martes, 24 de mayo de 2022

MUERE PIONERA DE LA “TEOLOGÍA FEMINISTA”


El 21 de Mayo de 2022, después de una larga enfermedad, falleció la activista eco-feminista disfrazada de “teóloga” Rosemary Radford Ruether a los 85 años de edad en su casa de Pomona, California.
   
Rosemary Radford Ruether nació en Saint Paul, Minesota el 22 de Noviembre de 1936, la menor de tres hijos en un matrimonio mixto. Su padre Robert Armstrong Radford, de religión episcopaliana, murió cuando ella tenía 12 años, y poco después, su madre católica Rebecca Cresap Ord se mudó con ella a Washington y California. Su formación fue con las Hermanas de la Providencia en Saint Mary of the Woods, Indiana, y en la preparatoria femenina de Scripps en Claremont, California. Contrajo matrimonio en 1957 con el politólogo e historiador cultural Herman J. Ruether y tuvo tres hijos: Rebecca, David Christopher y Mimi.
   
Radford Ruether se hacía presentar como teóloga católica, pero sus opiniones y enseñanzas distaban mucho de esta fe (e incluso de la fe conciliar), como quiera que, además del liberacionismo, profesaba la ideología feminista, y negaba la veracidad de las Sagradas Escrituras, llegando incluso a rechazar como machista el carácter mesiánico de Jesucristo. Por otra parte, apoyaba el presbiterado femenino y fue parte de la mesa directiva del lobby abortista Católicas por el Derecho a Decidir (en el año 1965, fue despedida de la escuela católica del Inmaculado Corazón en Los Ángeles por un artículo en que defendía el control de la natalidad). Una reseña desenmascarándola fue publicada en la edición de Noviembre de 1994 del informe de la organización Human Life International, que traemos traducido al español:
ROSEMARY RADFORD RUETHER DESENMASCARADA
Especial para Human Life International.
   
Rosemary Radford Ruether es continuamente referida como una “teóloga”, una “teóloga feminista”, y reconocida como católica. Fue bajo estos rótulis que ella fue invitada el mes pasado a dar una conferencia titulada «La imagen de María y el feminismo en la cultura estadounidense»  en un simposio internacional mariológico en Roma [1]. Toda la carrera de Ruether ha sido una de activismo en los círculos católicos, o círculos que se autodenominan católicos. Ella habló en el primer encuentro de la Conferencia de Ordenación de Mujeres, y desde 1985 ha sido miembro de la mesa directiva de la organización feminista pro-aborto Católicas por el Derecho a Decidir (CFC) [2]. Ruether estuvo en el comité organizador para los dos avisos del CFC en el New York Times [3]. Ella fue una de las firmantes, junto con otros miembros de la CFFC, de la «Declaración de Apoyo» para un aviso pro-aborto publicado en el New York Times el 7 de Octubre de 1984. Ese aviso fue firmado por 97 «importantes estudiosos, religiosos y activistas sociales católicos» [3].
     
Pero las pretensiones católicas de CFFC son un fraude. La Conferencia Nacional de Obispos Católicos publicó una declaración el 4 de Noviembre de 1993 negando que CFC era católica. Se lee en la declaración: «Muchas personas pueden ser llevadas a creer que esta es una organización católica genuina. No lo es. No tiene afiliación, formal o de otra forma, con la Iglesia Católica» [4]. Como C. Joseph Doyle ha informado, los obispos señalaron que CFC está asociada con la camarilla pro-aborto en Washington y comparte una dirección y fuentes de financiación con la Federación Nacional de Aborto, la asociación comercial de la industria abortista [5]. Citando el apoyo de CFC a «la destrucción violenta de seres humanos inocentes no nacidos... durante todos los nueve meses de embarazo y por cualquier razón», los obispos insistieron que CFC «ha rechazado la unidad con la Iglesia» y sostiene posiciones que «contradicen deliberadamente las doctrinas esenciales de la Fe Católica». Ellos concluyeron que «Católicas por el Derecho a Decidir no merece reconocimiento o apoyo como organización católica» [6].
    
