Novena
dispuesta por el padre Dr. Juan Francisco Javier Fernández Pedrosa y
Aguirre en 1760, e impresa en Buenos Aires por la Real Imprenta de Niños
Expósitos en 1787. Nihil obstat por el P. Ignacio Javier de Leyva SJ el
4 de Diciembre de 1760; Imprimátur otorgado el 5 de Diciembre por el
Dr. Don Pedro Miguel de Argandoña y Pastene, Obispo de Tucumán, quien
otorgó 40 días de Indulgencia por el rezo de la Novena.
NOVENA DE MARÍA SANTÍSIMA DEL MILAGRO Y JESÚS CRUCIFICADO QUE SE VENERA EN LA CIUDAD DE SALTA
Por
la señal ✠ de la Santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠
Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu
Santo. Amén.
ACTO DE CONTRICIÓN
Dulce
Jesús mío y mi crucificado Señor, indigno de ponerme delante de
vuestros ojos, me postro avergonzado a vuestros pies, confesando la
multitud de mis culpas, con íntimo dolor de mi alma, por haber sido
ofensa contra Vos. Herido vengo, médico divino, a buscar mi remedio en
vuestra benigna misericordia, proponiendo con todo mi corazón la
enmienda. Dulce amor mío sois sobre todas las cosas, tened piedad de mí,
y acordaos, Señor, el que mi amor os puso en esa Cruz, y no os acordéis
el que yo, como ingrato y desconocido, me olvidé de vuestro paternal
amor, porque si a Vos, que sois mi Padre, no vuelvo los ojos, ¿quién
otro se compadecerá de mí? ¡Ay, mi Jesús, y cómo os ofendí! ¡Oh, quién
de dolor muriera a vuestros pies, pues amándome tanto me atreví a
ofender a un Dios tan bueno, tan santo y tan amable! Pequé, Padre mío,
contra el cielo y contra Vos, tened misericordia de mí. Amén.
ORACIÓN PREPARATOTRIA PARA TODOS LOS DÍAS
María
Purísima del Milagro, que con tierno amor te inclinaste a pedir a tu
Soberano Hijo, cuando enojado por nuestras culpas, quiso destruir la
ciudad de Salta con aquellos espantosos terremotos, y Tú, cual otra
hermosa Ester, puesta delante del Supremo Rey de los Cielos, mudando de
colores, pediste por la libertad de este pueblo; concédeme, Madre mía
del Milagro, el que de tal suerte mude yo mi vida, que si hasta aquí he
caminado por los caminos de mi perdición, olvidado de mi Dios y Señor,
de hoy en adelante sólo reine en mi corazón tu maternal amor, y que
corresponda, amante y agradecido, a las obligaciones de hijo de tal
Madre. Y no permitas Madre mía, el que se vea malograda en mí tu
poderosa intercesión, que todo lo puede conseguir, con tal que no
apartes tus purísimos ojos de este miserable pecador y concédeme lo que
te pido en esta novena, si es para mayor honra y gloria tuya, y bien de
mi alma. Amén.
Aquí se rezan tres Avemarías en reverencia de la Purísima Concepción.
DÍA PRIMERO
ORACIÓN
Vos
sois, pues, oh mi Dios, un bien infinito y más de una vez os he trocado
por un vil placer del momento. Más, aún cuando os haya despreciado, me
ofrecéis todavía el perdón, si yo lo quiero, y me prometéis recibirme en
vuestra gracia, si me arrepiento de haberos ofendido. Sí, oh Señor,
arrepiéntome de todo corazón de haberos ultrajado tan vilmente,
aborrezco mi pecado más que todo otro mal. Y ahora, volviendo a Vos,
como lo espero, me recibiréis, y me abrazaréis como amoroso Padre. Yo os
lo agradezco, oh infinita bondad, pero necesito de vuestro auxilio.
