lunes, 27 de junio de 2022

BÉLGICA: ORDENAN DISOLUCIÓN DE COMUNIDAD CARISMÁTICA

Elementos tomados de GLORIA NEWS, L’ENVERS DU DÉCOR y otras fuentes.
   

La comunidad carismática “Verbo de Vida” (Verbe de Vie), fundada el 17 de Febrero de 1986 por los matrimonios Marie-Josette y Georges Bonneval, Monique y Jean-Louis Fradon, Geneviève y Jacques Pellier y la señorita Marina Perrot en el contexto de la fracasada “Nueva Evangelización” wojtyliana, será disuelta el 1 de Julio de 2023, anunció el cardenal Jozef De Kesel Boels (Malinas-Bruselas) el pasado 25 de Junio después de una visita canónica en 2022.

La comunidad fue acogida por André-Joseph Léonard (antecesor de De Kesel en la Archidiócesis de Malinas-Bruselas) en 2010 como asociación privada de fieles. Su casa principal está en la antigua abadía benedictina de Nuestra Señora de Fuente Viva de Andecy en Bayes, cerca de París. La disolución es justificada por «disfunciones serias y sistémicas desde su fundación». En 30 años, 240 de sus miembros (incluidos sus fundadores) abandonaron la comunidad.

Los fundadores Marie-Josette y Georges Bonneval (provenientes de la École du Foi de Friburgo y co-fundadores de la comunidad “Jóvenes Luz”), inocularon un gobierno manipulador, que se infundió entre sus sucesores, que hicieron todo para ocultar la verdad a los ordinarios y manipularlos.

El guía espiritual de la comunidad entre 1986 y 2013, el presbítero Jacques Marin (†2019), un cura obrero de la Misión de Francia, fue acusado por varias mujeres pertenecientes a distintas comunidades carismáticas de abuso sexual durante la confesión, valiéndose de un presunto “carisma de curación” que poseía. Por tal razón, fue privado de la facultad para oír confesiones en 2016 luego de un proceso canónico que se le abrió.

Una visita canónica en 2002 por Bernard Louis-Marie Charrier, obispo de Tulle, notó una confusión entre los fueros interno y externo, un abuso de poder ejercido por la pareja fundadora (que a instancia de Marin, excluyó a los otros fundadores hasta el extremo de falsificar las actas fundacionales), una falta de formación, la ausencia de una regla de vida, el exceso de fatiga entre los miembros, una falta de consideración por las capacidades personales y déficit financiero.
   
Luego de eso, la pareja fundadora partió a Brasil (donde después de un conflicto con el arzobispado de Bahía fundaron la comunidad “Semillas del Verbo”) y su sucesor Olivier Belleil (padre de siete hijos) culpó de la crisis a las divisiones internas, lo cual fue desmentido por Monique y Jean-Louis Fradon en el diario La Croix. A este le sucedió la hermana Claire Baude en 2013, y seis años después, el anestesiólogo retirado Jean Paul Pérez, padre de seis hijos. Este último intentó reformas, pero renunció en Agosto de 2021 por las presiones.
    
Desde 2004, más de 160 miembros abandonaron la comunidad en oleadas sucesivas. 30% de ellos eran miembros permanentes. Las últimas fueron en 2007/2009 y 2012/2013. Ocho de las 16 fundaciones fueron cerradas.
  
El comunicado de la diócesis de Châlons (cuyo ordinario François Marie Pierre Touvet Bazin fue designado como administrador liquidador) sentencia: «Todos los intentos para precisar el carisma, darse una regla de vida estable, asegurar un gobierno sereno, y garantizar en el seno de Verbo de Vida el respeto y la confianza de cada uno, han fracasado». 

Ahora, Verbo de Vida tiene alrededor de 30 hermanas consagradas. No está claro lo que sucederá con ellas.

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