El tiempo ha venido a quitarle la máscara a Ruether también. La “teología” feminista que ella representa está arraigada en falsos principios contrarios a cualquier semejanza de doctrina católica. Frecuentemente, Ruether salta para exaltar las religiones y prácticas paganas por encima de lo que ella llama la naturaleza “patriarcal opresora” de la Iglesia Católica. Los siguientes comentarios y declaraciones hechos por Ruether develan su oposición a la Iglesia Católica y desenmascaran su obra como mera subversión de sus instituciones.
     
Para comenzar, Ruether cree que la Palabra de Dios es una mentira –una colección de mitos– y que «la Biblia tiene que ser desmitologizada», esto es, reescrita desde la perspectiva feminista [7].
    
«Ruether fue una fundadora de Mujeres-Iglesia, y en 1983 ayudó a unir muchos de los grupos feministas en [una coalición llamada] Convergencia de Mujeres-Iglesia» [8]. «Como parte de su estrategia, importantes teólogas feministas como Elizabeth Schussler Fiorenza de la Escuela de Teología de Harvard ahora nombran al movimiento feminista en religión como “mujeres-iglesia”, un movimiento de “mujeres autoidentificadas y hombres identificados como mujeres” de todas denominaciones cuyo objetivo común es reinterpretar el Evangelio desde la perspectiva de la liberación femenina. Lideradas por Rosemary Ruether del Seminario Teológico Evangélico Garret, en Evanston, Illinois, las mujeres han creado sus propias ceremonias de  ciclos de vida. Incluyen rituales para señalar el comienzo de la menopausia, la unión de una pareja lesbiana, el duelo por un natimuerto y la recuperación de un aborto» [9].
   
Desde el comienzo de su carrera académica, Ruether había anunciado su disposición desfavorable hacia la Iglesia Católica y rechazó una de sus creencias más fundamentales. «Según un ensayo biográfico en 1975, ella descartó “la doctrina de la inmortalididad personal del alma... el mismo núcleo sobre el cual se articula toda disciplina y doctrina”, durante su primer año en el Scripps College» [10]. Ruether «vino a ver los dogmas no como declaraciones de verdades ontológicas sino como símbolos útiles, y la Iglesia “no como un repositorio de la verdad... sino como un ejemplo terrible de lo que somos todos”» [11]. Años después, en un discurso clave, titulado «Mujeres-Iglesia emergentes: el desafío de las comunidades litúrgicas feministas», ella ofreció un sumario de la “historia opresora” de la Iglesia contra las mujeres y llamó a las congresistas a «exorcizar de sí los profundos estratos de conformidad con la opresión patriarcal» [12].
    
Ruether ha rechazado las creencias más fundamentales de la Iglesia Católica. Como una “cristología feminista”, ella propone que la «mitología sobre Jesús como Mesías o Logos divino, con su imaginería masculina tradicional» sea desechada [13]. En su libro “Sexismo y  la Palabra de Dios”, ella declara: «La Eucaristía no es una pieza de pan o copa de vino objetificada que es mágicamente transformada en el cuerpo y la sangre de Cristo. Es el pueblo, el que está siendo transformado en el cuerpo de la nueva humanidad, infundida con la sangre de la nueva vida» [14]. En una entrevista de 1985 con el mal llamado US Catholic, ella admitió que «difícilmente yo podría decir (a una monja) que mi devoción a María era de alguna forma menor que mi devoción a mujeres mucho más poderosas que conozco: Isis, Atenea y Artemisa» [15]. Ruether también rechaza el sacerdocio católico. Esa es la razón por qué su causa, al igual que la de muchas otras feministas, no es la ordenación de las mujeres como sacerdotes en el sentido presente (e histórico) de la palabra. Ellas quieren algún tipo de nuevo sacerdocio. De hecho, ella ha declarado abiertamente que «la mayoria de mujeres católicas romanas ni pueden ni desean ser ordenadas al sacerdocio como está definido actualmente» [16].
    