No
me lo neguéis, Dios mío, y no permitáis que me separe jamás de Vos. No
dejará de tentarme el infierno, pero más fuerte sois Vos que el
infierno. Sé que si siempre a Vos me recomiendo, jamás me separaré de
Vos, y ésta es la gracia que os pido: haced que nunca cese de rogaros
como ahora lo hago. Asistidme Señor, dadme la luz, la fuerza, la
perseverancia; dadme el paraíso, pero sobre todo dadme vuestro amor, que
es el paraíso de las almas. Os amo, bondad infinita, y quiero amaros
siempre; escuchadme por amor de Jesucristo, oh María, Vos que sois el
refugio de pecadores; socorred a uno que quiere amar a vuestro Dios.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: CIELO
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
primer atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Cielo.
Influid, Soberana Reina, desde ese hermoso Cielo, con la luz de vuestros
auxilios, para que, desengañado mi corazón de la inconstancia de las
cosas temporales, sólo busque las eternas y celestiales, considerando
que el Cielo es mi patria, para donde fui creado, y que si no aparto mi
corazón de lo caduco y terreno, y pongo mi amor en Dios y mi Señor,
nunca podré ver el cielo hermoso de vuestro rostro en la gloria. Amén.
ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA PARA TODOS LOS DÍAS
Soberana
Emperatriz de los Cielos y tierra, dulcísima Madre de pecadores, Madre
del Milagro, en ésta tu escogida ciudad en la cual ostentas tu amor,
mírame con semblante risueño, que, aunque pecador y desagradecido, soy
hijo tuyo, y te venero y amo como a Madre amorosa y admirable. Y creo
que si en mí empleas tus purísimos ojos, no me ha de desamparar mi Señor
Jesucristo, porque a los que Tú tienes bajo tu patrocinio, les muestra
él especial amparo. Ea, pues, Madre mía del Milagro, no desprecies mis
ruegos, y si cuando como pecador no te busqué, Tú solicitabas mi amistad
porque deseabas mi salvación, ¿cómo ahora, que con tanta ansia te
busco, me has de negar tu amparo, tu patrocinio y favor? Merezca yo tu
poderoso brazo, ahora que arrodillado te pido me lleves de la mano a tu
amado Hijo crucificado, para que, viendo mi dolor y arrepentimiento de
mis culpas y pecados, que deseo sea mayor que el me han tenido los más
penitentes Santos del mundo, me lleve a sí y me dé a beber de aquella
Sangre Soberana de su amoroso Costado, que es todo el precio de nuestra
redención, y viva sólo en Él, huyendo del mundo y de mí mismo. Amén.
Aquí se rezará un Credo a Cristo Crucificado, y se dirá la oración siguiente, que es para todos los días.
ORACIÓN A NUESTRO SEÑOR PARA TODOS LOS DÍAS
Amantísimo
Jesús mío, hermosura eterna de la Gloria, mi Dios crucificado y todo mi
bien, justo Juez y piadoso Padre, que, no contento vuestro amor con
haber bajado del cielo a la tierra a buscar al pecador; haber derramado
vuestra sangre en el ara de la Cruz y haber instituido el Sacramento
Eucarístico de vuestro Cuerpo y Sangre en la Santa Misa, quisisteis
venir en vuestra milagrosa imagen a esta ciudad de Salta, a buscar como
Pastor Divino a la oveja perdida. Y cuando más olvidada andaba de
vuestro singular amor, hicisteis estremecer la tierra con espantosos
terremotos, y revelasteis a vuestro siervo no cesarían hasta que os
sacasen por las calles. Os suplico, mi Dios crucificado, que por vuestra
mansedumbre soseguéis la inquietud de mi espíritu, para que pueda yo
corresponder agradecido, buscándoos sólo a Vos, pues sois el descanso de
mi alma y mi único bien. Y si por haberos ofendido temblase mi alma de
llegarse a Vos, dadle voces desde esa Cruz, con que interiormente le
digáis: "Mira, hijo mío, cuánto sufro por tu amor, y tú ¿qué es lo que
haces por Mí, sino sólo ofenderme? Pero ven a mis brazos, que Yo clamaré
a mi Eterno Padre diciendo: “Padre, perdona a este hijo ingrato, que no
ha sabido lo que ha hecho al haber despreciado a su Dios y Redentor”.
