita, “¿por qué quisísteis ir Vos también a sacrificaros en el Calvario? ¿Acaso no bastaba para nuestra redención un Dios crucificado, sin que su Madre fuese crucificada con él!” ¡O Dómina! ¿cur ivísti immolári pro nobis? ¿Númquid non sufficíebat Fílii Pássio nobis, nisi crucifigerétur et Mater?(Stímulus Divíni Amóris, parte 1, cap. 3) ¡Oh! la muerte de Jesús bastaba ciertamente para salvar al mundo, y aun a infinitos mundos; pero esta buena Madre, llena de amor por nosotros, quiso con los méritos de sus dolores que ofreció por nosotros en el Calvario, concurrir a la obra de nuestra salvación. Por esta razón, dice San Alberto Magno, que “así como estamos obligados a Jesucristo por la Pasión que sufrió por nuestro amor, así también estamos obligados a María por el martirio que en la muerte del Hijo quiso padecer voluntariamente por nuestra salvación”  Sicut totus mundus obligátur Deo propter passiónem, sic obligátur Dóminæ propter compassiónem (Sobre Missus Est, cap. 20, cuestión 150, respuesta a la objeción 148). He añadido voluntariamente, porque según el Ángel reveló a Santa Brígida, “esta buena y tierna Madre nuestra prefirió sufrir toda especie de tormentos, antes que ver las almas sin redimir y sumidas en su antigua perdición” Sic pia, et miséricors est, et fuit, quod máluit omnes tribulatiónes súfferre, quam quod Ánimæ non redimeréntur (Revelaciones, lib. 3, cap. 30). “El único consuelo de María”, dice Simeón de Casia, “en medio del gran dolor que le causaba la Pasión de su Hijo, era el ver al mundo perdido redimido con su muerte, y reconciliados con Dios los hombres sus enemigos”  Lætábatur dolens, quod offerebátur sacrifícium in redemptiónem ómnium, quo placabátur irátus (De las gestas del Señor, lib. 2, cap. 27)».
   
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIOLas Glorias de María, segunda parte, Discurso IX “Los dolores de María”, punto 2.

TYRREL, ANTECESOR RATZINGERIANO EN LA “SERVICIOMANÍA”

Traducción del artículo publicado en TRADITION IN ACTION, parte de la serie “La Misa Dialogada”.
   
LA AUTORIDAD SUPLANTADA POR EL “SERVICIO”

Dr. Carol Byrne, Gran Bretaña.
  
Décadas antes del Vaticano II, la refundición de George Tyrrell del significado de la autoridad y su reducción al “servicio” entró a la Iglesia vía el Movimiento Litúrgico por obra del P. Romano Guardini, actualmente aclamado por los reformadores progresistas como uno de los principales líderes de la “renovación” litúrgica. Agréguese que el padre Guardini ejerció una influencia significativa en los documentos del Vaticano II como también en los papas posconciliares: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.
     
Esto es lo dijo Guardini sobre la autoridad eclesiástica:
«Esta autoridad no es una de dominio, a la cual el individuo está sujeto, sino que la Iglesia es la gran servidora de los individuos, y llega por este servicio a lo que ella realmente es. Su autoridad es la autoridad del servicio» [1].
Guardini estuvo entre los primeros teólogos del siglo XX que tomó y desarrolló la idea de la autoridad clerical como un “servicio” generalizado y amorfo en el cual el sacerdote ordenado ya no es más visto como un mediador de la autoridad de Dios, sino como el siervo del pueblo. La implicación de sus palabras citadas arriba es que los fieles ya no están sujetos a la autoridad de la Iglesia investida en la Jerarquía, sino solamente dirigida directamente a Dios y su propia conciencia, una clásica posición luterana. Esto explica por qué Guardini consideró el ejercicio del poder clerical, especialmente cuando requiere la obediencia de sus súbditos, obligando so pena de pecado, como una forma de “dominación” (en sentido peyorativo).
   
Al igual que sobre el tema del papado como monarquía, Guardini dio su opinión en la siguiente forma tajante:
«En el Concilio, cuando el Papa Pablo VI dejó a un lado la Tiara con su triple corona sobre el altar, para que pudiera ser vendida y su precio pudiese ser usado para alimentar a los hambrientos, él entendió este acto como un símbolo y una lección múltiple» [2].
El símbolo planeado de esta acción por Pablo VI, endosado por todos los Papas que lo sucedieron, fue que la estructura monárquica de la Iglesia, con el Papa en la cima, debería volverse tabú, y que debe silenciarse la doctrina de la supremacía papal. Y la lección planeada que se debía enseñar al dejar a un lado la Tiara papal es que el gobierno universal de Cristo Rey (cuyo vicerregente en la tierra era el Papa) ya no es más reconocido como supremo, ni en la Iglesia (donde se borró la distinción entre gobernante y súbditos), o en la sociedad (donde el Vaticano II admitió la Libertad religiosa para todos).

De hecho, el término Cristo Rey no es mencionado ni una vez en ninguno de los documentos del Vaticano II, a pesar del hecho que más temprano en ese mismo siglo, el Papa Pío XI había instituido una Fiesta para celebrar la Realeza de Cristo. El abandono de la Tiara en el contexto de alimentar a los pobres da un claro mensaje que todo el objetivo sobrenatural del papado ha sido degradado y desarraigado para hacerle el camino para consideraciones puramente naturalistas, humanitarias y seculares.

‘Nosotros no gobernamos sobre tu fe, servimos tu alegría’
Para cualquiera familiarizado con la retórica pos-Vaticano II, este subtítulo puede sonar como si hubiera sido escrito por el Papa Francisco. Pero fue, de hecho, el lema que Benedicto XVI, mirando retrospectivamente en su larga carrera eclesiástica, dijo que había elegido imprimir en las tarjetas de invitación para su cantamisa que celebró después de su ordenación sacerdotal en 1951.
  
El año es digno de mención porque muestra que el joven P. Ratzinger ya había adoptado este lema revolucionario antes que se secara el santo óleo de sus manos; esto también suscita preguntas sobre qué influencias habían sido tomadas para llevar en su mente durante su formación en el seminario.

La noción de sustituir el mandato por el servicio ha sido desde antiguo la razón de la mayoría de pensadores progresistas que buscaron sustituir la Constitución de la Iglesia, comenzando con los protomodernistas como George Tyrrell y jugadores claves en el Movimiento Litúrgico como Romano Guardini.

En su entrevista autobiográfica con el periodista Peter Seewald, el Papa Benedicto explicó que su lema de juventud era «parte de la concepción contemporánea del sacerdocio» [3]. Pero el lema no representa la ortodoxia teológica que prevalecía a mediados de la década de 1950. Por el contrario, antes del Vaticano II habría sido inentendible a todos excepto cierto grupo de teólogos rebeldes –una vanguardia revolucionaria– que eventualmente tendrían éxito en cambiar la forma en que la Iglesia moderna considera el sacerdocio.

Incluso en sus años crepusculares, el Papa Benedicto XVI todavía se pliega a la opinión que era de rigor entre los progresistas que la doctrina tradicional de la Iglesia sobre el munus regéndi era una forma de “Clericalismo”:
«No solo somos conscientes que el clericalismo está mal y el sacerdote es siempre un servidor, sino que hemos hecho grandes esfuerzos internos para no ponernos en un alto pedestal» [4]
Aun si esta declaración no está planeada como un ejemplo de señalar la virtud, lleva la desagradable implicación que los sacerdotes modernos son superiores a sus predecesores en la virtud de la humildad. La asunción básica que los sacerdotes se han puesto a sí mismos sobre un alto pedestal es un escarnio al sacerdocio, porque no reconoce que los sacerdotes han sido llamados y ordenados a un destino más alto como mediadores entre Dios y los hombres para la salvación de las almas.

