lunes, 14 de marzo de 2022

NOVENA AL CRISTO DE OTATITLÁN

Novena dispuesta por un sacerdote religioso de la Orden de la Merced, Redención de Cautivos, publicada en Puebla por la viuda de Miguel de Ortega en 1747.
   
DISPOSICIÓN PARA LA NOVENA
Siendo el principal fin de las Novenas el dedicarle las almas por el espacio de nueve días a Dios nuestro Señor, y siendo el objeto de esta nuestro Dios humanado venerando a su Majestad en su crucificada Imagen. El mejor modo de conseguir la verdadera veneración será confesando y comulgando el primero y último día, y ayunando tres días, y si no pueden hacer los ayunos ni las comuniones, pueden disponerse con el Acto de contrición, hecho con verdadero afecto de corazón, y dar algunas limosnas según las fuerzas de cada uno, y arrodillados ante una Imagen de Cristo Señor nuestro Crucificado, en la Iglesia o en su casa, dirán:
   
NOVENA DE CRISTO NUESTRO AMANTÍSIMO REDENTOR, A QUIEN VENERA LA DEVOCIÓN CRISTIANA CON EL TÍTULO DEL SANTO CRISTO DE OTATITLÁN
   

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulcísimo Jesús, que por amor del género humano, cautivo del demonio por la culpa, quisiste ser coronado de espinas, azotado y Crucificado, dándonos tu muerte vida: para conseguirla y aprovecharme, dulcísimo Jesús, de tus tormentos, rendidamente te pido me des un verdadero dolor de todos mis pecados, firmísimo propósito de la enmienda, y verdadera confianza del perdón, para que haciendo rigurosa penitencia de mis culpas, pueda con verdadero afecto de corazón clamar con tiernas voces y llorar con lágrimas de verdadera penitencia todas mis culpas, las que dedesto, dulcísimo Jesús, de las que me arrepiento, divino Redentor, las que aborrezco, mi Soberano Señor, y me pesa, me pesa de haberte ofendido, y prometo mediante los auxilios de tu gracia, hacer una verdadera confesión de todas mis culpas, para conseguir la verdadera vida de la gracia. Amén.
   
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
Dulcísimo Jesús, amorosísimo Jesús, benignísimo Jesús, con toda humildad y rendimiento te venero, alabo, adoro y confieso por mi verdadero Dios y hombre, confesando a gritos mi fe, en que eres en cuanto Dios, Unigénito del Padre Eterno, y en cuanto hombre, Unigénito de María Santísima nuestra Señora, Virgen antes del parto, en el parto y después del parto, en cuyo purísimo vientre tomó carne humana la segunda Persona de la Trinidad Beatísima por obra del Espíritu Santo, para que vestida de nuestra carne la Persona del Divino Verbo, siendo por su naturaleza divina inmortal e impasible, fueses mi Jesús, mortal y pasible en cuanto hombre por amor de los hombres: asimismo, mi Jesús Santísimo, adorándote como a mi Juez te propongo y te prometo vivir y morir en este conocimiento, confesando todos los misterios de nuestra Santa Fe Católica Romana, los que creo firmemente y confieso, y te pido rendidamente por la mayor exaltación de nuestra Santa Madre Iglesia, extirpación de las herejías, conversión de los infieles y herejes, por la paz y concordia entre los Príncipes Cristianos, por la conquista de la Tierra Santa, santificada con tu preciosísima Sangre, con tus diligentes amorosísimos pasos y con tu divina presencia: por último te pido la redención de los cautivos cristianos, y que todo el mundo se postre humilde y se rinda obediente a los pies de nuestro Santísimo Padre el Sumo Pontífice, para que adorando a nuestro verdadero Dios, logre todo el Orbe el copiosísimo fruto de tu preciosísima Sangre. Amén Jesús, Jesús, Jesús.
   
DÍA PRIMERO
Alabarás este y todos los días cinco veces el Dulcísimo Nombre de Jesús; y dirás la Oración siguiente, que se varía todos los días.
Con todo afecto de corazón, postrado en las aras de tu clemencia, dulcísimo Jesús, te adoro y te doy repetidas gracias,porque desde pequeño Niño, tiernísimo amante de las humanas criaturas, derramaste en la Circuncisión tu preciosísima Sangre, dándonos en ella el más grandioso tesoro: por esta generosa dádiva, reconocida mi gratitud cristiana, te repito las gracias, y te pido me perdones todas las culpas de mi juventud, y me des luz para confesarlas y arrepentirme de ellas. Amén Jesús.
   
