martes, 7 de marzo de 2023

LO QUE SALE DEL CORAZÓN ES LO QUE CONTAMINA

Noticias tomadas de GLORIA NEWS.
  
 

Durante la Cuaresma, el obispón de Innsbruck (Austria), Hermann Glettler Schartner Comm. l’Emm., conocido por sus gustos decadentes, ha cubierto el altar mayor de la Iglesia del Hospital del Espíritu Santo con la imagen de un corazón de cerdo rodeado por un preservativo.
  
La diócesis de Innsbruck, obviamente destrozada emocionalmente, en un mensaje de correo electrónico estandarizado, llama a la imagen producida por Peter Garmusch «un punto de atracción conmovedor», que «recoge [sic], irradia familiaridad [sic], e irrita al mismo tiempo».
  
En su catedral de San Santiago, Glettler muestra una pirámide de ametralladoras de siete metros de altura. En el santuario hay un “báculo” hecho con cáscaras de huevo. Según los informes de los medios de comunicación, Glettler es el sucesor favorito del cardenal Schönborn como arzobispón de Viena.
  
ADENDA: Cuando Kath.net solicitó a Gletter una explicación, este respondió diciendo que «por supuesto» no representaba el Sagrado Corazón de Jesús, sino que era «un intento de entrar en diálogo con el arte contemporáneo, ¿es pedir demasiado», y arremetió contra el medio diciendo que ellos fueron los que dieron la primicia del escándalo y que «esta plataforma informa de una manera manipuladora e incendiaria».
 
  
  
El cardenal Reinhard Marx de Múnich inauguró la exposición „Verdammte Lust! Kirche. Körper. Kunst“ [¡Maldita lujuria! Iglesia. Cuerpo. Arte] el 4 de Marzo.
  
El lugar es el museo diocesano de Frisinga. La exposición, para mayores de 14 años, permanecerá hasta el 29 de Mayo.
 
Se exhiben más de 150 obras de arte desde la antigüedad hasta principios del siglo XIX que «reflejan la tensa relación entre la sexualidad y la Iglesia [del Concilio]». Una de las exhibiciones es la imagen del artículo, parte de un cuadro de San Sebastián mártir.
  
Que la Iglesia del Concilio Alemán tiene un problema masivo con el sexo y el homosexualismo es un secreto a voces. Prueba de ello es que Marx dice en la presentación a la exposición, qur a pesar de la caída del género humano, hay una «promesa de que es posible que la sexualidad tenga un lugar en el paraíso».

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