El semanario cubano Vida Cristiana publicó en su perfil de Facebook el siguiente aviso de las carmelitas descalzas (foto, arriba), cuyo convento dieciochesco de Santa Teresa en el Vedado (municipio Plaza, La Habana) se encarga desde los años 60 de fabricar las hostias usadas en todas las parroquias de la isla:
Como si fuera ya poco con el
desabastecimiento de carne, lácteos, huevos y otros productos alimenticios, el nivel de harina de trigo en Cuba (que ha causado desabastecimiento crónico de pan en la población –que de todos modos por la libreta no pueden consumir gran cosa, y lo poco que reciben es de mala calidad, como han denunciado en redes sociales–) ha sido calificado por los dirigentes del PCC como crítico. «La situación de abastecimiento de harina en el mercado es crítica. ¿Por qué? Porque no existe en estos momentos un financiamiento estable a nivel de país en la compra del trigo», dijo a fines de Octubre la directora técnica de la Empresa Cubana de Molinería, Yanet Lomba Estupiñán, al portal oficialista Cubadebate.
De
acuerdo al portal independiente CiberCuba, el Covid19 y la guerra en
Ucrania han provocado que en el mercado internacional se elevase el
precio a más de 650 dólares la tonelada de trigo, y un buque con este
cargamento cuesta entre 14 y 16 millones de dólares. La “Isla Cárcel”
necesita tres o cuatro cargamentos mensuales para garantizar la demanda
nacional. Ante la crisis, crisis, el régimen cubano (que a cada rato le echa la culpa de la crisis
al embargo estadounidense, cuando también la culpa la tiene la “Ley de Ordenamiento Monetario” y el propio régimen comunista) ha recurrido a medidas como promover la harina de yuca (mandioca) para hacer pan y pizza
como hizo el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales
(INIVIT) de Villa Clara, o cambiar la gama de productos gastronómicos como hizo la Empresa Cubana del Pan.
Ahora, como si fuera poco, vale la pena recordar que en Cuba, la Misa Latina Tradicional (y como antecedente el sacerdocio sacrificante) desapareció con la introducción de los nuevos ritos de Ordenación y de la Misa, por lo que los presbíteros del país celebran Eucaristías Novus Ordo (donde no hay Presencia Real). Sumado a ello, la “Conferencia de Obispos Católicos en Cuba” es un apéndice del Partido Comunista Cubano y guarda silencio ante la represión a la disidencia y la oposición por el régimen castro-díazcanelista (igual que el Vaticano bergogliano), siendo uno de esos exponentes el cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino († 2019), quien gestionó las visitas de Juan Pablo II Wojtyła, Benedicto XVI Ratzinger y Francisco Bergoglio a Cuba, y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.
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