El boletín de prensa de la Non sancta Sede informó que el modernista Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos expidió la siguiente circular el 25 de Marzo de 2022:
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOSNOTA A LOS OBISPOS Y A LAS CONFERENCIAS EPISCOPALES SOBRE LAS CELEBRACIONES DE LA SEMANA SANTA 2022
Prot. N. 182/22
Durante las festividades de Pascua de los años pasados, marcados por la difícil situación de la pandemia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos ofreció algunas orientaciones para ayudar a los Obispos en su tarea de evaluar las situaciones concretas y de proveer al bien espiritual de pastores y fieles para vivir la Semana Santa, centro de todo el año litúrgico.En vista de la disminución de la pandemia, aunque con diferente ritmo en cada nación, no pretendemos ofrecer más orientaciones para las celebraciones de la Semana Santa: la experiencia que han adquirido las Conferencias Episcopales en los últimos años permite ciertamente afrontar las diversas situaciones del modo más adecuado, vigilando que siempre sean observadas las normas rituales contenidas en los libros litúrgicos.Por tanto, sólo nos permitimos invitar a todos a la prudencia, evitando gestos y comportamientos que podrían conllevar riesgos. Toda valoración y decisión deberá hacerse siempre de acuerdo con la Conferencia Episcopal, que tendrá en cuenta las normas que las autoridades civiles competentes dispondrán en los distintos países.En los últimos días, elSanto Padreha invitado insistentemente a rezar, pidiendo a Dios el don de la paz para Ucrania, para que cese esta “guerra repugnante”. Además de Ucrania, queremos recordar también todos los demás conflictos en muchos países del mundo, desgraciadamente siempre numerosos: una situación que elPapaFrancisco ha descrito como una tercera guerra mundial a pedacitos. En la celebración de la Pasión del Señor el Viernes Santo, la liturgia nos invita a elevar a Dios nuestra súplica por la Iglesia y por el mundo entero. En la oración universal pediremos al Señor por los gobernantes (IX oración) para que los guíe en sus pensamientos y decisiones hacia la paz y libertad de todos los hombres, y por los atribulados (X oración) para que todos sientan en sus adversidades el gozo de la misericordia del Señor. Desde ahora, hagamos nuestra esta oración por todos nuestros hermanos y hermanas que están viviendo la atrocidad de la guerra, especialmente en Ucrania.Recordamos que “en una grave necesidad pública, el obispo diocesano puede permitir o mandar que se añada alguna intención especial” (Missale Romanum, editio typica tertia, p. 314, n.13).La celebración de la Pascua lleve a todos la esperanza que sólo proviene de la Resurrección del Señor.En la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a 25 de marzo de 2022, Solemnidad de la Anunciación del Señor.(Fdo. y Sell.) ✠ Arthur RochePrefecto(Fdo.) ✠ Vittorio Francesco Viola OFMArzobispo Secretario
Ejemplo
de esta innovación es que en Austria, el Instituto Litúrgico Austriaco
en Salzburgo compuso esta oración, que fue publicada en el sitio del instituto y en el modernista, pro-LGBT y ecumenista PRAY TELL BLOG
(de la editora Liturgical Press de Collegeville, Minesota), y que será
utilizada en las iglesias de Austria, Alemania y la Suiza
germanohablante (Traducción propia, con fines meramente informativos):
Oremos por las personas en Ucrania y en todas las zonas de guerra del mundo, por todos aquellos que han huído del miedo a la violencia y se han visto privados de sus hogares, por todas las mujeres y hombres que luchan con sus vidas para protegerse del mal y para proteger a los débiles y perseguidos.Pongámonos de rodillas. Podéis levantaros.Oración en silencio. Prosigue el sacerdote: Dios todopoderoso y eterno, tú tienes compasión de los humildes y de los pobres, pero derribas a los opresores. Así como sacaste a Israel de la esclavitud en Egipto, salva en nuestros días a todas las víctimas de la guerra y la violencia. Cambia los corazones de los malhechores, y que la paz sea victoriosa. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
Repasemos las alteraciones que se han hecho contra el Viernes Santo, único día del año litúrgico en que no se dice Misa precisamente porque Nuestro Señor estaba muriendo en la Cruz del Calvario, y los Apóstoles se escondieron por miedo a los judíos.