Y, si todavía vuestro amor retira de mí los ojos de su piedad, por mi
ignorancia e ingratitud, ponedlos en vuestra Madre, María Santísima del
Milagro, mi Protectora, por cuyos méritos y piadosa intercesión, espero
se templarán vuestros enojos, y me daréis gracia para que os pueda
servir en esta vida y alabaros en la eterna. Amén.
DOCE ESTRELLAS DEL CIELO DE MARÍA (P. Juan Francisco Javier Fernández Pedrosa y Aguirre).
Coro: Virgen del Milagro,
Gloria de este pueblo,
En quien siempre
Halla
todo su remedio.
I
Dios te salve, Madre
Reina de los Cielos,
esperanza nuestra,
refugio y consuelo.
II
Si son nuestras culpas,
muchas en extremo,
tus misericordias
son más con exceso.
III
Ya el castigo estaba
sobre nuestros yerros,
más lo detuvieron
tus piadosos ruegos.
IV
Al pie del sagrario
allí intercediendo,
el perdón pediste
de nuestros excesos.
V
Mudando colores
tu semblante bello
a entender nos dió
tu pena y consuelo.
VI
Empeñada estabas,
y echaste Tú el resto,
para que el castigo
no tuviese efecto.
VII
“Perdona –decías–,
mi Dios, a este pueblo;
si no la corona
de Reina aquí os dejo”.
VIII
“Yo por fiadora
salgo en este empeño,
y a mi cuenta corre
no más ofenderos”.
IX
Confundirte quiso
el dragón soberbio,
pero con tu planta
le quebraste el cuello.
X
Haz, Madre y Señora,
que todos logremos
el fruto, después
de aqueste destierro.
XI
En esta novena
que humildes hacemos,
nuestra petición
por tu amor logremos.
HIMNO AL SEÑOR DEL MILAGRO DE SALTA (Emma Solá de Solá)
Coro: ¡Señor del Milagro,
Cristo Redentor,
del pueblo de Salta
no apartes tu amor!
I
Tras largo camino
que amparó el milagro
por mares y montes
llegaste a este suelo,
por tu amor buscando
el amor de un pueblo
II
Más, torpes las almas
no correspondieron
la dulce demanda,
y en olvido ingrato
dejaron tu imagen
por un siglo entero.
III
El duro reclamo
llegó justiciero:
sacudir conciencias
sacudiendo el suelo;
y hubo terremotos,
y aflicción, y duelo...
IV
Y al fin conprendiendo
tu llamado extremo
a tus pies llevaron
su arrepentimiento;
llanto y penitencia,
contrición y ruegos.
V
Fue entonces que quiso
la Virgen María,
que de pecadores
es Madre y consuelo,
de Dios ante el trono
presentar su ruego.
VI
Y ante el valimiento
de la intercesora,
tu misericordia
se mostró al momento:
suspendió el castigo
y aplacó el siniestro.
VII
Abierta las almas
claridad de cielo,
van pasando siglos,
y crece con ellos
la fe con que amante
te adora este pueblo.
VIII
Que es segura dicha
de su amor el premio
porque desde entonces
por siempre sabemos
¡de que somos tuyos,
de que Tú eres nuestro!