Aún recordando la formación progresista que recibió en su tiempo de seminario, que lo indujo a ver el sacerdocio ordenado como algo que no debía estimarse, el Papa Benedicto XVI declaró:
«Ni siquiera me atrevía a presentarme como “El reverendo”. Ser conscientes que no somos señores, sino más bien siervos, fue para mí algo no solamente tranquilizador, sino también personalmente importante como la base sobre la cual podía recibir la ordenación» [5].
Esta declaración parece deber más al prejuicio ideológico contra el status altísimo del sacerdocio que ha sido siempre una manzana de discordia entre los progresistas. Está en línea con el pensamiento del P. Tyrrell quien, como hemos visto, se describía a sí mismo como «demasiado demócrata incluso para disfrutar de la “superioridad” de la dignidad sacerdotal» [6].
  
Lamentablemente, los herederos hodiernos de Tyrrell, quienes también rechazan la dicotomía más alto-más bajo, rechazan todo lo que la Iglesia ha enseñado con la mayor certeza y precisión: que el hombre sea súbdito a la soberanía de Dios que es el objetivo de toda la creación, y que los fieles están subordinados a la Jerarquía que representa a Cristo, la Cabeza de la Iglesia.
   
Además, una característica clave de los revolucionarios pre-Vaticano II es que ellos no fundaron sus ideas en la Tradición Católica sino en sus propias opiniones personales. Por ejemplo, Benedicto XVI admitió que el lema impreso en su tarjeta de invitación expresando su opinión del sacerdocio (servir y no mandar) estuvo inspirado en su propia interpretación privada de la Biblia:
«Entonces la declaración sobre la invitación expresó una motivación central para mí. Este fue un motivo que encontré en varios textos en las lecciones y lecturas de la Sagrada Escritura, y que expresó algo muy importante para mí» [7]
Si bien hay numerosas referencias en las Escrituras a la necesidad de la humildad entre los gobernantes, no hay nada que sustituya “servicio” por “mandato”, como el lema parece implicar. Aquí Benedicto XVI inadvertidamente reveló la naturaleza sin fundamento de la acusación de “Clericalismo” lanzada contra la Jerarquía tradicional.
   
Pero si los fundamentos de la acusación no se puede hallar ni en la Escritura ni en la Tradición, debemos concluir que la tacha de “clericalismo” es simplemente un constructo artificia, un invento de los progresistas. De otro modo, ¿por qué debería el concepto de gobernar sobre los fieles se convirtió en un tema neurálgico en la Iglesia desde el Vaticano II? Incluso los Papas son reluctantes a mencionarlo, e insisten en redefinirlo bajo los títulos inocuos de “servicio”, “don” y “amor”.
   
Después del Vaticano II, en su papel anterior como el cardenal Cardinal Ratzinger, el futuro Papa presentaba su nueva perspectiva de la siguiente forma:
«La categoría que corresponde al sacerdocio no es la de gobierno… Cuando el sacerdocio, el episcopado y el papado son entendidos esencialmente en términos de gobierno, entonces las cosas están esencialmente mal y distorsionadas» [8].
Aquí Ratzinger se mostró como un maestro del oscuro arte de la ofuscación y el doble discurso. Fácilmente podría inferirse de estas palabras que el gobierno no pertenece a la esencia del sacerdocio. Pero esto se conflictúa con la doctrina ortodoxa que el munus regéndi es uno de los poderes sagrados conferidos al sacerdote en su ordenación: el sacerdote es un gobernante en el sentido sobrenatural.

Lo que él quiere decir no está claro. Todo lo que sabemos es que esta idea no vino directamente de la Tradición Católica, porque él describió la nueva doctrina (la cual, vale decir, ningún católico tradicional había pedido) como «una manera importante y diferente de ver las cosas» [9].
   
Siendo uno de los teólogos progresistas de su tiempo, Ratzinger se sentía incómodo con la idea de una Jerarquía con derecho a gobernar, en el sentido de ejercer poder o autoridad soberana sobre los demás miembros de la Iglesia. Así, él construyó un relato plausible del origen griego de la palabra jerarquía con la intención obvia de desviar la atención de los fieles de su verdadero significado como es entendido por la Tradición.
    
Siempre se ha entendido en la Iglesia a la Jerarquía –del griego híeros/ἱερός (sagrado) y arjón/ἄρχων (gobernante o señor)– [10] como el gobierno por gobernantes eclesiásticos que han recibido su potestad sacerdotal por la Ordenación. Pero este concepto era demasiado impotable para los progresistas que querían demoler la estructura monárquica de la Iglesia y remplazarla con un modelo democrático basado solamente en el Bautismo. Así, Ratzinger realizó una prestidigitación señalando a una ambigüedad en la palabra griega arjé/ἀρχή [11], que puede significar tanto origen como gobierno, y eligió el primer significado por encima del segundo como la traducción correcta [12].

Este acto de distracción proveyó una excusa fácil a los progresistas para abrir una zanja en la interpretación tradicional de la jerarquía, mientras hacían virtualmente imposible para cualquiera que no tuviera conocimiento de la etimología griega para juzgar la confiabilidad de su traducción.
    
En resultas, Ratzinger fue incapaz de proveer fundamento alguno para creer que “origen” era una traducción más apropiada que “mandato” [13], el cual era el punto fundamental de su argumento.
   
Resumiendo, su postura teológica sobre la Jerarquía, fiel al Vaticano II, no era diferente de la del padre Tyrrell y todos los progresistas de persuasión neomodernista. Esta puede resumirse en su declaración:
«La manera de gobernar de Jesús no fue mediante el dominio, sino mediante el servicio amoroso y humilde del lavatorio de los pies» [14].
Todos los ingredientes de la perspectiva anticlerical modernista están contenidos en esto: Los clérigos deberían servir al pueblo en vez de gobernar sobre ellos: este es el mensaje encapsulado en el lema de Ratzinger.

Después del discurso de apertura del Papa Juan XXIII en el Concilio, en el cual él recomendaba la “medicina de la misericordia”, se concibió un nuevo enfoque para gobernar la Iglesia. Esta sería libre de las prácticas “inquisitoriales” como la cacería de herejes, la censura y las leyes punitivas, con menos énfasis en la imposición de penitencias, ayuno y abstinencia, mandamientos y sanciones, y mucho más en la libertad del individuo.

Si Benedicto seguía hablando sobre dirigir y gobernar la Iglesia, fue solo en el sentido de “guiar”, “instruir”, “inspirar” y “sustentar” al “Pueblo de Dios” [15], en otras palabras, con estructuras emasculadas de autoridad compatibles con la “Nueva Evangelización” del Vaticano II.

NOTAS
[1] Romano Guardini, The Church of the Lord: On the Nature and Mission of the Church (La Iglesia del Señor: Sobre la naturaleza y la misión de la Iglesia), Chicago: Henry Regnery Company, 1966, pág. 105.
[2] Ibid., pág. 107.
[3] Benedicto XVI, Peter Seewald, Last Testament: In His Own Words (publicado en Español como: Últimas conversaciones), Bloomsbury Publishing, 2016, pág. 87.
[4] Ibid., pág. 87.
[5] Ibid., pág. 88.
[6] George Tyrrell, Carta ‘A Wilfrid Ward Esq.’, 8 de Abril de 1906, en Maude Petrie (ed.), George Tyrrell’s Letters (Cartas de George Tyrrell), Londres: T. Fisher Unwin Ltd., 1920, pág. 102.
[7] Benedicto XVI, Peter Seewald, op. cit., pág. 88.
[8] Joseph Ratzinger, Sal de la Tierra: Cristianismo y la Iglesia Católica a fin del milenio, una entrevista con Peter Seewald, San Francisco: Ignatius Press, 1997, pág. 191.
[9] Ibid.
[10] El arconte (ἄρχων) era el título de los magistrados principales en los antiguos estados griegos.
[11] Arjé (αρχη) significaba originalmente algo que estaba al comienzo, designando la fuente, origen o raíz de las cosas que existen. Por extensión, vino a significar poder, soberanía y dominio derivado de un primer principio.
[12] Ratzinger, ibid., pág. 190.
[13] Ratzinger se concentró solamente en el aspecto del “origen sagrado” de la palabra jerarquía, y omitió su significado de “regla sagrada”. Él envolvió el asunto en circunlocuciones, declarando que el poder del origen sagrado es «el comienzo siempre nuevo de cada generación en la Iglesia». Esto da la impresión de un regreso a las fuentes para volver a aplicar los principios originales a cada nueva generación para adaptarse a la perspectiva del hombre contemporáneo. Pero esta disgresión no es un argumento ad rem. No se prueba con esto que el concepto tradicional de la jerarquía sea «esencialmente erróneo y distorsionado».
[14] Benedicto XVI, “Autoridad y jerarquía en la Iglesia: Servicio vivido en una entrega total”, Audiencia general en la Plaza de San Pedro, 26 de Mayo de 2010.
[15] Este enfoque se presenta muy claramente en el referido discurso de Mayo de 2010.
   
