lunes, 28 de marzo de 2022

“LOS PENITENTES”, ¿LOS PRIMEROS SEDEVACANTISTAS DE UCRANIA?

La historia del sedevacantismo es muy dispersa, toda vez que este no surgió como que un día alguien se levantara diciendo: Hoy vamos a declarar que la Sede Papal está vacante. Y si bien se tiene que el primero en postular que un Papa podía ser depuesto por hereje fue el cardenal Humberto de Silvacandida en el siglo XI, que su punto inicial fue la muerte de Pío XII, y que el primero en hablar de este en tiempos modernos fue el padre Joaquín Sáenz y Arriaga, hay algunos faltantes en esta historia, con sus luces y sombras. Sobre todo, porque el sedevacantismo no es solo en Francia, México y Estados Unidos (a juzgar porque estos países tienen una presencia importante de sedevacantistas): en otros países está presente, y su historia merece ser contada. Uno es el caso de Ucrania, particular porque en esta nación el sedevacantismo pudo nacer entre los grecocatólicos mucho antes que en los católicos latinos, y actualmente hay tres sacerdotes sedevacantistas (todos de rito bizantino) en este país: el padre Valérii Kudriávtsev, vinculado a Mons. Daniel Dolan, y los padres Román Zdyrko e Iván Leshchuk, vinculados a Mons. Mark Pivarunas CMRI.
   
Hubo en Ucrania un grupo llamado “Los Penitentes” (en ucraniano Покутники, en ruso Поку́тники), que rechazaron como antipapa a Juan XXIII bis Roncalli a causa de su Ostpolitik con la Unión Soviética, nacido en la Iglesia Grecocatólica clandestina (es de advertir que la Unión Soviética abolió la Iglesia Grecocatólica Ucraniana, forzando a los grecocatólicos a la clandestinidad). Sviatoslav Shevchuk Krokis, arzobispón mayor de la Iglesia Grecocatólica Ucraniana (en comunión con la Roma modernista), relata este episodio en una entrevista que concedió en 2018 al diario conciliar Crux:
«Obviamente en esos momentos, cuando vimos contactos entre la Sede Apostólica y la Unión Soviética, la cual trató de instrumentalizar estos contactos a fin de desmoralizar a la Iglesia clandestina, tengo que decir que fue una prueba de fe para nosotros. Dentro de la Iglesia clandestina se formó un grupo cismático que fue llamado los “penitentes”. Ellos rechazaron la comunión con el papa por esa razón. Mi abuela, la madre de mi padre, era parte de ese grupo. Cuando el Papa Juan XXIII fue elegido después de Pío XII, este grupo, por su invitación [de Roncalli] para invitar observadores de la Iglesia Ortodoxa de Moscú, declaró que él no era papa sino un antipapa. Fue un desafío para la Iglesia clandestina. Gracias a Dios, para la mayoría de nosotros, nuestra imagen del Papa no era la de un diplomático, sino el Vicario de Cristo. De niño, me enseñaron que donde está el papa, está la Iglesia Católica. En la Iglesia clandestina, era una fe incondicional, un poco ingenua, pero que te daba vida y esperanza».
Infortunadamente, este grupo de los Penitentes acabó erigiéndose en un grupo cismático, porque en su oposición a Roncalli, eligieron un papa propio, fundando así la Iglesia Slaviachenkа del Espíritu Santo (en ucraniano Слов’янська Церква Святого Духа, en ruso Славянская Церковь Святого Духа). El periodista ucraniano-estadounidense Vasyl Markus (1922-2016), en su artículo “Religion and Nationalism in Ukraine” (Religión y nacionalismo en Ucrania), les dedica las siguientes líneas:
«Pokútniki
Junto con la moderada iglesia uniata subterránea, hay seguidores más radicales al uniatismo. Hay un grupo uniato disidente, llamado neo-uniatos por las fuentes soviéticas, cuyos voceros fanáticos están en desacuerdo con la iglesia uniata establecida y jerárquica. Ellos cuestionan la aparente presteza del clero y laicado uniato pafa acomodarse al sistema si esto les garantiza el reconocimiento. Ellos rechazan totalmente el régimen soviético, se rehúsan a cooperar con él y llaman a la desobediencia.
     
