El embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andréi Yurash, anunció en su cuenta de Twitter que el Vaticano lanzó una medalla conmemorativa pidiendo por la paz en Ucrania:
«Esto no es solo un símbolo, es un gesto real en apoyo de Ucrania: en el día 100 de la invasión rusa de Ucrania, la Oficina de Filatelia y Numismática del Vaticano emitió una moneda de plata especial (23 gramos) dedicada a Ucrania. Todas las ganancias de la venta de la moneda (con un valor de 50 € cada una) se utilizarán para ayudar a Ucrania».
La medalla, diseñada por Orietta Rossi y Daniela Longo a petición de Francisco Bergoglio, mide 3,5 cm de diámetro y fue fabricada con 23 gramos de plata .925.Tiene acuñada la palabra paz en latín (PAX) y ucraniano (MИP), una paloma con una rama de olivo en el pico y la oración blasfema de Doménico “Mimmo” Battaglia, arzobispón de Nápoles en la cara, mientras que la cruz representa a una familia de tres mujeres: la madre, la esposa y la hija de un soldado ucraniano escapando de una ciudad en ruinas.
Esta medalla salió a la venta el 20 de Mayo con un tiraje inicial de 3.000 piezas, pero poco después se notó un error tipográfico: el año del pseudo-pontificado de Bergoglio estaba grabado con el número XII en lugar del X, por lo que las ventas se detuvieron de inmediato mientras se hacía corregir la medalla. Se desconoce esta vez el número de compradores de la edición con el número XII grabado en ella.
No es la primera vez que sucede algo así. En el año 2013, la medalla conmemorativa de la elección de Francisco Bergoglio tenía grabado “Lesus” en vez de “Jesus”, siendo retirada con apenas ¡cuatro compradores! Compradores que tienen una gran fortuna en sus manos toda vez que las medallas mal acuñadas valen cientos de veces más que las que están correctas.
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El mismo 20 de Mayo se lanzó un cono conmemorativo de monedas de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos, €1 y €2, e incluye una moneda de plata de 20 euros dedicada a un tema «muy cercano al corazón del Papa Francisco», según la Oficina de Prensa del Vaticano: los tratamientos contra la plandemia y la necesidad de la vacunación como «obligación moral».
La moneda de plata describe una médico, una enfermera y un joven preparándose para recibir la inyección.
Miremos más de cerca la moneda, pasando por alto el evidente acento propagandista que se hace de la coronavacuna: el joven apunta con su mano izquierda al cero de la cifra “20”. Como dijo Maquiavelo, «piensa mal y acertarás», y en este caso, aplica perfectamente: el cero es una referencia velada al uróboro (del griego οὐροβóρος [ὄφις], “[serpiente] que se come la cola”), un símbolo que significa el ciclo eterno de las cosas, o el esfuerzo inútil.
El uróboro es un símbolo presente en muchas culturas antiguas, desde Egipto hasta China, desde Escandinavia a Benín (y de ahí a las religiones afro-caribe-brasileñas), pero que ha llegado a nuestros días por la masonería vía alquimia y gnosticismo.
Así pues, lo que apunta el joven de la moneda vaticana es al reinado del anticristo, del cual el régimen de coronavacunas (por cierto, todavía vigente en el Vaticano) es una muestra. Pero de otra parte, quizá sea una confesión velada que el esfuerzo de las coronavacunas ha sido inútil, como quiera que primero decían que serían dos dosis, luego tres, después cuatro… Y TODO PARA TERMINAR DICIENDO COMO DIJERON QUE ESTA NO PREVENÍA EL CONTAGIO (y callar que MATA MÁS QUE LO QUE PRETENDE SALVAR). EL QUE LEA, ENTIENDA…
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