«Debemos evitar y prohibir en las celebraciones litúrgicas los tipos de música profana, particularmente el canto con un estilo tan agitado, intrusivo y estridente que perturbaría la serenidad del servicio y sería incompatible con sus propósitos espirituales y santificadores. Se abre así un amplio campo a la iniciativa pastoral, es decir, al esfuerzo de llevar a los fieles a participar con voz y canto en los ritos, protegiendo al mismo tiempo estos ritos de la invasión del ruido, del mal gusto y de la desacralización. En cambio, debe fomentarse el tipo de música sagrada que ayuda a elevar la mente hacia Dios y que, a través del canto devoto de las alabanzas de Dios, ayuda a proporcionar un anticipo de la liturgia del cielo.
          
Por lo tanto, el Papa Pablo VI invita a todos los compositores de música sacra a dedicarse por completo a proporcionar música para la liturgia de la Iglesia que sea verdaderamente viva y contemporánea, pero sin descuidar la herencia antigua, como fuente de inspiración, iluminación y dirección. La reforma litúrgica aún en curso ofrece a los compositores “una oportunidad de poner a prueba sus propias capacidades, su inventiva, su celo pastoral” (Discurso a los cecilianos, 24 de septiembre de 1972); la reforma inicia “una nueva época para la música sacra” (Audiencia General, 22 de agosto de 1973). La Iglesia espera una nueva primavera en el arte de la música sacra que interpretará también los textos rituales en sus versiones vernáculas.
          
Sigue siendo la firme expectativa del Papa Pablo que el canto gregoriano sea preservado y ejecutado en monasterios, casas religiosas y seminarios como una forma privilegiada de oración cantada y como un elemento del más alto valor cultural e instructivo. Toma nota de las numerosas solicitudes en todo el mundo para preservar el canto latino y gregoriano del Gloria, el Credo, el Sanctus, el Pater Noster y el Agnus Dei . El Papa recomienda nuevamente, por tanto, que se tomen todas las medidas apropiadas para transformar este deseo en realidad y que estas antiguas melodías sean atesoradas como la voz de la Iglesia universal y sigan cantándose como expresiones y demostraciones de la unidad existente en toda la comunidad eclesial» [JEAN VILLOT. Carta al cardenal Giuseppe Siri en ocasión del Encuentro Nacional de Música Sacra, 27 de Septiembre de 1973). En Notitiæ 9 (1973), pág. 301].

LA RABIETA DEL OBISPÓN DE TOURNAI


El obispón Guy Harpigny Adams, de 77 años, de Tournai (Bélgica), atacó al nuncio de Bélgica, el arzobispón Franco Coppola, de 68, en su homilía durante la “Misa Crismal” el 15 de Abril.
 
Notó que además de Tournai, su propia diócesis, otras dos diócesis belgas estaban esperando a un nuevo obispón: Namur (Pierre Warin Darin, de 76 años) y Gante (Lode Van Hecke OCSO, de 75 años), y agregó que era el papel de un nuncio preparar los expedientes de posibles candidatos a obispón.
   
Luego se lanzó a una diatriba contra el nuncio comentando las declaraciones que el nuncio hizo en la Basílica de Nuestra Señora de la Buena Esperanza de Banneux el 6 de abril, durante un debate organizado por la sección de Lieja de la asociación “Pro Petri Sede”, cuando le preguntaron por la demora de los nombramientos para Namur y Tournai:
«Es muy complicado. Estas dos diócesis tienen una historia compleja, llena de situaciones difíciles, situaciones que han creado divisiones y heridas. Busco a alguien que pueda ayudar a sanar las heridas, que pueda ayudar a la Iglesia belga y a su diócesis a emprender nuevos caminos necesarios de recorrer.
   
La Iglesia en Bélgica debe afrontar una nueva situación, pues se encuentra ante una sociedad que no necesita a Dios. La Iglesia belga está hoy en primera línea, en una realidad que prefigura lo que vivirán otras Iglesias en Europa dentro de diez o veinte años, como en Italia por ejemplo.
   
La culpa de la Iglesia es quizás haber creído, en el momento en que toda la sociedad estaba organizada en torno al catolicismo, que ese modelo, la máquina, seguiría funcionando durante mucho tiempo y de manera autónoma. pero no, la máquina no funcionaba sola.
   
He escuchado a menudo sobre Bélgica: Me dicen que, por ejemplo, aquí todo estaba muy bien organizado. Nacías en una clínica católica. Luego, la familia —padre, madre, incluso abuelos— te introducía a la fe. Y enseguida te enviaban a la escuela católica. Después de la escuela católica, a la universidad católica. Después de la universidad católica, había un partido católico, un sindicato católico y una mutua católica. Todo estaba muy bien organizado. Y había instituciones que apoyaban a las personas durante toda su vida, que las ayudaban a vivir una vida católica.
   
Pero este modelo ya es cosa del pasado: Tomemos el ejemplo de las clínicas católicas, hoy ya no existen, porque están obligadas a hacer abortos, eutanasias… y por tanto, por fuerza de las circunstancias, ya no son católicas.
  
No sé nada sobre las escuelas católicas. Personalmente, nunca he ido a una escuela aquí. Pero tengo algunas preguntas. En Valonia se dice que el 50% de los jóvenes asisten a escuelas católicas, en Flandes es el 70%. Entonces, se podría pensar que la gran mayoría de los jóvenes reciben una educación católica. Pero bueno, os dejo la conclusión a vosotros… (risas del público)».
Las palabras del obispón Harpigny contra el nuncio Coppola fueron dichas en un tono sarcástico:
«El nuncio es un embajador ante el Rey de los Belgas y el Gran Duque de Luxemburgo, y es según el derecho de Bélgica, el presidente del Cuerpo Diplomático en Bruselas.
 
Desde el comienzo de su mandato, ha estado comentando el funcionamiento de la Iglesia Católica en Bélgica.
   
Él juzga todo lo que sucede aquí sobre la base de cómo un cura párroco lleva a cabo su ministerio en Apulia, Italia [de donde proviene el nuncio]. ¿Qué debe hacer un sacerdote? Visita cada casa de su aldea cada año, va y habla en las escuelas cada año.
   
Nada va bien en Bélgica.
   
La educación católica ya no es católica. Los maestros y los alumnos no van a misa los domingos.
   
La atención sanitaria católica ya no es católica. Los médicos y el personal realizan abortos y eutanasias.
   
Los obispos no dicen nada acerca de estas prácticas. Ellos permanecen en silencio. Aceptan que el clero reciba salarios del estado. ¡Qué horror!
    
La catequesis en Bélgica no vale la pena.
  