En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
DÍA SEGUNDO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
¡Oh,
Dios de mi alma! ¿Qué hubiera sido de mi en aquel momento, si no
hubieseis usado de tanta misericordia? Yo estaría en el infierno, donde
gimen sin remedio los insensatos cuyas huellas seguí. Os doy gracias,
Señor, y os ruego que no me abandonéis en mi ceguedad. Digno era de que
me hubierais retirado vuestras luces; pero veo que vuestra gracia no me
ha abandonado todavía. Oigo que me llamáis con ternura, me invitáis a
conseguir el perdón y a esperarlo todo de Vos, a pesar de las grandes
ofensas de que soy culpable en vuestra presencia. Sí, oh Salvador mío,
espero que me recibiréis por hijo vuestro. No merezco llamarme con tan
amoroso nombre, pues tantas veces he osado ultrajados descaradamente:
Padre, no soy digno de llamarme hijo tuyo, porque pequé contra el cielo y
contra Ti. Mas se que vais buscando las ovejas descarriadas, y que os
consoláis abrazando a vuestros hijos que andan perdidos. ¡Oh, Padre mío,
arrepiéntome de haberos ofendido! Arrójome a vuestros pies, abrazo
vuestras rodillas, y no me retiraré hasta que me habréis perdonado y
bendecido. Y no os dejaré si no me bendijerais. Bendecidme, oh Padre
mío, y hágame concebir vuestra bendición un intenso dolor de mis pecados
y un ardiente amor para con Vos. Yo os amo, oh Padre mío, os amo con
todo mi corazón. No permitáis que jamás me separe de Vos. Privadme de
todo, pero no me privéis de vuestro amor. Oh, María, si Dios es mi
Padre. Vos sois mi Madre. Bendcidme Vos también. No merezco ser vuestro
hijo, admitidme por vuestro esclavo, pero haced que sea un siervo que os
ame tiernamente, y que confíe siempre en vuestra protección.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: SOL
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
segundo atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Sol.
Alcanzadme, Soberana Reina, de vuestro Santísimo Hijo, Sol de justicia,
que con los rayos de su divina piedad alumbre las tinieblas en que
camina perdida mi alma, para que, conociendo la ceguedad en que he
vivido, sepa llorar mis culpas, y al calor de vuestros cariños, se
deshagan en raudales mis ojos; pues, siendo Vos mi reina y protectora,
me atreví a ofendemos y a despreciar vuestra gloria, para que,
purificada mi alma con la contrición de mis culpas, merezca ver en la
gloria, el verdadero Sol de Justicia que nació de Vos. Amén.
DÍA TERCERO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
¡Oh,
Jesús y Redentor mío! Gracias os doy de que no hayáis permitido que
muriese cuando estaba en desgracia vuestra. ¡Cuántos años seguidos no
merecía yo estar sepultado en el abismo del infierno! Si yo hubiese
muerto tal día, aquella noche, ¡qué hubiera sido de mí por toda una
eternidad Señor, gracias os doy mil veces por tal beneficio. Yo acepto
la muerte en satisfacción de mis pecados; y la acepto tal cual sea de
vuestro agrado enviármela; mas ya que me la habéis retardado hasta el
presente, retardadla aún, Dios, mío, dejadme pues, que llore un poquito
mi dolor. Dadme tiempo para llorar las ofensas de que me hice culpable a
vuestros ojos, antes que llegue el día en que habéis de juzgarme. No
quiero ya resistir por más tiempo a vuestra voz. ¡Quién sabe si las
palabras que acabo de oír son el último clamor que me hacéis escuchar!
Confieso que soy indigno de misericordia. Tantas veces me habéis
perdonado, y yo ingrato os he ofendido de nuevo. Al corazón contrito y
humillado no lo despreciarás, o Dios. Señor, ya que no desecháis un
corazón que se arrepiente y se humilla, ved ahí al traidor que vuelve a
Vos herido por la flecha del arrepentimiento. No me deseches de tu
rostro. Por piedad, no me arrojéis de vuestra presencia. Vos mismo
dijisteis: Aquel que a Mí viene, no le echaré fuera. Verdad es que más
que nadie os he ultrajado, porque más que a nadie me habéis favorecido
con vuestras luces y con vuestras gracias; pero la sangre que por mí
habéis derramado, me da aliento, y me hace esperar el perdón, si de
veras me arrepiento - Sí, oh mi Soberano bien, yo me arrepiento con toda
mi alma de haberos despreciado. Perdonadme, y concededme la gracia de
amaros en adelante. Harto estoy ya de haberos ofendido. El tiempo que me
queda para vivir, oh dulce Jesús mío, no quiero emplearlo más en
ofendemos; quiero tan sólo llorar amargamente por los disgustos que he
podido daros. Amaros quiero con toda la fuerza de mi alma. ¡Oh, Dios,
que merecéis un amor infinito! ¡Oh, María, mi esperanza, rogad a Jesús
por mí!