Algunas de sus otras creencias incluyen:
  1. Los Sacramentos son solamente símbolos.
  2. La potestad sacerdotal viene no de la ordenación sino de la experiencia colectiva de la comunidad.
  3. El mismo nombre de Dios debería ser remplazado con Dios/a [17].
Estas ideas contradicen la misma esencia del Catolicismo, y Ruether continúa haciendo pasos que en últimas tienen como finalidad destruir la institución tradicional de la Iglesia Católica y cambiarla desde adentro. En las propias palabras de Ruether, la destrucción del patriarcado “blasfemo” «es el objetivo primario del feminismo» [18].
    
Una de las principales áreas de disputa entre Ruether y la Iglesia Católica es el área de los “derechos reproductivos”, el aborto y la sexualidad. En una conferencia en México el 14 de Junio de 1994, organizada por la CFC, Ruether dio una conferencia titulada “Derechos Reproductivos” e indicó que había una necesidad de luchar contra las enseñanzas tradicionales de la Iglesia Católica, especialmente contra su ética oficial y su cultura maternal. Ella también afirmó que el uso de anticonceptivos es una elección responsable y que el aborto es un derecho [19]. Ruether ve la raíz de la postura anti-aborto de la Iglesia como una «devaluación de las vidas de las mujeres, de las personas de las mujeres» [20]. Ella también acusa a la Iglesia de promover el aborto al rechazar apoyar políticas como la promoción de investigaciones sobre la anticoncepción “segura y efectiva”, el uso comprensivo de la anticoncepción, y una cultura que afirme a la mujer como una agente moral en las decisiones que afectan su vida [21].

Ruether afirma que la «anti-elección es anti-vida» y urge que los «católicos pro-elección deben desenmascarar la fácil y engañosa retórica y táctica de aquellos católicos que igualan anti-elección con anti-guerra y que afirman que ambos tipos de activismo son una continuidad 'inconsútil' en la defensa de la vida» [22]. Es obvio que Ruether desea ocultar la creencia sin fundamento de que la Iglesia está destruyendo finalmente nuestra sociedad cuando declara que «la combinación de una cultura anticonceptiva, combinada con la hostilidad hacia la sexualidad y autodeterminación femenina, promueve las condiciones de embarazo no deseado y por ende el recurso al aborto como la solución no deseada sino forzada...» [23].
    
A la luz del rechazo de Ruether de las doctrinas católicas tradicionales, la pregunta que surge es: ¿por qué ella y otras feministas radicales permanecen en la Iglesia Católica? Según la escritora católica Donna Steichen, la respuesta en el caso de Ruether es simple: «Las agencias de la “revolución espiritual” deben recordar, ella advirtió, que 'a menos que logremos insertar lo que estamos haciendo ... dentro de ... los principales vehículos institucionales del ministerio y la comunidad ... no tendra un impacto duradero”. Los revolucionarios religiosos deberían “permanecer en la Iglesia y usar cualquier parte de ella que caiga en sus manos'. Así ellos “tendrán mucho más impacto, tanto en la Iglesia como en el mundo... que lo que posiblemente pudieran ganar si se separan de esta”» [24].

Ruether por lo menos ha mantenido la ilusión que ella está “dentro” de la Iglesia Católica. Pero los hechos respecto a su autodenominada postura teológica muestra que Rosemary Radford Ruether ni es una teóloga católica ni cualquier otro tipo de católica. Ella es una feminista pagana poniéndose la máscara de una católica.

