sábado, 25 de marzo de 2023

LOS “HERMANOS MAYORES” DE BERGOGLIO BUSCANDO CONVERTIR EL EVANGELIO EN DELITO (MIENTRAS EN UNA “UNIVERSIDAD PONTIFICIA” LE HACEN AL RABINO)

El 24 de Marzo, la licenciatura de Teología Bíblica de la Universidad Pontificia de Méjico celebró un séder (cena pascual judía), presentándola como su «modesta preparación para la Semana Santa que nos espera» (Fotos tomadas de la página de Facebook de la universidad):
Nos reunimos 18 comensales, facultad y alumnos de la licencia en Teología bíblica, con 2 que prestaron su servicio en el triclinio. Un ambiente de flor y canto, la algarabía sublime para festejar la liberación de la esclavitud en nuestra historia «sinagogal», eclesial, católica y personal (Éxodo 12-15), experiencia única para varios participantes, uniendo los dos Testamentos y la tradición de nuestros padres y madres en la fe.
   
Abundaba el ambiente festivo, perfumado por el cordero, la matza (pan ácimo), ensaladas de hierbas amargas y manzana, hummus, dátiles e higos, vino y sidra; las velitas iluminaban la mesa, el canto del rito pascual, el Halel y cantos judíos tradicionales irradiaban el corazón.
   
Se comenzó la Cena pascual judía, la Hagada para Pesaj, a las 19:00 horas, con un breve ensayo y repartición de las voces (en hebreo y en español), y a las 22:00 se concluyó con dos cantos y el brindis, lešanah haba’ah bîrûšalaim, «¡EL AÑO PRÓXIMO EN JERUSALÉN!», que tradicionalmente pone punto y aparte al sacramental de la Cena con alusión escatológica. Una admirable fiesta, tanto personal como pedagógica, y una modesta preparación para la Semana Santa que nos espera a la puerta de nuestra liturgia.
  
   
Usar ceremonias judías (cosa que entre los conciliares no es la juvenaliana rara avis in terris, pues en Italia, EspañaBrasil se han dado estos casos) es algo que está prohibido para los católicos, como quiera que por el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario (acontecido precisamente un día como hoy, 25 de Marzo del año 33, y renovado incruentamente en el Santo Sacrificio de la Misa), las ceremonias y leyes de estos ya no son obligantes:
  • «Y después de un maduro examen, Pedro como cabeza de todos se levantó, y les dijo: “Hermanos míos, bien sabéis que mucho tiempo hace fui yo escogido por Dios entre nosotros, para que los gentiles oyesen de mi boca la palabra evangélica y creyesen. Y Dios que penetra los corazones, dio testimonio de esto, dándoles el Espíritu Santo, del mismo modo que a nosotros. Ni ha hecho diferencia entre ellos y nosotros, habiendo purificado con la fe sus corazones. Pues ¿por qué ahora queréis tentar a Dios, con imponer sobre la cerviz de los discípulos un yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido soportar? Pues nosotros creemos salvarnos únicamente por la gracia de nuestro Señor Jesucristo, así como ellos”» (Hechos XV, 7-11/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
  • «Nosotros, pues, hermanos, somos los hijos de la promesa, figurados en Isaac. Mas así como entonces el que había nacido según la carne perseguía al nacido según el espíritu, así sucede también ahora. Pero ¿qué dice la Escritura?: “Echa fuera a la esclava y a su hijo; que no ha de ser heredero el hijo de la esclava con el hijo de la libre”, (Génesis 21, 10). Según esto, hermanos, nosotros no somos hijos de la esclava, sino de la libre; y Cristo es el que nos ha adquirido esta libertad. Manteneos firmes, y no dejéis que os opriman de nuevo con el yugo de la servidumbre de la ley antigua. Mirad que os declaro yo, Pablo, que si os hacéis circuncidar, Cristo de nada os aprovechará. Además declaro a todo hombre que se hace circuncidar, que queda obligado a observar toda la ley por entero. No tenéis ya parte ninguna con Cristo los que buscáis la justificación en la ley; habéis perdido la gracia. Pues nosotros solamente en virtud de la fe esperamos recibir del espíritu la verdadera justicia o santidad que vanamente buscáis vosotros en las ceremonias de la ley» (Gálatas IV, 28-V, 5/Versión de Mons. Félix Torres Amat).
  • «[La Sacrosanta Iglesia Romana] Firmemente cree, profesa y enseña que las legalidades del Antiguo Testamento, o sea, de la Ley de Moisés, que se dividen en ceremonias, objetos sagrados, sacrificios y sacramentos, como quiera que fueron instituidas en gracia de significar algo por venir, aunque en aquella edad eran convenientes para el culto divino, cesaron una vez venido nuestro Señor Jesucristo, quien por ellas fue significado, v empezaron los sacramentos del Nuevo Testamento. Y que mortalmente peca quienquiera ponga en las observancias legales su esperanza después de la pasión, y se someta a ellas, como necesarias a la salvación, como si la fe de Cristo no pudiera salvarnos sin ellas. No niega, sin embargo, que desde la pasión de Cristo hasta la promulgación del Evangelio, no pudiesen guardarse, a condición, sin embargo, de que no se creyesen en modo alguno necesarias para la salvación; pero después de promulgado el Evangelio, afirma que, sin pérdida de la salvación eterna, no pueden guardarse. Denuncia consiguientemente como ajenos a la fe de Cristo a todos los que, después de aquel tiempo, observan la circuncisión y el sábado y guardan las demás prescripciones legales y que en modo alguno pueden ser partícipes de la salvación eterna, a no ser que un día se arrepientan de esos errores. Manda, pues, absolutamente a todos los que se glorían del nombre cristiano que han de cesar de la circuncisión en cualquier tiempo, antes o después del bautismo, porque ora se ponga en ella la esperanza, ora no, no puede en absoluto observarse sin pérdida de la salvación eterna» (Papa Eugenio IV en el Concilio de Florencia, Bula Cantáte Dómino, 4 de Febrero de 1442).
  • «La primera consideración es que las ceremonias de la ley mosaica fueron derogadas por la venida de Cristo y que ya no pueden ser observadas sin pecado después de la promulgación del Evangelio» (Papa Benedicto XIV, Carta Apostólica Ex quo primum témpore, 1 de Marzo de 1756).
  • «Y, en primer lugar, con la muerte del Redentor, a la Ley Antigua abolida sucedió el Nuevo Testamento (…) en el patíbulo de su muerte Jesús abolió la Ley con sus decretos (Ef. 2, 15) (…) y constituyó el Nuevo en su sangre, derramada por todo el género humano. Pues, como dice San León Magno, hablando de la Cruz del Señor, ‘de tal manera en aquel momento se realizó un paso tan evidente de la Ley al Evangeliode la Sinagoga a la Iglesia, de los muchos sacrificios a una sola hostia, que, al exhalar su espíritu el Señor, se rasgó inmediatamente de arriba abajo aquel velo místico que cubría a las miradas el secreto sagrado del templo’ (Sermón 68, 3; en Migne, Patrología Latína 54, col. 374). En la Cruz, pues, murió la Ley Vieja, que en breve había de ser enterrada y resultaría mortífera…» (Papa Pío XII, Encíclica Mýstici córporis Christi, 29 de Junio de 1943).

