martes, 1 de noviembre de 2022

UNA ENTREVISTA (IMPROVISADA) A MONS. LEFEBVRE

El sitio web italiano Radio Spada rescató de los archivos un reportaje hecho en 1979 por el periodista italiano Luigi Bazzoli († 2022) para el suplemento dominical del oligárquico Corriere della Sera, en el que aborda de una forma tendenciosa y llena de prejuicio ideológico al arzobispo Marcel Lefebvre, llamándolo «el antipapa fascista» (es de advertir que Bazzoli, agnóstico como era, escribió un libro biográfico de Pablo VI, presentándolo como un «alma atormentada y grande»).
  

      
Refiriéndose a la primera misa del sacerdote italiano ordenado después de la “suspensión a divínis” de 1976, y viendo que el periodista Luigi Bazzoli (que había logrado entrar a la casa de retiros espirituales de Albano Lazziale por la confusión ante una llamada de Génova por el cardenal Giuseppe Siri Bellavista) no le besaba la mano, Mons. Lefebvre dijo:
«¿Ha visto qué ceremonia conmovedora? Es el primer italiano tradicionalista, y otros vendrán. Muchos vendrán porque la Italia tiene necesidad de regresar a la verdadera fe. Hoy esta bella Italia, que por siglos fue el faro del catolicismo, vive una situación dramática: no hay más fe; leyes indignas agitan la conciencia. Lo ha dicho también el papa».
«Monseñor, ¿esta celebración secreta aquí en Albano significa que Vd. no se ha sometido todavía al papa, que Vd. continúa en la lucha?», repuso el periodista, a lo que el arzobispo contestó:
«¿Por qué debería renunciar a la verdad? Roma está en error, no yo. La causa de la ruina a que fue conducida la Iglesia está en el Concilio. ¿Por qué debería someterme a las reformas conciliares modernistas y liberal-comunistas? Nosotros adherimos a la Roma católica custodia de la fe de Pío XII, pero rechazamos el magisterio de aquellos papas que la han destruido como Juan XXIII y Pablo VI».
Bazzoli le pregunta respecto a un recién electo Karol Wojtyła, y el prelado responde:
«Cardenales amigos me han dicho que apenas fue elegido, aun en la capilla Sixtina, él había dirigido su primer pensamiento a nosotros los tradicionalistas, y cuando me recibió, nos abrazamos. Ha tenido palabras de elogio para el apostolado que realizo en los seminarios. Wojtyła quiere absolutamente llegar a una solución del problema, pero Wojtyła no está ligado a las falsas ideas que tenía Montini, como democracia, libertad, e igualdad; Wojtyła es un papa sin turbaciones modernistas, y no se pliega al compromiso nefasto con el mundo moderno».
El periodista insiste: «¿Luego Vd. se pliega a la autoridad del papa?». Mons. Lefebvre responde:
«Para decidir sobre mi caso estará él y me la veré con él y no con aquellos cardenales (Gabriel-Marie Garrone Mathieu, Jean Marie Villot Laville, Johannes Gerardus María Willebrands Kok) que me hacen la guerra en el Vaticano. Hes sabido que algunos cardenales están ligados a la masonería y son precisamente los que dirigían los asuntos de la Iglesia con el papa Montini. Estos señores querían que renunciase a defender la verdad, querían destruir mis seminarios, y desperdigar a los fieles que me seguían. Pero hay otros cardenales que me ayudan: Siri, que es muy escuchado por el papa Wojtyła, ha tomado mi defensa. Quiero que la Roma católica vuelva sobre el camino correcto: ¿cómo se puede continuar admitiendo a los adúlteros en la comunión? ¿Cómo se pueden absolver a los homosexuales y ponerse de acuerdo con los protestantes? Estas son nefandeces, esta es herejía».
«¿De dónde deriva la certeza de su verdad, monseñor? El Evangelio dice que…», revira el periodista-inquisidor, a lo que el arzobispo le contesta:
«He aquí la palabra de la cual todos abusan: el Evangelio. Pero el Evangelio no habla de liberalismo ni de modernismo. Debemos volver a la fe».
Finalmente, Bazzoli le dice a Lefebvre que Wojtyła dice que para regresar al seno de la Iglesia, él debe aceptar el Concilio y retractarse de «algunas afirmaciones heréticas sobre el plano doctrinal». Este le contesta:
«Yo no obedezco a aquellos que quieren la destrucción de la Iglesia, no acepto la iglesia reformada. ¿Por qué miles de fieles me siguen? ¿Nos equivocamos? El papa es sabio y bueno, con él al final encontraremos una solución. Basta que nos dejen celebrar nuestra misa en latín. Es todo lo que queremos: si permiten tantas cosas en la iglesia, ¿por qué no deben permitirnos celebrar nuestra querida Misa antigua?».
Vemos en esta entrevista (que en un periodista normal le granjearía la carta de paro) que Mons. Lefebvre estaba optimista frente a Wojtyła (aunque al final ese optimismo se iría al carajo porque en remplazo de Villot estaría Casarolli, y ascendería Joseph Ratzinger, a quien él mismo definió como «un sujeto peligroso»). Pero con todo, es una pieza histórica, para que cuantos ven la Tradición como una cotidianidad, reflexionen que en otro tiempo no era así (y en muchos lugares, aún lo es), y no cedan a la tentación de componendas con el enemigo ni a rendirle parias a cualquier Bergoglio que escupe a la cara cuanto se ha creído por nuestros padres.

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