domingo, 29 de mayo de 2022

EL RETRATO INFERNAL DE PABLO VI

Elementos tomados de NOVUS ORDO WATCH, CALL ME JORGE BERGOGLIO y otras fuentes.
   

Si te preguntas qué extraña pintura es esta, te podemos explicar: Aquel que se ve como una cabeza de extraterrestre explotando en el abismo, es nadie más que el “Papa” Pablo VI Montini (r. 1963-78), el último antipapa novusordiano en ser “canonizado”.
    
El cuadro se intitula Papado. Fue completado en 1971 y presentado en el Vaticano al año siguiente. Al verlo, el usurpador dijo que el cuadro era “un espejo de la situación en la Iglesia hoy”, comentario que para la mayoría es como un lamento, pero considerando que la “situación” fue creada por él mismo, tal vez se gloriaba de ello.
   
Esta basura fue hecha por un luterano alemán llamado Ernst Günter Hansing (1929-2011). Él hizo retratos de otras celebridades como Juan Pablo II Wojtyła, la madre Teresa de Calcuta, el expresidente francés François Mitterand, y el ex canciller alemán Konrad Adenauer. Craig Heimbichner, especialista en investigar sobre la francmasonería y sociedades secretas, y autor de Blood on the Altar: The Secret History of the World’s Most Dangerous Secret Society (ISBN 0-6403784-3-2), los siguientes elementos:
  1. Tres pilares.
  2. Dos columnas.
  3. Luna creciente.
  4. Varios pentagramas.
  5. Esfinge en lo alto del pilar.
  6. Las columnas y ángulos combinan para formar una escuadra y un compás.
  7. El punto dentro del círculo en la cima es un antiguo símbolo Illuminati.
  8. Sobre la cabeza de Pablo VI un “ojo en el triángulo”, esto es, el Ojo de Horus o Set abstracto.
  9. Una daga es clavada en la tiara papal en el 30.º Grado 9. “Caballero Kadosh”; aquí el papa porta una daga con una mirada malévola.
  10. Las cruces invertidas son satánicas, pero también francmasónicas.
   

   
Durante la década de 1970, la revista Time y el Instituto Smithsoniano publicaron reseñas sobre este cuadro, las cuales pueden leeerse aquí:
  • Revista del Instituto Smithsoniano, Abril de 1977, págs. 60-61:
    «Estos grandes mecenas de las artes, los papas del Renacimiento, usualmente comisionaban al artista en su empleo –Rafael, Tiziano, Velázquez– para pintar sus retratos. El resultado era alguna de las más grandes pinturas jamás producidas.
       
    Desde entonces la práctica ha decaído (junto con el arte de los retratos). Así fue con alguna sorpresa que el mundo supo el pasado otoño que se había pintado un retrato del Papa Pablo VI, incluso aunque él no lo comisionara o, por eso mismo, se sentara para ello. Además, fue en un estilo semiabstracto a diferencia de cualquier retrato papal anterior.
       
    El artista era un alemán de 42 años llamado Ernst Günter Hansing. Primero, el Papa Pablo no respondió a tener su retrato pintado con algún entusiasmo, pero más tarde cedió. A Hansing le fue dado un pequeño estudio en el edificio que alberga la estación de gasolina vaticana, y por los siguientes dos años y medio, durante 13 visitas separadas a Roma, observó a su sujeto desde la banca frontal en las audiencias papales.
       
    El retrato terminado ha sido ha sido aceptado por el PapaSu Santidad lo describió como “un espejo de la situación en la Iglesia hoy”. Más temprano, al ver un boceto de trabajo, hizo lo que fue probablemente su más cercano acercamiento a una crítica de arte. Fue graciosamente oblicuo: “Uno casi necesita una nueva filosofía para comprender el significado de esto en este contexto”».
  • Revista Time, edición del 8 de Noviembre de 1971:
    «Tras  una puerta cerrada en la Ciudad del Vaticano espera un regalo para el Papa Pablo VI que puede concebiblemente agradar a su receptor pero que ya ha perturbado a muchos que han visto fotografías de este. El regalo es un retrato grande (alrededor de 71 ft./ 21,64 m. por 12 ft. /3,65 m.) de Su Santidad, pintado en una forma semiabstracta, en el cual el rostro extremadamente delgado y sufriente y las manos plegadas del papa son el foco de ejes astillados de luz. El pintor alemán Ernst Günter Hansing, de 42 años, retrató a su sujeto durante doce estadías prolongadas en el Vaticano a lo largo de 2 años. Aunque nunca había tenido un lugar privado, le fue dado un asiento frontal en las ceremonias papales en las cuales trabajar. “Quería más que solo una imagen de una persona”, dice Hansing, un luterano. “Quería mostrar la tensa situación de la iglesia, atrapada en una multiplicidad de problemas, como se refleja en el aspecto del Papa”».
  
