A UN AMIGO QUE EXIGE OBEDIENCIA EN TIEMPO DE CONFUSIÓN Y DESORDEN
Querido hermano en Cristo,
Ud. debe saber que nosotros defendemos esta doctrina católica en su conjunto.
¡Ud. tiene una idea fija acerca de la obediencia ciega a reformas que destruyen la fe y la Iglesia, y favorecen la decadencia y apostasía de muchos!
¡¡Ud. exige obediencia a reformas que al DESACRALIZAR el culto divino abren la puerta al relativismo e imoralismo!!
La obediencia cristiana no es ciega, ni absoluta ni incondicional. ¡Pensar así no es católico!
En la medida que las autoridades cumplen sus deberes, y defienden y favorecen la fe y la moral cristiana, les debemos obediencia. ¡¡Claro que sí!!
En la medida que las autoridades, por una política imprudente o ideológica, favorecen la decadencia y la pérdida de la fe, les debemos resistencia. ¡¡Es sentido común!!
Nos dijeron que las reformas se hicieron para mejor comunicarnos la fe y salvar las almas. ¡Qué bueno!
Y, ¿Qué pasó?
Por desgracia, las reformas favorecieron una revolución destructora contra la fe y la moral, la liturgia y catecismo, y seminarios y universidades. El papa Pablo VI habló diciendo que por una rendija el humo de Satanás entró en la Iglesia. ¡¡La Iglesia está autodestruyendose!!
El papa Juan Pablo dijo que se han sembrado verdaderas y propias herejías en en el campo dogmático y moral. La Liturgia ha sido manipulada. Los cristianos inmersos en el relativismo espiritual y moral, ¡y por esta razón en el permisivismo andan como andan!
¡Las reformas sí han favorecido y siguen favoreciendo la perdición en muchas almas!!
¡¡¡Nadie es tan ciego para no constatar la monstruosa decadencia producida donde se aplicaron totalmente las reformas!!!
Por lo tanto, déjeme en paz con esta insistencia suya acerca de una obediencia irresponsable como si todo fuera normal en la IGLESIA. ¡¡¡Ud. tiene el arte de culpabilizar con este argumento de la obediencia ciega e irresponsable como con un cuchillo!!!
¡Esto no es justo ni cristiano! Seguramente Ud. hace esto de buena voluntad, ¡pero no es correcto, por no conocer realmente de qué habla!
¡¡¡Ud. no mide la catástrofe tremenda que produjeron las reformas de los últimos 60 años!!!
Los modernistas por abuso de poder utilizan el poder para sepultar la fe verdadera y favorecer la ruina de la iglesia.
No tienen ningún derecho a hacer esto. Por lo tanto, obedecer a estas reformas es colaborar con la destrucción de la Iglesia y perdición de las almas. No queremos ser cómplices de este acto monstruoso y contra natura. ¡Ud. tampoco, supongo!
¡La misión de las autoridades es seguir la voluntad de Cristo, que es sanctificar y salvar almas, y no hacer un catolicismo sociológico y pelagiano naturalista!
Al decir esto hablo en general. Doy gracias al Señor por los que cumplen bien sus deberes en la IGLESIA y trabajan bien.
Ud. siempre me habla de obediencia. Pero debería saber que la fe está por encima de la obediencia. La Salvación de las almas es la Ley suprema en la Iglesia, dice el Derecho canónico (canon 1752).
La disciplina está al servicio de la fe y salvación de las almas.
¡Las autoridades no tienen ningún derecho de causar o favorecer la ruina de la IGLESIA o perdición de las almas con reformas imprudentes! Por los frutos se reconoce el árbol.
¿¿¿¿Por qué Ud. no tiene cuenta de la que dice la Ley suprema de la Iglesia que es la salvación????
¿¿¿¿Ud. no ve las ruinas, las apostasías por millones, las sectas????
Nosotros afirmamos que todo esto es fruto amargo del modernismo, ¡que actúa como un cáncer incrustado en la Iglesia aprovechando del poder de la Iglesia!
El modernismo se hace pasar por doctrina católica y utilisa el poder de la Iglesia para llevar a la ruina y apostasía.
¡No queremos un tal fraude!
Todos no son modernistas en la Iglesia, pero el modernismo manda y guía la Iglesia, por esta razón la situación se agrava.
Los que defienden la fe y los valores católicos sin conceder nada al relativismo actual, son los defensores de la iglesia y verdaderos hijos y benefactores de la humanidad.
¿Por qué? Porque cada alma que pierde la fe es una suma catástrofe para ella y para las generaciones futuras.
Una reforma que va en contra del bien de la Iglesia y salvación de las almas, no puede venir de la Iglesia sino de las personas que utilizan mal el poder en la Iglesia.
Un árbol bueno da buenos frutos. ¡Una reforma buena no puede causar el aborto espiritual en la Iglesia!
Lo bendigo,
PADRE MICHEL BONIFACE
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