Los niños no saben nada de la Iglesia Católica. Nunca los ves en la misa los domingos. Las bodas en la iglesia son muy raras en Bélgica, y las parejas usan anticonceptivos artificiales y recurren a la reproducción médica asistida.
   
El seminario de Namur, en la Bélgica francófona, está casi vacío, y las comunidades religiosas están muriendo.
   
Con una descripción como esa, aplicada a la diócesis de Tournai, ¿qué idiota aceptaría convertirse en obispo?
   
Cuando se dicen cosas positivas, no es el nuncio quien las dice.
   
En la diócesis de Tournai hubo un sínodo diocesano, un sínodo juvenil y un sínodo sobre parejas y familias. Pero nadie habla de ello.
   
Se ignora el número de catecúmenos y confirmandos, tanto adultos como jóvenes.
   
Se ignora el creciente número de peregrinos a todos los santuarios que parten de Tournai.
  
Y la forma en que los obispos y los superiores religiosos han tratado el abuso sexual de una manera pastoral es casi inexistente.
   
En resumen, todo está malo. Y resumiendo, eso es así para la gente de Berinage y de la región de Charleroi, es difícil salir. Es una lástima que en Bélgica, dice el nuncio, es una lástima que los católicos salgan esencialmente de la burguesía y de familias ricas, y los pobres son ignorados y puestos a un lado.
   
Ante esta situación que es transmitida en los medios, y luego también en Roma, no podemos hacer nada sino asumirlo.
  
Está claro que algunos católicos en Bélgica –sacerdotes, diáconos, fieles laicos y miembros de la vida religiosa– pueden alinearse con este pensamiento y no dudan en informar al nuncio, día tras día, de todo lo que va mal en la Iglesia, debido a las decisiones o falta de decisiones de los obispos. Y es verdad, nosotros estamos muy felices de que el nuncio haya encontrado enormemente del mundo para la consulta, para tener nombres para un obispo. También ahora estamos impactados, porque alguno dirá que él es quien debe escoger. No es él, es el derecho de la Iglesia, él es consultado, debe dar los nombres, y después le toca el resto a Roma.
  
Desde que fui elegido obispo de Tournai, tomé por lema “Conságralos en la verdad”».

INSTRUCCIÓN Y EXSULTET CATÓLICO TRADICIONAL

INSTRUCCIÓN
Antiguamente estaba prohibido que se celebrase la Misa el Sábado Santo y se administrase la Sagrada Comunión a los fieles; y para expresar su dolor y el luto en el cual estaba inmersa por la muerte y la sepultura de su Señor, ordenaba que no se hiciese públicamente oficio alguno. El Papa San Inocencio I prescribió que en el Viernes y Sábado Santo no se ofreciese el Santo Sacrificio; sin embargo, era antiquísimo el uso de celebrar la Misa de Presantificados en el Viernes Santo, y fue mantenido: en el Sábado Santo no se realizaba ni siquiera esta ceremonia;  si bien los fieles pasaban la jornada ejercitándose en obras piadosas para honrar la sepultura de Jesucristo, hasta caer el sol se recogían en las iglesias y asistían a la bendición del fuego, del cirio, y de la fuente bautismal: después, dichos los Maitines de la solemnidad de la Pascua, se celebraba la Misa, que tenía principio hacia la medianoche. Esta costumbre, quenes de tradición apostólica, fue tenida hasta 1280; después de aquella época se comenzó a anticipar la hora de la Misa, y se celebró al anochecer. En el presente, la Misa se canta al mediodía, pero tanto las oraciones como el prefacio, en los cuales se hace mención de la noche, no fueron cambiados, a fin que quedase algún vestigio de la disciplina antigua.
  
DE LA BENDICIÓN DEL CIRIO PASCUAL
En los tiempos del Pontífice San Zósimo, que ascendió a la cátedra romana en el año 417, era ya común en todas las iglesias la costumbre de bendecir el Cirio Pascual por el Sábado Santo, y muchos eruditos demuestran con los monumentos de la antigüedad eclesiastica que ya un siglo antes del pontificado de San Zósimo se realizaba esta ceremonia, y que aquel pontífice concedió el uso a todas las parroquias, mientras que antes se solía observar el rito solamente en las iglesias principales que eran llamadas basílicas (a). La bendición del cirio pascual es hecha por el diácono, que junto al altar canta el Præcónium, esto es Anuncio, el cuale comienza con la palabra Exsúltet, y es un himno atribuido a San Agustín, en el cual la Iglesia expresa su gozo por la resurrección de Jesucristo, e invita a todas las criaturas a celebrar, porque ha llegado aquella noche, de la cual, rotas y destruidas las cadenas de la muerte, Nuestro Señor Jesucristo ha resurgido, y por Él solo los creyentes son rescatados de los vicios de este mundo y de la densa caligine de los pecados. Llegado a ciertos puntos del himno, el diácono clava en el cirio, en forma de cruz, cinco granos de incienso, y poco después enciende el mismo cirio con una de las tres velas puestas en una caña antes de terminar el himno, con la luz del cirio, se encienden todas las lámparas de la iglesia.

Roberto abad (a) hace la exposición espiritual de esta ceremonia en modo piadoso y doctísimo:
« Nei giorni destinati, dice egli, a ricordare la a passione del nostro Salvatore si estinguono a foltone uno solo, tutti i lumi per rappresen. a tare la morte dei tanti giusti e dei Profeti a che furono un tipo di Gesù Cristo: in fine si « spegne anche l'ultimo lume, perchè da ultimo « gli Ebrei uccisero anche Gesù Cristo, che ave« vano chiamato Profela, e più che profeta , e « gli diedero morte perchè evangelizzava , ossia « perchè diffondeva la luce della verità. Ma quea gli che iosultalo, ed oppresso » fu messo morte,

ed

appeso ad un legno, Dio lo ha resuscitato, e lo ha esaltato colla sua destra , e lo ha fatto Principe e Salvatore per dare ad Israele la penitenza, e la remissione dei peccati (Hechos V, 31). Il cereo perciò rappresenta Gesù risorto che collo splendore e colla grandezza del suo lume ha įrradiata tutta la terra. Prima però che venga acceso, si canta una parte dell'indo, quel rimanere spento per qualche tempo rappresenta la umanità di Cristo giacente nel sepolcro; l'infiggere in esso i grani d'incenso sigoifica i profumi coi quali fu imbalsamato prima di essere posto nel sepolcro, e il distribuirsi questi gradi in modo di croce indica la specie della sua moşte e le sue adorabili piaghe. Infine si accende il cereo, perchè la umanità di Gesù Cristo, che giaceva estinta nel sepolcro, fu per la onnipoienza della divinità di nuovo animata e apparve splendente di gloria; e la Chiesa, che era contristata dal dolore, perchè fu estinto Cristo che è la luce vera, esulla di gioia quando vede riaccendersi questo lume che è Cristo istesso. Con questo lume poi si accendono le altre lampadi, che figurano gli Apostoli e i predicatori dell' Evangelo, per insegnarci che Gesù Cristo è il sole che illumina tutti gli uomini, che vengono in questo mondo: che gli Apostoli e. i predicatori

5. non erano la luce, ma erano gli inviati a rendere testimonianza a lui luce vera, affinché tutti gli uomioi credano nel suo nome, ed abbiano podestà di diventare figliuoli di Dio.

ARCIPRESTE LUIGI TOSI, Instrucciones sobre las principales fiestas de la Iglesia, vol. II. Cremona, imprenta de Luigi de Micheli, 1841, págs. 91-97.
  
