miércoles, 22 de junio de 2022

LA AUTORIDAD PAPAL, NI ILIMITADA NI ARBITRARIA

Un tema que aún entre los católicos es confuso, y cada vez que es mencionado produce resquemor en algunos, es el de los límites de la autoridad papal. El tema surgió en el contexto de la Querella de las Investiduras, y durante la Escolástica hubo varias teorías sobre el tema. El cardenal Hergenröther, en el tomo V de su Historia Universal de la Iglesia, dedica un artículo a este particular:
«[…] Mas aunque fuese suma la plenitud de la potestad pontificia, bajo ningún concepto era ni ilimitada ni arbitraria. Ella era contenida en el deber de la ley divina sobre todo, como muchas veces vinieron a declarar Alejandro III e Inocencio III, por tanto, por las leyes antiguas de la Iglesia, que la Sede Apostólica debía mantener hasta que no fuse necesario hacer cambios por alguna fuerte razón; y aun por la opinión pública, la cual siempre era de respetar en la lucha, y finalmente por el sentimiento del propio deber y de la terrible rendición de cuentas [i]. El Papa era en verdad, según Juan de Salisbury, “siervo de los siervos de Dios, todo absorto en las fatigas y en el trabajo y precisamente porque mucho él podía, poquísimo le era lícito” [ii]. Él debía atender prontísimo lo que fuese más urgente para la Iglesia, que no a lo que le fuese lícito para sí [iii]; debía conjugar dulzura y rigor, misericordia y justicia, respetar los derechos vigentes, conservar su propia reputación y preocuparse por mantener su dignidad de padre de la cristiandad. Y que los Papas en verdad fuesen más que nunca lejanos de creerse libres de todo vínculo y absolutos, lo prueban sus muchas declaraciones, y el respeto que tenían al espíritu y a las usanzas tanto de la Iglesia, como de los pueblos cristianos, y la buena voluntad con que escuchaban las francas remostraciones, aunque frecuentemente de reproche, que les eran hechas. Así Pascual II con humildad en 1111 los reproches que le movieron; Eugenio III las amonestaciones de San Bernardo, Adriano IV las de Juan de Salisbury, e Inocencio IV el animoso memorial del obispo Roberto de Lincoln [iv]. En su voluntad, el papa era obligado a conjugar con sabiduría según la equidad natural a una rigurosa justicia; el juez debía recordar que a un tiempo era padre y vicario del Salvador del mundo. Y conforme a esto Inocencio III decía: “Por esto Dios ha puesto en la apostólica Sede la plenitud del poder, a fin que después de maduro examen de las circunstancias, de las personas, de las cosas, de los tiempos y lugares distintos ora usase el rigor, ora antepusiese la dulzura, y cuando dejase libre el curso a la justicia, cuando hiciese gracias, según lo estimase mejor, conforme a la diversidad de las causas, proceder en diferente forma [v]. […]».
   
Card. JOSÉ HERGENRÖTHER HORSCH, Historia universal de la Iglesia, vol. 5: “El ápice del poder eclesiástico-político de los Papas, las Cruzadas y la Escolástica”.
  
NOTAS 
[i] Límites del jus divínum: Alex. III, C. 4 De usúris V, 19; Innoc. III, c. 13 de restitutióne spoliátum II, 13; 1. XV, Ep. 617 ad reg. Franc.; Joann. Saresb., Ep. 198 ad Alex. III. Límites por los cánones: Paschal. II, ap. Mansi l. c. XX, 1099; Migne l. c. CLXIII, ep. 225, p. 24; Innoc. III, Sermo in assumpt. Opinión pública: Innoc. III, L. IX, ep. 74, p. 893. Peso de la dignidad pontificia: Alex. IV, Const. Románus Póntifex, del año 1256. 
[ii] Joann. Saresb., Polycr. VIII, 23, p. 811, 813: Si in summa poténtia mínima licéntia est, profécto qui légibus præest, nulli subjícitur, sed ab illícitis árctius coarctátur. Ergo et Románo Pontífici mínimum, eo ipso quod plúrimum, licet. 
[iii] Innoc. III, L. VI, Ep. 16 (Migne l. c. CCXV, 23): Sic Apostólicæ Sedes auctoritátem própriam moderátur, ut plus quod expédit, quam quod licet atténdens, poténtiam suam públicæ utilitáti confórmet. 
[iv] Joann. Saresb., Polycráticus VI, 24, p. 623-625. Robert. Lincoln., Ep. 113, 114. 
[v] Innoc. III, L. VII, Ep. 119; cf. l. VIII, Ep. 137; l. XVI, Ep. 74.

2 comentarios:

  1. Decir que es «TONTAINA!» el hecho notorio que la autoridad debe tener límites es tanto como justificar que se puede hacer lo que venga en gana solo porque se está en el poder, y ambicionan beneficiarse de él como los cortesanos y lambones que son.

    Aparte, como dijo fray Melchor Cano OP (que en su obra De locis theológicis estableció que la autoridad papal es UNA de las diez fuentes para la demostración teológica –de hecho, la quinta, entre la autoridad de los Concilios y la doctrina de los Padres de la Iglesia–): «Aquellos que, ciega e indiscriminadamente defienden todas y cada una de las decisiones del supremo Pontífice son los que más están haciendo por socavar la autoridad de la Santa Sede; destruyen, en lugar de fortalecer, sus cimientos. Pedro no tiene necesidad de nuestras mentiras ni de nuestra adulación».

    Así que, Matías, gran imbécil, nada de lo que digas nos va a hacer retractar de nuestra postura.

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  2. Noticias en la falsa iglesia:
    https://fratresinunum.com/2022/06/22/padre-mantinha-relacoes-sexuais-com-enfermeiro-no-instituto-biblico-em-brasilia/

    https://www.lifesitenews.com/news/newly-appointed-phoenix-bishop-celebrated-lgbt-mass-featuring-drag-queen-activist/?utm_source=featured&utm_campaign=usa

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