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: ESTRELLA
Purísima
Virgen del Milagro, María Madre admirable, milagro de la gracia, el
tercer atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Estrella de
Jacob. Y pues sois Estrella resplandeciente que en la oscura noche de
esta vida, alumbráis con vuestras luces a los que perdidos caminan, ya
veis, piadosísima Reina y Estrella de pecadores, el camino que llevan
mis pasos; influid con vuestras benignas influencias, para que yo camine
seguro por el camino verdadero que conduce a la gloria, que es el de la
cruz y mortificación, para que, viviendo crucificado, al mundo y a mis
pasiones, merezca por vuestra intercesión ser estrella resplandeciente
en la gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
DÍA CUARTO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
Oh,
Jesús mío, pues quiero siempre llamaros por vuestro nombre; esto me
consuela y me da valor, cuando me acuerdo de que sois mi Salvador, y que
habéis muerto para salvarme. Vedme a vuestros pies; confieso que soy
digno de tantos infiernos, como veces os he ofendido por el pecado
mortal. No merezco perdón; pero Vos molisteis para perdonarme. Piadoso
Jesús, no olvides que por mi fue tu venida. Anticipaos, oh Jesús mío, a
perdonarme antes que vengáis a juzgarme. Entonces yo no podré pediros
piedad; más ahora puedo, y espero que me la concederéis. Entonces
vuestras llagas me llenarán de espanto, ahora me inspiran confianza.
¡Oh, Redentor de mi alma!, yo me arrepiento sobre todo de haber ofendido
a vuestra infinita bondad, y prefiero sufrir todas las pérdidas
posibles, antes que burlarme de vuestra gracia. Os amo con todo mi
corazón, tened piedad de mí. Ten piedad de mi oh Dios, según tu grande
misericordia. Oh, María, Madre de misericordia, abogada de los
pecadores, alcanzadme un intenso dolor de mis pecados, el perdón y la
perseverancia en el divino amor. Yo os amo, Reina de mi corazón, y en
Vos pongo toda mi confianza.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a 1a ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: ARCA DEL TESTAMENTO
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
cuarto atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Arca del
Testamento. Y Pues sois Arca divina que, para que no pereciésemos en el
diluvio de nuestras culpas bajasteis a las aras del altar para
asegurarnos en Jesús Sacramentado, concededme, Madre mía, el que, no
hallando descanso en este mundo sino en Jesús Sacramentado, se aquieten
nuestras potencias y sentidos, para que, gustando las dulzuras de este
Pan Soberano, sienta aún en esta vida las delicias y gozos, que dan a
los que os sirven en la bienaventuranza de la gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
DÍA QUINTO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
¡Oh,
Dios mío, conque Vos sois mi soberano bien, bien infinito y yo os he
perdido tantas veces! ¡Sabía que por el pecado os causaría el mayor
disgusto, pues perdería vuestra gracia, y a pesar de esto yo lo cometía!
¡Ah, si yo no os viese clavado en una cruz, oh Hijo de Dios, y muriendo
por mí, no me atrevería a invocaras, ni a esperar jamás el perdón!
¡Padre Eterno, no fijéis en mí vuestros ojos, sino en vuestro Hijo
querido, que os está clamando por mí, misericordia: escuchadle y
perdonadme! Muchos años hace que debiera hallarme sepultado en el
infierno, y sin esperanza de amaros y de recobrar la gracia que he
perdido. ¡Oh, Dios mío!, arrepiéntome del ultraje que os hice
renunciando a vuestra amistad, y despreciando vuestro amor por los
miserables placeres de este mundo. ¡Ah pluguiera a Dios que hubiese
muerto mil veces antes que ofenderos! ¿Cómo pudo llegar a tal extremo mi
ceguedad y locura? Agradezco, oh Dios mío, de haberme dado tiempo para
poder pensar en el mal que he hecho, y ya que por un efecto de vuestra
misericordia no me hallo en el infierno y puedo amaros y amaros quiero,
oh Dios mío, y no quiero diferir un solo instante el convertirme a Vos.