ESXULTET (Traducción de Manual del Cristiano en cinco libros, tomo I, libro II. Pinto, imprenta de Gabriel Alhambra, 1866).
Den saltos de júbilo las tropas celestiales de los ángeles: celébrense con gozo los divinos misterios y resuene la trompeta saludable por la victoria de tan grande Rey. Regocijese la tierra ilustrada de tanta luz: é iluminada por los rayos del Rey eterno conozca haberse disipado las tinieblas de todo el orbe. Alégrese tambien nuestra Madre la Iglesia adornada de los resplandores de tan grande luz, y resuenen en este templo las voces de todo el pueblo. Por esto, hermanos carísimos, que asistis á tan admirable claridad de esta santa luz, ruégoos que

invoqueis conmigo la piedad de Dios omnipotente. Para que ya que se dignó admitirme sin algun mérito mio en el número de los Levitas, derrame los rayos de su luz, y me conceda publicar las alabanzas de este cirio. Por nuestro Señor Jesucristo su Hiio, que siendo Dios vive y reina con él en unidad del Espíritu Santo. Por todos los siglos de los siglos.

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y. El Señor sea con vosotros. Y con tu espíritu.

R.

.

R.

.

Elevad los corazones.

Los tenemos hacia el Señor.

Demos gracias á Dios nuestro Señor. R. Digno y justo es.

Verdaderamente es digno y justo juntar todo el afecto del corazon con el sonido de la voz para alabar al Dios invisible, Padre omnipotente, y á su Unigénito Hijo nuestro Señor Jesucristo, que pagó por nosotros al Padre Eterno la deuda de Adan: y con su piadosa sangre borró la caucion del primer pecado. Estas son, pues, las fiestas de la Páscuà, en que es inmolado aquel verdadero Cordero, cuya sangre consagra las puertas de los fieles. Esta es la noche, Señor, en que en otro tiempo sacando de Egipto á los hijos de Israel, nuestros padres, los hiciste pasar el mar Rojo á pie enjuto. Esta pues, es la noche que disipó las tinieblas de los pecados por la luz de una columna. Esta es la noche que hoy por todo el mundo, á los que creen en Jesucristo, apartados de los vicios del siglo, y de las tinieblas del pecado, los vuelve á la gracia, y junta con los Santos. Esta es la noche en que rotas las cadenas de la muerte, subió Jesucristo victorioso de los infiernos. Pues de nada nos serviria haber nacido, si Jesucristo no nos hubiese redimido. ¡Oh admirable efusion de tu piedad sobre nosotros! ¡Oh inestimable esceso de caridad! Para redimir al esclavo, entregaste tu Hijo. ¡Oh pecado de Adan, ciertamente necesario, que con la muerte de Cristo fué borrado! ¡Oh culpa feliz que mereció tener tal y tan grande Redentor! ¡Oh noche, en verdad dichosa, que sola mereció saber el tiempo y la hora en que Cristo resucitó del sepulcro! De esta noche está escrito: y la noche será tan clara como el dia: y la noche resplandecerá para alumbrarme en mis delicias. La santidad pues, de esta noche ahuyenta los pecados, lava las culpas, vuelve la inocencia á los pecadores, y á los tristes la alegría. Apaga los odios, da la paz, y sujeta los imperios.

Aquí el Diácono pone los cinco granos de incienso bendito en el cirio en forma de cruz.

Pues en reverencia de esta noche, recibe Padre Santo el sacrificio vespertino de este incienso que la sacrosanta Iglesia te ofrece por manos de sus ministros, en la solemne oblacion de este cirio, cuya materia labraron las abejas. Mas ya conocimos las glorias de esta columna, que á honra de Dios va á encender un fuego brillante.

Aquí el Dacono enciende el cirio con una de las tres velas que están en la caña.

El cual, aunque dividido en partes nada pierde en la comunicacion de su luz. Pues se alimenta de la cera derretida, que sacó la madre abeja para sustancia de esta preciosa llama.

Aqui se encienden las lámparas.

Oh noche ciertamante feliz, que despojó a los Egipcios, y enriqueció a los Hebreos. Noche en que el cielo se unió con la tierra, y Dios con los hombres. Suplicámoste, pues, Señor, que este cirio consagrado en honor de tu nombre, persevere ardiendo, para disipar las tinieblas de esta noche. Y recibido en olor de suavidad, se incorpore con las celestiales lumbreras. El lucero de la mañana lo halle encendido. Aquel Jucero que no tiene ocaso. Aquel que volviendo de los infiernos, derramó una clara luz sobre el género humano. Rogámoste, pues, Señor, que á nosotros tus siervos, á todo el clero, y al devotísimo pueblo, con nuestro Santísimo Padre el Papa N. y nuestro Prelado N. dándonos la paz en nuestros dias, te dignes en los gozos de esta Pascua regirnos, gobernarnos y conservarnos con tu continua proteccion. Mira, oh Dios con benignidad á nuestro católico Rey N.; y pues conoces sus votos y deseos, concédele por un don inefable de tu piedad y misericordia la tranquilidad de una perpétua paz, y una victoria celestial con todo su pueblo. Por el mismo nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, que siendo Dios vive y reina contigo en unidad del Espiritu Santo, por todos los siglos de los siglos.