Este movimiento religioso radical comenzó en la oscura aldea de Serednia (en el óblast de Ivano-Frankivsk) donde en 1954, presuntamente, la Madre de Dios se apareció a una mujer local. El “milagro de Serednia” pronto atrajo muchos peregrinos al lugar, en algunas ocasiones hasta miles de devotos. Se sabe que al menos tres sacerdotes católicos ucranianos ilegales promocionaron activamente este movimiento religioso. Inicialmente, los medios y la propaganda antirreligiosa soviética se referían a este grupo como la secta ignacista, derivado del nombre de su primer líder, el padre Ignacio Soltys, quien después fue apresado y sentenciado. Él fue sucedido por otro sacerdote uniato itinerante, el padre Antonio Potochniak. Los adherentes del grupo prefieren llamarse Pokútniki (los Penitentes), porque ellos predican que el pueblo ucraniano debe arrepentirse de sus pecados del pasado a fin de ser liberados de su yugo presente.
     
La Iglesia Católica Ucraniana establecida clandestina cuestionó la veracidad del milagro y reaccionó aún más críticamente a algunos postulados y prácticas del grupo, como la predicación del fin del mundo (anunciado para 1962), prescribir una penitencia de nueve días y una peregrinación al “Santo Lugar de la aparición de la Virgen” a fin de ser salvados, anatematizando a Roma por su cooperación con el “anticristo”, y proclamar la “Santa Montaña” en Serednia como una “Nueva Roma” junto con el anuncio que un “verdadero Papa” ha aparecido en Ucrania en la persona del obispo Emanuel como un “Pedro II visible en la tierra”. Esto llevó a una actual ruptura entre los católicos ucranianos regulares y la secta pokútniki. Estos últimos mantuvieron algo de sus seguidores entre los oponentes fanáticos y desesperados tanto al régimen y la ortodoxia rusa, mayormente entre los campesinos, y muy particularmente entre las mujeres campesinas. Con todo, la influencia de los pokútniki se debilitó a fines de la década de 1970.
     
Las fuentes soviéticas admiten la naturaleza desafiante del movimiento pokútniki, particularmente su tendencia subyacente nacionalista mística. Este aspecto fue señalado especialmente por un autor soviético que afirmó que los pokutnyky
están especulando con los sentimientos nacionales al declarar que Ucrania, que por siglos ha estado en opresión, abyecta esclavitud y servidumbre, está siendo resucitada por Dios. Así, ellos tratan de fomentar el odio contra otros pueblos, principalmente la nación rusa, la cual, alegadamente, introdujo el ateísmo en Ucrania. Aunque los pokutnyky no se han expandido ampliamente, esto sin embargo significa que, bajo condiciones particulares, hay una posiblidad de estrecha cooperación entre religión y nacionalismo (V. L. Bodnar. Особенности развития атеизма в проце́ссе культурной революции в национальной респу́блике (на материалах западных областе́й Украинской ССР) / Peculiaridades del desarrollo del ateísmo y proceso de revolución cultural en las repúblicas nacionales (sobre el ejemplo de los óblasts occidentales de la República Socialista Soviética Ucraniana), en Revista Атеизм и Социалисти́ческих культура / Ateísmo y cultura socialista, Academia de Ciencias Sociales bajo el Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética – Instituto de Ateísmo Científico,  Moscú, 1971, pág. 52)
La iglesia no oficial o marginal ha estado rodeada de un aura de martirio que puede, en algunos individuos, ser un estímulo adicional para ser parte de un grupo reprimido o al menos, para simpatizar con los desvalidos» [En SABRINE PETRA RAMET, “Religion and Nationalism in Soviet and East European Politics” (Religión y Nacionalismo en la política soviética y de Europa oriental), 1989, Págs. 156-157].
Según el historiador Roman Skakun, profesor en la Universidad Católica de Ucrania, la historia de los Pokutniki/Iglesia Slaviachenka del Espíritu Santo va más o menos así: el 20 de Diciembre de 1954, una mujer llamada Anna Kuzminskaya había asistido a la Divina Liturgia en la iglesia de Serednia, y de un momento a otro todo desapareció a la vista de ella, solamente vio la montaña y una fuente. Esta vio a una mujer vestida de blanco, con un cinturón azul y doce estrellas en torno a su cabeza. De sus manos salían rayos de luz hacia el mundo, y luego de mirar alrededor dijo tres veces,
«¡Hija! ¡Hija! ¡Hija! ¿ves la plenitud de gracia que poseo? Pero no tengo a nadie para dar mi gracia, porque hay muchas hijas e hijos que se han alejado de mí y nadie me pide. Este año es Jubileo, es Mi fiesta. Quisiera hacer una amnistía por los pobres pecadores, porque la muerte está cerca, como en los días de Noé.