- Año 1956: Se impuso en su totalidad un nuevo modelo de liturgia de la Semana Santa
creado por el lazarista masón Aníbal Bugnini (nombrado en la Comisión para la Reforma
Litúrgica ocho años antes por Pío XII). En el caso del Viernes Santo, se
introduce la invitación “Orémus. Flectámus génua. Leváte” en la oración
por los judíos, que la Iglesia Católica había excluido para esta
oración durante 2000 años en desagravio por la burla hecha a Nuestro
Señor durante su Pasión y Muerte. Cuatro años después, Roncalli, que se
había
reunido el 13 de Junio en audiencia privada con el historiador judío
francés Jules Marx Isaac hace eliminar la palabra “pérfidis” de esta, y
el Viernes Santo de 1963 (12 de Abril), cuando el Penitenciario Mayor,
cardenal Fernando Cento Andreani (quien presidía la ceremonia) incluyó
la palabra “pérfidis” al anunciar la Oración por los judíos, mandó
detener la ceremonia y ordenó que se repiteran desde el comienzo las
oraciones. Aunque este episodio fue negado por L’Osservatore Romano, fue
recogido por periódicos italianos y corresponsales del extranjero.
Inter ália, los cambios hechos en el rito del Viernes Santo fueron:- Cambiar la función litúrgica (que era lo más cercano a la liturgia de los primeros cristianos, dada la presencia de términos griegos) en un servicio de comunión en gran escala.
- Que el “presidente” conduzca la primera parte del servicio desde la sede en vez desde el altar.
- Ordenar que la Intercesión general se cante desde un libro en el centro del altar.
- Cambiar la oración por los herejes y cismáticos en una “Por la unidad de los cristianos”.
- Ordenar la genuflexión en la oración por los judíos.
- Permitir que el crucifijo sea sostenido para una breve adoración, en vez de hacer que la gente se acerque al comulgatorio para besarlo.
- Suprimir la procesión solemne desde el Sepulcro con el Santísimo Sacramento y el canto el Vexílla Regis.
- Eliminar el ofertorio, incensación y elevación del Santísimo Sacramento.
- Ordenar que el Pater noster sea recitado con la congregación.
- Permitir que se reciba la Comunión ese día, contrario a la tradición sostenida por la Iglesia.
- Añadir un responsorio al servicio de comunión.
- Año
1969: La alteración hecha por Bugnini de las ceremonias de la Semana
Santa resultó tan bien hecha, que no hubo mucho cambio que hacerle para
adaptarla a la Nueva Liturgia y Nueva Eclesiología del Vaticano II. La
que sí cambió el Viernes Santo, fue la oración por los judíos: Ya no se
pide por su conversión, sino porque sean fieles a su Alianza derogada:
Orémus et pro Judǽis, ut, ad quos prius locútus est Dóminus Deus noster, eis tríbuat in sui nóminis amóre et in sui fœ́deris fidelitáte profícere (Oremos también por el pueblo judío, el primero a quien habló el Señor Dios nuestro, para que acreciente en ellos el amor de su nombre y la fidelidad a la alianza).
Oración en silencio. Prosigue el sacerdote:
Omnípotens sempitérne Deus, qui promissiónes tuas Ábrahæ ejúsque sémini contulísti, Ecclésiæ tuæ preces cleménter exáudi, ut pópulus acquisitiónis prióris ad redemptiónis mereátur plenitúdinem perveníre. Per Christum Dóminum nostrum (Dios todopoderoso y eterno, que confiaste tus promesas a Abraham y a su descendencia, escucha con piedad las súplicas de tu Iglesia, para que el pueblo de la primera alianza llegue a conseguir en plenitud la redención. Por Jesucristo, nuestro Señor). Amen. - Año
2008: Benedicto XVI Ratzinger expide para las comunidades del Motu
Próprio Summórum Pontíficum una nueva Oración para el Viernes Santo:
Orémus et pro Judǽis: Ut Deus et Dóminus noster illúminet corda eórum, ut agnóscant Jesum Christum salvatórem ómnium hóminum (Oremos por los judíos: Para que el Señor Dios nuestro ilumine sus corazones para que reconozcan a Jesucristo, Salvador de todos los hombres).
La oración causó controversia entre los judíos; y en 2018, como parte de un indulto temporal para la Fraternidad Sacerdotal San Pedro, se exigió que esta se usase en la concedida Semana Santa anterior a 1955.
Orémus. Flectámus génua. Leváte (Oremos. Doblemos rodilla. Levantaos).