Rezarás tres veces el Credo, y dirás la Oración siguiente, que es para todos los días, y harás tu petición. 
Con todo afecto de corazón deseo, mi amorosísimo Jesús, bendecir y alabar tu divina bondad, por la que te dignaste padecer muerte de Cruz, para libertarme de la muerte de la culpa. ¡Quién pudiera, dulcísimo Jesús, convertise en lenguas para publicar tan rara fineza ejecutada por los hombres, a esmeros de tu divino amor! Dame, benignísimo Jesús, verdadero conocimiento de los muchos tormentos que por mí padeciste; concédeme, dulcísimo Jesús, la gracia que te pido en esta Novena, si es para mayor honra y gloria tuya, y bien de mi alma; y dame los auxilios de tu gracia, para aprovecharme de tan sagrada doctrina, Cruz, en la que nos enseñaste la veneración y amor a nuestros Padres, el cuidado y amor a los inferiores y súbditos, el que debemos perdonar a nuestros enemigos, perdonando Tú a los tuyos y pidiendo a tu Eterno Padre los perdonase: cofieso, Señor, el que encomendando tu espíritu y poniéndolo en manos de tu Padre Eterno, nos diste una general doctrina, enseñándonos el que debemos poner nuestras almas en manos de su Majestad, para que conformándonos en todo con su divina voluntad, se dirijan nuestros pensamientos, palabras y obras, y ordenen asu santo servicio, al cumplimiento de nuestras obligaciones, y al verdadero bien de nuestras almas; y teniendo siempre presente en nuestra católica memoria tu amorosa Pasión y tu afrentosa muerte y sepultura, procuremos crucificar nuestras pasiones, y seguir tus amorosas huellas, caminando con la consideración las ásperas sendas del Calvario, para conseguir en esta vida la gracia, prenda segura de la gloria, donde vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén Jesús.
   
ORACIÓN A LA VIRGEN DE LOS DOLORES PARA TODOS LOS DÍAS
Dolorosísima, purísima y amorosísima Virgen María, mi Señora, con toda humildad te venero y confiado en tu piedad te suplico con todo rendimiento ofrezcas al Padre Eterno los dolores, angustias, afrentas, agonías, Pasión y muerte de mi Señor Jesucristo, para que a vista de Sacrificio tan agradable a sus divinos ojos, y a influencia de tus poderosos ruegos, me conceda su Majestad sus divinos auxilios, para que haciendo rigurosa penitencia de mis culpas en esta vida, me conceda por tu intercesión su gracia y en la eterna la gloria. Amén Jesús.
   
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
   
DÍA SEGUNDO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Oh amorosísimo, benignísimo y pacientísimo Jesús, que por amor de los hombres te entregaste obediente a los tormentos, para cuya disposición y prparación a tu Pasión y muerte oraste en el huerto a tu Padre Eterno, cuya divina providencia determinó por mano de un Ángel, hacer patente a tu sacrosanta humanidad en un amargo Cáliz, las amarguras de tus dolores y los acíbares de nuestras culpas, causando este Cáliz en tu tiernísimo Corazón tanta agonía que sudaste copiosos arroyos de Sangre. Por esta preiosísima Sangre, y por la agonía que por mis pecados padeciste, te pido rendidamente ablandes la dureza de mi corazón, para que entregándome verdaderamente contrito a tu santísima voluntad, quiera solo lo que tú quieres y ame lo que Tú amas, para vivir y morir en tu gracia. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
      
DÍA TERCERO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Con todo rendimiento adoro, dulcísimo Jesús, tu sacrosanta humanidad, purísimo espejo en que con amoroso recreo se mira la Beatísima Trinidad, y lleno de pasmo y confusión adoro, alabo y bendigo la preciosísima Sangre, que en el ignominioso tormento de los azotes, mansísimo Cordero, ligado fuertemente a la columna, derramaste por mis culpas: me arrepiento, Señor, me pesa, mi Jesús, de la rigurosa ingratitud con que cruel mi corazón te causó tan acerbo dolor. Quisiera, mi Redentor, besar humilde con mi alma, con mis potencias y con yodo mi corazón la tierra, la columna, las cadenas, los espinos y los ramales que fueron instrumento de tan riguroso martirio, y quisiera el que émulas de la pureza Angélica las telas de mi corazón, recogiesen y enjugasen tan precioso licor. Dale, Señor, a mi corazón pureza y castidad, para que libre mi alma de las manchas de la impureza, aborrezca toda culpa y procure revivir en tu gracia. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
    
DÍA CUARTO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Supremo Rey y Señor de Cielo y tierra, rectísimo Juez de vivos y muertos, a quien rendidos los celestiales Ejércitos adoran y reconocen por su verdadero dueño y Señor: postrado en las sacrosantas Aras de tu Majestad, creo y confieso que la soberanía de tu Nombre es suficiente a postrar Cielo, tierra y abismo. ¡Con cuánta ternura quisiera, mi Jesús dulcísimo, darte las debidas gracias!, porque siendo verdadero Rey, quiso tu amor tus sacrosantas sienes al ultraje, desprecio y dolores vehementísimos de una Corona de espinas, para librar con los abrojos nuestras cabezas de las espinas de las culpas; de todas las que he cometido me arrepiento, y de todos los malos pensamientos con los que como con abrojos te ha formado mi malicia nueva Corona, teniendo obligación de adorarte como a mi Rey. Purifica, mi Jesús dulcísimo, mis pensamientos con la preciosísima Sangre que en este riguroso tormento derramaste como finísimo amante de los hombres. Haz, mi Jesús, que sea tu preciosísima Sangre lavatorio purísimo de mi alma, para conseguir en esta vida por tu gracia, el triunfo y corona de una verdadera penitencia, eficaz medio de tu gracia. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
       