La destrucción no vendrá por el agua, sino por el fuego. Una inmensa inundación de fuego destruirá las naciones por pecar ante Dios. Desde el comienzo del mundo no ha habido tal caída como hasta hoy. Este es el reino de satanás.
   
Yo estaré en esta Montaña y distribuiré mis gracias a través de esta fuente y a través de esta agua. Quienquiera que venga a este Lugar Santo, beba esta agua con fe, se arrepienta de sus pecados, se arrepienta sinceramente y acepte la penitencia, Yo sanaré su alma y su cuerpo, y los tales no perecerán como llega la muerte, sino que la muerte está cerca, como en los días de Noé.
   
Esta fuente es el Pozo de Jacob, el Agua viva, sanadora; el agua del que viene, el que fue, es y será; el Agua que brota de la Llaga del Costado de Cristo. Contiene Todas las Pociones de la gracia de Dios necesaria para salvar a la gente».
La aparición mandó que en la montaña se preparase una cueva y se colocara una estatua de la Inmaculada Concepción como prueba para el pueblo, y que un sacerdote grecocatólico acudiese para consagrar la fuente en la fiesta de la Inmaculada Concepción (los grecocatólicos ucranianos, como emplean el calendario juliano, celebran la Inmaculada Concepción el 22 de Diciembre del calendario gregoriano).

En el momento de los hechos, hacían ya ocho años que la Iglesia Grecocatólica Ucraniana fue disuelta por el régimen soviético, entregando sus templos a la Iglesia Ortodoxa Rusa y forzando a los fieles o a unirse a la ortodoxia rusa o a adoptar el rito latino. Además, 1954 era el centenario de la definición dogmática de la Inmaculada Concepción por el Papa Pío IX, y Pío XII había proclamado Año Mariano. En ese contexto, sumado a que la Santísima Virgen María había prometido en Fátima que se aparecería una séptima vez, la mujer asumió que la aparición era la Santísima Virgen.
   
El sacerdote grecocatólico ucraniano Ignacio Soltys (casualmente hermano de la vidente), quien afirmó fue ordenado secretamente en Kazajistán por Ivan Lyatyshevsky (obispo auxiliar de Ivano-Frankivsk de los grecocatólicos en 1948) y nombrado exarca de la Galicia ucraniana por Pío XII en 1951, consagró la fuente el 22 de Diciembre de 1954, como la aparición ordenó. Junto a Soltys estuvo el sacerdote de rito latino José Povilonis, rector de la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en San Petersburgo. Tres años después (siempre según los pokútniki), la Madre de Dios habría aparecido en el Vaticano, ordenando que el próximo Papa nombrara a Soltys como Cristo Rey, y que le entregaran la Iglesia el 1 de Enero de 1960 (14 de Enero en el calendario gregoriano. Pero los planes se frustraron porque Pío XII murió el 9 de Octubre de 1958 (los pokútniki afirman que fue traicionado por sus cardenales y envenenado por su médico Ricardo Galeazzi Lisi), Soltys fue arrestado el 5 de Diciembre por las autoridades comunistas, y condenado a cinco años de prisión.
   