NOTAS
[1] Pontificia Facultad de Teología “Mariánum”, Roma, 4-7 de Octubre de 1994.
[2] Donna Steichen, “Ungodly Rage: The hidden face of the Catholic feminism”/Ira impía: La cara oculta del feminismo católico (San Francisco: Ignatius Press, 1991), pág. 304.
[3] Loc. cit.
[4] “Pluralism, Dissent and Abortion”/Pluralismo, Disenso y Aborto (20 de Marzo de 1986): pág. 652.
[5] C. Joseph Doyle, “Agent of Influence”/Agente de influencia, (Enero de 1994): pág. 42.
[6] Loc. cit.
[7] Cornelia R. Ferreira, “The Feminist Agenda within the Catholic Church”/El plan feminista para la Iglesia Católica, (Toronto: Life Ethics Centre, 1987), pág. 4.
[8] Steichen, pág. 304.
[9] Kenneth L. Woodward, “Feminism and the Churches”/Feminismo y las Iglesias, (13 de Febrero de 1989): pág. 60.
[10] Steichen, pág. 32. El ensayo autobiográfico de Ruether aludido aquí es “Beginnins: An Intellectual Autobiography”/Comienzos: Una autobiografía intelectual, en Gregory Baum, ed., “Religion and Alienation”/Religión y Alienación (Nueva York: Paulist Press, 1975), pág. 34.
[11] Loc. cit.
[12] Ibid., pág. 33.
[13] Ruether, “Sexism and God-talk: Toward a Feminist Theology”/Sexismo y la Palabra de Dios/Hacia una teología feminista (Boston: Beacon Press, 1983), pág. 137; citado por Steichen, pág. 302.
[14] Ibid., pág. 208, citado por Steichen, pág. 302.
[15] “The Hideous Error of Women Priests”/El atroz error de las mujeres sacerdotes, Otoño de 1992: pág. 4.
[16] Ruether, “Women-Church: Theology and Practice of Feminist Liturgical Communities”/Mujeres-Iglesia: Teología y practica de las comunidades litúrgicas feministas, (San Francisco: Harper & Row, 1985), pág. 66.
[17] “Hideous Error”, pág. 4.
[18] Ruether, 73, citado por Steichen, 303.
[19] Rosemary Radford Ruether, “Derechos Reproductivos”, 14 de Junio de 1994. Información basada en un fax enviado a Vida Humana Internacional por Rocío Gálvez Sánchez de Lara, del Comité Nacional Pro-Vida, A.C. de México, el 27 de Junio de 1994.
[20] Ruether, “Women, Sexuality, Ecology, and the Church”/Mujeres, Sexualidad, Ecología y la Iglesia, (Primavera/Verano de 1993): pág. 6.
[21] Ibid., pág. 10.
[22] Ruether, “Prochoice is Prolife: Winning the Propaganda War for Reproductive Rights”/Proelección es provida: Ganar la guerra de propaganda para los derechos reproductivos, (Septiembre/Octubre de 1993): pág. 9.
[23] Ibid.
[24] Ruether, “Crises and Challenges of Catholicism Today”/Crisis y desafíos del Catolicismo de hoy (1 de Marzo de 1986): pág. 152, citado por Steichen, pág. 78.
Como en vida no mostró señales ciertas e inequívocas de arrepentimiento ni se retractó de sus errores, es de inferir que murió en impenitencia final, y SU ALMA FUE AL ENCUENTRO DE SU MENTOR SATANÁS EL MALDITO EN EL INFIERNO, DONDE ESTARÁ POR TODA LA ETERNIDAD.

1 comentario:

  1. Mira, “Matías Antiherejes” (que ese nombre no te queda), si sigues defendiendo ese nido de apóstatas y anatema que es el Vaticano II y su clero falso y degenerado, estarás tarde o temprano acompañando en el Infierno a esa vieja bruja.

    Y otra cosa: no te creas, infeliz miserable, que con tus insultos y mayúsculas con que movilizas la única neurona útil que te queda, logras refutar ni un punto la realidad que el Vaticano II creó una falsa Iglesia más sectaria que los mismos protestantes.

    Aquí publicamos lo que nos dé la gana, y no nos da la gana publicarte a ti: SI NO TE GUSTA, DE MALAS. Que tus berrinches se los aguante tu madre.

    PD. Y no busques que nos rebajemos a tu nivel respondiéndote con groserías.

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