Os amo, bondad infinita; os amo, oh vida mía, mi tesoro, mi amor, mi
todo. Recordadme siempre el amor que me habéis tenido y el infierno
donde debía encontrarme, a fin de que esta idea me inflame y me obligue a
hacer actos de amor y a deciros siempre: Yo os amo. ¡Oh, María, Reina
de mi corazón, esperanza mía, Madre mía, si me hallara en el infierno,
no podría amaros jamás! Yo os amo, oh Madre mía; en Vos pongo toda mi
confianza, y espero no abandonamos ya más, ni a Vos, ni a mi Dios.
Socorredme y rogad por mí a Jesús.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra Dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: PALOMA
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
quinto atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Paloma,
que, volando a nuestra tierra, trajisteis el ramo de olivo para asegurar
a los suyos que habían cesado ya por vuestra intercesión, las aguas de
las tribulaciones. Concededme, Madre mía, el que, cual paloma que gime
la pérdida de su consorte, así sepa yo llorar y sentir las muchas culpas
con que he perdido a mi dulce Jesús, Esposo de mi alma, y que
agradecido lave con mis lágrimas, las manchas con que he afeado mi alma,
para que, vestida con la candidez de vuestra gracia, vuele en compañía
de vuestro Esposo, el Espíritu Divino, a alabaros en la Gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
DÍA SEXTO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
¡Oh,
mi Jesús! ¿Cómo habéis podido sufrirme tanto tiempo? ¡Tantas veces como
he huido de Vos, y a pesar de esto Vos habéis venido siempre a mi
encuentro! ¡Tantas veces como os he ofendido, y Vos me habéis perdonado!
¡Os ofendí de nuevo, y de nuevo me habéis concedido el perdón! ¡Ah,
hacedme sentir un poco de aquel dolor que padecisteis en el Huerto de
Getsemaní, cuando, al pensar en nuestros pecados, llegasteis a sudar
sangre. Yo me arrepiento, oh Redentor mío, de haber tan mal
correspondido, a vuestro amor. ¡Oh placeres malditos, yo os detesto y
abomino! Vosotros me hicisteis perder la gracia del Señor. ¡Oh, amado
Jesús!, yo os amo sobre todas las cosas, y renuncio a todas las
satisfacciones ilícitas, prefiriendo morir mil veces antes que ofendemos
jamás. ¡Ah!, por el afecto que me mostrasteis en la Cruz, y que os
obligó a ofrecer por mí esa vida divina, dadme la luz y la fuerza para
resistir las tentaciones, y recurrir en ellas a vuestra ayuda. ¡Oh,
María, mi esperanza, ya que todo lo podéis con Dios, alcanzadme la santa
perseverancia, y haced que no me separe jamás de vuestro amor!
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: JARDÍN CERRADO
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
sexto atributo que simboliza vuestra original pureza, es el Jardín
Cerrado. Encerrad, Madre mía, en vuestro corazón purísimo, como en
jardín soberano, todos nuestros pensamientos y obras, para que de hoy en
adelante ya no piense en otra cosa, sino sólo en serviros, ni quiera
más gloria que la de amaros, y haced que con la fragancia suavísima de
todas vuestras virtudes se conviertan nuestros deseos en fruto de
vuestro agrado, para que, adornándose mi alma con las flores de las
virtudes, merezca ser suave olor de Cristo en la gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
DÍA SÉPTIMO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
Mirad,
oh mi Dios, mirad a vuestros pies un ingrato a quien creasteis para el
paraíso, pero que tantas veces, por miserables placeres, os ha negado a
la cara y ha preferido ser condenado al infierno. Más yo espero, que Vos
me, habéis perdonado todas las injurias que os he hecho, de las cuales
me arrepiento de nuevo y quiero arrepentirme hasta la muerte. ¡Ah, yo
deseo que me las perdonéis todavía! Más, oh Dios mío, aunque Vos me
hayáis perdonado, no por esto será menos verdad que tuve la audacia de
abrevaros de amargura, oh Redentor mío, que para conducirme a vuestro
Reino me habéis dado la vida. ¡Bendita y glorificada sea para siempre,
oh mi Jesús, vuestra misericordia.
