San Pedro Regalado fue Franciscano, natural de Valladolid, discípulo del gran reformador de la Orden en Castilla, Fray Pedro de Villacreces, a quien sucedió en el cargo y en la espiritual empresa de reformador, ejerciendo a la vez un apostolado fecundísimo en las tierras de Burgos, Valladolid y Palencia. Sus dos grandes centros de acción fueron los conventos de Scala Cœli en El Abrojo y de Domus Dei en la Aguilera, mendigando y predicando en las orillas del Duero y del Pisuerga, sembrando entre las gentes sus milagros y sus consuelos. Parecería que Dios lo envió a España para preparar los días gloriosos de Isabel la Católica, quien le tenía gran devoción. Murió en 1456. Su sepulcro, mandado a construir por Isabel la Católica, se conserva en el pueblo burgalés de La Aguilera; pero Valladolid, que le considera como suyo, le tiene como su principal patrono.
ORACIÓN
Oh Dios, que te dignaste llevar a las delicias de tu gloria a tu amado siervo Pedro, mortificado en la carne: haz propicio que, por sus méritos e intercesión, podamos legar a las delicias sin fin que existen a tu diestra. Por J. C. N. S. Amén.
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