Antier 6 de Enero, Francisco Bergoglio nombró a la religiosa italiana Simona Brambilla ISMC como Prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, en remplazo del cardenal focolar João Braz de Avis Hack.
Brambilla, que hasta ese día fue la secretaria del dicasterio, es remplazada por el cardenal Ángel Fernández Artime, ex rector mayor (superior general) de la Pía Sociedad de San Francisco de Sales [= Salesianos de Don Bosco]. Fernández Artime había estado en el aire por más de un año desde su creación en el consistorio de 2023. En su momento sonaba como sucesor de De Avis.
Bergoglio está siguiendo la ideología de que el poder de gobierno en la Iglesia está separado del sacramento del Orden, aunque dijo lo contrario hace menos de diez años:
- El 16 de Mayo de 2015, Bergoglio dijo a los religiosos de la Diócesis de Roma: «Cuando me dicen: “¡No! En la Iglesia las mujeres deben ser jefes de dicasterio, por ejemplo”. Sí, pueden, en algunos dicasterios pueden; pero esto que pides es un simple funcionalismo. Eso no es redescubrir el papel de la mujer en la Iglesia».
- Poco más de un mes después (21 de Junio), en su encuentro con los salesianos en Turín, Bergoglio improvisó un comentario sobre las mujeres como superioras de un Dicasterio del Vaticano: «Cuando me preguntan: “¿No se deben tomar decisiones más fuertes sobre las mujeres en la Iglesia”. Por supuesto. “¿Entonces por qué no nombra a una mujer como jefe de un dicasterio?”. ¿Ustedes creen que eso es una decisión fuerte? Esto es funcionalismo».
No estoy habituado a burlarme del físico de las personas (y Dios perdone si hay falta de caridad), pero ella es un ejemplar de esos “cara de vinagre” que Bergoglio menta cada que puede.
ResponderEliminarY hasta es de creer que Bergoglio lo que hace al hablar de chismes, de “cara de vinagre” y demás horteradas (como hizo antier ante la Unión de Santa Catalina de Siena de las Misioneras de las Escuelas) es proyectarse a sí mismo, porque eso es lo que él es en realidad detrás de esa máscara barata de amabilidad fingida, sonrisa de músculos voluntarios y chistes flojos que se pone para el postureo: un jodido amargado y acompleajdo.
EliminarMuy certero apunte, mi estimado. Ya quien no quiera ver, ni con lentes recetados.
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