Sea lo que sea que los elementos individuales del cuadro anteriormente señalados, o qué intención oculten, es obvio antes que nada que el retrato de Hansing es insufriblemente feo. No sorprende, pues, que a Montini le agradase, porque si algo amaba él era la fealdad. Hansing presentó el cuadro Papado terminado a Montini, junto con otro retrato, el 22 de Enero de 1972:
     
    
¿Cómo sabemos que Montini estaba emocionadp con la obra de Hansing? Porque, habiéndole otorgado un estudio en el Vaticano en 1970, al completar los retratos “papales”, le comisionó diseñar la decoración para la capilla de la Casa general de las Hermanas Misioneras Palotinas en Roma. Aquí una foto mostrando todo lo que necesitas saber:
   

Nada más Novus Ordo que esto. ¡“San” Pablo VI Montini lo hizo posible! Ahora pregúntate a ti mismo: ¿Él hubiera actuado distinto si hubiese comisionado el diseño de esta “obra artísitica” a un satanista?
   
Aquí dos cortometrajes sobre Hansing: el primero lo muestra en su estudio vaticano, el segundo muestra al “cardenal” Giovanni Benelli Simoni admirando su obra en una exhibición en Florencia:
    
   
   
Realmente, la pintura Papado de Hansing es muy apropiada: Es tan extraña, fea y diabólica como lo es la iglesia del Vaticano II, obra a su vez de Giovanni Battista Montini Alghisi, el hombre que con el nombre de “Pablo VI” pretendió ser Papa entre el 29 de Junio de 1963 y el 6 de Agosto de 1978. Así, ¡una combinación perfecta!
   
ADENDA: Hansing (entrenado por el pintor abstracto Fernand Léger, y con mucha conexión con la vanguardia de la época) no solo pintó un cuadro, sino ¡NUEVE VERSIONES! del mismo, entre 1970 y 1975, como cubriendo la época entre el primer pos-concilio y la “sacada de clóset” de Montini por Roger Peyrefitte en 1976. De otra parte, para el rostro de Montini, no se usaron los distintos bosquejos que Hansing hizo durante las audiencias (permiso que le otorgaron por medio de Pasquale Macchi, secretario privado de Montini), sino de la fotografía donde está arrodillado en el Cenáculo durante su viaje a Tierra Santa.
   

A partir de la segunda versión del cuadro (porque el primero –hecho con dos lienzos, uno horizontal abajo y otro vertical arriba de este– parecía demasiado pequeño), Hansing agregó en la esquina inferior derecha la frase «Pro homínibus constitútus» (Constituido para los hombres). Esta frase, tomada de Hebreos V, 1, era el lema episcopal del cardenal Joseph Richard Frings Sels, arzobispo de Colonia y del cual Hansing pintó dos retratos (uno de los cuales, a cuál más siniestro, ilustró la portada de una biografía de los obispos de esa ciudad).
   

Cuando se presentó el segundo retrato, el obispo auxiliar de Colonia Wilhelm Cleven dio un discurso, citando San Juan XXI, 17: «Otro te ceñirá y te llevará donde no quieres». Días después, Montini dijo que el retrato era “útil como material para reflexión”, y por tal razón, encargó a Hansing hacer siete serigrafías del cuadro de marras, que se emplearían para las carátulas del casete “Anno Sancto” de 1975.
   
Por la presencia de la simbología ocultista y masónica, Papado puede leerse también como una amenaza que la masonería (a la que pertenecían Frings y Montini) le mandó por medio del cuadro de Hansing porque Montini, contrariando los deseos de las logias, promulgó la encíclica Humánæ Vitæ. Y el hecho que precisamente se escogiera la foto en el Cenáculo para los bocetos del cuadro y las siete serigrafías que se hicieron una vez este se terminó, era para recordarle que la masonería tiene conexiones con la Sinagoga.

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