DÍA QUINTO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Liberalísimo Jesús, adoro tus sacrosantas poderosísimas manos, en las que depositó el Padre Eterno todos preciosos tesoros de su divina Omnipotencia, las que como manantial y perenne fuente de todos los bienes, con generosa liberalidad derramaron en copiosos raudales de Sangre los más preciosos tesoros de los Cielos. Con toda humildad y reverencia adoro esta Sangre preciosísima, la que ofrezco rendido a tu Eterno Padre, para que atendiento su divina dignación el imponderable precio de este sagrado licor, me conceda los auxilios de su gracia, para que regulando todas mis obras y sujetándolas a su divina Ley, viva y muera en gracia de su Majestad. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
     
DÍA SEXTO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Diligentísimo Jesús, que por la conversión los pecadores, santificando con las purísimas plantas de tus sacratísimos pies, las asperezas de los montes y las dilatadas veredas de los caminos, caminando infatigable tu amor para resucitar muertos, sanar enfermos y dar la verdadera vida de la gracia a las almas muertas por la culpa: rendidamente te adoro, y humildemente venero la preciosísima Sangre, que en copiosos arroyos de misericordia, como manantial de clemencia derramaron tus sacratísimos pies por mis culpas, de todas en general me arrepiento y en particular detesto las que por pereza y negligencia he cometido, y las que por mis malos pasos contra tu sacrosanta Ley he ejecutado. Ordena, mi Jesús, y dirige mis pasos al servicio de tu Majestad, para que caminando en esta vida por la senda de la gracia, consiga el feliz arribo a nuestra verdadera Patria de la gloria. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
     
DÍA SÉPTIMO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Amorosísimo Jesús, con todo afecto de corazón quisiera convertirme todo en lenguas para alabar y bendecir la preciosísima Sangre que creo, confieso y adoro real y verdaderamente en el Santísimo Sacramento del Altar; adoro, mi Jesús, tu preciosísima Sangre, que supuesta la consagración creo y confieso en el Cáliz, y con profunda humildad, mi Jesús, te suplico y ruego dispongas mi alma con los auxilios de tu gracia, para que dignamente reciba tu sacrosanto Cuerpo y Sangre preciosísima: asimismo te ruego, poderosísimo Jesús, des luz a todo el Orbe, para que rendido adore en este sacrosanto Sacramento, expresivo de tus finezas, tu sacrosanto Cuerpo y Sangre preciosísima, la que deseo sea lavatorio purísimo de mi alma, con la que purificada y libre de toda mancha, consiga la candidez purísima de la gracia, segura prenda de la gloria. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
     
DÍA OCTAVO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Benignísimo Jesús, bendito seas eternamente, y bendita sea la preciosísima Sangre, que crucificado por mis culpas en el afrentoso leño de la Cruz derramaste: ablanda, mi Jesús, la dura peña de mi corazón ingrato para que deshecho en lágrimas de contrición, llore con amorosa ternura tu acerbísima y dolorosísima Pasión, y tu afrentosa muerte: haz, mi Jesús, que entregado mi entendimiento a la tierna meditación de tu Pasión y muerte, tenga en mi memoria tus afrentas, dolores y agonías, para que correspondiendo mi voluntad con afectos, sean el blanco de mis amores tus tormentos. Sea, mi dulcísimo Jesús, tu muerte, mi vida, para que así viva la verdadera vida de la gracia, y consiga la eterna vida de la gloria. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.
      
DÍA NOVENO
Por la señal…
Acto de contrición y Oración para todos los días.
   
Dulcísimo y amorosísimo Jesús, inmenso mar de las misericordias divinas, perenne fuente de las piedades eternas, las que depositadas en tu amorosísimo Corazón, haces patentes en el abundantísmo manantial de tu Costado herido. Humildemente, mi Jesús dulcísimo, adoro la preciosísima Sangre y agua que por esta herida liberalísimo, mi Jesús, derramó tu afectuosísima piedad: embriaga, dulcísimo Jesús, mi alma y mi corazón con este purísimo, suavísimo y dulcísimo licor: te repito, mi Jesús dulcísimo, debidas gracias por tu excesiva fineza, la que te movió a derramar con piadosísima ternura tu Sangre preciosísima, para remedio y precio de nuestras almas: lava, mi Jesús, mi cuerpo y alma con la Sangre de tu Costado, para que herido mi corazón con el más acicalado cuchillo de dolor, haga rigurosa penitencia de mis culpas, con la que consiga en esta vida la gracia para darte las debidas gracias por tus amorosas finezas en la gloria. Amén Jesús.
     
Pide la gracia que deseas alcanzar, y haz la Oración final y la Oración a la Virgen de los Dolores.

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