viernes, 8 de marzo de 2024

IGLESIA COPTA SUSPENDE DIÁLOGOS CON LA IGLESIA CONCILIAR


El Santo Sínodo de la Iglesia copta ortodoxa (en copto: Ϯⲉⲕ̀ⲕⲗⲏⲥⲓⲁ ̀ⲛⲣⲉⲙ̀ⲛⲭⲏⲙⲓ ⲛⲟⲣⲑⲟⲇⲟⲝⲟⲥ; en árabe: الْكَنِيسَة الْقُبْطِيَّة الأُرْثُوذُكْسِيَّة, “Iglesia egipcia ortodoxa”), la principal iglesia en Egipto, decidió suspender el diálogo con la Iglesia de Francisco Bergoglio en su sesión plenaria del 7 de Marzo.
    
A la reunión en el centro LOGOS de la residencia patriarcal en el monasterio de San Paisios en Uadi Natrón asistieron 110 de sus 133 obispos, encabezados por el Papa Teodoro II de Alejandría, a quien Bergoglio le permitió celebrar la Divina liturgia en la Basílica de San Pablo Extramuros en 2018.
    
El Santo Sínodo decretó 
«Después de consultar con las iglesias hermanas de la familia ortodoxa oriental, se decidió suspender el diálogo teológico con la Iglesia católica, reevaluar los resultados alcanzados por el diálogo desde su inicio hace veinte años, y establecer nuevas normas y mecanismos para que el diálogo continúe en el futuro».
Y emitió la siguiente recomendación:
«La Iglesia Copta Ortodoxa afirma su firme posición de rechazar toda forma de relaciones homosexuales, porque violan la Santa Biblia y la ley por la cual Dios creó al hombre como varón y mujer, y la Iglesia considera cualquier bendición de tales relaciones, cualquiera que sea su tipo, ser una bendición para el pecado, y esto es inaceptable».
Acto seguido, emitió el siguiente comunicado:
OPINIÓN DE LA IGLESIA ORTODOXA SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD
    
Según la Biblia, Dios creó al hombre para que fuera distinto y único. La Escritura dice: «Entonces dijo Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”» (Génesis 1:26). Esto significa que Dios quiso, desde el principio, que el hombre reflejara Su santidad, justicia y libertad: «Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Entonces Dios los bendijo, y les dijo: “Fructificad y multiplicaos; llenar la tierra”» (Génesis 1:27-28).
    
La Iglesia cree que Dios creó a los seres humanos, tanto hombres como mujeres, en un estado de santidad, y los unió en la sagrada alianza del matrimonio porque Dios mismo es Santo: «Por tanto, el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne» (Génesis 2:24).
    
El llamado de Dios a la humanidad a vivir una vida santa continuó persistiendo, como se describe en 1 Tesalonicenses 4:3-5, Hebreos 12:14 y 1 Tesalonicenses 4:7.
    
Dios le ha dado a la humanidad libre albedrío para vivir de acuerdo con Su voluntad divina y su diseño divino para el matrimonio entre un hombre y una mujer.
    
Quien sufre atracción hacia el mismo sexo pero controla este deseo es elogiado por sus esfuerzos y queda sujeto a las mismas tentaciones que los individuos heterosexuales, como los pensamientos, la vista y las atracciones. Para alguien que lucha contra la homosexualidad, es esencial buscar el verdadero arrepentimiento. Lo mismo ocurre con quien cae en el pecado de adulterio debido a su naturaleza heterosexual. Ambos individuos necesitan apoyo espiritual y emocional, que resulta eficaz para abordar estas tendencias. Sin embargo, si alguien elige abrazar su tendencia homosexual y se niega a buscar ayuda espiritual y emocional, pero continúa quebrantando los mandamientos de Dios, en ese caso, su situación se vuelve la misma que la de alguien que vive en adulterio. En tales casos, se les debe advertir y aconsejar que se abstengan de la comunión, buscando el arrepentimiento.
    
Dado que la Iglesia cree que la Santa Biblia, en sus dos Testamentos, es la palabra de verdad, válida para todas las edades, y prohíbe las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo, por ejemplo, San Pablo dice: «Porque incluso sus mujeres cambiaron el uso natural por lo que es contra natura. Asimismo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo vergonzosos hombre con hombre, y recibiendo en sí mismos el castigo debido a su extravío. Y como ellos no quisieron tener en cuenta a Dios en su conocimiento, Dios los entregó a una mente degradada, para hacer cosas que no convienen» (Romanos 1:26-28). En este contexto también consideramos otras referencias como 1 Corintios 6:9-10, Levítico 18:22 y Levítico 20:13.
    
En consecuencia, la Iglesia Copta Ortodoxa se opone firmemente a todas las formas de actividad sexual fuera de los límites del matrimonio, lo que considera una distorsión sexual. Rechaza firmemente la idea de que se puedan utilizar diferentes contextos culturales para justificar las relaciones entre personas del mismo sexo con el pretexto de la libertad humana, ya que considera que esto es perjudicial para la humanidad. Si bien la Iglesia cree en los derechos humanos y las libertades, también enfatiza que estas libertades no son absolutas y no deben usarse para violar las leyes del Creador.
   
La Iglesia afirma su compromiso de cumplir su función pastoral de ayudar a las personas que tienen tendencias homosexuales. También enfatiza que no los rechaza, sino que les brinda apoyo y asistencia para ayudarlos a lograr una solución emocional y espiritual. La Iglesia pone su confianza en nuestro Señor Jesucristo, quien es poderoso para hacer mucho más de todo lo que pedimos o pensamos.
    
Jueves 7 de Marzo de 2024 d. C./28 de Meshir, año 1740 de la Era de los Mártires.
El sacerdote Moussa Ibrahim, un portavoz de la Iglesia Copta, señaló en un vídeo que la suspensión del diálogo teológico con el Vaticano fue «la decisión más notoria de todas las nueve decisiones tomadas», y confirmó que fue a causa del cambio de postura del Vaticano sobre la homosexualidad, respondiendo así a las críticas occidentales que pretendían negar la relación entre ambos hechos.

La ruptura con los coptos se produce después de que la Comisión Sinodal Bíblica-Teológica de la Iglesia Ortodoxa Rusa calificara la obra de propaganda homosexual de Francisco Bergoglio “Sodóma súpplicans” de «una innovación que refleja un marcado alejamiento de la enseñanza moral cristiana».
    
Hasta el momento, el cardenal curial suizo Kurt Koch Bühlmann, prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, no se ha pronunciado al respecto.

2 comentarios:

  1. La Terapia Reparativa no tiene apoyo.

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    1. ¿Y cómo va a tenerlo, si la Asociación de Psiquiatría de Estados Unidos (la APA que tanto hace sufrir a los universitarios a la hora de la tesis) ya no la categoriza como trastorno mental? Como dijo aquel comediante: «Primero fue pecado, después enfermedad, ahora es derecho, y mañana será obligatorio».

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