domingo, 12 de marzo de 2023

MÉJICO: DISMINUYEN LOS CATÓLICOS, MIENTRAS CRECEN LOS PROTESTANTES

Según los resultados del Censo de población y vivienda de 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Méjico el 77,7% de la población se identifica como católica, lo que significa una reducción de 20,5% desde 1950.

En 1950, los católicos constituían el 98,2% de la población mejicana, bajando a 97,6% en 1960. Tras un levísimo aumento a 97,7% en 1970, en 1980 la cifra bajó al 92,6%. En 1990 siguió disminuyendo hasta el 89,7%; en el año 2000 los católicos constituían el 87,9% de la población; y en 2010, el porcentaje bajó al 82,7%, para ubicarse en el 77,7% en el 2020.

Contrario sensu, el número de protestantes ha aumentado en forma ostensible en Méjico en el mismo periodo. En 1950 eran el 1,3% de la población; en 1960 ascendían al 1,7%; en 1970 al 1,8%; en 1980 al 3,2%; en 1990 al 4,9%; en 2000 alcanzaron el 7,3%; y en 2020 eran ya el 11,2% de la población mejicana.
    
Y en lo que respecta a las personas sin religión (tanto ateos como agnósticos, y personas que no se identifican con una religión específica), tras no registrar datos en 1950, en 1960 registró un 0,6%; para 1970 ya se aprecia un 1,6 %; 3,1% en 1980; 3,2% en 1990; 3,5% en el año 2000; 4,7% en 2010; y 10,6% en 2020.
  
Evolución gráfica de la afiliación religiosa en Méjico entre 1895 y 2020 [Fuente: Alejandro Díaz Domínguez, “¿Qué nos dice el Censo 2020 sobre religión en México?”. Revista Nexos, 1 de Febrero de 2021 (Consultado: 10 de Marzo de 2023)].
  
Ante las cifras, el obispo de Cuernavaca y Secretario general de la Conferencia del Episcopado Mejicano, Ramón Castro y Castro, dijo a ACI Prensa, presentando el informe nacional para el Sínodo sobre la Sinodal, dijo que en la etapa diocesana del mismo la participación tuvo una mayor participación de laicos en tarea pastoral que de religiosos y movimientos laicales. De estos, el 55% eran mujeres y el rango de edad era de 35 a 65 años, siendo la media nacional de 29 años.
  
Ramón Castro y Castro
  
Castro dijo que «las estrategias para atraer a los jóvenes a la Iglesia se están implementando permanentemente de manera permanente: Hay líderes, equipos; hay programas y una gran participación de feligreses que contribuyen a este objetivo. Sin embargo, la dinámica de vida de los jóvenes hoy enfrenta grandes retos (familiares, escolares, económicos, emocionales, etcétera) [y] no siempre pueden responder como quisiéramos».
  
Agregó que las disminuciones de católicos por desafección con la jerarquía, y para acercarse a ellos hay que tener en cuenta que muchos de ellos «eran laicos con críticas que no fueron escuchadas en su momento y, cansados de que les hicieran oídos sordos, se fueron. Estos hermanos son erróneamente percibidos como atacantes de la Iglesia o incluso como enemigos, sin considerar que sus intenciones fueron y siguen siendo buenas, y que sus aportes pueden ser muy valiosos para refrescar la mente, la visión y los métodos de la pastoral actual». 

Pero del dicho al hecho La “Nueva Evangelización” ha fracasado, los jóvenes evitan la Iglesia Conciliar por los escándalos crecientes de abuso y malversación que permanecen en la impunidad; y los conciliares (clérigos y laicos por igual) no aceptan a los tradicionalistas, y los persiguen y hacen guerra. De otra arista, es consecuencia que suceda esa disminución, porque estamos en los últimos tiempos, donde «por la inundación de los vicios, se enfriará la caridad de muchos» (San Mateo XXIV, 12), y «cuando viniere el Hijo del hombre, ¿os parece que hallará fe sobre la tierra?» (San Lucas XVIII, 8/Versión de Mons. Félix Torres Amat).

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