CÓMO LOS MODERNISTAS VEN A JESÚS Y MARÍA

ADVERTENCIA: Este artículo contiene material perturbador para personas impresionables.

   

Traducción de la noticia publicada en KATHOLISCHE.AT (Austria).

  

EL OBISPO DE LINZ HOMENAJEA A LA ARTISTA DE VIDRIERAS LYDIA ROPPOLT

El obispo Scheuer de Linz conmemora a la artista Lydia Roppolt y su obra - concierto con premier mundial con el compositor vienés Rainer Bischof.

  

El obispo Manfred Scheuer de Linz rindió tributo a la artista de vidrieras Lydia Roppolt (1922-1995) durante un servicio festivo para el “Konradfest” en Oberwang. Hasta el día de hoy, las obras de la pintora transmiten «muy fuertemente la visión de Jesús en relación con las Bienaventuranzas», dijo Scheuer en su sermón. Las Bienaventuranzas de Jesús son a su vez una “Carta Magna” contra la resignación y la desesperanza y reflejarían «el rostro, el rostro, la identidad de Jesús». Roppolt, cuyas obras se encuentran en Austria y Nazaret, entre otros lugares, es la fundadora del “Festival del Beato Conrado”; El 17 de marzo de 2022 marcó el centenario de su cumpleaños.

    

Lo que se ha dicho de los autorretratos de Van Gogh también se puede decir de los cuadros de Lydia Roppolt, afirmó Scheuer, quien conoció personalmente a la artista de renombre internacional desde su época como director espiritual en el seminario de Linz: A Roppolt le hubiera gustado ver a las personas que ella pintó y mirar dentro de ellas. A la pintora le gustaban especialmente los rostros, lo cual se puede ver en la posición de los ojos en sus obras de arte.

Las obras de Roppolt permitieron así una visión especial de Jesús y sus actitudes básicas. Según Scheuer, dijo sobre una de sus representaciones de Jesucristo crucificado: «¿No te mira con amabilidad?». El exprofesor de teología subrayó que la mirada de Jesús es profunda, ya que no se queda «en la superficie maquillada, embellecida, estilizada», sino que transmite dignidad, devoción, vida y esperanza a las personas. La representación de rostros y ojos por parte de la vidriera Ropolt es tanto más importante cuanto que «no hay imagen auténtica, ni foto, ni filmación, ni documentos manuscritos, ni firma, ni código genético» de Jesús, según el obispo de Linz.

   

  

Scheuer explicó que en el rostro también se plasmarían actitudes básicas y actitudes básicas ante la vida como la tristeza, la amargura, el descuido o la confianza, la alegría y la serenidad. Expresa el «interior del alma», ya sea positivo o negativo.

La representación de rostros y ojos de Roppolt también simbolizó el proceso de autoconocimiento, que Scheuer describió como “mirar hacia adentro”. La progresión del autoconocimiento al autodiseño representa la verdadera tarea del hombre, afirmó el obispo. «Pero muchos ni siquiera llegan al tercer nivel de autoconocimiento y se quedan estancados en lo superficial».

   

Lydia Roppolt y los festivales del Beato Conrado

Lydia Roppolt nació en Moscú en 1922. Muchas obras de la artista, que murió en Viena en 1995, se crearon en el taller de vidrio de la abadía de Schlierbach y ahora se pueden encontrar en iglesias y capillas. Es típico el uso de tonos rojos y azules fuertes y puros. Con sus frescos, pinturas, esculturas y ornamentos, que a menudo fueron encargadas por la iglesia, fue considerada una importante artista de la posguerra. Ropolt obtuvo renombre internacional principalmente por sus vidrieras, las más famosas de las cuales se encuentran en la iglesia inferior de la Basílica de la Anunciación en Nazaret.

   

La “Roppolt-Haus” con estudio y jardín en Oberwang en la Alta Austria y la cercana iglesia del Beato Conrado diseñada por Lydia Roppolt ya se habían convertido en un lugar de encuentro para la escena cultural durante su vida.

  

El “Festival del Beato Conrado” iniciado por la pintora, que tuvo lugar todos los años desde 1988 hasta 2005 a principios de agosto y se centró en la música sacra, fue “revivido” en 2021. Este año la serie de estrenos mundiales continúa con la pieza «Love and Pain – String Quartet 3» del compositor vienés Rainer Bischof.