Inclusive, los judíos hallarán motivo para protestar por esto, toda vez que en algunas fotos aparece una “religiosa” usando el talit (en hebreo טַלִּית, “cobertura”) el manto ritual que usan los judíos para orar. Esta prenda es solo para hombres, y en el “Muro de los Lamentos” es común que la policía destacada allí arreste a las mujeres que se atreven a usarlo en ese lugar.

Mientras, estos letrados y escribas conciliares desconocían esta noticia (fuente: INFOVATICANA):
PROPONEN EN ISRAEL UNA LEY QUE TIPIFICA COMO DELITO COMPARTIR EL EVANGELIO
Dos diputados del Knesset o parlamento israelí han presentado una propuesta de ley que convertiría en delito la evangelización.
   

No es que la propuesta tenga muchas posibilidades de salir adelante, pero muchos observadores han visto en la propuesta un síntoma preocupante de radicalización en el lugar, precisamente, donde nació y murió Jesucristo, llamado por los cristianos Tierra Santa.

Moshe Gafni y Yaakov Asher (foto), dos diputados del ultraderechista Unión judía en la Torá, presentaron un proyecto de ley la semana pasada que prohibiría cualquier intento de hablar de Jesús a la gente, bajo pena de prisión.

Para el gobierno de Benyamín Netanyahu, ya asediado por acusaciones de corrupción, sería una verdadera catástrofe que este proyecto tuviera algún apoyo, ya que uno de los grupos más cercanos al primer ministro fuera de Israel son precisamente los evangélicos en Estados Unidos, más de sesenta millones (seiscientos a escala mundial).

El ex embajador de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional, Sam Brownback, quien sirvió durante la administración Trump-Pence, es el primer líder estadounidense en advertir públicamente que este nuevo proyecto de ley representa una amenaza masiva para la libertad de expresión, los derechos humanos y la libertad religiosa.

La legislación prohibiría todos los esfuerzos de personas de una fe que, de cualquier forma, quieran discutir o tratar de persuadir a personas de otras religiones para que consideren cambiar sus creencias religiosas actuales, so pena de incurrir en un delito castigado con un año de cárcel. Si la conversación es con un menor, la sanción sería de dos años de prisión.

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