Vos
que con tanta paciencia me habéis sufrido, y que, en vez de castigarme
me habéis colmado de gracia y de luces, y mil veces me habéis llamado a
Vos, ya veo, oh mi amado Jesús, que Vos queréis que me salve, deseáis
que entre a vuestro Reino para amaros eternamente; pero antes queréis
que os ame en este mundo. Sí, yo quiero amaros; y aún cuando no hubiere
paraíso, en tanto que yo viva, os amaré con todas mis fuerzas y con toda
mi alma. Bástame saber, oh mi Dios, que Vos deseáis que os ame. ¡Oh, mi
Jesús!, asistidme con vuestra gracia, y no me abandonéis. Mi alma es
inmortal: hállome, pues, en la alternativa, o de amaros siempre o de
detestaros por toda una eternidad. ¡Ah, no, no!, amaros quiero
eternamente, y amaros lo bastante en esta vida, para amaros en la otra
lo que debo. Disponed de mí como os plazca; castigadme como Vos
quisierais, pero no me privéis de vuestro amor; haced después, de mí, lo
que os parezca., ¡Oh mi Jesús!, vuestros méritos son mi esperanza ¡Oh,
María, toda mi esperanza la pongo en vuestra intercesión! Vos me habéis
librado del infierno, cuando yo estaba en pecado. Ahora quiero ser de
Dios; hacedme santo y salvadme.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: PUERTA DEL CIELO
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
séptimo atributo que simboliza vuestra original pureza, es la Puerta del
Cielo. Y pues sois Puerta Celestial, por cuya intercesión entran al
paraíso de la gloria, los hijos de Adán que acaban esta vida en gracia;
concededme, Madre mía, el que si este año fuese el último de mi vida, se
aparte mi corazón de los cuidados de este mundo, y con la luz de
vuestros auxilios busque sólo el sosiego de mi alma en mi dulce Jesús,
para que cuando llegue la muerte temporal, merezca estar dispuesto para
acabar mi vida en el ósculo de mi Señor, y entre por Vos, Puerta
resplandeciente, a la patria dichosa de la gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
DÍA OCTAVO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
¡Oh,
Bien supremo, yo soy este miserable que he huido de Vos, renunciando a
vuestro amor! Por esto sólo, indigno debiera ser de veros y de amaros.
Más también Vos sois Aquel que por piedad de mí no la tuvisteis de Vos
mismo, y quisisteis morir de dolor y cubierto de infamia en una Cruz.
Vuestra muerte me hace, pues, esperar que un día podré yo veros y gozar
de vuestra presencia, amándoos con todas mis fuerzas. Más ahora que
estoy en continuo peligro de perderos para siempre, y que ya os había
perdido por mis pecados, ¿qué haré durante el resto de mi vida?
