LA GUERRA NO ES CONTRA UCRANIA, ES CONTRA LA CORRUPCIÓN OCCIDENTAL

Reflexión de Gianni Toffali para PENSIONATI ITALIANI. Traducción propia.

   

¿Y SI LO DICE UN PATRIARCA…?

   

Tanto los católicos como los laicos se escandalizaron (fingidamente) por las palabras del Patriarca ruso Cirilo: «La guerra es justa, luchemos contra el lobby gay».

  

Los moralistas hipócritas de la moral líquida occidental pretenden no saber que la aparente boutade (intervención aparentemente ingeniosa, con fines de generar impresión) del jefe de la Iglesia rusa, es la punta del iceberg de un concepto mucho más amplio.

  

El politólogo y filósofo ruso Aleksandr Guélievich Duguin aclaró y complementó el pensamiento de Cirilo:

«Esto no es una guerra con Ucrania. Es una confrontación con el globalismo como fenómeno planetario integral. Es una confrontación a todos los niveles, geopolítico e ideológico.

  

Rusia rechaza todo lo que hay en el globalismo unipolar, el atlantismo, por un lado, y el liberalismo, la antitradición, la tecnocracia, el Gran Reinicio en una palabra, por otro. Está claro que todos los líderes europeos forman parte de la élite liberal atlantista. Y estamos en guerra exactamente con eso. De ahí su legítima reacción.

  

Rusia está ahora excluida de las redes globalistas. Ya no tiene elección, o construye su propio mundo o desaparece. Rusia ha establecido un camino para construir su mundo, su civilización. Y ahora se ha dado el primer paso. Ningún país puede resistir una desconexión total durante mucho tiempo».

Y más todavía:

«¿Qué significa para Rusia la ruptura con Occidente? Es la salvación. El Occidente moderno, donde triunfan los Rothschild, [George] Soros, [Klaus Martin] Schwab, Bill Gates y [Mark] Zuckerberg, es lo más asqueroso de la historia del mundo.
   
Ya no es el Occidente de la cultura mediterránea grecorromana, ni la Edad Media cristiana, ni el violento y contradictorio siglo XX. Es un cementerio de residuos tóxicos de la civilización, es anticivilización.
   
Y cuanto antes y más completamente se desprenda Rusia de ella, antes volverá a sus raíces. ¿A cuáles? Las raíces cristiana, grecorromana, mediterránea y europea, es decir, a las raíces comunes al verdadero Occidente. El Occidente moderno los ha aislado. Y se quedaron en Rusia».

Son palabras evidentes que deberían cerrar la boca a quienes han reducido las acciones de Rusia a una cronología de noticias falsas, fotomontajes y falsos informes desmentidos por la red, afortunadamente aún no controlada y censurada del todo por los mayordomos meneantes a sueldo del Imperio Americano y la rama de la Unión Europea.