R. Amen.

Esulti ormai ch’è tempo, l’angelica Turba de’ Cieli: esultino i divini Misteri: e per la vittoria di un tanto Re, risuoni la tromba salutare. Gioisca anche la terra rischiarata da tanta Luce, e dallo splendore dell’eterno Re illuminata, comprenda di aver perduta la oscurità che teneva ingombrato il mondo tutto. Si rallegri anche la Madre Chiesa ornata dagli splendori di tanto Lume: e delle festose acclamazioni dei popoli questa Reggia risuoni. Per la qual cosa voi circostanti, fratelli carissimi, alla meravigliosa chiarezza di un sì santo Lume, uniti con me, vi prego, dell’onnipotente Iddio la misericordia invocate. Affinchè quel Dio, che me, non pe’ miei meriti, tra il numero dei Leviti si è degnato di annoverare, del suo lume la chiarezza infondendo, alla lode di questo reo, concorra a dar compimento. Per i meriti del Signor nostro Gesù Cristo Figliuol suo, che con Lui vive e regna nell’unità dello Spirito Santo vero Dio.
ANNUNCIO PASQUALE
 Veramente degno e giusto Egli è, che lo invisibile Dio Padre onnipotente, e il Figlio di Lui Unigenito, Signor nostro Gesù Cristo, con tutto l’affetto del cuore e della mente, e col ministero della voce abbia a
risuonare. Quegli che per noi all’Eterno Padre soddisfece il debito di Adamo, e dell’antico delitto la macchia col pio Sangue cancellò. Imperocchè queste sono le Feste Pasquali, nelle quali quel vero Agnello è ucciso, col cui Sangue le porte dei fedeli son consacrate. Questa è quella notte, nella
quale anticamente i padri nostri, i figliuoli d’Israele cavati dall’Egitto, facesti passare pel Mar Rosso con piede asciutto. Questa dunque è quella notte, che le tenebre dei peccati colla illuminazione della colonna dissipò. Questa è quella notte, che oggi per tutto il mondo i credenti in Cristo, segregati dai vizii del secolo e dalla caligine dei peccati, restituisce alla grazia, associa alla santità. Questa è quella notte, nella quale, spezzati i vincoli cieila morte, Cristo dal sepolcro, vincitore risuscitò. Imperocchè, niente ci avrebbe giovato il nascere, se non avesse avuto da giovarci la Redenzione. O mirabile degnazione della vostra pietà verso di noi! O inestimabile benevolenza di carità, che, per riscattare il servo, avete donato ii Figlio! O peccato di Adamo, in certa maniera necessario, che colla morte di Cristo fu cancellato! O felice colpa, che meritò di avere un tale e tanto Redentore! O veramente beata notte, che sola meritò di sapere il tempo e l’ora in cui Cristo dal sepolcro risuscitò! Questa è quella notte di cui sta scritto: E la notte come il giorno sarà illuminata: e la notte diverrà luce deliziosa intorno a me. La santificazione dunque di questa notte mette in fuga le scelleraggini, lava le colpe, e restituisce l’innocenza ai caduti e ai malinconici l’allegrezza. Caccia gli odii, la concordia prepara, e umilia gl’imperi.
In grazia dunque di una tal notte, ricevete, o Santo Padre, di questo incenso il Sacrifizio vespertino, che a Voi in questa oblazione solenne del Cero, lavoro delle api, la sacrosanta Chiesa presenta per mano de’ vostri Ministri. Ma già di questa Colonna i pregi conosciamo, che in onore di Dio un risplendente fuoco accende.
Il qual (fuoco) benchè sia diviso in parti, pure nell’essersi ad altrui comunicato non soffri detrimento. Imperocchè egli si pasce di liquide cere, che in nutrimento di questa preziosa lampada la madre ape produsse. L'ape è superiore a tutti gli altri esseri viventi che sono soggetti all'uomo.
Pur molto piccola di corpo, rivolge tuttavia nell'angusto petto alti propositi; debole di forze ma forte d'ingegno.
Essa, dopo aver esplorato l'alternare delle stagioni, allorché il gelido inverno depose la canizie e poi il clima moderato della primavera spazzò via il torpore glaciale, subito sente la preoccupazione di uscire al lavoro; e le api sparse per i campi, librando leggermente le ali, si posano appena con le agili zampe per cogliere con la bocca i piccoli fiori del prato, cariche del loro vitto rientrano negli alveari e qui alcune con arte inestimabile costruiscono cellette con tenace glutine, altre stipano il fluido miele, altre tramutano in cera i fiori, altre danno forma ai loro piccoli lambendoli con la bocca, altre incamerano il nettare delle foglie raccolte. O ape veramente beata e mirabile, di cui i maschi non violano il sesso, né lo turbano i feti, né i figli distruggono la castità; così come, nella sua santità, Maria concepì vergine, partorì vergine e vergine rimase.
O veramente beata notte, che spogliò gli Egizii, arricchì gli Ebrei: Notte, in cui alle terrene cose le celesti, alle umane le divine si uniscono.  Preghiamo dunque Voi, o Signore, affinchè questo Cero, in onore del vostra Nome consacrato, a dissipare la caligine di questa, immancabilmente perseveri. E in odore di soavità ricevuto, coi supremi luminari si confonda. Alle sue fiamme la Stella mattutina s’unisca: quella Stella, dico, che mai tramonta. Cioè, Quegli che uscito dal sepolcro, all’uman genere sereno risplende. Vi supplichiamo adunque, o Signore, acciocchè noi, vostri servi, e tutto il Clero, e il divotissimo popolo, insieme col beatissimo Papa nostro N…. e il Pastore nostro N…. concedendoci la tranquillità dei tempi in queste allegrezze Pasquali, colla continua vostra protezione vi degniate di reggere, governare e conservare. Rimirate anche al de votissimo (se non è coronato si aggiunge eletto) re nostro N…, i voti dei cui desiderii Voi, o Dio, conoscendo, per ineffabil dono della vostra pietà e misericordia, donate a lui la tranquillità di una perpetua pace, e la celeste vittoria unitamente a tutti i suoi popoli. Pel medesimo
Signor nostro Gesù Cristo Figlio vostro, che con Voi vive, e regna nell’unità dello Spirito Santo vero ma Dio, per tutti i secoli dei secoli. Così sia.

OTRAS PLUMAS: RESIGNIFICACIONES

Tomado de ABC (España).
   
RESIGNIFICACIONES
    
La capacidad negociadora de la Conferencia Episcopal para “resignificar” con nuestro Gobierno de progreso el Valle de los Caídos podría abrir la senda hacia otras “resignificaciones” no menos importantes. La más próxima pudiera ser la de la Semana Santa, celebración cargada de excesivas connotaciones religiosas que, si pertenecieran a otra fe más velada, quizá resultarían disculpables; pero al constituir una inequívoca manifestación del más rancio catolicismo, está exigiendo adecuarla cuanto antes a nuestra realidad social, de rabioso laicismo progresista. Celebraciones en las que habría que diferenciar dos ámbitos: las que tienen lugar en el interior de los templos e iglesias y las que se realizan en las vías públicas.
  
Sobre las primeras, lo prudente por ahora sería respetarlas y esperar a que, por meras necesidades económicas y tras las pertinentes negociaciones, dichos lugares vayan pasando a propiedad estatal. Pero en los ámbitos públicos se impone un primer paso, constituyendo novedosas hermandades, cuyas imágenes titulares correspondiesen a personajes de la propia Semana Santa hasta ahora injustamente tratados, pese a representar unos valores muy actuales y que encuentran fiel reflejo incluso entre la más elevada clerecía. Personajes como Judas, Pilatos, la simpática pareja de Anás y Caifás, Barrabás, y ¿por qué no?, hasta el mismísimo diablo, merecen una urgente y negociada “resignificación”.
  
Miguel Ángel Loma. Madrid.

MES EUCARÍSTICO - DÍA DECIMONOVENO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA DECIMONOVENO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, que asegura de sí mismo ser Madre cuando dice: ¿Puede acaso la mujer olvidar a su infante, de tal suerte que no tenga compasión del hijo de sus entrañas? Pero si ella se olvidare, yo no me olvidaré de ti (Isa. 49, 51).

II. ¿A quién viene? A ti, pequeñuelo en espíritu, que eres sustentado con la leche de los pechos de los Reyes; y á quien una y muchas veces vuelve a parir, hasta tanto que Cristo sea formado en ti (Isa. 60, 16 - Gál. 4, 19).

III. ¿A qué viene? A que, cual nuevo infante, desees con ansias vivas la leche espiritual de la Eucaristía, sin dolo, es decir, sin vicio; y obrando verdad, crezcas por medio de todas las virtudes en aquel que es tu cabeza, Cristo (1. Petr. 2, 2 - Ephes. 4, 15).

Aspiración: Venid, comprar sin plata, y sin otro algún interés el vino y la leche (Isa. 55, 2). ¡Oh Jesús mío dulcísimo! Si la sola pronunciación de tu santo Nombre es miel en la boca, melodía en el oído, júbilo en el corazón; ¿qué será recibirte realmente en la sagrada Eucaristía, donde todo Te das a Ti mismo? Con razón te desea mi alma, y desfallece en tu presencia (Ps. 83, 3), hasta que me des la alegría de tu salud, acordándote de aquella gran misericordia, con que sacándome del vientre de mi madre, me pusiste bajo de tu sombra, me trajiste colgado siempre de tus pechos, y sobre tus rodillas descansaba (Isa. 66, 12). No merezco recibir la mínima de tus finezas, porque ingrato las olvidé todas: mi torpe voluntad ha sido siempre aficionada a los fementidos gustos que presta el mundo en sus pechos a sus amadores; pero acordándome de Ti, Dios mío, dije en mi corazón: ¿por ventura el mismo que me creó podrá olvidarse de usar de misericordia (Ps. 76, 10)? Y al instante lleno de indecible confianza mi espíritu, dije: ahora doy principio a nueva vida; esta mudanza tan improvisa de mi corazón efecto es de la diestra del Excelso (Ibid., 11), que me ha esperado con paciencia, porque nunca retira su misericordia de nosotros (2. Mach. 6, 16). Bendita y eternamente alabada sea tal bondad. No la despreciaré, Padre mío; y pues tan sin costa me ofreces en este Sacramento el vino y leche, que solo me puede sustentar, yo acudiré a tu mesa frecuentemente para que me lo des. Tu misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Considera, alma mía, con viva fe a Cristo en medio de tu corazón, como amorosísima Madre que te trae a sus pechos, y te acaricia sobre sus rodillas: y a ti como a infante recién nacido recibiendo de ellos la leche de sus divinas consolaciones (Isa. 66, 12).

II. Ámalo con tierno amor como lo amaron los Santos Apóstoles; de manera que no consientas por un solo momento separarte de su presencia y regazo.