¿Continuaré en ofendemos? No, Jesús mío, yo detesto sobremanera los
ultrajes que os he hecho, contrito estoy de haberos ofendido, y os amo
de todo corazón. ¿Desecharíais Vos un alma que se arrepiente y que os
ama?. No. Yo sé que habéis dicho, Redentor mío, que no sabéis rechazar a
los que se arrojan a vuestros pies arrepentidos: Aquel que a mí viene,
no le echaré fuera. ¡Oh, Jesús mío, todo lo abandono y me convierto a
Vos!. Os abrazo y os estrecho contra mi corazón; dignaos Vos abrazarme y
estrecharme en el vuestro. Si me atrevo a hablaros así, es porque me
dirijo a la bondad infinita, y por que hablo a un Dios que ha querido
morir por mi amor. ¡Oh, Salvador mío, dadme la esperanza en vuestro
amor! ¡Oh María, querida Madre mía os lo suplico por el amor que tenéis a
Jesucristo, alcanzadme la perseverancia! Así lo espero y así sea.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados y librad, por vuestra
misericordia, a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: FUENTE DE AGUAS VIVAS
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
octavo atributo que simboliza vuestra original pureza, es el ser Fuente
de Aguas. Concededme, Madre mía, el que, cual sediento ciervo que busca
las aguas, corra yo a beber de aquellas cinco fuentes que por mí derramó
mi dulce Jesús en el madero santo de la Cruz, para que, atraído de las
dulzuras que comunican aquellas santísimas llagas, lave yo en aquellas
purísimas aguas las muchas manchas con que he afeado mi alma, para que,
cuando venga mi Señor a juzgarme y aparezca en el Cielo aquel madero
santo de la Cruz, llore lágrimas dé consuelo al ver que, aunque
desprecié las fuentes de aguas vivas, la Cruz fue la llave que me abrió
las puertas de la gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
DÍA NOVENO
Por la señal,…
Acto de contrición, Oración preparatoria, y tres Ave Marías.
ORACIÓN
Gracias
os doy, oh dulcísimo Redentor mío, por estas luces que me acabáis de
dar, y por haberme dado a conocer los medios para salvarme. Yo os
prometo ponerlos en práctica con la mayor firmeza. Concededme la gracia
que necesito para seros fiel; ya veo ser vuestra voluntad el que yo me
salve, y yo quiero salvarme, en especial para dar gusto a vuestro
Corazón divino, que con tanto ardor desea mi salvación. No, no quiero
resistir, oh Dios mío, por más tiempo al amor que me tenéis.
Este
amor ha sido causa para que Vos me hayáis sufrido con tanta paciencia,
cuando yo os ofendía, Vos me llamáis a vuestro amor, y yo no deseo sino
amaros. Os amo, bondad infinita; os amo, oh bien supremo e infinito; y
os suplico hoy día, por los méritos de Jesucristo, no permitáis que yo
sea jamás ingrato a vuestra bondad. Haced, que cese de ser ingrato, o
poned fin a mi vida. Señor, ya que habéis empezado la obra, dignaos
ahora completarla. Confirma oh Dios, lo que has hecho en nosotros. Dadme
la luz, la fuerza, dadme el amor. ¡Oh María, Vos que sois la
dispensadora de las gracias, socorredme! Admitidme por vuestro servidor,
pues quiero serlo, y rogad a Jesús por mí. Los méritos de Jesucristo, y
después vuestros ruegos, son los que han de salvarme.
Dulcísimo
Señor del Milagro, perdonad mis pecados, y librad, por vuestra
misericordia a la ciudad de Salta de todo castigo. Concedednos esta
gracia, por intercesión de nuestra Protectora, vuestra dulcísima Madre,
la Inmaculada Virgen del Milagro. Amén.
ATRIBUTOS DE MARÍA: TRONO
Purísima
Virgen del Milagro, María, Madre admirable, milagro de la gracia, el
noveno atributo que simboliza vuestra original pureza, es el ser Trono
de Dios. Pues sois Trono en quien descansó el Señor, como en trono de
toda santidad y perfección, concededme, Madre mía, el que, ya que mi
corazón camina perturbado con los engaños de este mundo, descanse sólo
en Vos, y sienta aquel sosiego y alegría que experimentan vuestros
siervos; y pues, nuestro amor os obligó a dejar vuestro trono y bajar a
pedir que el Señor suspendiese el castigo contra el pueblo de Salta, os
suplico, Madre mía del Milagro, continúe vuestra piedad y misericordia,
ya suspenda los castigos que cada día merezco por mis culpas. Y si, como
frágil y miserable, me olvidase algún día de vuestro amor, Vos, como
que sois todo nuestro consuelo y amparo, dadme silbos amorosos para que
yo vuelva cual descarriada oveja al rebaño de mi Señor, y por vuestra
intercesión merezca veros en el trono de la gloria. Amén.
Las Oraciones y los Himnos se dirán todos los días.
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