Desde la prisión, Soltys escribió a sus seguidores (que ya asumieron el nombre de pokútniki-penitentes) que escucharan a Ana, la beneficiaria de las apariciones, y que él había sido designado papa Pedro II por Pío XII, en oposición a Juan XXIII Roncalli –al que llamó “el Papa rojo”– al que acusó de antipapa y apóstata por no revelar el Tercer Secreto de Fátima y en cambio tener acercamiento con el Anticristo (que Soltys identificaba con el régimen soviético). Fue el punto de ruptura entre el grupo y la Iglesia Grecocatólica Ucraniana, a la cual acusaron de colaboracionista.
   
En 1961, Soltys fue liberado, y al año siguiente el liderazgo pasó a Antonio Potochniak (Soltys fue apresado nuevamente, siendo condenado a siete años de prisión –pena que le fue reducida a cinco años–, quien predicó que Ucrania era el campo de batalla entre el bien y el mal, y que la Santa Sede fue trasladada de Roma a la colina de Serendia. Ellos creían que desde el 14 de Enero de 1960 (1 de Enero en el calendario juliano), Soltys era Cristo Rey, y la vidente Ana era la Virgen María en la tierra. Tenían una bandera con los colores azul, blanco y amarillo.
   
Durante la era soviética, el trato a los pokútniki era ambivalente: si bien su actitud contra el gobierno ameritaba una respuesta severa (no votaban en las elecciones, rechazaban el pasaporte –incluso no usaban los apellidos–, se negaban a trabajar en las granjas colectivas, a enviar a sus hijos a las escuelas oficiales y a prestar el servicio militar; y usaban las peregrinaciones como modo de protesta), la represión iba solo para los más celosos propagandistas de la secta, en parte porque la consideraban necesaria para minar la influencia de la iglesia clandestina. Hasta el desastre nuclear de Chernóbil, era la máxima prioridad del gobierno soviético ucraniano.
 
Los seguidores de Soltys realizan el culto según los ritos adoptados en la Iglesia Grecocatólica Ucraniana de antes de la Guerra con una gran cantidad de elementos occidentales, que los grecocatólicos de Sviatoslav Shevchuk abandonaron más tarde. Ellos comulgan con agua del manantial Seredyansky, al que llaman "el agua del Tercer Testamento de la era del Espíritu Santo", observan como día de descanso el miércoles, viendo en el nombre del día de la semana una conexión con el nombre del pueblo de Seredny. En la oración "Salve, Virgen Madre de Dios" (en ucraniano Богородице Дево, радуйся, el Ave María de la liturgia bizantina) no se dirigen a María Santísima, sino a "María Ana"; y las lecciones del Evangelio se complementan con la llamada "Lectura del Espíritu Santo", es decir, las "revelaciones" de la Nación Media y las enseñanzas de Ignatius Soltys.
    
Y en cuanto a los pokutnyky, después de la disolución de la URSS y la independencia ucraniana, estos moderaron su actitud ante el gobierno aceptando los documentos de identidad, y a cambio, se les reconoce entre las organizaciones con derecho a prestar un servicio alternativo al servicio militar. Recurrieron a políticos como Viasheslav Chornovil, Leonid Kravchuk y Tymoshenko para que reconocieran a Soltys (quien posiblemente murió entre 2002 y 2003) como la clave para la prosperidad de Ucrania, sin éxito.

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