jueves, 17 de noviembre de 2022

LA CREDIBILIDAD DEL EVANGELIO

Fuente: Rev. E. C. Messenger, “The true Religion: Being the Grounds of the Catholic Faith” (La religión verdadera: Los cimientos de la Fe Católica), 1915.
   
Prueba 1: LOS ESCRITORES TENÍAN EL CONOCIMIENTO REQUERIDO.
Los autores fueron testigos presenciales (1 Juan I, 3), o escribieron los relatos de otros testigos presenciales (San Lucas I, 1-3).
   
Prueba 2: SU VERDAD.
Los escritores fueron sinceros. No tenían nada que ganar y todo que perder, incluyendo sus vidas. Ellos se presentaban como débiles, cobardes y lentos para creer. No les preocupaba envanecerse, sino dar cuenta verdadera de lo sucedido.
Ellos escribieron sobre eventos públicos, conocidos de todos y verificados por todos, incluyendo sus enemigos. Si en el contenido hubiesen errores o falsedades de cualquier clase, sus enemigos INMEDIATAMENTE se habrían abalanzado sobre ellos como falsos a fin de desacreditar a la Fe Católica.
  
Objeción 1: ¿Una leyenda?
De hecho, SURGIERON leyendas sobre Nuestro Señor, como los Evangelios Apócrifos, que contenían historias maravillosas y no imitaban en absoluto el estilo sencillo de los Evangelios. Ellos SIEMPRE fueron rechazados por la Iglesia, que no acogió relatos maravillosos, sino la VERDAD.
  
Objeción 2: ¿Manipulados?
(1) Las citas de los Padres de la Iglesia contienen las mismas frases que el Evangelio de hoy.
(2) En tiempos de los Apóstoles, los escritores lo habrían notado. Inmediatamente después, la gente lo habría notado, pues los Evangelios eran leídos en voz alta y los originales existían.
(3) Las copias se multiplicaron rápidamente y se propagaron alrededor del mundo.
(4) Si los enemigos (alguba tribu, los paganos, etc.) los manipularan, ellos habrían removido los pasajes que tan ásperamente los condenaban.

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