Noticia tomada de ACTUALITÉS FSSPX.
Las tensiones en Israel entre la Oficina de Escuelas Católicas (BEC) y el Ministerio de Educación se intensifican cada vez más. Esta vez, lo que está en cuestión son los subsidios estatales que desde hace diez años han ido disminuyendo paulatinamente, poniendo en peligro establecimientos cuya existencia se remonta a la restauración del Patriarcado latino de Jerusalén en 1847.
Cuatro mil alumnos y cuatro mil cuatrocientos profesores y miembros del personal administrativo pertenecen a las cinco escuelas y el jardín de infancia dependientes del Patriarcado Latino de Jerusalén, porque en Tierra Santa la transmisión de la fe no evita la instrucción de otros conocimientos humanos básicos.
«Cada campanario tenía una escuela al lado y así fue como nacieron», declaró a Vatican News el Padre Elías Kurzum, director de la escuela de las Hermanas de Nazaret.
Pero la supervivencia de estos establecimientos está bajo amenaza: el gobierno israelí que los subvenciona ha reducido su contribución en más de un tercio de lo que era hace diez años, «por varias razones que no nos son del todo claras», dijo el Padre Elías, evitando mencionar que se trata de una forma de discriminación.
Sin embargo, precisó, «seguimos ofreciendo un programa de educación superior como parte del plan de estudios básico y, a pesar de eso, las becas no están a la altura».
El sacerdote remarca que se ha dado un trato similar a las escuelas pertenecientes a otras denominaciones cristianas: «Todas las escuelas cristianas del Estado de Israel están sufriendo. Estamos hablando de 64 escuelas con aproximadamente 40.000 alumnos».
La actitud del Ministerio de Educación no parece muy coherente ya que él mismo reconoce que las escuelas cristianas están entre las mejores del país: «detrás también está la política, que decide a quién financiar, y cómo financiar, pero aparentemente no tenemos influencia en la política para ser tomados en cuenta, a pesar de nuestros resultados y de nuestro trabajo», lamenta el Padre Elías.
La reducción de las subvenciones también ha ido acompañada de un importante aumento de las tasas de matrícula fijadas por el Estado, lo que afecta el presupuesto de las familias y ofrece pocas perspectivas al profesorado.
La situación es aún menos sostenible porque las escuelas del patriarcado continúan ayudando a los niños más desfavorecidos: «En todas nuestras escuelas, cuando hay una familia que no puede pagar, la ayudamos. Y también tenemos padres de familia que de repente se encuentran en una situación financiera difícil. Para ellos también adaptamos las tasas de matrícula», señala el sacerdote.
Es muy probable que esta situación no mejore en el corto plazo, especialmente luego del éxito de Benjamín Netanyáhu en las elecciones legislativas de principios de Noviembre de 2022 quien, para ganar, recibió el apoyo de varias formaciones políticas judías ultraortodoxas, que tienen en muy poca estima el cristianismo. El vía crucis de las escuelas cristianas está lejos de terminar…
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