«Marta, Marta, te afanas y turbas por muchas cosas; sin embargo una sola es necesaria» (San Lucas 10, 41-42).
Santa Marta, hermana de Marta Magdalena, tuvo la dicha de recibir a menudo en su casa a Jesucristo. Después de la Ascensión, los judíos la dejaron, con su hermano Lázaro y Santa Magdalena, en una barca sin remos ni timón en el mar; pero Dios les hizo de piloto y los hizo arribar a Provenza. Santa Marta construyó un convento en el que varias jóvenes, movidas por su ejemplo, consagraron a Dios su virginidad.
MEDITACIÓN SOBRE LA ÚNICA COSA NECESARIA
I. Trabajas sin descanso en hacerte rico y sabio; sin embargo, no es éste el negocio importante; puedes ganar el cielo sin ser rico, sabio o estimado de los hombres. Deja esas ocupaciones, si ellas te impiden trabajar en tu salvación; da de mano las cosas del mundo para dedicarte a la sola cosa verdaderamente necesaria. Ojalá pudieses decir como Tertuliano: «Me separé de la muchedumbre, no me ocupo ya sino de una sola cosa, no tengo ya sino un solo cuidado, ¡desembarazarme de todo cuidado!».
II. La salvación es absolutamente necesaria para el bien de tu alma como para el de tu cuerpo. Hay que asegurar esta alma que es inmortal; hay que mortificar el cuerpo durante esta vida, para hacerle feliz durante la eternidad. Estos bienes, estos honores, estos placeres que tú buscas con tanta avidez pasarán velozmente; pero lo que hayas hecho para tu salvación durará eternamente. Examina seriamente tu conciencia a este respecto, y encontrarás motivo para humillarte y confundirte.
III. Habrás perdido todo si no trabajas seriamente en el negocio de tu salvación durante tu vida; después de la muerte ya no hay manera. No tendrás sino una vida, un cuerpo y un alma; el hombre muere solamente una vez, y para el lado en que cae el árbol, allí queda eternamente. ¿Cómo has trabajado hasta ahora en tu salvación? ¡Ah! ¡te has Ocupado de bagatelas, y has descuidado el único negocio de importancia! «No hacemos caso de las cosas necesarias, no pensamos sino en cosas vanas y superfluas» (San Juan Crisóstomo).
La caridad. Orad por el clero.
ORACIÓN
Escuchadnos, oh Dios Salvador nuestro, a fin de que la fiesta de Santa Marta, vuestra virgen, al mismo tiempo que regocija nuestra alma la enriquezca con una tierna devoción. Por J. C. N. S. Amén.
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