III. Pide te conceda la mansedumbre de un niño, para que aprendiendo de Él, que es manso y humilde de corazón, merezcas entrar en el Reino de los Cielos, como inocente niño (Matth. 11, 19. 18, 3).

Aspiración: Mi padre y madre me dejaron, y el Señor me recibió en su lugar (Ps. 26, 10). ¡Feliz trueque! Si solo el servir de criado en vuestra casa es de tanta honra, ¿qué será vivir como hijo en ella? No quieras llamar en adelante a alguno padre sobre la tierra, porque uno es el Padre tuyo, que está en los Cielos (Matth. 26, 9). Uno es, sin semejante, pues me sacó de la nada, me dio el ser que tengo, y cuida de mí con tanto cuidado, que para que crezca en la edad hasta ser varón perfecto por la unidad de fe y perfecto conocimiento suyo, según la medida de la edad de la plenitud de Cristo (Eph. 4, 13), se me ha dado en calidad de manjar todo a Sí mismo, para que comiéndole con verdad y sencillez de espíritu, quede en mí, y yo en Él (Joann. 6, 57). ¡Oh Padre amorosísimo!, ¡que fuera de mí, si Vos no me hubierais abrigado a vuestra sombra! Ya las sombras de la muerte me hubieran ocupado. Pero vuestra clemencia me alargó la mano, y me sacó de las muchas aguas en que estaba sumergido (16). Los que se alejan de Ti, sin remedio perecerán (Ps. 17, 17): no os alejéis de mí, Dios mío, que yo con vuestra gracia no me apartaré un solo instante de Vos. Siempre conservaré en mi memoria vuestra adorable presencia, para que sirva de freno a todas mis acciones. No buscaré tampoco mi descanso en las criaturas; noche y día descansaré en tu regazo; estaré como niño asido a vuestros pechos; y aunque alguna vez deis a mis labios acíbar de trabajos, no por eso me apartaré de ellos; porque sé que castigáis al que amáis; y que azotáis a todo aquel que recibís por hijo (Hebr. 12, 6). Gracias infinitas os doy, Padre mío, por tanto amor como me tenéis, sin merecerlo.

viernes, 18 de abril de 2025

EL MENSAJE MULTIRRELIGIOSO DE PASCUA DE CARLITOS MOUNTBATTEN

El otrora capellán real anglicano Gavin Roy Pelham Ashenden Simpson calificó como ofensivo a los cristianos el mensaje de Pascua del monarca británico Carlos III Mountbatten-Windsor.
    
  
Carlos III había dicho al salir junto a su esposa Camila de la catedral de Durham ante el servicio anglicano del Jueves Santo:
«El Jueves Santo, Jesús se arrodilló y lavó los pies de muchos de los que después Lo abandonaron. Su humilde acción fue una prenda de Su amor que no conocía fronteras o límitee, y es central a la creencia cristiana.

El amor que Él mostró cuando caminaba por la Tierra reflejaba la ética judía de velar por el forastero y los necesitados, un profundo instinto humano del que se hacen eco el islam y otras tradiciones religiosas, y en los corazones de todos los que buscan el bien de los demás».
Días antes, Carlos había dado otro mensaje a los musulmanes del Reino Unido en ocasión del fin del Ramadán (y el mes pasado, acogió el iftar, la ruptura del ayuno islámico, en el Palacio de San Jorge de Windsor), y a los sijes por la fiesta del Vaisakhi (en panyabí ਵੈਸਾਖੀ, préstamo del hindi वैशाखी/Vaishakhi), la fiesta de la cosecha en la India y comienzo del año solar, y para los sijes, la fundación de la Khalsa (en panyabí ਖ਼ਾਲਸਾ, préstamo del árabe خَلَصَ/khalaṣa, “Los puros”), una orden de élite de ellos (¿Serán los cátaros/καθαροί de esa religión falsa?). Todo ello a pesar de tener entre sus títulos reales “Defensor de la Fe” y “Gobernante Supremo de la Iglesia de Inglaterra”, y que en su coronación juró defenfer el protestantismo anglicano.
    
Ashenden dijo en el programa de André Walker y Ash Gould:
«Esto es parte de la agenda relativista multifé del rey Carlos. Él da una postura que las religiones abrahámicas (sic) son más o menos sus primas, sin distinción y todas buscan llevarse bien. El problema es que esto no es real, no está bien informada, no es verdad y no refleja las necesidades de sus distintos constituyentes.
  
Esto es muy ofensivo. No hay en él distinción entre Jesús el Salvador y Mahoma el señor de la guerra, como si no hubiera una diferencia entre una religión que esencialmente es toda sobre la compasión y el autosacrificio, y donde viene un Dios personal, y un gobernante impersonal que te ordena someter a los de diferentes religiones que, por supuesto, las religiones tienen cosas en común, y de las que, por supuesto, puedes hablar así, pero realmente hay cosas que las separan, que las diferencian.
  
Y la elección importa, y elegir la Pascua para pretender un mensaje enfatizando las cosas que tienen en común e ignorando lo que realmente importa, que es que Jesús hizo algo que es muy diferente y muy especial. Es muy cruel, superficial e impone sobre nosotros un mapa que el rey Carlos tiene en su mente, lo cual no tiene posibilidad».
Cuando Gould (judío) le dijo que era responsabilidad de Carlos ser apolítico como jefe de la Iglesia de Inglaterra y de la Iglesia de Escocia, Ashenden respondió:
«Absolutalemte es su trabajo, pero al dar su opinión lo hace difícil. No es que nos quejemos, sabes, queremos celebrar lo bueno, pero es despiadado, es irreal y despiadado y no nos ayuda con los problemas que tenemos que bregar y cómo resolverlos. Ahora, el otro conflicto entre estas filosofías está en curso, y que nosotros podemos mejorar es decir la verdad, y esto [equiparar las religiones] no es decir la verdad».
El otro presentador parece captar la idea, y le dice a Ashenden acerca de si es una estupidez decir que el judaismo y el cristianismo sean sendas ramas del islam, y que la Pascua no es una fiesta judía, islámica o de otras religions, este contesta:
«De hecho, es mucho peor. El islam enseña que la Pascua es un fraude. Dicen que es una mentira, afirman que los cristianos la inventaron. Es realmente una materia muy discutida para nosotros».

MES EUCARÍSTICO - DÍA DECIMOCTAVO

Dispuesto por el padre Diego Álvarez de la Paz SJ, reimpreso en Madrid en 1830.
     
MES EUCARÍSTICO, ESTO ES, PREPARACIONES, ASPIRACIONES Y ACCIÓN DE GRACIAS PARA ANTES Y DESPUÉS DE LA SAGRADA COMUNIÓN

DÍA DECIMOCTAVO

PREPARACIÓN
I. ¿Quién viene a mí en este Sacramento? Cristo, Varón de dolores, y que sabe lo que es enfermedad; que fue herido por nuestras iniquidades, y destrozado por nuestros delitos (Isa. 53, v. 3 y 5).
   
II. ¿A quién viene? A tu alma, delicada con demasía, enemiga de la cruz de Cristo, que deseas coronarte de rosas sin reflexionar que vives bajo de una cabeza coronada de espinas (Philip. 3, 18).
  
III. ¿A qué viene? A que esté muy apartado de ti quererte gloriar en otra cosa que no sea su cruz; por cuyo amor el mundo esté crucificado para ti, y tú para el mundo, llevando también sus llagas en tu cuerpo (Gal. 6, v. 14 y 17).
  
