martes, 8 de noviembre de 2022

¿POR QUÉ ENTRE LAS MUJERES SE HA DIFUNDIDO TANTO EL ESOTERISMO?

Traducción (y adaptación) del artículo publicado en francés por FEMME À PART.
  
Tal vez haz notado un cristal apoyado en el escritorio de tu colega de trabajo, o tal vez una amiga te ha confiado su nueva pasión por el Reiki, o te han enviado una publicidad de lectura del tarot… El hecho es que mientras pensamos vivir en una sociedad totalmente desespiritualizada, prácticas de otros tiempos (o de otros continentes) se han provisto un puesto, sobre todo en el universo femenil.
   
El atractivo de las prácticas esotéricas.
Tarot, yoga, feng shui, sincretismo… ¡hay para todos los gustos! El término “prácticas esotéricas” cubre un ámbito muy amplio. El deportivo tiene por ejemplo el yoga, que consiguió gran éxito entre las mujeres por sus capacidades relajantes, pero que remite a la dimensión religiosa hindú. Para quien ama la decoración de interiores, está el feng shui, la creencia china sobre la circulación de las energías en la casa.
   
Hay un componente espiritual mayor o menor en estas prácticas; por otro lado, también el denominado desarrollo personal puede tener lugar la “religión alternativa”, con sus mantras y obras cultas. Cualquiera que sea tu sensibilidad, ¡puedes estar segura de encontrar discursos y responder, a veces incluso con elementos católicos en el fondo!
   
Pero, aunque quien practica estas actividades esotéricas pueda tener y frecuentemente tenga las mejores intenciones del mundo, en el plano espiritual, el peligro es real. ¿De dónde vienen las fuerzas que estas personas manipulan? ¿Qué impacto tienen en sus almas?
   
Un vacío espiritual que llenar.
Es evidente que este improvisado ataque hacia las espiritualidades alternativas responde a una necesidad, que todos tenemos y que la sociedad contemporánea ha hecho a un lado: la necesidad de trascendencia. ¿La vida se reduce a nuestras experiencias sensoriales, a nuestros trabajos, a nuestros viajes, a nuestras salidas? ¿Y después? Difícil encontrar personas que no se han hecho nunca estas preguntas: ¡el hombre es también alma!
   
Frente a esta necesidad, las personas buscan llenar la falta agregando un poco de sacralidad a una cotidianidad tal vez triste o angustiante: cristaloterapia para creer en sí mismos, ley de la atracción para evitar los temores sobre el futuro, reiki para “limpiar las energías propias”…
   
Pero la pregunta es espontánea y legítima: ¿por qué, en esta búsqueda de espiritualidad, no volverse a la religión visceralmente hispánica [N. del T. En el original, se referían naturalmente a Francia], o sea el Catolicismo? Y es ahí que la obra de laicismo dirigida en las últimas décadas recoge sus frutos: ser católicos ha devenido extremadamente fuera de moda. Súmese que es muy restrictivo, y ¿quién quiere levantarse temprano un domingo en la mañana?… No, debe haber una alternativa…
   
Una espiritualidad barata.
Estas espiritualidades alternativas son extremadamente acomodaticias, ideales para quien busca una espiritualidad barata: las prácticas son de fácil aplicación, agradables, y parecen llenarnos momentáneamente. Se pueden combinar entre sí, se pueden seguir en modo personalizado… Ningún vínculo moral, ningún esfuerzo.
   
¿Y qué decir de la dimensión comsumista de estas prácticas? Casi siempre el bienestar espiritual que predican se basa en la consecución de objetivos, a veces en manera sistemática. Una nueva piedra, un brazalete energético, un banco de meditación o incluso un retiro en el confin del mundo… Así, nos engañamos revistiendo nuestro consumo superfluo con un poco de “divinidad”.
     
¡Basta escribir “kit espirituales” en cualquier motor de búsqueda para constatar que se trata de un negocio muy lucrativo!
   
Por qué se debe regresar al Catolicismo.
El Catolicismo no obedece al mandamiento consumista de nuestra sociedad. No hay nada que comprar (a menos que te apasionen los rosarios, ¡como nuestro caso 😊!), sino todo por ganar. No se trata mucho menos de una solución “llave en mano” llena de promesas vacías, sino de un camino auténtico de crecimiento para el creyente, porque solo el catolicismo permite conseguir la mayor de las gracias: ir directamente a Dios.
   
Lejos de fulminar condenas a quienes recurren a tales prácticas, conviene entender que estas responden a un malestar y a una falta de sentido derivada de apartarse de Dios. Hay quienes buscan encontrar el amor, confirmarse, o “purificarse” por distintos medios… La Fe llena cada una de nuestras necesidades espirituales. Dios es Aquel que nos ama incondicionalmente, nos perdona, vela con Su Providencia de las circunstancias de nuesta vida, y purifica nuestra almas alejándolas del pecado.
   
Cuando veas en todas partes “de moda”, patrocinadas por influenciadores y personajes famosos, baratijas bonitas presentadas como que aportan paz y serenidad, y métodos inverosímiles para atraer la buena suerte, acuérdate que la Verdad no se puede comprar, no pasa de moda y no cabia según la época o el lugar. ¡La Verdad es eterna y te espera! 😉

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