Reflexión por Marcos Domingues.
Jesucristo fundó una Iglesia sobre San Pedro y los apóstoles para llevar la fe a través de los Sacramentos, especialmente del Bautismo y de la Eucaristía. Nuestro Señor dijo que sin el bautismo nadie entrará en el Reino de los Cielos, y que quien no comiese y bebiese su Cuerpo y Sangre no tendrá la vida eterna. La Iglesia de Cristo es SACRAMENTAL. Es evidente.
Mira cuán lejos está esto de esa idea protestante de que Nuestro Señor ha fundado no una Iglesia sino una Sociedad Bíblica donde los pastores (neo-rabinos) explican la “palabra” y donde “aceptar a Jesús” (léase: aceptar la interpretación de esos neo-rabinos) basta para salvar el alma. Ni los hebreos practicaban la religión de esa forma. La religión de la antigua alianza era también sacramental. Tal como los católicos, ellos recibían sus sacramentales (circuncisión, presentación en el Templo, matrimonio, sacrificio expiatorio), prefiguras del bautismo, confirmación y eucaristía. La religión de los hebreos era sacerdotal, así como la de los católicos, y a liturgia de sus rituales también prefiguraban la Santa Misa.
El protestantismo no tiene sacerdotes; es una revolució que busca naturalizar la Religión, y por eso eliminó los sacramentos. Incluso el bautismo, que ellos mantuvieron, está naturalizado: es visto como un rito de iniciación de la secta; el matrimonio fue igualmente desacralizado: no es hecho delante del altar de Dios, sino delante de los hombres, consumado por un documento labrado en cartón. En fin, el protestantismo no es cristianismo. Es judaismo [rabínico] para gentiles. Es noaquismo.
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