miércoles, 22 de marzo de 2023

EL ROBO DE COLECTAS SIGUE IMPARABLE EN LOS CONCILIARES

Traducción del Comentario de los Padres de TRADITIO, ampliado en algunos lugares.
    
Kevin Wallin, uno de los muchos presbíteros conciliares atrapado robando grandes sumas de dinero de la charola de limosnas.
Raramente los corruptos obispones conciliares hacen algo para detener o castigar los robos; mientras tanto, los presbíteros se gastan sus fondos robados para sostener el juego y relaciones sexuales tanto con hombres como con mujeres, y al antipapa Francisco Bergoglio (él mismo implicado en malversaciones de gran escala) nada le importa.
   
Un informe de 2023 titulado “Exploring Embezzlement by Catholic Priests in the United States: A Content Analysis of Cases Since 1963” (Explorando la malversación de fondos por sacerdotes católicos en los Estados Unidos: un análisis de contenido de los casos desde 1963) ha documentado el hecho que desde el Anticoncilio Vaticano II (1962-1965), los presbíteros conciliares han estado robando a sus ciegas congregaciones con hurtos a gran escala de la charola de las limosnas. Ítem, a los obispones y antipapas parece no importarle. A duras penas hacen alguna auditoría.

El 90% de los ladrones criminales estaban en servicio activo en las parroquias conciliares. Un monto promedio de casi 500.000 USD fue robado en un período de seis años. Muchos de los presbíteros eran reincidentes. Los robos comprendían tomar el efectivo directamente de la colecta semanal y el cepillo, coercionar a los parroquianos mayores a desembolsar dinero a la parroquia o al presbítero, endosar falsamente cheques a las cuentas personales de los presbíteros, y crear fondos secretos personales de los fondos parroquiales.
   
¿Qué hacen los presbíteros con el dinero robado? Se identificaron particularmente las apuestas y relaciones sexuales ilícitas. Rodney Lee Rodis († 2014), un presbítero laicizado de la diócesis de Richmond, Virginia, robó 591.000 USD en fondos parroquiales para sostener a su “esposa secreta y tres hijos”. Kevin J. Gray, presbítero de la archidiócesis de Hartford, Connecticut, robó 1’000.000 USD para sostener sus relaciones sodomitas con tres hombres, y comprar ropa de diseñador. El presbítero hibernoestadounidense Joseph McLoone de la archidiócesis de Filadelfia robó por lo menos 32.000 USD para “entretener” a unos homosexuales que conoció por un sitio web de citas “gay”. El “monseñor metanfetamina” Kevin Wallin, exrector de la catedral de San Agustín de Bridgeport, Connecticut, robó 300.000 USD para mantener a su amante “gay” en un piso de lujo en Nueva York; y después fue condenado a cinco años de prisión por tráfico de metanfetamina. El presbítero Stanley J. Masłowski († 2021), de la archidiócesis de San Pablo-Mineápolis, robó 73.000 USD para financiar sus “peregrinaciones” a clubes de striptease, salones de masaje y librerías para adultos. El presbítero Kevin McAuliffe, ex vicario general de la diócesis de Las Vegas y actual canciller de la eparquía grecocatólica de Fénix, Arizona, robó 650.000 USD de su parroquia para apostarlo en los casinos. Otros presbíteros malversaban el dinero para enviarlo a sus familias o a fines caritativos en sus países de origen, como Robert Chukwu (Nigeria)Juan Gregorio Garza González (Méjico), y el monseñor maronita Louis A. Risha (Líbano) [Parte de la información para este Comentario proviene del Journal of Forensic and Investigative Accounting].
  
Católicos tradicionales, no solamente los corruptos obispones conciliares ignoran la mayoría de estos robos a gran escala por sus presbíteros, sino que incluso los que son condenados penalmente en los tribunales seglares por malversación de fondos, fraude o hurto son frecuentemente readmitidos a sus antiguos cargos dirigiendo parroquias (como ocurrió con Masłowski y McAuliffe). Y por qué uno debe sorprenderse por esto cuando el gerente de la Iglesia Conciliar, el apóstata antipapa Francisco Bergoglio ha sido atrapado varias veces malversando los fondos de las caridades conciliares para los pobres y hospitales, y muy especialmente con su fraude de bienes raíces en Londres, donde se perdieron 350’000.000 EUR (500’000.000 USD) de fondos dd caridad.

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