Aspiración: Hasta que expire el día y caigan las sombras acudiré al monte de la mirra y al collado del incienso (Cant. 4, 6). En aquel risco del Calvario fijaré los ojos de mi alma para copiar en ella las penas de mi Jesús. Al pie de vuestra cruz estaré con María vuestra Madre, y allí me mostrareis cuanto es conveniente padezca yo por vuestro santo Nombre (Act. 9, 16). Yo erré, Padre mío, como oveja descarriada; yo soy la ingrata que decliné por los torcidos caminos de mis desenfrenadas pasiones; y el Padre para ostensión de su justicia (Rom. 3, 25), puso en Vos las maldades de todos nosotros (Isa. 53, 6). Pagasteis, siendo inocente, las penas que debían los culpados. Pequé, Salvador mío, impíamente obré, inicuamente me porté (Baruc 2, v. 12 y 13); mas apártese de mí tu ira; inclina hacia mí el sagrado cielo de ese tu alto Sacramento en que Te ocultas, y ven a mi alma, que siendo éste un memorial de tu sagrada Pasión, yo procuraré estamparla en mi alma y en mi cuerpo, para que interior y exteriormente muestre estar cercado de la mortificación de mi Jesús, y su vida se manifieste en mi cuerpo (2. Cor. 4, 10). Tu misericordia, Señor, no me desampare.
   
ACCIÓN DE GRACIAS
I. Contempla con viva fe, alma mía, en medio de tu corazón a Cristo, como Esposo de sangre; y a ti como a su ingrata esposa, que aunque todos los días anuncies la muerte del Señor en el Sacrificio de la Misa, con todo, aun no has aprendido a morir al mundo (Éxod. 4, 25 - 1. Cor. 11, 26).

II. Ámalo con amor fuerte, como lo amaron los Santos Mártires; tanto, que puedas decir con valentía: ¿quién nos apartará de la caridad de Cristo? ¿Por ventura la tribulación?, ¿la angustia?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la persecución?, ¿o la muerte misma (Rom. 8, 35)?

III. Pide te conceda un saludable llanto, para que abundando las pasiones de Cristo en ti, abunden en ti por Cristo sus consolaciones (2. Cor. 1, 5).
   
Aspiración: Haz de mirra es mi amado para mí; en mis pechos (es decir, en mi entendimiento y voluntad) morará (Cant. 1, 12); porque no es posible meditar en vuestra Pasión, Jesús mío, sin poner freno a la depravada voluntad, que desde luego sale inclinada al mal. ¿Quién, si contempla la corona de espinas que ciñe vuestra cabeza, adornará la suya con rosas? ¿Quién, al ver las lágrimas que derramasteis por lavar mis torpes inmundicias, divertirá sus ojos en las criaturas? ¿Quién, mirando vuestros labios entre amargas hieles, ocupará regalando los suyos en sucios placeres y deleites carnales? ¿Quién, finalmente contemplándoos despedazados con los azotes y clavos todos vuestros divinos miembros entre los pechos de vuestra Madre al pie de la Cruz como haz de mirra, lejos de hacer sus miembros servir al pecado, no los sujetará para servir a la virtud? Mi falta de consideración me despeñó para abrazar lo prohibido por vuestra santa Ley, y rehusar los trabajos por vuestro amor. Pero ya que la prueba única de vuestro amor se funda en guardar vuestros mandamientos (Joann. 14, 15), os doy palabra firme de observarlos, sacrificando enteramente mi voluntad a vuestro servicio. Y para mejor hacerlo, os recibiré á menudo, sin que ninguna cosa sea capaz de separarme un punto de vuestro afecto. Gracias infinitas os doy por tanto como disimulais mi ingratitud.

jueves, 17 de abril de 2025

OTRAS PLUMAS: SEMANA SANTA Y MEMORIA DEMOCRÁTICA

Tomado de ABC (España). Imagen tomada de internet.
   
SEMANA SANTA Y MEMORIA DEMOCRÁTICA
La persecución religiosa en España dejó su huella en la imaginería que estos días sale a la calle.
  
Procesión de Nuestra Señora de la Soledad de la Victoria (Madrid, Viernes Santo de 1915). La devota imagen, tallada por Gaspar Becerra en 1565 y que sobrevivió a la Guerra del Francés y a la desamortización de Mendez/Mendizábal, fue destruida durante la quema de iglesias por los rojos la noche del 19 al 20 de Julio de 1936.

La oportunidad que ofrece la celebración de la (por ahora denominada) Semana Santa, debería aprovecharla nuestro Gobierno progresista para rescatar vivencias y ejemplos de aquella época ardiente y dorada que fue la Segunda República española y sus flamantes muestras de respeto a la libertad religiosa y a la cultura católica. Si bien es cierto que con motivo de las actuales procesiones religiosas, a algún comentarista se le escapa algo parecido a que «muchas imágenes de las cofradías que ahora vemos no son las originales, porque desaparecieron en los incendios de los sucesos acaecidos en los años treinta del pasado siglo», no es menos cierto que son ya muchos los que ignoran lo que pudo acaecer en aquel régimen tan añorado por el progresismo. Y cabe el error de que imputasen la causa de tan selectiva destrucción a una ola de calor extremo suscitada por un apocalipsis climático que devino en extraños incendios que atacaron a iglesias, templos, seminarios, colegios y demás centros católicos; lo que supuso irreparables pérdidas de un costosísimo patrimonio cultural artístico español, y eso sin mencionar la persecución y muerte de miles de católicos de toda clase, edad y condición...
  
Se comprende que quienes se presentan como orgullosos herederos de aquellos criminales ahora intenten borrar y manipular ese período vergonzoso de nuestra historia. Pero desconcierta mucho que, por acción u omisión, también contribuyan a ello los herederos de aquellas víctimas.
   
Miguel Ángel Loma. Sevilla

LOS OFICIOS DEL SACERDOCIO DE CRISTO


Los oficios que Cristo desempeñó como sacerdote son:
  • Ostiario fue cuando cerró y abrió la puerta del Arca de Noé; cuando en el templo expulsó a los mercaderes y compradores y volcó las mesas de los cambistas; cuando de golpe abrió las puertas del infierno diciendo: «Oh príncipes, alzad los dinteles; abríos, puertas eternas, que va a entrar el Rey de la gloria»; y como dijo: «Yo soy la puerta; quien por mí quisiere entrar, el portero le abrirá, y entrará y saldrá».
  • Lector fue cuando, en la sinagoga, abrió el libro del profeta Isaías y leyó abierta y claramente: «El Espíritu del Señor está sobre mí», y todo cuanto se lee en ese mismo capítulo.
  • Exorcista fue cuando exorcizó y expulsó siete demonios de María Magdalena; cuando increpó al demonio mudo que sus discípulos no pudieron expulsar; y cuando con su saliva, tocó los oídos y la lengua del sordomudo diciendo: «Effetá», que significa «Abríos».
  • Acólito fue cuando recibió el incienso y el candelabro, y dijo: «Esta es la parte de mi heredad»; cuando daba la luz a los ciegos y dijo: «Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no caminara en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
  • Subdiácono fue cuando, bendiciendo el agua, la convirtió en vino en Caná de Galilea.
  • Diácono fue cuando repartió cinco panes entre cinco mil hombres y siete panes entre cuatro mil; y cuando, tomando agua en una palangana, humildemente lavó los pies a sus discípulos, y cuando los incitaba a orar diciendo: «Velad y orad, para no caer en tentación».
  • Sacerdote fue cuando, tomando el pan y el vino, después de dar gracias a Dios Padre, los bendijo y los convirtió en su Cuerpo y su Sangre, y mandó a sus discípulos que lo hicieran en memoria de su Pasión en la Cruz, donde se entregó para remisión de los pecados del género humano y para reconciliar el Cielo y la tierra.
  • Obispo fue cuando enseñaba en el templo a las gentes del reino de Dios, porque tenía autoridad, y cuando, después de su resurrección, elevando sus manos sobre las cabezas de sus apóstoles, les dijo: «Recibid el Espíritu Santo, a quienes les perdonéis los pecados les serán perdonados»; y conduciéndolos desde Betania hasta el monte Olivete, los bendijo y se fue al Cielo.