Omnípotens sempitérne Deus, qui vis ut omnes hómines salvi fiant et ad agnitiónem veritátis véniant, concéde propítius, ut plenitúdine géntium in Ecclésiam Tuam intránte omnis Israël salvus fiat. Per Christum Dóminum nostrum (Dios omnipotente y eterno, tú que quieres que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, concede propicio que, entrando la plenitud de los pueblos en tu Iglesia, todo Israel sea salvado. Por Cristo, Señor nuestro). Amen. - Año
2020: A más de una Misa en tiempos de epidemia, se introduce para el
Viernes Santo una plegaria IX-b en la Intercesión general del Viernes
Santo: El pretexto, la plandemia del coronavirus:
Pro tribulátis in témpore contágii: Orémus et pro ómnibus qui præsénti morbo in pressúra pósiti inveniúntur, ut Deus et Dóminus noster infírmis sanitátem reddat, vires concédat eis qui ægrótos curant, famílias doléntes consolétur, vita functis plenitúdinem redemptiónis præstet (Por quienes sufren en tiempo de pandemia: Oremos también por todos los que sufren las consecuencias de la pandemia actual: para que Dios Padre conceda la salud a los enfermos, fortaleza al personal sanitario, consuelo a las familias y la salvación a todas las víctimas que han muerto).
Ya van dos años que existe este ladrillo de oración.
Oración en silencio. Prosigue el sacerdote:
Omnípotens sempitérne Deus, humánæ infirmitátis singuláre præsídium, réspice benígnus languóres ómnium filiórum tuórum, qui hodiérnis tempestátibus dolóre premúntur, et grátia tua: álleva ægrotórum passiónes, vires concéde eis qui infírmos curant, ætérnam réquiem dona mórtuis, et per totum huius tribulatiónis spátium præsta, quǽsumus, ut omnes consolatiónem in misericórdia tua inveníre váleant. Per Christum Dóminum nostrum (Dios todopoderoso y eterno, singular protector en la enfermedad humana, mirar compasivo la aflicción de tus hijos que padecen esta pandemia; alivia el dolor de los enfermos, da fuerza a quienes los cuidan, acoge en tu paz a los que han muerto y, mientras dura esta tribulación, haz que todos puedan encontrar alivio en tu misericordia. Por Jesucristo, nuestro Señor). Amén.
Retomemos
el siguiente pasaje aludido en la nota: «en una grave necesidad
pública, el obispo diocesano puede permitir o mandar que se añada alguna
intención especial» (Missale Romanum, editio typica tertia, p.
314, n.13). Las palabras “puede permitir o mandar” son una carta blanca
para destruir aún más la Liturgia de la Semana Santa. Y no es la primera
vez que se dan estas anomias. En “Sacrosánctum Concílium”, la
constitución deuterovaticana sobre la Liturgia, dice en su artículo 36. §
1:
«Línguæ latínæ usus, salvo particulári jure, in Rítibus latínis servétur» (Se conservará el uso de la lengua latina en los ritos latinos, salvo derecho particular).
Pero en el inciso siguiente:
«Cum tamen, sive in Missa, sive in Sacramentórum administratióne, sive in áliis Litúrgiæ pártibus, haud raro línguæ vernáculæ usurpátio valde útilis apud pópulum exsístere possit, ámplior locus ipsi tríbui váleat, imprímis áutem in lectiónibus et admonitiónibus, in nonnúllis oratiónibus et cántibus, juxta normas quæ de hac re in sequéntibus capítibus singillátim statuúntur» (Sin embargo, como el uso de la lengua vulgar es muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones, tanto en la Misa como en la administración de los Sacramentos y en otras partes de la Liturgia, se le podrá dar mayor cabida, ante todo, en las lecturas y moniciones, en algunas oraciones y cantos, conforme a las normas que acerca de esta materia se establecen para cada caso en los capítulos siguientes).
Y ya sabemos cómo terminó todo.
Así
pues, con toda seguridad, los conciliares despistados que todavía
quedan (sea por la razón o pretexto que fuere) en la Iglesia Conciliar,
estarán expuestos a más y más sinsentidos anticatólicos, hasta que la
misma Iglesia Conciliar se hunda en el olvido, como se ve en las
estadísticas.
Los verdaderos Católicos debemos mostrar el mismo arrojo y determinación que el padre Dr. Thomas C. Glover, JCD,
ex-oratoriano y profesor de Derecho Canónico en Écône (que siguió
celebrando el Triduo Pascual con las ceremonias tradicionales y no con
los ritos del Misal roncalliano) cuando, luego de celebrar el Viernes Santo en la capilla de la
Universidad de Durham (Inglaterra) le preguntaron por qué no celebraba con
los nuevos ritos. Su respuesta fue la siguiente: «Prefiero estar ebrio en un burdel que celebrar esa porquería».
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